Sala de baile

Ben se echó a reír, sin poder evitarlo. Negó, todavía recuperando el aire, y se inclinó hacia Fif, con cierto aire misterioso y sugerente.

─Cuéntame ese chiste otra vez cuando termine la noche ─la retó, antes de dar un pequeño trago a su bebida, alzando las cejas un par de veces.

Tomaron rumbo a la mesa donde estaba el preciado tesoro. Massen, por lo visto, estaba esperando por ellas, precisamente. Ben le dedicó un amago de saludo militar.

─¿Cómo va eso, Massie? ¿Ya has probado el postre principal de la velada? Veníamos a inspeccionar la calidad del producto.

Sin esperar más respuesta, alargó la mano para coger un trozo y le dio el primer mordisco.

De nuevo, se puso a presumir de dinero. A mi familia no le faltaba de nada, aunque no llegase a tener el nivel de la suya, pero no necesitaba ir por ahí diciéndole a la gente que podía patrocinar fiestas. Bien podría destinar aquel dinero al armamento de Brontë. O a ayudar a niños pobres.

-No sabía que era una fiesta para nosotras, nadie nos informó -murmuré, con tono algo seco.

Me relajé un poco cuando llevó el tema a mi padre, pero tampoco demasiado. No recordaba haberlo visto, aunque conocía su nombre por motivos obvios. Por suerte, Pris llegó cuando estaba a punto de responderle, y se me ablandó un poco el corazón. Tomé el vaso restante, mirando a Rick de reojo, un momento.

-¿Quieres? -pregunté, dejando claro con mi gesto que yo sí.

Iba a preguntarle si hubiese dejado que un hombre adulto emborrachase a su hermana, pero con Pris delante no me apetecía ser tan desagradable. No quería que ella se sintiese culpable.

-Nadia... -repetí-. Me suena el nombre, pero no la ubico tanto. Supongo que no es tan conocida como el heredero de los Dehnel, a fin de cuentas.

Hago un pequeño mohín, repentinamente incómoda. ¿A qué viene eso?

-Lo único que voy a contar cuando termine la noche son ovejas -mascullo, forzando una sonrisa mayor que la suya-. Y si las setas esas son buenas, espero verlas de verdad.

Llegamos junto a Massen y Jun y doy un par de golpes en la espalda del chavalote con ningún cuidado.

-¡Pero mirad quiénes están de vuelta! Esto no ha sido lo mismo sin vosotros-. Enseguida lo cambio por Massen, a la que paso una mano por los hombros-. No nos hemos puesto al día aún tú y yo, me has tenido la mar de descuidada...

Al ver cómo Retales toma uno de los trozos del bizcocho le pido con un gesto que me pase otro y en cuánto lo atrapo en el aire le pego un mordisco.

Viendo que Kyoti no quiere bailar, Johan se despide y se aleja en dirección a la zona de los músicos. Hay algunos miembros del servicio tocando, pero no se quedan atrás los que bailan animadamente. Johan se hace su sitio, sin ningún tipo de pudor, y enseguida empieza a moverse al ritmo de la música con los ojos cerrados, haciendo movimientos que, si bien no parecen en absoluto pasos de baile comunes, siguen de alguna forma el tempo.

Menea los brazos, la cabeza y se mueve en el sitio, botando sobre las piernas sin llegar a saltar, siguiendo siempre un ritmo fluido y tranquilo. La música lo lleva, y eso que todavía no ha hecho efecto el bizcocho. Pero ha fumado un poco antes de la fiesta.

Tuerzo un poco el gesto cuando comenta que la educación de Brontë sienta bien a la gente joven. Supongo que al final muchos de nosotros éramos "jóvenes" hace unos años. Aunque yo vine aprendida de casa. Pero no puedo negar que a Massen o a Jun, mismamente, los respete. Supongo que lo que no me gusta son los recién llegados, que vienen sin educar todavía, blandos y tiernos. Y molestos.

-No te puedo quitar la razón -termino por admitir, dando un nuevo trago a la copa.

