Lago

Moderador Edad : 31 Mensajes : 1997

Después de un rato nadando y divirtiéndonos decidimos salir del agua para secarnos. Bueno, yo para verle como dios manda, y el para secarse.

Una vez que estamos fuera, yo me miento en la hierba y le veo. No sé que va a hacer, pero necesito liberar tensión, por lo que cojuro un Aquaerum que pasa al lado de su cabeza.

-¿Te apetece entrenar un poco?- digo sonriente.

Edad : 32 Mensajes : 2682

¿Entrenar? Aquel chico sabía lo que me gustaba... ¡Si fuera una mujer!

Sonreí.

- ¡¡ESO ES SER ALGUIEN COMO MITHOS MANDA!!

Puse los brazos en jarras. Entrenar en pareja era mejor que hacerlo solo, justo como el sexo.

- Pero entonces debería vestirme -. Reí.

Moderador Edad : 31 Mensajes : 1997

Cuando pone los brazos en jarra yo no le veo a el, solo veo lo que cuelga de él con un apetito voraz, pero debo morderme la lengua. "Tranquilo, Sil... ya llegará el momento" me digo a mí mismo para tranquilizarme.

Río ante su efusividad y comenta que debe vestirse- Vale- digo encogiéndome de hombros- te dejaré la ropa hecha guiñapos de todas todas- digo guiñándole un ojo. Entonces me levanto.
Pues yo pelearé en ropa interior - digo imitándolo y poniendo los brazos en jarra de nuevo, riendo por el hecho de intentar imitarlo.

Cojo a Altheda en mis manos para luego pasarla a mi boca, agarrando su filo con mis perlados dientes, mientras esbozo una sonrisa picarona y extiendo los brazos para conjurar un par de aquaerum y agarrarlos en mis manos como si fueran dos pelotas.

-Venga, Rickito, enséñame que esos músculos sirven para algo más que para ponerme nervioso.- digo dejando escapar una puyita e intentar descentrarlo.

Edad : 32 Mensajes : 2682

Me vestí de cintura para abajo. No quería que nada comprimiera mis músculos a la hora de luchar. Luego sonreí.

- ¡Vale, pequeño! ¡Tú lo has querido!

Me puse frente a él, dejando unos cinco metros entre ambos. Estaba desarmado, pero mejor así, que ya no era la primera vez que se me iba la mano entrenando.

- Pues venga, cuando quieras empezamos.

Moderador Edad : 31 Mensajes : 1997

-Vamos allá.- digo liberando el primer hechizo, que sale disparado hacia el como una bola de cañón, mientras que rápidamente cojo a Altheda con mi mano libre y me acerco a él, casi corriendo.

Cuando estoy bastante cerca, suelto una patada lateral contra su costillar... pero creo que me hago más daño yo de lo que le he hecho a él, por lo que me preparo para intentar esquivar su próximo ataque.

Edad : 32 Mensajes : 2682

Vi venir su hechizo. Apreté la mandíbula e interpuse mi antebrazo derecho entre él y mi cuerpo. Al impactar contra mí me dolió, tenía una magia poderosa, pero al menos había logrado mantener la fija posición en la que me había afianzado. Pude ver entonces cómo lanzaba una patada contra mis costillas. Giré ligeramente mi cuerpo. Mi mano izquierda se interpuso entre su pie y mi cuerpo para detener un poco el golpe mientras la derecha lo sujetaba por el tobillo. Mi intención era detenerlo a pleno vuelo y hacerlo caer al suelo, aunque era probable que él pudiera recobrarse de la caída.

Una vez lo tuviera sujeto, daría un par de vueltas como hubiera hecho un lanzador de peso y lo dejaría volar unos metros. Si no lograba lanzarlo y me daba le devolvería la patada.

- ¡Vamos allá, chico!

Moderador Edad : 31 Mensajes : 1997

Esbozo una sonrisa de complacencia al ver su breve mueca de dolor al recibir mi hechizo. Pero esta se torna sorpresa al ver como mi pié se queda atrapado entre sus firmes dedos, dejando nacer una terrible cara de preocupación.

