Comedor

Llego al comedor después de un día de cartas y ejercicio. Tengo algo de hambre, la verdad. Al llegar me encuentro a Hewina acompañada de otra chica que parecía flamma y no me suena de nada.

- Buenas noches, señoritas, ¿Teneis un buen almuerzo? -Pregunto, contento, sacando las manos de los bolsillos y sonriendo. Luego miro a la chica nueva. -Perdona, a ti no te conozco... Soy Heylel -.Le sonrío haciéndole una pequeña reverencia con un ala.

Ella me dio las gracias y sonrió, y yo le sonreí igualmente.

Entonces me preguntó si llevaba allí mucho tiempo. Aquel día con Heylel y Lyam lo había calculado, por lo que le conteste rápidamente: "Dentro de un par de días hará dos meses"

"Lo cierto es que no es mucho... pero tengo la sensación de que llevo aquí media vida... y lo que nos queda", le comenté.

"Pero bueno, dentro de lo que cabe la vida por aquí es bastante agradable, por el momento", le comenté, ya que por lo que me dijo creí que no era conveniente que se hiciese malas impresiones.

Entonces apareció Heylel y nos saludó, presentándose después a Summer.

Mientras los miré sonriente.

"Vaya, es bastante tiempo. Supongo que ya conoces a casi todo el mundo" Le comenté algo sorprendida y luego jugueteé con un par de mechones de pelo mientras miraba por la ventana mientras Hewina acababa de hablarme. "Me acostumbraré rápido entonces" En ese momento llegó un chico de pelo claro y alas enormes. Era un aether que nos saludó con mucha confianza con lo que debía de conocer a Hewina. Lo miré unos segundos sin saber muy bien cómo actuar. En mi santuario solo convivíamos mujeres y solamente una vez cada tres meses teníamos una comida de dos horas con los hombres del otro santuario. No sabía hasta qué punto se me permitía aquel contacto. Pero ahora estaba llena de energía, no como cuando el otro chico piscis me había saludado en el halla así que me levanté y lo saludé amablemente. "Un placer, Heylel, me llamo Summer, Summer Bullet y acabo de llegar"

La chica flamma se queda muda durante unos segundos para luego presentarse con normalidad. Quizá las había interrumpido en cosas de mujeres y se había molestado. Sonrío a Summer y luego me tomo la libertad de sentarme.

- Si no os importa... -Digo. Entonces miro a Hewina y le doy un golpecito con el codo.-¿Qué tal todo? ¿Más tranquila? -Pregunto, ya que la última vez que hablamos estaba abstante afectada.

"Bueno... no del todo", le dije a Heylel desviando la mirada, dándole a entender que había pasado algo más. No era plan hablar de todo aquello frente a Summer. Ya se lo diría en otro momento...

Tenía que cambiar de tema... pero por suerte apareció el chico del servicio para atender a Heylel.

Ellos dos parecían llevarse muy bien ya que Heylel enseguida se puso a hablar con Hewina. Me sentía un poco desplazada ya que yo acababa de conocerles a los dos y no sabía qué decir. Me quedé mirándolos mientras hablaban pero Hewina no parecía querer compartir la conversación con el aether. Esperé unos segundos y pensé que estaría bien dejarlos tranquilos e ir a hacer mi primera purificación para entrar en contacto con el lugar. Aprovechando que me había levantado los miré a los dos con amabilidad y me despedí. "Ha sido un placer conoceros, sois muy agradables. He tenido suerte. Espero volver a veros pronto."

Hewina no parece muy animada todavía y prefiere no hablar del tema frente a la chica nueva por lo que me mantengo en silencio hasta que el chico del servicio viene a atenderme y le pido un poco de arroz con pasas. Es raro, pero me apetece.

Entonces la flamma espera un momento y dice que se va y que ya volveríamos a vernos. Le sonrío amablemente y me despido de ella. - Claro, suerte por aquí. Nos vemos -.Comento cuando se va. Parece algo tímida.

al rato el camarero viene con mi pedido y empiezo a comer con tranquilidad esperando a ver lo que dice Hewina.

Summer se despidió de nosotros y se fue. Yo me despedí de ella diciéndole: "Igualmente. Adiós Summer", y Heylel también se despidió de ella.