Una voz llama mi atención, y me encuentro con Anna, la chica que cosía, saludándonos. Ni siquiera me había dado cuenta de que seguía por aquí hasta que la vi en la fiesta. Hace años hubiese apostado que se marcharía con las orejas gachas viendo que esto era mucho para ella, pero parece que me equivoqué. Ahora incluso mira a los ojos.

Bueno, no solamente a los ojos.

Enarco una ceja.

-Se está bien, de momento solo estoy charlando un poco con Cierzo y viendo el ambiente -explico con tono algo neutro, aunque examinándola con cierta curiosidad-. Has participado en la organización, por lo que he sabido.

Río a su comentario, mirando a Lea y Curtis, que abandonan la sala. Siendo así, señalo a lo lejos, a Alehyss y Cierzo.

<<Pues yo apuesto por ellos entonces>>, gesticulo, entre risas.

Ben y Frikka no tardan en llegar. Supongo que es un buen momento para cambiar de grupo, así que les dedico una conrisa y mantengo la compostura tras las palmadas de Frikka en mi espalda. No es que sea fuerte, pero ha dado con ganas.

Me despido con un gesto y no me alejo demasiado: Kyoti está aquí al lado, se ha quedado solo y tenía ganas de charlar con él un poco. Me aproximo y lo saludo con un gesto, ofreciéndole enseguida el collar.

-¿Qué tal? Me alegra verte por aquí -le transmito una vez se lo ha puesto.

Lo cierto era que no quería ser descortés, pero la conversación con aquella chica, Zaih'ra, me estaba haciendo sentir un poco incómodo. Sentía como si me estuviese atacando constantemente y no sabía si es que había hecho algo y no me había dado cuenta.

Cuando Pris volvió sentí que ya me estaba quedando sin respuestas, y la expresión de Zaih'ra también pareció relajarse. Miré el vasito restante y alcé las cejas al saber que lo había hecho Krista, risueño.

-¿Ah, sí? ¿Está por aquí? No la he visto. Tendré que saludarla-. La verdad era que me apetecía probar aquel postre, pero parecía que a Zaih'ra también y terminé por cedérselo con un gesto afable-. Todo tuyo.

De nuevo, aquel tono, hablando de Nadia, en aquel caso. Me pasé una mano por la nuca, algo incómodo pero manteniendo la sonrisa.

-Bueno, lo cierto es que me fui de casa hace muchos años y desde entonces la están formando en todo lo que es la organización, las relaciones sociales y eso... Está mucho más preparada que yo ahora mismo, diría. Yo solo he nacido antes, que no es que sea ningún mérito...

En una mirada de reojo vi a Lea justamente salir a los balcones y entendí aquello como mi momento.

-¡Ah! Tengo que ir a hablar con alguien. Pero nos vemos después, ¿sí? Un placer hablar con vosotras. Me gustaría que volviésemos a coincidir. ¡Disfrutad!

Pasé a rellenar la jarra de cerveza con un poco de negra espumosa y saludé a un par de miembros del servicio que estaban a lo mismo. Tomé uno de los vasitos del postre de Krista y salí a los balcones.

*se va*

Como ninguna de ellas tiene inconveniente con que no vaya a los balcones, me vuelvo hacia las mesas y marco mi objetivo en la cerveza. Me sirvo un vaso. Está realmente buena. Tengo que acordarme de agradecer a Rick luego que se encargase de las bebidas, fue muy considerado por su parte.

Habiéndole dado un par de tragos a la cerveza, me dispongo a probar los pinchos que encuentro. En general todo está muy bueno. El personal de cocina tiene mis respetos. Disfruto especialmente de unas tartaletas que parecen estar rellenas de una masa de setas y espinacas con bechamel. Nada muy complicado, pero sí resultón.

Aún estoy masticando una tartaleta cuando me giro hacia otra mesa donde hay distintos postres. Antes de dirigirme hacia allí, doy un gran trago a mi bebida. Me acerco con una sonrisa alegre, ya que al lado de los postres están Frikka y Ben. Ah, y también está la chica que conocí en a escaleras el otro día. Era Massen, si no recuerdo mal.