Intento mantener el equilibrio saltando con la pierna que me mantiene en pié, pero rápidamente golpeo con el Aquaerum que está en mi mano uno de sus tobillos, intentando hacer que pierda el equilibrio... si no lo pierde... creo que me va a doler lo que venga a continuación.

Edad : 32 Mensajes : 2682

Al estar intentando girar y recibir un golpe en mi tobillo, el cual usaba como pivote, me desestabilicé. Solté al piscis mientras movía los brazos intentando no caerme, pero al final trastabillé y caí de espaldas pesadamente. Rápidamente me puse en pie mientras invocaba un flagrare apuntando a su cuello. No quería dañarle el rostro, pero con que sintiera el fuego cerca, si acertaba, debería cerrar los ojos.

- ¡Ha estado bien, pero no te creas que me rindo tan fácil!

Moderador Edad : 31 Mensajes : 1997

Al ver que mi estrategia da resultado, me pongo en guardia rápidamente y sonrío. - Eres todo boquilla, Rickito.- me burlo echándole la lengua.

Pero se levanta y me lanza uno de sus hechizos directos a mi. -Ah!- grito mientras intento esquivarlo. Pero la magia vuela rauda hacia mí y me golpea en un lateral de mi cuello.
-Auauaua... eres un bruto- digo poniendo morros.

Conjuro de nuevo un Aquaerum, esta vez, intentando que sea lo más potente posible mientras aprieto los labios. Pero creo que le doy demasiada potencia y la bola de magia explota en mis manos.
-Miercoles... aún no puedo controlar bien mi hechizo... me falta práctica- le digo.

Me acerco a él y le salto amigablemente en la espalda para que me lleve, mientras restriego mi cara contra la suya. -Riiiiick, me he cansado de pelear, me llevas a comer algo? porfi... tengo mucha hambre- digo desde su espalda. Realmente le quiero comer otra cosa... pero debo andar con sutilezas... dios, lo que daría por bajarle los pantalones aquí mismo...

Edad : 32 Mensajes : 2682

Seguía en guardia cuando me saltó encima, como si fuera su montura. Sonreí.

- ¡Venga! ¡Te llevaré al comedor corriendo y así los dos contentos!

Debería ayudarme a entrenar más a menudo. Era agradable, simpático, energético y además sabía hacer que mi masa muscular subiera mediante ejercicios de todo tipo. ¡Este chico era una joya! Incluso tenía atractivos rasgos afeminados.

- ¡Vamos allá!

Dejando la ropa olvidada en el lago, salí corriendo con él a cuestas, animado, en dirección al palacio.

*se va*

Moderador Edad : 31 Mensajes : 1997

camino solitario por la orilla del río. Estoy relajado y tranquilo.
Conjuro un Aquaerum y lo lanzo al medio del lago... jo, me aburro...

*se queda*

Edad : 33 Mensajes : 2032

Se había despertado hacia un par de horas y había decidido ir a dar un paseo por los exteriores hacia unos cuantos minutos. Llevaba un par de semanas yendo a pasear por la noche y, pese a que normalmente se quedaba en los jardines, hoy había decidido que no estaría mal volver a ver al lago. No le gustaba demasiado nadar ni nada que se le pareciese, pero la zona en sí le parecía que tenía un cierto encanto.

Ahora mismo caminaba sin rumbro cerca de la orilla, lo suficientemente cerca como para observar el leve movimiento del agua, pero lo suficientemente lejos para no mojarse. Tenía los ojos ligeramente encendidos y las manos en los bolsillos, y por su expresión uno no podría decir si estaba aburrido, cansado o serio.

—Buf...

*se queda*

Fdr. duh, post e_éU

Edad : 32 Mensajes : 613

Salí fuera del palacio por uno de los pasillos que daban a los soportales y me oculté en la noche practicando mi sigilo, acompasando mis movimientos con los de los animales nocturnos y las ramas al viento.

