Comedor

Heylel me pasa los dedos manchados por la cara y yo me rio.

-Se cree el labron que todos son de su condición digo riendo. Jajajajaja entonces amaprece Thamerlein buscando sitio.

-EEEEEHHHHH THAAAAAAMMM AQUIIIIIII digo agitando la mano en el aire y metiéndome otro pastel en la boca.

-Dios, Heyl, me voy a poner como un bismonte... digo viéndome la tripa.

Seguía en mi búsqueda cuando escuché unos ruídos y risas provenientes de una mesa. Cerré los ojos y se me hizo la boca agua mientras olía los diferentes sabores. Oí mi nombre, procediendo de un grito conocido. Abrí los ojos y a lo lejos lo vi, ahí de donde procedía el ruído y las risas, estaba el pequeño Silvanus comiendo.- Siempre tan desapercibido...- Pensé irónicamente. Sonreí satisfecha y guiada por mi instinto de supervivencia me dirigí a su mesa.

Llegué rápidamente. Silvanus estaba con otro chico, pero no presté la menos atención, en su plato había un montón de fruta roja con una espece de crema blanca. Supuse que se trataba de fresas con nata. Sin dudar alargué el brazo y le cogí un par de fresas que me metí en la boca. Cerré los ojos, estaban riquísimas. Casi podía escuchar el gozo de mi estómago.- Bien hecho pececillo.- Le dije con una sonrisa y levanté el pulgar satisfecha. Le cogí un puñado de fresas que me metí en la boca.

Silvanus sigue comiendo hasta que llama a gritos a la chica que estaba como perdida. Así que la conoce.

Cuando ella se acerca se limita a coger fresas y aprobar a Silvanus por su elección. No es que me importe que coja o que no me parezca divertida su forma de actuar, pero si algo descortés. Dedico a la chica una reverencia con un ala y una sonrisa amable.

- Está bueno, ¿cierto? -Comento, divertido. No tengo demasiada hambre y silvanus parece más contento así que decido ir a acabar mis cosas antes de dormir ya que es tarde y debía enviar las cartas mañana por la mañana. Además ahora estaría acompañado. Me levanto de la mesa.

- En fin, yo ya he agotado mi tiempo. No te comas demasiados o acabarás empachado y no habrá quien te aguante malo -. Aconsejo algo divertido. Luego miro a la chica. -Antes de nada, soy Heylel y perdona si tengo que irme tan pronto. Ya nos veremos -. Indico para luego despedirme con la mano y salir de allí.

*se va*

FdR: Duuuh si hubieses llegado antes habría hablado contigo al fin ;_;

Heylel se va. Que gran tipo. Si señor.

-Bieno, Tham, únete a la fiesta de las fresas Jajaja- el camarero viene de vuevo para preguntar si la chica quería algo.- A mi traigame también un poco de zumo de sandía, porfa.

-¿Que cuentas? - digo metiéndome otro pastel en la boca. Y con los ojos llenos de brillitos.

Asentí sin prestar mucha atención a lo que me decía el acompañante de Silvanus. De repente me fijo en que hace uan reverencia con un ala y me dedica una sonrisa. Le sonrío en respuesta.

El chico se excusa y se levanta, no sin antes decirme su nombre. Me acabé las fresas que tenía en la mano de un trago.- Thamerlein.- Le dije son una nueva sonrisa, no sabía por qué pero estaba feliz.- Encantada.- Le cogí otra fresa a Silvanus. El chico se fue y mientras se dirigía a la puerta me quedé mirándolo. Me fijé en sus alas, sonreí, hacía tiempo que no... Se me cayó la fresa.

Me quedé medio en shock mirando la puerta por la que Heylel se había ido. Abrí la boca, pero no pude articular palabra. Después de unos 20 segundos en ese estado, conseguí girar la cabeza y miré a Silvanus estupefacta.- Era...- Señalé la puerta.- Era un...- Mis ojos se iluminaron cuando recordé las alas.- Era un Aether!- Solté casi gritando.- Silvanus! Un Aether! Otro!! Aquí, en Brontë!!- Lo cogí del cuello de la camisa.- Con alas! Un aether como yo!!- Dije eufórica, no había visto a ninguno hasta ese momento, y claro, me emocioné.- Ah... alguien de ventus!- Me senté en la silla al lado de Silvanus.- Esto es genial.- Dije finalmente y cogí otra fresa que memetí en la boca. Ahora ya sabía por qué me sentía tan feliz, hacía muchísimo tiempo que no veía a nadie de mi especie. Entonces me di cuenta de que apenas había hablado con él y me maldecí a mí misma.

