Pasillos

La complacencia apareció en la cara del hombre en cuanto la mujer lo reconoció al instante. Si algo le agradaba era ser conocido y mencionado por su grandeza y poder. Sin embargo, la mandíbula se le contrajo al escuchar la mención a su ropa. Menudo atrevimiento, hablar de ropa ridícula una campesina andrajosa, desconjuntada, vieja y pasada. Por el amor de Mithos... Y pensar que se debía respetar a los mayores. La risa le daba de pensarlo.

-Acierta usted... - "Lora viejuna decrépita y mohosa" Deseó añadir a su comentario mientras mantenía una sonrisa con el ceño semifruncido. Entonces la anciana lo tocó con su "cosa" que seguramente estaría llena de grasa y harina y a saber qué más cosas que tenían pegadas al pelo las viejas de la prole.

El líder Darvenwish miró a Barthemius quie rápidamente limpió con un pañuelo blanco de seda la zona tocada por el artilujio de la señora.

Y mientras se dejaba limpiar aquella momia lo dijo. Aquel decrépito cadaver andante más lleno de surcos que un papel arrugado se atrevió a mencionar una de esas burdas mentiras que le daban al líder ganas de gritar hasta que su voz estentórea consiguiera reventar la cabeza de la mujer y esparcir sus sesos por toda la planta.

"¡¡¿¿QUIÉ DEMONIOS VA A DECIR UN MALDITO ESQUELETO MUGRIENTO DE MI PERFECTO ESTADO DE PIEL MARMÓREA??!!" y sendos latigazos que derramaban sangre, agonía y gritos de dolor se dibujaron en su mente junto con el pensamiento.

Pero a pesar de todo, el líder solo tomó aire, sacando algo de pecho y lo soltó muy lentamente mientras apretaba el brazo de Barthemius acuchillándolo con las uñas para apartar el pañuelo con el que le limpiaba.

- Creo que sus hermosas arrugas de marcada experiencia dejan muy atrás a mis marcas de expresión -.Comentó con ese rastro de sorna que siempre dejaba caer en sus palabras. Sin embargo, pronto consiguió recuperar una sonrisa más creíble.

Justo en el momento en que todo parecíamejor, la anciana palmeó su maravilloso trasero y no pudo o quiso evitar un pequeño respongo.

- Señora, por favor... -Comentó con una sonrisa socarrona deseando en la más profundo de su interior que aquella asquerosa y vetusta mano no volviese a tocarlo.

fue un respiro escuchar al menos sus impresiones sobre su forma de gobierno. Al fin y al cabo, no todo iba a ser malo en el trato con aquella mujer.

- Como perfectamente, muchas gracias por su preocupación. Ahora, si gusta, mi criado puede acompañarla hasta el comedor, pero antes debo preguntar, ¿viene usted en busca de alguien?

Tuerzo una sonriza cuando le toco el culo,... hombres... tooodos iguales... mucho piquito, y al final, son unos cagados...

- Me va a acompañar el saco de huesos este?... en fin... Aren- le digo con cariño- no deberias tener a tuis criados tan delgaduchos... ¿no ves que este da verdadera pena?- dijo dandole un empujón a Barthemius.
Levanta niño! y llévame al comedor de una vez, que tengo habre...

justo cuando me voy y después de estar a 10 pasos de Aren, me paro y digo:
-¿Buscando?... no, no, no, Señorito... yo vengo aquí para quedarme, luchar por Brontë... creo que este lugar necestia un poco de mano dura... y un poco de buena comida... estais todos andrajosamente delgados... que verguenza...
-Buenas noches querido, ya le devolveré a este pulgoso mas tarde, digo dandoole un golpe en la espalda a Barthemius...- Venga, llévame al comedor...

El líder Darvenwish activó su sordera para rudios molestos en cuanto la anciana continuó hablando para impedir matar a gente de forma innecesaria.

- Señor Darvenwish, si no le importa. Y Barthemius se encuentra en expléndidas condiciones de salud y peso. Le hago chequeos en el médico cada mes -. Indicó, poniendo una mano sobre el hombro derecho del sirviente.

Entonces el líder escuchó las palabras de la anciana. ¿Que venía para quedarse? ¿Que venía a luchar por Brontë? Reprimió una sonora carcajada y asintió con una sonrisa.

-Bueno, informaré a mis camaradas en ese caso, para que la tengan en cuenta-. Como se iba a reir en cuanto Jill se enterase. "¿Y por qué no le dijiste nada, Líder Areeen?" Como si la viese, con esa voz chillona y empalagosa y el ceño fruncido.

