Lago

Cuando se levantó, suspiré. Al parecer ya había entrado en razón. Eso era bueno. Me acerqué a él y sonreí. Luego asentí.

—Sí, iré contigo a buscarla... Y dudo que no vaya a perdonarte... — Ensanché la sonrisa —. Si le explicas que todo fue un malentendido, seguro que entra en razón...

Me pasé a la mano por la nuca y luego me abracé a mí misma. Tenía frío. Maldije por lo bajo el hecho de no haber llevado una toalla y suspiré. Aún me iba a constipar o algo así...

—¿Para qué me buscabas, por cierto?

Suspiré. Había causado tal estropicio que ni siquiera al realizar mis travesuras de pequeño creía haber generado tragedia tal, y eso que nadie ganaba al pequeño Dehnel creando el caos.

Su siguiente pregunta me distrajo un poco de mis preocupaciones.

- Pues la verdad es que era para entregarte mi amor, Inger... Mi cuerpo y, como ofrenda, estos delicados alimentos que ahora yacen esparcidos suciamente por el suelo, envueltos en caos...

Me sonrojé levemente al esuchar su respuesta. A veces tan directo y otras veces no había quién le entendiese cuando hablababa... Me pasé una mano por la nuca y me acerqué. Cuando estuve a unos escasos metros, esbocé una tímida sonrisa.

—Qué directo eres a veces... — murmuré. Ensanché la sonrisa y le cogí ambas manos —. Dejaré que me invites a fresas y profiteroles otro día... Si quieres... Claro...

Acaricié sus manos y lo miré. Mi pelo goteaba.

- Estas empapada... -murmuré.

Normal... Estaba ante el gran Rick Dehnel, no ante otro. Cualquier otra mujer sentiría lo mismo que ella en esa situación.

- Debes de tener un frío... -. La abracé-. ¡Deja que mi llama flamma te caliente entera!

Yo sería su hoguera, su manta, su doble piel... Lo que me pidiera.

Sonreí cuando me abrazó y lo rodeé con mis brazos. Y al escuchar su segundo comentario, dejé escapar una suave risa.

—Es que... Soy estúpida — dije, sonriente —. Decidí que era buena idea bañarme en el lago, a pesar de la estanción del año en la que estamos. Y, aún por encima, no traje ningún tipo de toalla ni nada...

Reí. Cualquiera que escuchase eso pensaría que era estúpida.

—Pero bueno... No puedo tardar mucho en secarme... O sí... Pero, el caso... ... Que ahora poco le puedo hacer.

La abracé con más fuerza. Era una oportunidad de oro... Ella semidesnuda y mojada contra mi fuerte cuerpo...

Me separé un poco, soltándola, y me deshice de mi camiseta. Yo nunca iba muy abrigado, pero al menos con eso tendría menos frío.

- Quítate lo que llevas y ponte esto. Vas a ponerte mala.

Además, alcé la diestra a la exclamación de "flagrare", invocando una bola de fuego suave con la que darle algo de calor.

Ladeé la cabeza hacia la derecha, ligeramente confusa, cuando se separó. Me preguntaba por qué se habría separado, pero, nada más formarse la pregunta en mi mente, supe el motivo. Me sonrojé levemente y cogí su camiseta. Luego me pasé una mano por el cuello.

—Gracias... — murmuré.

Lo miré durante unos segundos en silencio. Luego le di la espalda y me quité el sostén. Y, tras eso, me puse su camiseta, que me quedaba enorme. Me giré, lo miré y sonreí.

—Me queda enorme...

Reí.

Tragué saliva. Aquello era lo más parecido al sexo que tenía desde que... ¡¡Ni siquiera lo recordaba!! Podía sentir algo removerse en mi estómago, y otro algo preguntándome si ya era la hora, pero negué con la cabeza y mi dragón supo que todavía no era el momento.