- Menuda fiesta habéis montado al final. Mis felicitaciones a las organizadoras -digo en dirección a las dos caeruleus. Luego le ofrezco una sonrisa a la piscis.- Un placer volver a verte, Massen. Me encanta cómo te has puesto las trenzas hoy -le digo con sinceridad. Va sencilla, pero muy mona.

Pris observó alternativamente a Zaih y a Rick, más que dispuesta a volver a unirse a la conversación, pero apenas tuvo ocasión. Al poco, Rick se había marchado corriendo, visiblemente incómodo. Pris se quedó mirando en la dirección en la que se había marchado, manteniendo un momento el silencio, saboreando una cucharada de su mousse con aire pensativo.

Finalmente, se volvió hacia su hermana, su ningún reproche en la mirada pero sin sonreír y con aire un tanto serio.

─¿No te encuentras bien? ─preguntó con tono suave.

No le apetecía discutir, y menos en mitad de una fiesta, pero Zaih necesitaba relajarse. Pris podía tener mucha paciencia y ser muy comprensiva con ella, pero eso no quitaba que Rick no le había hecho nada, y el cambio de ambiente cuando ella había llegado había sido evidente.

Di un trago a mi cerveza, y antes de que tuviese tiempo (o intención) de añadir algo más, Anna llegó para unírsenos. Tenía las mejillas evidentemente arreboladas y un aire un tanto nervioso, y no me pasó por alto la mirada que le dirigía a Alehyss. Todo un novedoso contraste con su actitud habitual. Me encontré preguntándome cuántas copas llevaría encima.

─Una agradable velada ─respondí a su pregunta.

Pero no pude evitar enarcar una ceja cuando Alehyss dijo que se había encargado de la organización. Por lo que sabía (y había asumido, en cierto modo) era cosa de Frikka y compañía. El estilo de Anna no me pegaban demasiado con ellas. Aunque, si habían conseguido enredar a Dehnel para financiarlo, bien podían haber enredado también a Anna. Aunque no veía qué interés podían tener en ella para preparar la fiesta; ¿les había hecho los trajes?

Alcé las cejas, mirando la dirección que Jun indicaba, y me volví a mirarlo con expresión divertida. Bueno, no parecía una apuesta descabellada, realmente. Asentí, conforme, con más solemnidad de la necesaria.

Sonreí a Ben, que en seguida estaba dando cuenta del postrecito de marras. Y Frikka, por supuesto, no tardó en hacerse con su propio trozo.

─¿Qué, está bueno? ─pregunté─. Que yo aún no lo he probado.

Me despedí de Jun cuando se marchó. Miré de reojo a Frikka, que estaba particularmente animada, sin perder la sonrisa. Apuré la cerveza que me quedaba y dejé la jarra sobre la mesa.

─Ya ves, no acaban de cuadrarnos los horarios ─coincidí─. Pero bueno, ya solo con esto me demuestras que la Frikka que conozco sigue como la dejé. ¿Hay algo importante de lo que no me haya enterado? No me digas que te casas y todavía no he recibido invitación. A ver, pasa un trozo ─pedí yo también a Ben, finalmente. Tanto bizcochito, pues habría que catar.

Apenas lo había dicho cuando se nos acerca también Kris. Me llevé una mano al pelo en un gesto inconsciente cuando me elogia el peinado.

─Gracias ─sonreí─. Qué guapa te has puesto tú hoy, también. Me alegra que lo estés pasando bien.

Cuando Jun lo encuentra, Kyoti se ha vuelto a mirar la pista de baile, divertido. No puede decirse que el ambiente no esté animado, aunque él no se vea capaz de participar. De vez en cuando ve a Johan entre la gente, completamente centrado en la música, si su expresión en trance no engaña.

Por algún motivo, la llegada de Jun lo sobresalta un poco, y diría que enrojece, si no fuera porque siente que ya tiene las mejillas encendidas. Sonríe y se pone el collar que el chico le ofrece.

─Yo también ─coincide─. Es decir, de verte. Se notaba tu falta. O sea, al entrenar, y así. Y, bueno, en general, claro. ¿Cómo... Qué tal la vuelta?

Kyoti supone que, llegada cierta sensación de temperatura en la cara, quizás ya no vale la pena seguirle dando muchas vueltas.