FdR: Lo hice lo más rápido que pude ughuuu

-Jajajajajajajaja me comencé a reir al ver a Tham en ese estado de shock. - ¿no lo conoces? ¡es Heylel y es la persona mas buena, sincera, amable genialoso, cuqui y blandito del mundo mundial! Oishhh es que me lo comía a trozos, de verdad.

-¿que pasa? ni que nunca hubieras visto un aether, hija mia. entonces le doy con el codo en la barriga- que, te gusta, ¿verdad? dijecomiendo otro pastel y embadurnándome aún mas.


FdR: A THAM LE GUSTA HEYL, A THAM LE GUSTA HEYL!

Pasé olímpicamente de su risa.

Fruncí el ceño.- Claro que los vi.- Me comí otra fresa.- Es sólo que hace unas 4 lunas que no veo a uno.- Me giré y lo miré fijamente.- Bien hecho pececillo.- Le dije con una sonrisa, se lo merecía. Gracias a él estaba alimentándome de algo rico y había conocido a un Aether.

Entonces me dio un codazo, que manía tenía con darme codazos, e insinuó que me gustaba.- Idiota.- Le dije, únicamente había reaccionado así porque hacía tiempo que no veía a un Aether, nada más. Cogí una fresa y me la metí en la boca. Por culpa de Silvanus me había acordado de... Cerré los ojos y me obligué a olvidar ese pensamiento, o al menos a enterrarlo de nuevo.

- Aún te queda mucho por aprender...- Le di unas palmaditas en la cabeza - Sobre todo por aprender de mi...- Sonreí y le cogi otra fresa. Me levanté.- Bueno renacuajo, yo me voy ahora que tengo el estómago lleno.- Le di unas palmaditas a mi barriga y cogí la última fresa que quedaba en la mesa. Parecía mentira que nos hubiéramos acabado todo ese arsenal de comida.- Ya nos veremos por ahí, que si no recuerdo mal aún te tengo que dejar K.O- Le dije con una sonrisa de suficiencia.

Hoy había sido un gran día, había practicado con Arpa y el cuerpo a cuerpo, había cenado una comida sabrosa y había conocido a un Aether. Sí, habría sido un día perfecto si ese pequeño pensamiento de otro Aether no me corcomiera la cabeza.

*Se va*

FdR: Lo siento pero es que tengo que irme ya que tengo que leer un libro xDD
FdR2: Baaka ¬¬

Puse morritos, como de costumbre y me cruzé de brazos. No me llames pececillo, buitre! - dije enfadado de broma.

-Eso habra que verlo, he estado entrenando mucho, ja! te va a costar mucho esta vez. Bueno, si te vas, espera: que me voy contigo.


*se van*



FdR: bien... el pequeño y enrebesado pasado de esa pequeña zorrita misteriosa sale a la luz ajajajaajajajaj

Entré en el comedor con toda mi grandeza flotando a mi alrededor.

- ¡¡¡QUIERO UN CORDERO!!! -sentencié-. ¡¡¡Y PATATAS!!! Por favor -. Sonreí y esperé a que me atendieran.

Dos jóvenes chysos se asombraron con mi caballerosa petición, pero finalmente me hicieron caso y al rato volvían cargando dificultosamente lo que les había pedido.

Sonreí.

- Quiero un par de cosas más: una olla, especias y también...

Tras tener todo lo necesario, les sonreí y partí con ello en brazos.

*se va cargadillo XD*

Entré en la cocina.
-Chicos me lleva cena cesta de estas, ¿vale? es que voy a celebrar una pequeña fiesta.

Ellos asintieron

Cogí un poco de pan, queso, una botella de vino, uvas, un poco de tortilla y unas pechugas de pollo. - Espero que sea suficiente.