- Venga Barthemius, no hagas esperar a la señora -. Comentó dando la orden a su siriviente quien, si decir palabra, se puso en marcha a su destino haciendo un gesto a la mujer.

El líder continuó su paseo, no sin antes verse en un espejo de los que adornaban el pasillo. ¿Arrugas él? Ninguna, por favor, aquella vieja esaba más ciega que un Mecña con miopía.

*se van todos*

Paseaba por los pasillos, maldiciéndome por no haber podido declararme a Hewina... si es que era tonto de remate... muy valiente para unas cosas, pero para otras... en fin...

Me fijé entonces que el pececito que había pescado para Inger, aún estaba en la cornisa.

-EEE!! Inger no lo ha cogido! dije cogiéndo la pecera con las dos manos...- pobre... debe tener hambre... saqué entonces una miguitas de pan que recogí de mi mochila y las eché en el agua, a lo que el pez comenzó a comerlas efusivamente...
- yo ya tengo a Tristan... no puedo hacerme cargo de él... tendré que buscar a otgra persona al que regalarselo...

*se va con el pez*

Una vez dentro del castillo, estuve divagando de un lado para otro. Me apetecía ir al observatorio pero no sabía cómo llegar hasta él puesto que había llegado hace poco y el castillo era tremendamente grande, como un laberinto.

Así que ahí estaba yo, con mi arco colgado a la espalda y caminando a paso lento, mientras intentaba recordar los caminos que había tomado y los que aún estaban por tomar.

*Se queda caminando*

justo antes de irme de los pasillos, oi unos pasos, por lo que giré la cabeza: era Tham.
-Hola! Tham! que tal?

La verdad es que daba un poco de pena, llevando una dragón y un pez encima... parecía un feriante...

Escuché mi nombre, toqué mi arco por instinto, pero me dí cuenta de que la voz que había escuchado era conocida, así que me giré para mirar a la persona que me había llamado, pero teniendo en cuenta que sólo conocía a una persona y únicamente a su respectiva voz, ya sabía quién era el responsable de mi llamada.- Qué tal Silvanus?- Le pregunté amistosa rezagándome para caminar a su lado.

Observé que iba con su dragón y con un pez. Fruncí el ceño, mirándolo fijamente, hasta que mi mente hizo clic.- Ese es el pez que tenías en el vaso cuando nos vimos no?- le pregunté señalando al pez rojo con el pulgar.

-Si si que lo es... aunque parece que está un poco pachucho... dije metiendo la mano en la pecera y revolviendo el agua... he estado pensando y creo que se lo voy a regalar a la jefa piscis... por lo menos ella sabrá cuidarlo como se merece, dije agitando un poco la pecera para que el pez se moviera.

-¿ a que andas?, pregunté curioson- has conocido a alguien mas?

Asentí cuando me dijo lo del pez.- Supongo que sí, al fin y al cabo es una piscis...- Miré al frente y seguí caminando.

-Pues... a decir verdad no conocí a nadie más.- Miré un momento a Silvanus.- Pero bueno, todo a su tiempo.- Me di cuenta de que aun no había soltado a Arpa y que estaba aplicando fuerza de más. Me permití aflojar la mano y finalmente soltarla. Suspiré y me froté la frente.- Creo que debería aprender a relajarme...- Murmuré más para mí misma que para el chico que estaba junto a mi.

-A qué ando?- Me pregunté mentalmente.- Mmm...- Miré a Silvanus una vez más y luego al frente de nuevo.- Estaba buscando el observatorio... e intentaba no perderme. Y tú?- Le pregunté por hablar de algo.

-Joba! que sosa eres... yo en dos días, ya me conocía a todo el castillo... si es que yo soy muy de hacer amigos...- dije hechandome flores- bah! no vallas al observatorio... la ultima vez que fui habia una vieja chocha con un rodillo que te de bocadillos... de chorizo- dije estremeciéndome.

-Yo estoy buscando a Blues, la jefa piscis, para darle a este pobre incauto- dije señalando al pez- o sino, espero encotrarme con una buena amiga mia cláritas... es muy maja, se llama Hewina, deberías conocerla.


Tristán voló de mi hombro hasta el borde de la pecera, intentando cazar al pez, que, asustado, se había refugiado en el fondo.

-EEE! eres tonto? dije cogiendo a Tristán por cola!- eso no es tuyo! y lo lancé por los aires hacia atrás.

-Entonces...estás tratando de decirme que no vaya al observatorio porque una señora da bocadillos de chorizo?- Le pregunté extrañada, no sabía si le había oído bien.- No parece dar mucho miedo, sabes?- Sonreí.