- ¡Claro que te queda enorme! -exclamé-. ¡Para algo me entreno todos los días, jovencita, y si te quedara simplemente grande mi torax no tendría razón de ser para mí!

Reí al escuchar sus comentarios.

—Bo... — Sonreí —. Qué exagerado... Ni que fuese algo taaaaaaan importante...

Me pasé una mano por la nuca y lo miré. Di un par de pasos y me acerqué a él. Luego, cuando estuve a su lado, lo abracé.

—¿No te cogerá el frío a ti...? — murmuré —. Tengo mi ropa aquí... Así que puedo ponermela... O... O sea... Si tienes frío, dilo y te devuelvo la camiseta... ... Bueno, te la devolveré empapada, pero... El caso es... Que... A ver... No quiero mojar mi ropa, pero tampoco quiero que pases frío, así que... ... ... Eso... ...

Lo miré.

Aquello era algo que me superaba. Digamos que un hombre tiene un huerto y cultiva dos clases diferentes de cultivos en él, por ejemplo cereales y tomates... Pues bien... El hombre cultiva una parcela de tomates, otra de cereales y la tercera quedaría sin nada, lo cual se llamaba barbecho. Así se conseguía que durante ese año esa parcela se hiciera más fértil, y rotando convenientemente los cultivos podría conseguirse que yo estaba teniendo una erección.

- Estoy en barbecho desde hace demasiado -sollocé por lo bajo, aunque ella podía oírlo.

La tomé por la cintura. Era todo tan terrible...

Arqueé una ceja al escuchar su frase. No entendía lo que quería decir.

—¿Qué quiere decir eso? — murmuré. Le besé la mejilla y clavé mis ojos en los suyos —. O... O sea... ¿Te pasa algo o...?

Ladeé la cabeza. ¿Le pasaría algo malo o no?

—Si te pasa algo... Dímelo, eh... O... O sea... — Suspiré —. ¿Estás bien?

Fdr. cutre post eweU

¿Cómo podía uno tener tal cosa en los pantalones y que la mozuela que veía en la oscuridad ni cuenta se diera del cambio de la presión atómica o como fuera?

- Sí, estoy bien, sí -dije, para tranquilizarla, porque siempre fui muy caballeroso-. Simplemente ha despertado en mí... Algo muy intenso... A causa de los sucesos de hace nada... Y ello me turba y me hace estar algo cansado y menos noble... Más inmoral, y algo blasfemo.

No era algo que no hubiera pasado más veces. Podía superarlo.

Puse los ojos en blanco. ¿Todavía seguía con aquello? ¿No se suponía que habíamos dejado pasar el tema? Suspiré y lo miré.

—¿Pero aún sigues con eso? — pregunté. Lo miré a los ojos —. ¿No habíamos quedado en que todo había sido un malentendido y que, por tanto, no merecía la pena seguir hablando de eso? O... O sea... — Volví a suspirar —. No eres menos noble, ni más inmoral ni blasfemo ni nada... Seguro que la chica entiende que fue un malentendido, ya verás.

Me separé un poco de él y lo miré. Le sonreí y lo besé con suavidad.

—Así que deja de pensar en ello, pesado...

Cerré los ojos mientras me besaba, sintiendo el característico cosquilleo en el estómago que actuaba como una especie de imán que me atraía hacia ella. ¡Lo que me faltaba! ¡Yo excitado y ella actuando como hubiera hecho una viuda! Pese a ello, me contuve. No era el momento, y Mithos recompensaba a los que esperaban, así que no me quedaba otra.

Me separé suavemente.

- ¿Qué te parece si vamos dentro para que no enfríes? Creo que he aprendido la erección y no volveré a lanzarme sobre gente a oscuras, por mucho que crea que son tú.

Reí al escucharle.

—Querrás decir lección, tonto — murmuré, entre risas. Luego estiré los brazos y asentí —. Bueno... Podemos volver dentro si quieres...

