Lago

Sin dar demasiada importancia a su suposición y viendo como asiente a la proposición continúo comiendo lo que me toca con bastantes ganas. Es una cena sabrosa, aunque da algo de sed. Creo que tenía hambre.

En cuanto terminamos me tomo un tiempo de reposo para corroborar el momento en que Massen Dew da la cena por finalizada. Me apoyo en las palmas de las manos echándome algo hacia atrás.

—Ya no me cuentas cosas, Massen Dew. Antes hablabas —Lo cierto es que no recuerdo de qué cosas hablaba porque no me importaban demasiado. Pero escucharla hablar resultaba más entretenido que simplemente tener que estar compartiendo sitio con ella. —Siempre hablas de conocer. Yo no sé más que la muerte sobre ti, Massen Dew —Su nombre y su procedencia. Tengo el poder de la muerte sobre ella, pero parece que eso no es lo que entiende por "conocer".

Asumo firmemente que esta vez escucharé a Massen Dew para comprender un poco más su forma de pensar y la que parece ser la forma de actuar de todos aquí. La miro casi con sagacidad y espero a que hable, estando muy atento a sus palabras.

Pero no lo consigo. Lo intento, lo intento bastante. Pero mi cara a medida que va hablando y mencionando a personas una tras otra que trazan incomprensibles relaciones entre sí que ella parece comprender perfectamente pasa de la sagacidad a la neutralidad total y, llegado a un punto de su discurso, siento como mi mente se desconecta del mundo para pasar a escuchar un murmullo incomprensible que ya no trata de entender. Cuando me doy cuenta de que ha dejado de hablar, parpadeo con calma.

—... —No dejo de mirarla y carraspeo un poco.

Tomo aire, miro a los lados y finalmente me pongo en pie sacudiendo los restos de hierba de mi ropa.

—Vamos a nadar —Digo, empezando a quitarme la parte de arriba.

Cuando termino de desvestirme me quedo en ropa interior y llego a sentirme un poco extraño con la cara y el cuello al descubierto en presencia de alguien. Pero es Massen Dew así que no hay problema.

Escucho lo de su mochila y asiento aunque no sé qué podría querer guardar entre sus cosas. Se me viene a la cabeza el pequeño dragón, que desde hace tiempo ha comprendido que estar a mi lado todo el tiempo no le reporta mucho entretenimiento y ahora se dedica a ir y venir cuando más le apetece. Sería un buen nido, supongo.

Miro a Massen Dew y luego a la orilla y me apresuro a -casi- correr hacia ella para lanzarme de cabeza directamente hacia una zona algo profunda, sintiendo inmediatamente el agua fría barriendo mi cuerpo y mis membranas abrirse de par en par. En cuanto termino el salto me quedo un poco bajo el agua. Siento tanta seguridad bajo ella que casi olvido el por qué me dedico a moverme por tierra. Acabo subiendo para sacar la cabeza y lo hago con un movimiento rápido y seco hacia atrás para que el pelo no se me ponga delante de la cara. Estoy de mejor humor solo por estar aquí dentro y busco a Massen Dew a mi alrededor.

Escucho como sale del agua y me habla para decir lo que yo mismo estaba pensando. En un principio asiento, pero luego pienso en que ya es noche y posiblemente no pueda verme con claridad. Me acerco un poco a ella nadando para no tener que alzar el tono de voz.

—En Fulmen llueve mucho, pero hay poca agua —Digo. En comparación con Aqua todo tiene poca agua, pero a eso me refiero.

Vuelvo a bucear, esta vez hundiéndome cerca de Massen y pasando bajo ella para luego alejarme por el lago. El frío inicial se ha cambiado por una calidez que solo me da el agua. Nado de un lado a otro con mayor o menor velocidad, acercándome al fondo, alejándome... Me paro entonces a notar por donde anda Massen Dew exactamente y decido seguirla para ponerme a bucear a su altura.

Massen no tarda en acercarse y, tras girar uno respecto al otro al encontrarnos, sonríe para ir hacia las profundidades de modo que la sigo buscando algo entre la tierra, las plantas y las rocas. No sé si ella lo hace, pero yo no busco nada en especial, sin embargo tengo esa sensación de intriga que me llega a través de las membranas, como si el agua me diese constantes alertas de todo lo que hay a mi alrededor.

Dejo que se adelante un poco, dejándome llevar por la inercia de mis movimientos anteriores y veo como se da la vuelta para localizarme. Eso me hace gracia y no sé muy bien por qué con lo que, cuando me doy cuenta, la miro con algo parecido a una sonrisa tranquila. Vuelvo a ponerme serio en cuanto caigo en ello y me impulso para coger de nuevo movimiento y velocidad para llegar a adelantarla e ir ascendiendo.