Lo miré fijamente y paré un segundo para seguir caminando-No soy sosa, simplemente no coincido con la gente.- Dije firmemente.- Yo no soy sosa... Sólo es eso, lo que acabo de decir, no conozco a nadie porque no me cruzo con la gente...- pensé tratando de reafirmarme.

Silvanus mencionó a una amiga suya.- Nunca vi a un claritas...- Dije, era cierto.- Sería divertido conocerla.- Dije con una pequeña sonrisa.- Está bien eso de que se junten todas las razas aquí, no crees?- Dije por decir.

De repente el dragón del chico intentó comerse su pez, me reí por la escena. Me tapé la boca.- Lo siento.- Le dije.- No pretendía reírme, pero tu dragón es un tanto travieso no?- Le pregunté mirando a su mascota.

-Si, dije habriendo mucho los ojos, no, de verdad, no vallas, dije levantando mucho los brazos y gesticulando... ahora no se si estará ahí arriba... per la señora esa... está un poco jamada, ME IZO COMER DOS BOCADILLOS DE CHORIZO!!! y aún por encima me dió dos veces con un rodillo en la cabeza- dije moviendo mucho los brazos

en cuanto dice que es divertido que las razas se junten, yo me pongo serio.
-Sabes? yo soy la 25º generación de piscis puros en mi familia... son muy escrupulosos con eso de la limpieza de sangre... odian a los mestizos, sobre todo mis padres, que son mas mayores, y no les gustan esas mezcolanzas... mis hermanos, muy a mi pesar, piensan igual que ellos, pero yo, como soy el mas pequeño, y el mas " moderno", por decirlo de alguna manera, no me impotaría tener una novia... ¿cláritas? ¿por ejemplo?... aunque bueno, yo he renegado de mi especie cortándome esta oreja- dije enseñando mi cicatriz- así que ahora... bueno, se puede decir que no tengo raza... aunque siga siendo piscis jajajajajajaj.... es algo extraño

-Si hija, si... no se que voy a hacer con este pobre diablo, dije recogiéndolo del suelo... si no fuera porque lo quiero mucho, ya te lo habría regalado.

-Igual te dio con el rodillo en la cabeza por algo que hiciste...- Murmuré mientras entrelazaba mis manos delante de mis piernas.- pero bueno, si insistes tanto evitaré el observatorio.- Dije guiñándole un ojo.

Miré su cicatriz y luego levanté una ceja extrañada.- Cómo puedes renunciar a tu raza cortándote una ceja?- Pregunté.- Bueno.- Separé mis manos.- No hace falta que me lo expliques, eso son cosas tuyas; cada uno es libre de hacer lo que crea conveniente.- Me sorprendió que Silvanus me contara todo eso ya que nos habíamos conocido hace nada. Lo miré de reojo.- Se supone que ahora le tengo que contar yo algo personal?- Me pregunté.- Pues yo no veo mal el hecho de que haya mestizos. De hecho...- me quedé pensando en si debería confesarlo, pero él me había contado muchas cosas.- De hecho yo no soy una Aether pura del todo, mi madre es medio Flamma, aunque no tiene ningún parecido con ellos...- Seguí caminando.

-Pues no me importaría quedármelo, siempre está bien tener alguna reserva de comida.- Dije mostrando mis dientes en una sonrisa malévola. Lentamente se transformó en una de fleicidad.- Es broma, me cae bien tu dragón, no me lo comería.

...

Me quedé callado ante las dos primeras respuestas. La verdad es que las dos fueron convincentes.
Pero en cuanto a su último comentario, cogí a Tristán entre mis dedos y grité con una sonrisa bromista.
-Atrás! monstruo! jajajaja.
-Así que te gusta el dragón asado ¿ee?- pregunté socarrón- Pues a mí me encantan los muslos de pollo- dije mordiéndole suavemente el antebrazo-. jajajaja.

Bueno, Tham, se me ha echo tarde, creo que me voy a retirar... ya si eso, nos vemos mañana, ¿vale? chao.

*se va*

me reí.- El dragón asado es delicioso!- Dije contenta.

Cuando quise darme cuenta, Silvanus me había mordido el antebrazo, de hecho me pilló tan por sorpresa que no pude evitar su leve mordisco. Me paré cuando dos pasillos se separaban y observé como Silvanus se despidió y se fué por una de las bifurcaciones.- Nos vemos...- Dije, aunque ya era imposible que me escuchara. Me froté el antebrazo donde me había mordido y sonreí.- Definitivamente, eres un crío Silvanus...- murmuré y tomé la otra bifurcación.