Ben se encontró de pronto administrando El Bizcocho. Le lanzó a Fif el trozo que pedía, le pasó otro a Massen y se terminó el suyo propio, regado con un poquito de licor. Qué delicia. Al poco se les acercó también Kris, con su habitual sonrisa.

─Kriiiiiiis ─saludó Ben, ilusionada, acercándose a abrazarla─. ¿Lo estás pasando bien, entonces? Cómo me alegro de que lo estés pasando bien. ¿Quieres bizcocho? Es el especial de Johan, ya tú sabes. Aunque, ahora que lo pienso, tú también le has estado dando a la cocina, ¿no? ¿Cuáles son los bocaditos que has preparado tú? Que quiero probar.

Echó un vistazo alrededor, observando con satisfacción que la multitud estaba dando buena cuenta tanto de la comida como de la bebida.

me despedí y todo me pareció normal y correcto, hasta me sentí levemente victoriosa, hasta que al mirar de nuevo a mi hermana y ver su expresión, y escucharla hablar, me di cuenta. Boqueé un momento y acabé por mirar alrededor. Estábamos en una fiesta. Con música, gente divirtiéndose y una animada charla.

-Lo siento -dije finalmente, agachando la cabeza-. Me preocupaba... Toda esta gente es muy mayor y tú...

No. No solo era aquello. Era cierto que me preocupaba Pris, pero realmente solo estaba tratando de controlarlo todo, como siempre, y no era capaz. Especialmente desde mi llegada a Brontë, y menos aún en un constexto como aquel.

-Está bien... Voy a relajarme. Voy a... intentar divertirme-. Y si no, me iría. No era justo ir allí a amargarle a los demás la experiencia. Ellos sí parecían habérselo ganado-. Debería disculparme con él, ¿no?

Ni siquiera me había dado cuenta de lo agresiva que había sido en el momento, pero al pensar en ello después...

Suspiré y, como acto de buena fe, di un sorbo y después le devolví la copa de champán y compuse una sonrisa un poco cansada. Tampoco era tan pequeña. Tenía que darle un voto de confizanza.

-Voy a ver si hablo con él, ¿vale? Luego, si quieres, puedo presentarte a Kyoti. Tú... disfruta.

No podía amargarle la diversión a mi hermana. Se estaba esforzando mucho, más que yo, por estar en aquel lugar.

La verdad es que el comentario de Kyoti me conmueve un poco. A fin de cuentas, es una de las personas a las que más he añorado de Brontë. Me preocupa que piense que he escrito menos cartas de las debidas, o algo así. Bebo un poco, pero hablo mientras. Es lo bueno de comunicarse con un objeto mágico, y no con mis cuerdas vocales.

-La verdad es que estar allí fue increíble. He aprendido muchas cosas y he conocido a mucha gente interesante. Pero llegado un momento, esto se echaba de menos. Y lo cierto es que desde que volví vivo como en un estado de emoción constante -confieso, riendo-. El otro día Massen y yo hicimos nuestra propia fiesta en el lago. Una mala idea, no te lo recomiendo. Esta es mucho mejor-. Tampoco es como si lo de la idea de las termas hubiese sido mucho mejor, no sé ni cómo volvimos a las habitaciones-. ¡Tenía muchas ganas de hablar contigo! Por fin tenemos un momento. ¿Cómo estás? He visto que has probado el bizcocho, no me lo esperaba.

Estoy acelerado. Me doy cuenta por lo mucho que he bombardeado a su cabeza. Continúo bebiendo a un ritmo más moderado que el otro día, pero que tampoco es especialmente prudente.

Pris negó con la cabeza, esbozando un amago de sonrisa conciliadora.

─Bueno, hay gente más de mi edad ─replicó, señalando con la cabeza en dirección al grupo que se congregaba en torno a un postre en particular─. Pero me pareció que tenían más peligro, la verdad. Aunque a la mayoría ni siquiera los conozco mucho.

Se encogió de hombros cuando su hermana quiso consultar su opinión. Se le hacía un poco extraño ser ella quien aconsejase a Zaih. Y, por otra parte, aunque estaba encantada de estar allí para ella, le parecía que esa clase de decisiones tenían que ser suyas o no servirían de nada. O eso le habían dicho a ella siempre, al menos.