A medio camino me detengo para mirarla un momento, algo cotrariado por la situación de hace unos segundos, y acabo por subir a la superficie con calma, notando el aire frío en la cara y cogiendo aire.

Me quedo un rato flotando con calma sin mirar a ningún punto en concreto entre las ondas brillantes que se distinguen sobre el algo y que se van alejando de mí de forma constante y siempre igual. En este momento desearía estar solo y que Massen Dew no estuviese también nadando en el lago.

Me quedo respirando con calma, con la cabeza algo gacha para pensar mejor. Hacía mucho que no sentía ganas de sonreír y haberlo hecho hace apenas un minuto por una imagen tan simple me parece ahora estúpido o vergonzoso. Me siento como si acabase de quedar en ridículo por algo cuando ni siquiera me parece tan importante el gesto. Es extraño. Yo no río. Creo.

Al rato veo como Massen Dew sale a la superficie y, en silencio, vuelve a sonreír. En ella no es nada raro, siempre lo hace. La observo un momento, serio pero casi preocupado o desconcertado, y al final acabo apartando la mirada. Siento algo más de calor en la cara.

Noto como Massen Dew se acerca y la miro de refilón, pero cuando me toca el hombro y la cara acompaño la dirección de su gesto con cierta sorpresa o curiosidad en la cara, abriendo un poco más los ojos y levantando levemente las cejas al mirarla a la cara de nuevo. Entonces habla de sonreír y siento un pequeño escalofrío avergonzado que me hace mirar abajo un segundo para luego retomar su cara en mi campo visual.

No me lo planteo demasiado. El leve aire frío en la piel mojada, el silencio, la poca luz y la sensación de bienestar hacen que me apetezca hacerlo que hago. Me acerco a Massen despacio pero sin esperar a que aparte la mano de mi cara caliente, y la beso en los labios como había hecho ella aquel día en los pasillos. Esta vez hay algo que me llama a ello, que me pide que lo haga y me argumenta que será reconfortante. Esta vez, en lugar de solamente tocar sus labios con los míos los entreabro para buscar en su boca y notar lo blanda y carnosa que es.

Massen Dew responde a mi beso gustosa con lo que acabo por acercarme más a ella y sujetar su cara con una mano, entre su mejilla y su cuello. La sensación se vuelve casi más agradable que antes y siento cierto arranque me que hace probar sus labios con algo más de entusiasmo, asegurando su cara contra mí. Al final, casi como en un acuerdo con ella, detengo mi acción y alejo mi boca de la suya con una velocidad similar a la de mi acercamiento y apoyo mi frente en la suya un instante. Luego al fin dejo espacio entre ambos para mirarla.

No tengo claro si ahora debo hacer algo más. Bajo la mano, acariciando su mejilla mientras separo mi mano de ella, y la vuelvo a hundir en el agua.

—Es tarde, Massen Dew —Le informo en tono algo bajo, como advertencia de que deberíamos ir saliendo del agua para evitar exponernos a malestares a causa del frío y la falta de sueño. Lo cierto es que no me apetece despedirme de ella, pero algo en mí me dice que debemos ir volviendo.

Miro como se hunde en el agua y me entran ganas de salpicarla, sin embargo me contengo y dejo que se hunda para dirigirse a la orilla. Por mi parte, espero unos segundos y acabo buceando también, pero no muy profundo ni muy rápido, en dirección a tierra.

Salgo del agua y me sacudo un poco para escurrirme, luego me acerco al fuego, ahora apenas una pequeña llamita cerca de ser solo brasa. Acerco las manos para secarlas un poco y luego empiezo a vestirme por la parte de arriba para poder sacarme la ropa interior con más tranquilidad y ponerme por encima el pantalón. Ajusto el cuello de la camiseta interior hasta mi nariz y me ajusto la ropa quedándome con la interior en la mano y escurriéndole el agua. Luego espero por la piscis.

Cuando Massen Dew está lista y da la indicación, asiento. Echo a caminar hasta cerca de ella y luego en dirección al palacio, a su lado. La situación o la velada hacen que me fije en la ropa que lleva tras salir del agua, tan solo una larga camiseta que le cubre lo suficiente y se humedece con cada paso. Pienso que eso le queda bien.

Nos alejamos del lago sin prisa, pero sin rezagarnos demasiado hasta llegar al interior del palacio. Creo que la acompañaré hasta las habitaciones.

*se van*