*se va*

Desayunaba aburrido unas gachas de avena espesas que hacían "PLOF" cuando caían de nuevo en el cuenco desde mi cuchara. Tenía la cabeza apoyada en una mano cuyo codo descansaba en la mesa.

Me metí una cucharada en la boca y tragué sin muchas ganas.

Los sábados eran un poco aburridos... la gente se los pasaba durmiendo y el comedor estaba desierto.

Pensaba en la conversación de Aren y Heylel en los balcones...

"Claro que no dejaría a mis compañeros pagar por mí, señor" eso lo habís dicho Heyl antes de lo de su ala... luego no pude escuchar mucho más, porque me invadió el miedo y tuve que salir corriendo... me temblaban las piernas.

¿A quienes se refería Heyl? no se... es extraño... entonces dejé que otra cucharada cayera de mi cuchara al cuenco haciendo un sonoro "PLOF" que retumbó por toda la sala.


*se queda*


FdR: es demasiado tonto como para relacionar sucesos ajajaj

Llego al comedor y pido algo de arroz y carne. La verdad es que, auqnue me hubiese levantado sin muchas ganas, ahora tengo hambre.

En cuanto me trae la comida comienzo a comer con calma hasta acabármelo todo. Una vez terminado salgo de allí.

*se va*

Entró en el comedor después de entablar conversación con aquel hombre. Estaba oscuro y no lo había diferenciado muy bien, pero por alguna razón no le pareció un alumno.

Se sentó en la mesa con las piernas abiertas y se rascó el entreteto.

- ¡La cena, señores! que tengo hambre, joder.- un chico se acercó rápido a ella y le trajo la cena.- ¿que coño es eso? dijo escupiendo encima de la comida. Se puso de pie y se dirigió al muchacho.- Tráeme un whisky con hielo. Eso es lo que cena Bocanegra ¿entendido?- dijo la mujer empujándo suavemente al muchacho.

Se volvió a sentar y se puso a juguetear con una moneda de oro. La hacía rodar con sus dedos mientras esperaba.

-Por fin. Para la próxima a ver si espabilas más, dijo viéndolo de reojo.

Se bebió el licor de un trago.- Bah, garrafón puro y duro, pero por ser tu primera vez te lo perdonaré.- entonces le tocó el paquete al camarero, y por la cara del jovencito sacó sus propias conclusiones.- Pff, otra virgen suelta. dijo apretando fuertemete el contenido de su mano.

-Cuando quieras, ya sabes, chaval- dijo recogiendo la moneda y yéndose del lugar.

*se va*

Voy al comedor para cenar un poco y pido a una chica del servicio que me traiga algo de arroz con verduras para luego sentarme en una de las mesas.

Es un día bastante monótono. Muevo un poco el ala. Parece que día a día va tirando y mi humor ya vuelve a ser el de siempre.

*Se queda*

Después de un día de duro trabajo, tenía hambre y estaba cansado. Quería darme una ducha despues de cenar y meterme en cama, pero ver a Heylel en el comedor me devolvió la sonrisa, que lucía debajo de una cara llena de polvo y con un par de manchas de barro.

-Hola, Heyl - dije saludándolo con una efusiva mano y sentándome a su lado, entonces el camarero de siempre vino y yo le pedí la cena- ¿me traes gachas de avena y un zumo de naranja?

El camarero asintió y se fue

-¿que tal el ala?- dije robándole un granito de arroz del cuenco con un rápido movimiento.

Levanto la vista al escuchar a Silvanus y lo saludo moviendo la cabeza con una sonrisa.

- Hola, cochinillo. Podrías lavarte antes de venir a comer -.Me meto con él. Entonces mete la mano en mi plato y le doy una trisca rápida. -No toques la comida con las manos sucias -.Le riño antes de beber un poco de agua.

- El ala bien, gracias. Aunque aun le queda un poquito -. Respondo sonriente. -¿Y tú qué? ¿Cómo llevas el trabajo a parte de sucio?

Le hecho la lengua cuando me pega en la mano mientras arrugo la nariz. - ¿que mas da? ¿las gallinas no comen el maíz del suelo? pues eso, a callar, gallinita.- dije con una sonrisa mientras agitaba la mano en el aire.- una persona cuyos familiares mas cercanos cacarean y raspan el suelo no tiene derecho a llamarme cochinillo - dije riendo y frotándome un poco la cara con las manos, para intentar quitar el barro seco y el polvo, pero lo único que conseguí fue extender mas la mugre sin darme cuenta.

