Pasillos

Voy por los pasillos, y veo a Heylel en una esquina dando saltitos de alegria como una niñita a la que le han regalado una muñeca de porcelana.

-HEYLEL! MI ANILLO! AHORA!- mis gritos se escuchan por todo el pasillo, y el joven se sobresalta.

"A mí me importas..." Eso era un claro "yo que quiero"... Era agradable estar conmigo... Y me echó en falta porque estaba muerta por mí. Eso casi era una declaración. Solo tenía que pronunciar las palabras adecuadas... Pero... No parecía capaz...

Sonreí con ternura y tragué saliva. Aquella ñoñez empezaba a ponerme nervioso, pero yo era un verdadero caballero y no podía dejar a una dama como ella con las ganas. Si quería tema, lo iba a tener, y si no era capaz de conseguirlo por sí misma...

Y justo en el momento en el que había decidido dar un paso yo mismo, cayó literalmente en mis brazos, como empujada por un vendaval de sentimientos. No pude sino sonreír complacido.

- Qué ímpetu...- susurré risueño.

Tampoco hacía falta que fingiera que se caía. Podía decirme sin más que me necesitaba a su lado porque era demasiado seductor. Un noble como yo escuchaba cosas de esas a diario.

Escuché un sonido en un pasillo cercano, pero lo ignoré. Seguramente algún infeliz sin amor estaba en alguna habitación cercana, quejándose de su bajo atractivo. Yo, por mi parte, a punto estaba de conseguir...

Sin querer (y sin entender muy bien cómo) tropecé y choqué con Rick. Estuve apunto de caerme al suelo, pero el flamma me sujetó. Alcé la vista, sonrojada (por culpa de lo torpe que era, claro) y lo miré. Sonreí. Le devolví la sonrisa (aunque la mía estaba cargada de timidez).
Rick susurró y yo me sonrojé más aún.

- ¿Có... Cómo que impetú...? Ha... ha sido sin querer... Jo... ... Lo... Lo siento... - Bajé la cabeza -. En serio... ... No sé cómo me he caído... No había nada con lo que tropezar... ...

Miré a mi alrededor para corrobar lo que ya sabía. Ahí no había nada. Me pareció escuchar un grito, por lo que giré la cabeza buscando a su autor. Como no encontré nada, deduje que me lo habría imaginado y volví a clavar mi vista en Rick. Tragué saliva y bajé la vista, sonrojada. Me pasé una mano por el cuello.

- Perdón... ... Otra... Vez...

¡Y había caido sobre él! Era un momento tan perfecto... Entonces un tremendo grito con mi nombre resuena a mi espalda y se me ponen los pelos y plumas como escarpias y abro mucho los ojos. ¡No estaba haciendo nada malo! Voy a gritar, pero al darme la vuelta veo a Alexander y recapacito en sus alaridos. Ah, sí, su anillo. Frunzo el ceño y pido silencio.

- Sssshhhhhh no hace falta que seas tan escandaloso -.Comento con frustración esperando que aquel ruido no hubiese molestado a la pareja. Echo un rápido vistazo y sonrió al ver que todo sigue viento en popa. Luego me acerco a Alexander.

- Mira, está muy bien encontrarte porque lo que es tu anillo pues, se me calló. Sí, soy un manazas, no sé como demonios me hice joyero. Estaba un día caminando y ¡puf! ya no estaba. Es lo que tienen las cosas, un día tienes un anillo y al siguiente viene un estúpido y te lo pierde. Lo siento mucho -.Digo con un tono bastante neutro, preparado para la sarta de barbaridades que me va a soltar.

- No pasa nada. Tranquila -. Sonreí. Ese era yo. Seductor hasta la última de mis escamas, y si la cosa terminase ahí...

Le aparté un mechón de la cara, ocultándola tras su puntiaguda oreja, sin dejar de sonreír. Mi padre siempre me había dicho que si querías encandilar a una mujer, al juntar un mechón de su cabello con su oreja se encendían como cerillas. Debía haber alguna clase de contacto que se activaba en esos momentos.

- Te habías despeinado al caer -. Uy uy uy, Dehnel. Estabas jugando con fuego. Una parte de mi fuero interno quería salir corriendo de allí para ir al exterior y ponerse a gritar frases de victoria, pero no era el momento. Necesitaba que al fin corrobrase mi certeza: yo le gustaba-. Pero ya está perfecto.