El camarero le trajo a Heylel la comida, y una vez se fue le dije cerrando los ojos y acariciándome la frente: "A ver... por donde empiezo..."

Y entonces le conté todo lo sucedido: la conversación con Silvanus, la conversación con Adela y la pelea de ambos.Eso sí... sin perder los nervios. Estábamos en un lugar público y, por suerte, podía contenerme un poco.

Cuando terminé di un sorbo de néctar, y esperé su contestación.

Escucho a Hewina y me impresiona escuchar la forma de actuar de Silvansu... Y de Adela, que miedo de señora... Acabo mi comida mientras me cuenta -tengo hambre- y me dispongo a decir algo.

- Vaya... Lo siento por lo de Silvanus. Esperaba que fuese más... - ¿Más qué? La verdad es que no lo sé, pero se me hace raro. -Y lo de Adela pues, hombre, es una mujer agradable, pero un poco exagerada...

No tengo mucha idea de qué más comentar así que le doy una palmada en la espalda.

-No sé que decirte... La gente de este lugar está loca -.Comento despreocupado.

"Ya... en fin...", le digo con una sonrisa totalmente fingida.

Entonces desvío la mirada y apoyo mi cabeza en un brazo que tenía apoyado en la mesa por el codo.

"En parte entiendo que Silvanus reaccionase así, y que ahora piense mal de mi... pero... ¿qué debo hacer? ¿Debería hablar con él y explicárselo? No quiero verle enfadado conmigo, y además, no se como reaccionará... ya no se que es lo que se le pasa por la cabeza...", dije.

Permanecí un rato callada, mientras se me llenaban los ojos de lágrimas.

"Estabamos tan unidos... y ahora ni siquiera debo acercarme a él...", dije con una voz temblorosa. Entonces cerré los ojos para tranquilizarme y no romper a llorar.

Entré en el comedor con la bandeja de pasteles y aquel bicho asqueroso para hewina, que justamente estaba con el Aether.


Ala, dije tirándole al bicho ese encima de la mesa, mientras gritaba de forma estrepitosa.

-Un regalito: espero que te guste, dije frotándle la cabeza a la chica.


Bueno, disculpadme, voy a fregar este cacharro a la cocina.

*se va*

Miré asombrada al pobre animalillo, mientras Adela me decía aquello y se iba.

Entonces miré unos segundos a Heylel, y después a Adela, mientras le decía "¡P-p-pero Adela! ¡Yo no... ... ..."

"Vale, pasa de mi...", dije viendo a Heylel, ya que Adela se había metido en la cocina sin hacerme caso.

"Madre mía... esta mujer...", dije llevándome una mano a la cara, mientras miraba al pobre animal, que temblaba encogido en el centro de la mesa.

"No tengas miedo... no vamos a hacerte nada...", le dije con suavidad al pobrecillo. Dejó de temblar, peor todavía me miraba asustado.

Entonces abrí mi bolsa y saqué una de las galletas que Adela me había dado.

"Mira, toma. Es para ti", le dije sonriente mientras se la ofrecía.

La olisqueó mientras se acercaba a mi con temor, pero finalmente se convenció de que no iba a hacerle nada, y cuando mordió la galleta la solté, para que se la quedase. Se puso muy contento, y empezó a hacer ruiditos.

"Que voz más bonita...", dije sonriente. Y no solo la voz, todo él era bonito. Tenía unas orejas y una cola muy largas, y al rededor de su cuello tenia un abundante pelo blanco, del cual sobresalían unas alas blancas y bonitas, por su espalda. El resto de su pelo era color beige, a excepción de dos manchitas color marrón que tenía en las puntas de las orejas... y tenía dos cuernitos negros, y unos ojos azules muy bonitos.

Entonces miré a Heylel, quien me miraba con su típica cara de asombro. Me sonrojé un poco, ya que a lo mejor le había parecido absurdo que hablase tanto con el animalillo, y me reí levemente mientras me rascaba una oreja.

Voy a responder a Hewina cuando entra Adela y le trae algo. ¡Si es un Tidnle! Que preciosidad, tan pequeñajo...

-Que cucada... Es tan suave y mira esas alitas... oish... -Creo que me estoy emocionando mucho, pero es tan bonito. Dan ganas de achucharlo. -Mira las pintitas de las orejas... Ejeme... Bueno, esto, perdona... Es muy bonito -.Le digo algo avergonzado por mi primera reacción. Veo afuera. Es tarde y, a pesar de que Hewina parecía preocupasa, ahora estaba más animada con el bichín. -Ponle un nombre bonito, ¿eh?