Llegué al lago mediante mi pequeño entrenamiento y allí, tras bajarme de nuevo la máscara, continué mi práctica. El lago me gustaba, era un sitio perfecto para practicar un montón de técnicas y era tan amplio que casi nunca encontrabas a nadie por allí. Continué moviéndome en la noche, de árbol en árbol, rodando cuando hiciese falta, escalando y saltando si lo veía necesario.

Entonces, tras varios minutos de movimientos certeros una vez mis ojos se habían acostumbrado a la oscuridad, estaba lo suficientemente cerca de la orilla como para poder distinguir una figura que caminaba por allí. Me acerqué a un árbol, pegando mi cuerpo a él con la espalda sobre el tronco y en intenso silencio. Seguí a la figura en un principio durante unos segundos, ocultándome en las sombras y sonidos nocturnos y acabé diferenciándolo como ente masculino. Llegado un momento, decidí que estaría bien saber de quién se trataba y, con un fugaz salto, se coloqué de pie un par de metros adelantado a sus pasos y en una trayectoria diagonal a la suya, más alejado de la orilla con un kunai frente a mi pecho, apuntándole.

-Alto, ¿quién va? -Freno al tipo con tono firme bajo mi máscara.

Edad : 33 Mensajes : 2032

Una voz resonó en el lago pasados unos minutos. El chrysos, que había estado observando el agua hasta esos instantes, giró la cabeza en dirección al lugar de procedencia de las palabras, frunciendo ligeramente el ceño y aumentando un poco la luz que emitían sus ojos. A unos metros de él, un poco más alejado de la orilla, estaba el dueño de la voz: un chico que lo apuntaba con una especie de puñal y que ocultaba su rostro con una máscara.
El chrysos enarcó una ceja y torció una sonrisa. No recordaba haber visto a alguien así en toda su estancia en Palacio, por lo que dedujo que el chico debía haber llegado hacía poco (eso o se escondía especilamente bien). Antes de hablar, rió entre dientes y se preguntó a qué demonios vendría semejante "presentación".

—Un alumno de Brontë — dijo con sequedad. Luego ensanchó la sonrisa —. Supongo que tú también serás uno, aunque la máscara hace que me plantee seriamente un par de cosas. — Se cruzó de brazos y suspiró—. ¿Puedo saber por qué me estás apuntando? ¿Es tu presentación habitual o algo así? Porque, en ese caso, permiteme decirte que no es demasiado amable ni alenta a que uno mantenga una conversación contigo.

Edad : 32 Mensajes : 613

El chico me iluminó con sus ojos de chrysos y traté de evitar movimientos de molestia a su luz cegadora en medio de tanta penumbra. Su respuesta no fue muy amable y no me dijo su nombre con lo que tendría que preguntar. Sin embargo, me dijo que era un alumno de Brontë pero, ¿era cierto?

-¿Y cuál es tu nombre? -Pregunto inicialmente sin bajar el arma. -Yo soy un guerrero de Brontë que ha salido a practicar, pero tú no pareces hacer nada -. Tenía que probar de aguna forma que no mentía con lo que pensé rápido. -¿Cómo son las habitaciones de los guerreros? -Pregunté a modo de prueba para confiar en su palabra.

Edad : 33 Mensajes : 2032

El chico no bajó su arma y continuó con las preguntas y el chrysos volvió a reír entre dientes al ver que la única información que daba era que "era un guerrero de Brontë". Se preguntó cuándo había llegado, cuál era su nombre, su raza y, cómo no, por qué demonios le estaba apuntando con su arma. Suponía que eso último se debía a que debía ser muy desconfiado, aunque no podía estar completamente seguro.