Sonreí, le besé la mejilla y me separé. Luego me acerqué hasta el sitio donde había dejado mi ropa y la cogí. Me calcé las botas y volví a junto Rick. Le cogí la mano y, luego, nos fuimos del lago.

*se van*

Fdr. fiinnikin time <333

Llego al lago y estiro los brazos. Pese a estar en Febrero, hace ya buen tiempo, tanto, que me apetece bañarme y todo, por lo que me quito la ropa y me meto corriendo en el agua.
Estiro la única membrana de mi oreja y la sacudo de delante atrás un poco para desentumecerla.

buceo y cojo algunas piedrecitas bonitas del fondo. y salgo. Jolin, que buen tiempo hace.

Decido tumbarme boca abajo en la hierba para tomar el primer baño de Sol del año.

*se queda un poco traspuesto*


FdR: =_= asco de niño, vicioso asqueroso nudista de mierda...

No hacía mal tiempo, aunque nunca hacía mal tiempo para Rick Dehnel. Yo siempre sabía apreciar el tiempo que hiciera, porque cada uno de ellos tenía sus cosas buenas: con frío uno se curtía, con calor las damas iban más ligeras, con lluvia uno se curtía, con viento las faldas volaban, con nieve uno se curtía...

Yo corría hacia el lago para calentar los músculos, y al llegar a aquel lugar decidí cambiar un poco mi calentamiento y nadar un rato.

Me quité la camiseta y los pantalones, y lo demás, y mi escultural y trabajado cuerpo relució al sol que asomaba entre las nubes. Salté al agua.

- ¡¡¡BANZAAAAI!!!

un grito me despertó de inmediato y veo como Rick corre como un descosido para zambullirse de golpe en el lago. Me reincorporo y me llevo las manos a la boca por el sobresalto de ver aquel cuerpo desnudo por completo. Aunque mi vista se deleitaba viendo todo él, mis ojos no pudiero apartarse ni un minuto ni de su parte delantera como de su trasera, hasta que el agua lo cubrió por completo, quitándome la perfecta visión.

¿Que hacer?... mmm... tamborileo con los dedos en la hierba y me muerdo el labio de abajo con desazón.

Ya sé.

Me levanto y me pongo mi prenda de ropa interior para meterme de nuevo en el lago. No quiero que me vea desnudo. No si voy a estar cerca de él.

Mientras él está a lo suyo, yo me zambullo en el agua y buceo hasta su posición, saliendo a un par de metros detrás de él y salpicándole.

-Hola Rick- digo contento.

Escuché el sonido de algo entrar en el agua y me volví, nadando pesadamente, buscando el origen de aquello. Quizás fuera alguna especie de maléfico troll de los mares perdido en aquel lago que ansiaba al fin hacerse con una presa deliciosa, pero yo no era la presa que él buscaba.

Sin embargo, algo a mi espalda me salpica y me doy la vuelta de nuevo. Una inmensa sonrisa aparece en mi rostro.

- ¡Silvanus! -exclamo-. ¿También tú has decido poner tu cuerpo en marcha hoy con unos buenos largos?

Jajá, Rick como siempre, tan efusivo y gracioso. Me llevo una mano a la nuca y hecho le lengua, azorado mientras sonrío.- bueno... nunca está de mas... aunque mi cuerpo ya se pone en marcha el solo- comento picarón mientras nado hacia él.

-Dime Rick. ¿que tal todo? - digo flotando delante de él. ¿Aún sigues con Inger? me la he encontrado un par de veces esta semana. Su caracter conmigo sigue tan agrio como siempre, pero sin embargo, a mejorado mucho físicamente desde que está en palacio, ¿no crees? - digo moviendo gracioso las cejas de arriba abajo dándole un empujoncito.

Mi objetivo es hacer que piense en ella para poder admirar de cerca todo su potencial. Solo de imaginármelo...

Me muerdo el labio inferior.