Estiro las alas y los brazos. Creo que debería ir a preparar las cosas para mañana y descansar.

- Bueno Hewina, tú no te comas la cabeza. Por el momento deja que silvanus piense en poco y evita discusiones innecesarias... Además ahora tienes un gran compañero -.Sonrío.- Venga, cuidate mucho y ya nos veremos -. Y me fui conteniendo las ganas de achuchar al Tidnle.

*se va*

Al final Heylel reaccionó de una forma similar a la mía, por lo que no pude evitar soltar una carcajada.

El tidnle nos miraba a ambos embobados, y entonces Heylel se despidió de mi diciéndome aquello

"Vale, Heylel... adiós", le dije. Lo cierto es que con gente que te quiere todo se hace mas llevadero... habían conseguido animarme el día.

"Pero esta Adela... yo no quería una mascota. Tu eres un bichín libre... ¿a que sí?", le dije mientras lo acariciaba, y entonces empezó a hacer ruiditos de nuevo. Después me olisqueó la manó, y entonces se acercó más a mi. Parecía que disfrutaba de mi compañía, a pesar de no ser de su especie, pero seguro que si le ofrecía la oportunidad de ser libre querría serlo... así que decidí llevarlo a los exteriores, para ver qué hacía.

Lo cogí en brazos y se dejó, y entonces me fui con el de allí, mientras le hablaba.


*se van*




FdR: foto de los Tidnles ahí -> https://elmundodemithos.activoforo.com/t138-criaturas#3803

Todo estaba extremadamente silencioso en Brontë, entonces oí un estridente sonido, mientras lababa un plato con los del servicio.

-Perdonadme un momento... dije asomándome por la ventana. Ví unas luces extrañas, por lo que salí corriendo como alma que lleva el diablo.

*se va*

Llego al comedor con desgana y en cuanto me preguntan qué deseo, me limito a decir que que cualquier cosa, que con que sea rápido de hacer y fácil de comer me conformo. Enseguida un joven entra en la cocina y tarda poco en regresar con un bocadillo. Cereales y carne. Suficiente.

Lo tomo, asiento como único gesto de gratitud y salgo.

Mientras atravieso la puerta, un bostezo asoma a mis labios.

*se va*

Entré en el comedor distraída, sin saber muy bien dónde pisaba, lo que me llevó a pegarme un par de tropezones antes de alcanzar la mesa. Una vez allí, me senté, con semblante inexpresivo, y esperé a que me atendieran.

Cuando un chico del servicio apareció junto a mí para preguntarme qué quería, me di cuenta de que ni yo misma lo sabía. Me encogí de hombros, sin mirarlo siquiera, y al ver que no contestaba se fue sin más.

Para mi sorpresa, volvió al poco rato con una fuente repleta de churrasco. Murmuré un "Gracias" apenas audible y me serví un poco de carne, con desgana.

*Se queda*

Al cabo de un rato, me levanté. Miré mi plato, casi intacto, sintiéndome algo culpable. Con un suspiro, me di la vuelta y abandoné el comedor.

*Se va*

Llegué al comedor con un gran dolor de barriga, me había pasado todo el día trabajando de un lugar a otro y aún no había tenido tiempo para comer.
Cogí un plato que se encontraba sobre la mesa principal y me dirigí a cogerme un poco de comida, ya que el turno de los sirvientes ya había acabado a las cuatro de la tarde. Fue entonces cuando miré a mi alrededor y me replanteé seriamente el castigo para Aren, había seguido haciendo cosas terribles, y algún día tendría que pararle los pies.

Tomé el primer asiento que vi y me senté,con tenedor y cuchillo en mano, esperando a que la comida fuese desapareciendo poco a poco del plato.

Una vez me hube llenado el estómago, decidí marcharme a seguir con el trabajo.

*Se va*

Entré en el comedor decaída y a paso lento porque me apetecía tomar algo caliente. Me senté en una de las mesas, y el chico del servicio de siempre vino corriendo hacia mi, como de costumbre.