—Las habitaciones de los guerreros de Brontë son grupales, están divididas por sexos y en cada habitación hay tantos baúles como camas. — Torció una sonrisa, sin descruzar los brazos —. ¿Te parece suficiente la descripción o quieres que te diga de qué color son las paredes? Podría hacerlo, si quieres, aunque antes me gustaría saber por qué demonios me estás apuntando con tu arma y un par de cosas más. — Suspiró —. En cuanto a mi nombre, te lo diré cuando dejes de apuntarme.

Edad : 32 Mensajes : 613

Su respuesta fue válida con lo que no mentía sobre eso de que era un guerrero de Brontë. Relajé la postura y bajé el arma para guardarla en su funda a mi espalda mientras escuchaba más de sus reproches sobre que le estuviera apuntando.

-Es noche cerrada, cualquiera podría estar por aquí -. Respondí convencido de mis principios. -Ahora ya puedes decir tu nombre, guerrero de Brontë que se fija en las habitaciones -.Comento colocándome las manos en la cintura para escucharle. Había dicho que quería saber un par de cosas más, pero yo estaba haciendo las preguntas ahora.

Edad : 33 Mensajes : 2032

El chrysos observó cómo el chico guardaba su arma sin variar su expresión. Luego clavó sus ojos en los suyos y escuchó sus palabras en silencio con la sonrisa más torcida que antes. Sin duda, el chico era bastante desconfiado y parecía que no le dejaría hacer ninguna pregunta hasta que respondiese.

—Cuánta desconfiaza, por Mithos — Suspiró y descruzó los brazos —. Me llamo Lyam, guerrero de Brontë que apunta a la gente con armas porque podría ser cualquiera — Rió entre dientes y se pasó una mano por el pelo, echándose unos mechones hacia atrás. Luego preguntó—: ¿Cómo te llamas tú? ¿Y cuánto tiempo llevas en Palacio?

Edad : 32 Mensajes : 613

Lyam, al fin podía ponerle un nombre al desconocido y ahora ya no podría escapar de mi conocimiento. Ahora sabía de él mucho más de lo que él pensaba. Saqué las manos de la cintura y levanté el mentón.

-No tengo nombre y mi tiempo es relativo a la forma en que lo utilice -. Dicho esto di media vuelta y di un salto para echar a correr entre las sombras. Había hecho bien mi trabajo ya que el chico Lyam no se había percatado de mi llegada y ahora debía ser imperceptible a la vuelta. Ahora conocía el nombre de un miembro más de Brontë y estaba cada vez más seguro en estas paredes.

*se esfuma*

Edad : 33 Mensajes : 2032

El chrysos frunció el ceño, pintarrajeando la confusión en su cara al hacerlo, en cuanto escuchó la respuesta del chico. Iba a preguntarle qué clase de respuesta era esa, pero, antes de que pudiese hacer algo, el desconocido saltó y comenzó a perderse entre las sombras, abandonando su campo de visión. Lyam observó el camino por el que el chico se había ido, con los ojos entrecerrados y la cabeza ladeada, y luego suspiró. Definitivamente, si tuviese que definir a aquel tipo, utilizaría la palabra raro en la definición.

Tras permanecer unos segundos observando los árboles, el chrysos decidió que ya era lo suficientemente tarde como para volver a Palacio e intentar dormir (al menos si quería recuperar un horario de sueño normal).

*se va*

Moderador Edad : 31 Mensajes : 1997

-¡Algún día le arrancaré la cabeza de cuajo a ese tonto!- maldigo mientras me desnudo por completo para meterme en el agua.
Me zambullo de golpe con unos morros increíbles para hundirme en las frias aguas del lago para nadar con furia.
Entrenaría hoy nadando, espero encontrarme con alguien agradable, para relajarme.
La próxima vez que me encuentre con Rais, iré con alguien. No quiero que se vuelva a meter conmigo. Quizás le diga a Alexander que me acompañe. Siempre me he sentido muy protegido bajo su presencia.
Tendré que hablar con el cuando vuelva de su misión.

*se queda*

Después de un largo y reparador baño y como ya había anochecido, decido salir, vestirme e irme del lago a ver si ceno algo, que tengo hambre.