*Se va*

Entré en el Palacio como una exhalación, secándome las lágrimas. ¿Qué clase de vieja amargada era aquella? Me había puesto realmente furibunda. No quería volver a saber de ella. Y encima, ahora estaba muerta de frío. Sin saber muy bien qué hacer, me puse a caminar por los pasillos, en dirección a ninguna parte, caminando a toda velocidad a causa del enorme enfado con el que cargaba. Paré sólo un momento para sacar a Loksass de la mochila y colgármela al cuello. Y cuidadito con el que se cruzara conmigo.

*Vaga por los pasillos con ritmo acelerado*

Al cabo de un rato, me detuve en seco y respiré hondo. Estaba algo más relajada, pero también muy cansada, así que decidí irme a dormir.

*Se va*

Atravieso los pasillos apretando los dientes. ¿Por qué insiste en disculparse tan despreocupadamente? Realmente me gustaría que mi contacto fuera alguien menos... deleznable.

Tras calmarme un poco, decido tomar un rato el aire: no estoy en situación de ponerme a dormir sin más.

- Maldito sea...

*se va*

Los pasillos estaban tan desiertos como de costumbre. Vi al pasar a un par de miembros del servicio, y estuve a punto de chocarme con una de esas bolas de ojos que había en todas partes. La evité con una mueca de desagrado y seguí mi camino, sin saber muy bien adónde iba.

*Se va*

Voy cabizbajo andando por los pasillos, pensando en la charla con Heylel.
Que faena. Había incluso hablado de los nombres de nuestros hijos con Hewina, pero no me lo había tomado en serio... simplemente habían sido hipótesis de nombres, en un hipotético caso de embarazo... pero lo habiamos vuelto a hacer... y Heylel me había metido en miedo en el cuerpo.
Jo... con Aren uno no tiene que preocuparse de estas cosas... lo haces y punto... no tienes que andarte con milongas...

Iba caminando por los pasillos a paso lento, ya que me encontraba bastante débil.

Me dirigía hacia el dormitorio de las chicas cuando me encontré a Silvanus andando en dirección opuesta a la mía.

Cuando estuvimos lo suficientemente cerca y él se dio cuenta de mi presencia, le dije con un hilo de voz: "Hola Sil... no me encuentro muy bien, así que me voy a la habitación para tumbarme en la cama..."

Hewina apareció en frente mía casi sin darme cuenta, pero su voz ya no parecía la misma... estaba cansada... como sin fuerzas
¿no se encuentra bien?¿se va para cama? AY LA MADRE DEL CORDERO! primeros síntomas...
-Hey! ¿que te pasa entonces?- pregunté aparentando normalidad en mi tono de voz-.

"ñeee...", le respondí dándole un beso en los labios, ya que estaba tan cansada que no sabía ni lo que hacía.

Entonces me fui de allí, buscando desesperadamente una cama calentita.


*se va*


FdR: XDDDDD

Hewina gruñó desganada... realmente parecía cansada. Me besó en los labios, cosa que agradecía bastante... pero eso no me quetaba la preocupación... ¿que diablos?
¿que ocultaba?
Ella nunca había sido esquiva conmigo y ahora se fue de golpe...
-Asta mañana amor... que descanses.


*Se va*

Andaba de un lado para otro, llendo y viniendo una y otra vez. Estaba tenso y nervioso.
Primero:
Heylel se había enfadado conmigo esta tarde. Era horrible saber que tu mejor amigo está enfadado contigo... me reconcomía la conciencia de mala manera. Dios... que rabia.
Segundo:
Posiblemente iba a ser padre. Cada segundo que pasaba, estaba mas cerca de confirmarse... lo único que me podía sarvar es que apareciese Hewina corriendo diciendome que no lo estaba... pero no ha he visto en todo el dia... que percal.
Tercero:
¿debería declararme? no se... es lo normal si la he dejado embarazada... pero ¿como? ¡NO TENGO DINERO PARA CASARME! eso me remite al cuarto problema.
Cuarto:
No tengo dinero, ni trabajo, ni una casa ni el apoyo de mi familia... Buah!

Seguí dando vueltas de un lado para otro, mientras ponía en orden mi vida...

sigo mi camino por los pasillos sin saber muy bien a donde ir. Tengo hambre, pero no tengo ni idea por donde se va al comedor.
Veo un chico un tanto nervioso andando de un lado para otro... parece preocupado. Ja! como si me importara.

Está desaliñado y su ropa está un poco arrugada. No voy a hablar con el... quizás esté enfermo y por eso anda de un lado para otro.
Decido pasar por delante de el, sin dirigirle la palabra. Que asco, por favor.

*se va*

(gracias silvanus por decirme que debia poner lo de *se va*)