Tomó la copa que su hermana el ofrecía y aprovechando el intercambio para darle un suave apretoncito en las manos.

─Me encantaría conocerlo. No es obligatorio pasarlo bien aquí ─le recordó─. No hace falta que te obligues, si no te apetece. Pero, si te apetece... A mí me está llamando la música. Es un poco distinta, pero para bailar sirve, ¿verdad?

Asiento a la pregunta de Massen.

-Pues sí que está bueno, aunque sabe un poco raro. Pero lo normal, supongo. A ver si sobra y me lo desayuno mañana.

Hago un gesto a Jun, que se marcha, y enseguida me centro en Massen de nuevo, terminando el bizcocho. No puedo evitar reír cuando pregunta.

-No, pava, ya me he casado. Te hubiese invitado, pero es que no estabas. No tenía a dónde enviar la invitación. Pero bueno, para la próxima te invito, promesita.

Antikris se nos acerca entonces y alzo la ceja, dejando ir un silbido y acabando con una sonrisa socarrona. Lista para triunfar. ¿Le tendrá echado el ojo a alguien? ¿O se lo habrá sacado?

-¡Vaya, berzas, Antikris!-. Luego hago una reverencia exagerada y me quito el sombrero-. Gracias, gracias. Lo mejor para todas vosotras, ya lo sabéis. Recomendadme a familias y amigos. Fifi-fiestas al gusto.

Qué vergüenza.

Carraspeo, intentando mantener una compostura digna, aunque empiezo a notar que además del calor de las mejillas mis reacciones son menos comedidas que de costumbre. Me acomodo las gafas en un gesto suave, apartando la vista con cierta timidez.

-Sí, bueno, estaba con Ben cuando surgió la idea y...-. Los miro con cierto brillo en los ojos-. Me gusta mucho organizar. Y hacía mucho que no hacía algo como esto. Quizás debería cortarme un poco con las copas, es que estoy algo nerviosa y me he dejado llevar...

Los miro de nuevo. Me esfuerzo mucho porque sea simplemente una mirada breve y respetuosa. Yo soy una chica respetuosa. Es lo que soy.

-Estáis muy bien. Muy elegantes-. Anna, cállate-. Le he dicho a Lea que volvería ahora, así que... Nos vemos luego, ¿sí? Disfrutad.

Hago una pequeña reverencia y me apresuro a alejarme en dirección a los balcones.

Llego a ellas y se giran hacia mí, incluyéndome en el círculo que tienen alrededor de un postre concreto.

- Gracas -le contesto sonriente a Massen cuando me responde.

Lo siguiente que veo es Ben viniendo hacia mí para abrazarme. Y yo abro los brazos para corresponderla alegremente.

- Claro que me lo estoy pasando genial -le respondo a la primera de sus preguntas. Pero sigue hablando, así que espero a que termine de preguntar. La noto ya bastante contenta, imagino que será por lo que está bebiendo.- Pues sí, he preparado varios canapés y mi famosa mousse de fresa, que está triunfando bastante -le digo con una sonrisa. A continuación me fijo en el bizcocho del que habla. Así que lo ha hecho Johan. Leo la nota que tiene y sonrío de nuevo.- Sin duda probaré ese bizcocho especial.

Frikka lo primero que hace es llamar la atención sobre mi escote. Y la forma en que lo hace me hace reír. Suelto una carcajada divertida antes de contestarle.

- Gracias, las he cultivado yo misma -y le sonrío con expresión pícara antes de acercarme alargando el brazo para coger un pedazo del bizcocho.

Kyoti no puede evitar una sonrisa más amplia, oyendo lo emocionado que está Jun. ¿Oyendo? ¿Es oyendo la palabra adecuada? Da un sorbo a su bebida, pensativo, tratando de asimilar toda la información que está llegando a su cerebro de golpe.

Tarda un momento más de lo habitual, pero acaba por ser capaz de responder. Finalmente sonríe, un poco desubicado.