*se va*

Edad : 32 Mensajes : 524

En el lago podré deshacerme de las pruebas sin ningún tipo de problema. Llego exhausto, después de correr tan rápido como puedo hasta detenerme en la orilla del lago.
-Bien... venga. Mente y sangre fría, Price. - me digo para autoconvencerme. Comienzo a llenar la mochila marrón de Kettleburn con un montón de piedras para que se vaya al fondo y nadie pueda encontrarla. Una vez hecho, cojo aire y la lanzo al centro del lago o por lo menos, lo más lejos que mi mano alcanza.

Ahora que las pruebas han sido eliminadas para siempre, puedo respirar un poco más tranquilo. Pero esta noche no quiero quedarme en Brontë. No podría dormir en la misma habitación en la que Kettleburn dormía conmigo, en la mismo habitación en la que me traía el desayuno... no, no hoy.

Me enjuago las lágrimas, pues sin querer, me he dado cuenta de que estoy llorando en silencio.
Respiro profundamente e intento calmarme. Hoy todo ha salido mal... o bien... por lo menos, de momento (o eso espero) tanto Kettleburn como yo seguimos vivos... la verdad, no se como ha salido, si bien, si mal.

Miro a la luna, sorbo para mis adentros los mocos y hecho a correr campo a través.

*se va*

FDR: la mochila supuestamente no puede encontrarse jajaja

Jefe de Raza Mensajes : 1036

La última respuesta obtenida había sido que el piscis se dirigía al lago, con lo que el líder caeruleus se movió rápidamente en tramos regulares de éste para conseguir hacer un repaso rápido de los alrededores más próximos.

Tras su vistazo general, no encontró al muchacho con lo que se puso en contacto con la guardia para que comenzasen a peinar la zona en busca de su rastro. Una vez la guardia se acercó al lugar, el líder continuó su exhaustiva búsqueda.

No era raro que los guerreros se alejasen de Brontë en algunas ocasiones, lo que era raro era la magia de alto calibre, el estruendo, el jinete volador y la repentina reacción de la oreja de Kettleburn.

El líder caeruleus estaba molesto e indignado por tal situación. A fin de cuentas Silvanus trabajaba para él y formaba parte de su haber. Por otra parte, era insultante que alguien se llevase tan alegremente a un guerrero del "protegido" palacio.

*Desaparece*

Moderador Edad : 24 Mensajes : 2840

Cuando el lago estuvo dentro de mi campo de visión me detuve a contemplarlo en toda su plenitud. Lo cierto es que era un lugar magnífico, y sólo de pensar en meterme en aquel agua tan límpida y fresca me hacía sentir un cosquilleo en el estómago.

Avancé con calma, dejando caer la mochila cerca de la orilla, y me quité la camiseta, los zapatos y los pantalones con cierta impaciencia. Recogí mis trenzas en un moño para que no me molestaran y caminé despacio por la orilla, adentrándome hasta que el agua me llegó por la cintura. Una vez a esa altura, empecé a nadar.

*Nada*

Edad : 30 Mensajes : 3185

Camino por el exterior hasta llegar al lado. La búsqueda de ayer no dio resultado, como esperaba, pero quizás alumbrada por la luz diurna pueda encontrar algo, aunque no sé exactamente qué busco ni por qué lo hago aquí. Supongo que porque Silvanus era un piscis, y a los piscis suele gustarles venir al lago.

Recorro la zona, buscando entre los matorrales, tras los árboles, tierra removida recientemente, pero no encuentro nada. Cuando dirijo mi vista a las aguas percibo una silueta y me aproximo a la orilla con prisa, pero no es Silvanus el piscis que nada.
Dedico un saludo con la mano a Massen, aunque no creo que me haya visto, y examino un poco más la zona. No me quedo demasiado. Si no se encuentra aquí lo mejor es que vaya a buscarlo a otro sitio.

Abandono el lago preguntándome qué demonios ha pasado.

*se va*

» Lago
» Lago Veredith.