- Me alegro, quiero que algún día me lleves volando, así que aplícate al cuento.- entonces llegó el camarero con un cuenco de gachas y un zumo de naranja.

-Bien! a comer! dije hundiendo la cuchara en las gachas y metiéndome una cantidad ingente de comida, tal que casi no me cabía en la boca, porque se me salió un poco por un lado.

Entrecerré los ojos y mastiqué la pasta...
-Ejtá un poco... sólida... y... sabe seco... y - tragué con dificultad, enseñando una cara que no era para nada de gusto- jolin, a veces le salen bien y otras veces es como comerse una palada de cemento...

Miro a Silvanus frunciendo el seño.

- ¿Quieres dejar de insultar a toda mi raza de forma tan genófoba? -Le comento mientras vuelvo a coger el tenedor para llevármelo a la boca. -Siguiendo tus principios asumiré que no puedes comer mi arroz porque, ¿qué va a comer una raza cuyos familiares más cercanos se alimentan de la mugre del río? -Reprocho.

Entonces Silvanus dice que quiere que lo lleve volando.

- ja, cuando tú me lleves a navegar sobre tu lomo, no te fastidia...- Comento irónico mientras sigo comiendo. Entonces le traen su comida.

- Eso te pasa por comer cosas tan raras. El arroz siempre lo hacen igual de suelto y bueno -.Le comento mientras me dedico a picar unas verduras.

La verdad es que hace tiempo que no hablo con silvanus de cualquier cosa con lo que resulta una comida entretenida a pesar de sus comentarios descerebrados.

- Y, dime, ¿te siguen matando lenta y dolorosamente o alguien te quiere ya? -Pregunto con una sonrisilla picajosa.

FdR: Arroz duro y suelto, duaj... <_< U

Su reproche me desarmó. Puse morros y lo vi de reojo.
-Calla... tonto Heylel...- musité picado al máximo.

Entonces me dice que me llevará volando cuando yo le lleve en mi lomo navegando.
-JA! podría llevarte hasta mi casa en Aqua en 45 minutos - dije haciendo fuerza con mi bíceps, casi inexistente- pero al niñito se le mojarían las alitas y se quejaría y serian 45 minutos aguantando a un aether diciendo: "ay sil que me salpicas", "ay! que me mojaste" "ay ñañaña..." - dije con tono burlón y de chica asustada y una sonrisa enorme.


Ante su último pique, bajé la cabeza un poco y dejé la cuchara llena a un lado mientras apretaba los labios en un gesto torcido.
-Ya te vale...- dije algo dolido- no te metas conmigo en ese terreno... no puedo ganarte: yo no tengo a una bella esposa esperando en casa... tengo a bueno... tengo a... no... no tengo a nadie- dije pensando en las habladurías de la boda de Aren y en lo que Cyanara me había dicho de alejarme de él una vez producido el enlace.

Empeza a algo así como imitarme si yo fuese una niña repipi chillona montada a su espalda.

- Si me subiera sobre ti para ir a Aqua te hundirías al entrar en el lago -.Le comento con una sonrisa.

Entonces se pone tenso y me reprocha mi último comentario. Al parecer le ha sentado peor de lo que esperaba. Lo miro curioso y luego bajo la mirada a mi plato.

- Lo siento, no quería molestarte. Solo preguntaba qué tal con Alexander y eso...- Le comento volviendo a mirarle con cierta preocupación.

-Algún día te lo demostraré. ¡DARÉ TRES VUELTAS AL LAGO COMPLETAS CONTIGO A CUESTAS DE UN GOLPE! - jajaja dije bebiendo un poco de zumo.