Cuando me preguntó qué quería le dije sin mucho entusiasmo mientras miraba a otra parte: "Traeme algo caliente para beber, por favor". Entonces se fue rápidamente, como de costumbre.

A seguir apoyé los codos en la mesa y mi cabeza en mis manos, mientras cerraba los ojos y seguía dándole vueltas a mis continuas desdichas. Después de un rato sentí los pasos apresurados del chico del servicio, su voz diciéndome "Aquí tiene", y a seguir el sonido de algo que apoyaba en la mesa.

Entonces alcé mi cabeza y vi un plato con pastas variadas junto a una taza de chocolate caliente con nata por encima. Sobre la nata había una carita sonriente dibujada con sirope de fresa... y bajo esta ponía "Sonríe".

Me quedé unos segundos perpleja, y cuando quise ver al chico del servicio ya no estaba allí.

Entonces volví a ver la taza... sonreí y procedí a tomármelo.


*se queda*

Despues de un árduo día de búsqueda en la sala común- zona prohibida, estaba hambriento, por lo que me dirigí al comedor.

Allí estaba Hewina, por lo que decidí sentarme a su vera.

-Hola, dije pasándole un brazo por el hombro y apretándole la nariz con la otra mano.

El camarero se acercó a mi.

-Traeme lo mismo que a ella- le dije sin verle.

Al rato, el camarero apareció con un plato con pastas variadas junto a una taza de chocolate caliente con nata por encima. Sobre la nata había una cara seria.

-Tiene buena pinta, verdad, Hew?

Después de un rato Silvanus apareció y me saludó, y me rodeó con un brazo mientras me apretaba la nariz con la mano del otro.

Yo desvié la mirada disgustada y sin decirle nada, y entonces el chico del servicio vino apresurado a junto nuestra. Silvanus le pidió que le trajese lo mismo que yo, y él frunció levemente el ceño y se fue apresurado.

Lo miré atentamente, y entonces Silvanus me soltó y se sentó frente a mi. Desvié la mirada y no le dije nada.

"¿Por qué se comporta como si nada hubiese pasado? Pf... será... ... ... me desquicia.", pensé enfadada.

Después de un rato de silencio incómodo apareció el chico del servicio con las pastas y el chocolate, pero en su nata había una cara seria dibujada.

Me reí para mis adentros, y entonces Silvanus me dijo aquello.

"Sí", dije con tono seco, mientras volvía a desviar la mirada.

-Ogh, por dios, niña!- dije con la boca llena- ¿que te pasa? ¿te ha comido la lengua un mecña? jolines... como te pones solo porque te pedi sexo... dije recostándome hacia atrás, con la boca manchada de chocolate.

FdR: cutrepost, lo siento xD

Abrí mucho los ojos con su comentario, y a seguir miré a los alrededores, por si había alguien cerca que pudiese haber oído eso.

"Controla lo que dices, ¿quieres? Estamos en un sitio público", le dije enfadada.

Entonces le di un sorbo a mi chocolate, mientras fruncía el ceño y pensaba: "Seguro que ha venido a insistirme sobre el tema... si no no se que demonios hace aquí."

-¿Perdona? dije incrédulo- no me da la gana de callarme- dije poniéndome de pié- ESCUCHEN TODOS LOS DEL COMEDOR, ESTA SEÑORITA DE AQUI ME TIENE A DOS VELAS, Y LUEGO SE EXTRAÑA CUANDO LE PIDO SEXO O ME VOY CON OTRAS PERSONAS- entonces me acerqué a su cara y le di un besito, con una sonrisa peculiar en mis labios. Si no me iba a dar sexo, ¿para qué la quería? Aren me habia enseñado que las mujeres solo valían para eso, ¿porqué no iba a tener razon?- cuando estés dispuesta, me avisas.

Me erguí de nuevo u ví la cara de incredulidad del camarero, le lancé un besito del aire y me fui

*se va*

Mientras decía eso abrí mucho los ojos, mientras miraba a todas partes y me ruborizaba al máximo.

Entonces se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla, y a seguir me dijo a aquello.

Comencé a llenarme de ira, y cuando se fue la descargué agarrando la mesa en la que estábamos y volcándola, sacando una fuerza descomunal de todavía hoy no se donde.

Entonces me fui de allí sin mirar a nadie, mientras se me llenaban los ojos de lágrimas.


*se va*



FdR: te odio -.-