Sala de entrenamiento

Definitivamente habla como uno de nosotros. Sin embargo, habla demasiada cantidad...

Retrocedo ligeramente y trago saliva. El corazón me late rápido. - ¿Le has visto? Hay un hombre de nuestra tribu en este palacio. A él es a quien busco y mi fin último.

Entorno los ojos. -Basta de palabrería.- Le escupo arrugando el ceño.- Me molesta que hables tanto. Si no tienes nombre, te pondré yo uno. Muere: Phony, la ninja. - Dijo, ahora sí, lanzando mi hoz contra ella. Mi puntería es realmente buena. Veamos cuales son sus capacidades.


Mis pupilas están dilatadas. Estoy muy nerviosa. Es la primera vez que realizo el rito del Bautizo. Acabo de crear a mi enemiga.

Llego a la sala de entrenamiento con bastante energía, aunque algo incómodo debido al brazo. En estos días prefiero dedicarme a entrenar duro para escapar de dolor hasta que sea insostenible.

Parece que Rick Dehnel está en la sala, entrenando a lo suyo. No me apetece mucho hablar así que simplemente muevo la cabeza cuando creo que me mira y me dirijo a donde tenía previsto.

Llego y dejo las cosas en un banco, acercándome a la zona de tonificación. Hoy quiero darle duro al cuerpo.

Empiezo calentando con estiramientos de brazos y piernas, lo de siempre. Que si tirar hacia un lado, que si tirar hacia otro, que si tocar el suelo sin doblar las rodillas, que si hacer el espagar cagándome en mi madre, que si frotarme la entrepierna antes de seguir estirando porque ha molestado un poco... Luego un poco de trote y un poco de comba para activar la sangre.

Y por fin lo que me apetece. Pesas.

Me tumbo en la tabla y tomo aire tras cargar las pesas como veo conveniente. Quiero intensidad y quiero cansarme. Sudar más que nada.

Subo los brazos y agarro la barra para levantarla en peso y desengancharla. Entonces empiezo a subirla y bajarla a ritmo más bien lento, tomando aire profundamente y soltándolo con calma para ir oxigenándome bien y no saturarme con el esfuerzo. Poco a poco intento subir el ritmo para trabajar más intensamente y lo mantengo en uno cómodo.

Al rato de estar con las pesas, me doy cuenta de que Dehnel parece tenerme echado el ojo. Igual quiere hablar más sobre lo del otro día o igual se ha decidido y quiere comentármelo o igual simplemente es un poco menos tonto de lo que pensaba y se ha dado cuenta a posteriori de que mi conversación había sido un poco por joder. No sé, pero yo intento seguir a lo mío un rato más.

Al poco vuelvo a echar un vistazo y veo que ha pasado de hacer flexiones con dos brazos a hacerlas con uno. Pss, que paleto. Pues tendría que haberme visto levantando a Frikka el otro día el muy gallito. Cansado de su pavoneo, acabo por colgar las pesas y levantarme, triscando el cuello. Si pretende impresionarme, la lleva clara.

Me dirijo a las barras de dominadas y doy un salto para agarrarme a la más alta. Primero subo el tronco hasta apoyar el puvis a la altura de la bara, dejando las piernas rectas y juntas para mantener la fuerza y el equilibrio. Me mantengo así un momento y luego me voy hacia adelante, dando una vuelta completa en torno a la barra para quedar colgado en ella de nuevo. una mole como Dehnel no sabe utilizar su fuerza en algo como ésto.

Me agarro entonces fuertemente con la izquierda y me sujeto el mismo brazo con la derecha. Para compensar la caída desigual del cuerpo, cruzo las piernas para no balancearme demasiado y empiezo a hacer dominadas con un solo brazo.

Suelto un "psche" cuando veo como Dehnel parece morirse de envidia y no puede evitar levantarse para volver a uno de sus intentos de quedar por encima de mí. Hasta se quita la camiseta el muy cateto, se ve que no puede evitar imitarme.

Me detengo un momento para girar la cabeza y verle de refilón. Así que esas tenemos, ¿eh? Igual se cree que por enseñar pecho y ponerse a hacer flexiones haciendo el pino va a parecer mejor guerrero que yo. Por favor.

Vuelvo a agarrarme a la barra con ambas manos y me columpio ligeramente para estirar los músculos un momento. Siento el udor empezar a caerme por la nuca, pero ésto no es nada para mí. Mi ejercicio favorito enel ejército eran las barras y era la envidia elástica de mis compañeros. Con un cuerpo perfecto para ser atlético se nace, Dehnel. Es pura calidad de la persona.

Vuelvo a hacer fuerza, ahora procurando tener cuidado, y me subo de nuevo hasta dejar el puvis a la altura de la barra. Empiezo a echarme hacia adelante muy lentamente, respirando profundamente debido al esfuerzo de los músculos realizando una acción así a cámara lenta. Al mismo tiempo, una vez mi trasero se coloca un poco por encima de la barra, voy abriendo las piernas lentamente. Cuando mi cabeza está ya dirigiéndose boca abajo, noto la tensión en todo el cuerpo y aprieto la mandíbula para no fallar ni un segundo. Al final acabo cabeza abajo, haciendo fuerza con los brazos sobre la barra mientras hago el espagar. El único alivio que siento al terminar la postura es que los pies me sirven de pesos para controlar el equilibrio. Noto la sangre subirme a la cabeza y agradezco estar de cara a la pared para poder mantener el rictus de esfuerzo sin que me vea, tratando de que el resto de mi cuerpo parezca muy tranquilo y acomodado. El sudor me hace surcos por la espalda al aire.