Heylel pareció verse afectado por mis palabras.
- No, no es nada... es que yo también quería a alguien como gabrielle... alguien a quien enviarle cartas y bueno... contarle cosas. Podría mandarle cartas a mi hermana, pero no es lo mismo... es otro tipo de amor ¿me entiendes? es difícil... y bueno... con Alexander todo bien, ahora parece estar majo conmigo, ya no me castiga ni nada porque estoy cumpliendo a rajatabla con todos los trabajos y bueno... ahora mismo no puedo quejarme, aunque empiezo a estar un poco harto ya de el... me apetecería dejarlo... quiero volver a ser libre, pero una persona que firma un contrato vinculante de por vida... no lo tiene muy sencillo...- hice una pausa- ¿y si le digo a Aren que me libere? ¡el podría hacerlo! ESO! se lo pediré como regalo de cumpleaños, que ademas, este año lo celebro porque es bisiesto- dije con una sonrisa.

Esucho a silvanus en silencio mientras habla de que le gustaría tener a una persona tan especial como lo es Gabrielle para mí. Realmente sé que soy afortunado y, cada vez que pienso en Silvanus en esa tesitura me da mucha pena.

Me acerco a él y le agarro el brazo mientras sonrío.

- Ya tendrás a una persona así. Sino, de momento, yo estoy para ayudarte a sobrellevarlo -. Comento con un tono más jocoso. Hago una mueca extraña -Aunque no me pida nada raro...- Bromeo.

Entonces plantea la posibilidad de pedirle a Aren que lo libere y se me antoja realmente ... ¿peligroso?

- Hum... ¿Crees que el líder Darvenwish haría algo así? Recuerda que no "pierde el tiempo" en asuntos que son rodean a su ombligo... No me gustaría verte hecho un guiñapo en la enfermería -. Le comento mientras miro hacia otro lado y bebo un poco.

Heylel me agarró el brazo en un signo de complicidad y sonreí ante sus palabras. ¿Me estaba tirando los tejos? ya estaba yo en mi mundo de ilusión y fantasía pensado en como meterme en su cama esta noche cuando soltó esa coletilla... mi gozo en un pozo, noté como mis planes de futuro con Heylel hacían CLAC! y se rompían en mil pedazos.
-Ya lo seee - le reproché en tono canturrón y moviendo la cabeza hacia los lados.- ya se que solo eres mi amigo, ¿quien te crees que soy? ¿un deprevado que solo piensa en el sexo con su mejor amigo?


-¿Porqué lo dudas?- dije frunciendo el ceño- siempre se ha portado bien conmigo, tu es que le tienes tirria y es por eso que no lo soportas. Mira a mí casi me mata en una ocasión a latigazo limpio y ya ves: tan feliz que estoy y tu porque te rompió un huesito ya lo estás criticando...- callé. Sabía que mi relación con el líder era diferente a la de los demás y que lo veía con otros ojos, por lo que rectifiqué, además a Heylel no le gustaba oirme hablar de lo maravilloso que era Aren. - bueno... vale, admito que es un poco cabrón pero si se lo pido de rodillas...

Lo miro con falsa desconfianza ante su comentario.

- Yo solo sé que eres un poco rarito... -Bromeo.

Entonces empieza a hablar del líder Darvenwish y me veo obligado a corregirle.

- No,no,no,no,no. No te permitiré que digas sandeces como esas. Si no suporto al líder de Caligo es por algo que va más allá de cualquier castigo salvaje suyo contra mí -. Le comento con ceño. Luego suspiro. -Pero, venga, venga, no te metas en caminos escabrosos que estoy de buen humor. Quien sabe si algo iluminará su retorcida mente algún día y vislumbrará tu situción. Bienvenido sea, por supuesto -Divago tratando de apartar de mi mente el malestar.

Me encogí de hombros y apreté los labios con una sonrisa. -Quien sabe, quizás lo pille de buenas... pero cambiemos de tema.

Cogí a Tristán y le dí un poco de avena con la punta de mi dedo, el dragón se resistía, pero le apreté lateralmente la mandíbula con la otra mano y le metí el dedo con las lasta de avena en la boca.

-Ala, ahora que ya le he dado de cenar al bebé, dije viendo al dragón con cariño mientras el me dedicaba una mirada de odio.- continuemos.

-Ah! por cierto! tengo que enseñarte una cosa genial! dije poniéndome de pie.- mira!
entonces levanté mi camiseta para dejar ver mi tatuaje de un dragón que recorria mi ingle hasta perderse debajo de mis pantalones. ¿A que mola? Errst me lo terminó el otro día. Es fantástico, ahora cuando llegue el verano podré lucir mi tatuaje maravilloso.