Le soreí. Estaba de lo más simpático. Incluso me preguntó por Inger cuando ni siquiera tenía que hacerlo. No se llevaban demasiado bien, según tenía entendido, y su esfuerzo por, pese a ello, hablarme del tema de buenas me alegró.

- La verdad es que sigo con ella. Es una buena chica, si la conocieras bien lo verías. Y, bueno...

Su segunda pregunta me hizo pararme un poco a pensar.

- Puede que sí... Yo la veo una hermosa dama, como siempre. Tanto que hasta me da reparo tocarla, ya sabes...

FdR- Un libro abierto XD

Mientras habla, me cruzo de brazos y mantengo una soberana sonrisa. Pero no puedo evitar poner una mueca de sorpresa al oír que aún no la ha tocado.
-¿Que dices? bah, no te creo, Rick Denhel, eres demasiado hombre como para no haberle ni siquiera tocado las tetas... o algo más. - digo sonriente. - y si es cierto, que sepas que me has defraudado mucho. Ese cuerpo está hecho para darle movimiento, y como sigas así, se va a convertir en una cuarentona y tu en un cuarentón- digo sentenciando con la cabeza realmente divertido.

Entonces me acerco un poco a el. -Pobre, pobre Rick... seguro que es una estrecha y por eso te tienes que consolar tu solo ¿verdad? digo poniendo cara de pena y un tono un poco más agudo al final. Doy una pequeña brazada más hacia él y entones, sin hacer ningún movimiento, me sumerjo, como una estatua. Estático y con una sonrisa pintada en la cara, delante de su cara, pecho, ombligo...
Paso por debajo de él, con mi cuerpo casi rozando el suyo y con los ojos abiertos. Paso por sus dedos de los pies y salgo por su espalda. Agarrándole de los hombros.
-Venga, vamos a nadar un poco- digo subiéndome a su espalda mientras le rodeo con mis piernas. Tengo una sonrisa de lujuria pintada en la cara, pero desde esta posición, es imposible que me vea.

Fruncé el ceño

-No, a ver, sí la he tocado... No mucho, ¡¡pero tampoco creas que Rick Dehnel se conforma con mirar de lejos!!

Me estaba poniendo nervioso su perorata. ¿Viejo sin hacerlo? Como siguiera así iba a recuperar la virginidad.

Me estremecí mientras Silvanus nadaba por debajo de mí y se ponía a mi espalda. Reí.

- ¿Vas a montarte en mi espalda como si fuera un caballo de mar? Bueno... ¡PUES VAMOS ALLÁ!

Me puse a nadar con él a mi espalda.

-Yayaya- digo gracioso.- no te tienes que excusar- le digo para picarlo.

Al final me subo en su espalda.- SI!!!- grito gracioso, intentando llevar mis piernas lo más abajo en su abdomen posible mientras mis manos sujetan sus pectorales y mi cara se aplasta contra su espalda.

-Jajaja el increible Silvanus va montado en la bestia de fuego!! juntos no existe monstruo ni bestia que pueda vencernos, ¿verdad? jajajaja - dios, es que le cogía la boca y no se la soltaba. ¿Y si le aprieto los pezones? no.. se dará cuenta... joder! ¿me voy a tener uqe conformar solo con verlo y manosearlo? yo quiero mas...

Me puse a nadar con él encima. Hacíamos una buena pareja, casi tanto como yo con mi mejor amigo Cero. Tal vez pudiéramos batallar juntos alguna vez.

- ¡Agua y fuego juntos son invencibles! - exclamé.

Nadaba lo más rápido que podía. Quizás no era muy veloz, pero en el agua mi fuerza me ayudaba un poco para desplazarme.

Silvanus se aferraba fuerte a mí, fuerte como todo guerrero que se aferrara. Sonreí. Eso era un hombre de verdad, alguien seguro que mantenía sus brazos y piernas firmes cuando era necesario. Y además me ayudaba a entrenar añadiendo su peso al mío.