─Y-yo también ─acierta a decir─. Estoy... estoy bien ─. ¿Está bien? Da un nuevo sorbo a su bebida─. He estado... Bueno, ¿como siempre? Es decir. Entrenando y... bueno, y así. Seguro... Seguro que tu viaje ha sido mucho más interesante. Supongo ─. Vuelve la vista un momento al bizcocho cuando Jun lo menciona y siente una oleada de algo parecido a la timidez. Ríe un poco─. Nunca lo había probado. O sea, en bizcocho. A ver... a ver qué tal. Por ahora no noto nada, creo...

Un poco de hambre, quizás. Ah, pero Johan ha dicho que mejor no tome más. Debería buscar otra cosa. Vuelve a mirar a Jun.

─Es... es raro. Quiero decir. Estás cambiado. Perdona. Supongo... supongo que te lo estará diciendo todo el mundo, a lo mejor. Pero estás muy guapo, ¿sabes?

Tiene la vaga sensación de que no quería decir eso. Da otro trago, en busca de una distracción.

Enarco las cejas, cada ves más entretenida. Desde luego, sí que lleva un par de copas.

-Habéis hecho un buen trabajo -me limito a decirle. No es que sea mentira, yo no hubiese sido capaz de organizar algo como esto, pero principalmente por desidia-. Nos vemos después entonces. Diviértete.

Una vez se ha ido, doy un nuevo sorbo a mi bebida y, sin ocultar la sonrisa, me vuelvo hacia Cierzo. Dejo que el silencio sea lo suficientemente largo como para disfrutarlo.

-Está simpática la costurera -comento, finalmente.

Para haberse bebido varias copas, diría que tiene sed todavía. Quizás debería probar con otra cosa. Agua, por ejemplo.

Me llevé una mano al pecho, fingiéndome ofendida.

─Gasp. Y yo que pensé que me ibas a pedir que fuera una de tus damas de honor. Me voy un momento y cuando vuelvo resulta que ya has rehecho tu vida sin mí ─le seguí la corriente.

Por lo visto, aunque Kris llevase poco tiempo en el palacio estaba ya completamente integrada. Ben y Frikka la recibieron con los brazos abiertos (en el caso de Ben, literalmente) y Frikka ya le había encontrado un apodo absurdo. Sonreí. Me alegraba de ver que había buen ambiente.

Ben alzó las cejas, mordiéndose el labio.

─¡Mousse! ─exclamó. Qué delicia era rodearse de gente que sabía cocinar. Ben estaba viviendo El Sueño─. Pues voy a por una. No os escondáis mucho que en seguida estoy de vuelta.

Se acabó su licor de un trago y salió corriendo en busca de la famosa delicia. No tardó mucho en dar con ella. Y menos mal que había preguntado, porque ya se notaba que faltaban unos cuantos vasitos. Se hizo rápidamente con uno y lo probó allí mismo. Cerró los ojos, asintiendo para sí.

En un alarde de capacidad estratégica, cogió un segundo vasito antes de dirigirse de vuelta a su grupo. No fuera que luego le apeteciese más y ya no quedase.

Me alivió un poco ver que Pris también tenía ojo para ver quién tenía más peligro y quién menos. Si lo pensaba bien, era un poco hipócrita que yo, que era mucho menos sociable, pusiese las normas sobre qué personas eran apropiadas y cuáles no. Era mi hermana, claro que tenía la cabeza bien amueblada.

Ella me dio un pequeño apretón en la mano y yo respondí con un abrazo suave. Por mucho que me preocupase haberla llevado allí conmigo, no sabía qué hubiese hecho sin ella. Una vez nos separamos, busqué a Kyoti con la mirada y tras un momento di con él. Estaba hablando con un claritas y no pude evitar una sonrisa divertida al verlo. Volví a dirigirme a Pris.

-Bueno, creo que será mejor que bailemos un poco primero, si te parece bien que vayamos juntas, y que luego te lo presente. Ahora parece ocupado.

La zona de baile no estaba muy lejos. Diferencié a aquel chico azul, Johan, moviéndose de una forma algo extraa entre la gente. No tenía claro si estaba bailando o en alguna clase de trance.