FdR- Lo mejor es que Rick es imbécil XDDDD

- Silvanus me dijo que podía confiar en ti... y que demonios haces? vas y lo pierdes. Pues entonces tendrás que remunerarlo, ¿no crees que es lo justo? yo lo veo muy lógico: si yo pierdo algo que es propiedad de otra persona, lo mas normal del mundo es que lo reembolse, así que vete preparando la hucha, porque vas a tener que pagarme las 4000 monedas de oro que me valió - entonces me acerco a el y le acaricio la cara- pobrecito- digo poniendo cara de pena- ¿no tienes tanto dinero? ¡pues búscate la vida!- digo arreándole un bofetón.

Rick me aseguró, con una sonrisa, que no pasaba nada. Yo le devolví el gesto. Entonces él, no supe muy bien por qué, me apartó un mechón de la cara y lo ocultó tras mi oreja. Me sonrojé levemente y lo observé, en silencio y sonrojada. No entendía muy bien por qué me trataba así, pero era agradable.

- ¿Me había despeinado... ...? Vaya... - murmuré -. Gracias... ...

No dije nada más y me limité a mirarle la cara. Y entonces, sin saber muy bien por qué, me puse de puntillas y me acerqué a él, a su rostro, con la boca entreabierta.

FdR. YOU WIN THIS TIME ¬¬ ¬¬ ¬¬

¬¬

¬¬

te la guardaré forevah

Quería besarme. ¡¡LO SABÍA!! ¡¡ERA IRRESISTIBLE!! Sin embargo, si la besaba ahora quedaría como un aprovechado. La imagen de aquel beso que le habían robado en el bosque sin que yo pudiera evitarlo no se borraba de mi mente. Si quería ser alguien de mejor gusto para llenar sus expectativas tenía que hacerlo bien. Tenía que asegurarme de que ella quería besarme; de queno era un arrebato repentino.

Mi padre siempre me había dicho que si no te hacías de rogar acababas rogando. ¡Y Rick Dehnel no rogaba a menos que fuera la única salvación posible del mal! Así que, delicadamente, sin dejar de sonreír, puse mi índice sobre sus labios, como si quisiera hacerla callar, aunque, de hecho, no estaba hablando.

- No tienes que hacerlo, Inger... -. ¡Era un seductor! ¡UN VERDADERO SEMENTAL! Y no solo de viudas-. No quiero que tengas un mal recuerdo de mí por algo así... Cuando te arrepientas.

Alexander empieza a decir que debo pagarle el anillo y en parte lo veo lógico, ahora ganas no tengo.

- Bueno, ¿y no te valdnria con que te hiciera otr-... - Pero ante de dejarme acabar me da un tortazo que no me parece nada correcto. Frunzo el ceño.

- Bien, pues con eso has perdido todo tu derecho a remuneración, ¿os que piensas pagarme todo el desperfecto que has causado a mi piel? Pensaba compensarte, pero veo que ya no hace falta -.Bien, vale, no me importaba llevarme un golpe, pero ahora no pensaba compensar nada de nada.

Entreabrí los ojos. Rick había colocado su dedo índice en mis labios. Pero sonreía. No parecía molesto. Ni enfado. Ni nada. Lo miré, con la confusión pintarrajeada en la cara, y él habló. ¿Por qué iba a arrepentirme? Parpadeé varias veces y "descendí" (o lo que es lo mismo, dejé de estar de puntillas). Me pasé una mano por el cuello y lo miré, sonrojada.

- No... ... No creo que me arrepintiese ... ... - susurré. Desvié la mirada. Permanecí en silencio durante unos segundos. Volví a mirarle -. Y no tendría un... un mal... recuerdo... ... - Me pasé una mano por el cuello, de nuevo, y me sonrojé aún más -. Si... ... Si lo... Si intenté... ... ... Es porque quiero... ...

FdR. ¬¬ ogh. ahora te odio más DX *corre a su rincón solitario y oscuro*

Respiro hondo... joder... menuda reputación me estaba ganando: yo no era así... ahora que Clara ya no está, no tengo porqué seguir haciendo estas cosas de niño caprichoso... no necesito el dinero de este palurdo... pero sí quiero venganza

Recapacito...

-Bueno... esta vez te perdono... pero que sepas que me debes una muy gorda, ¿me entiendes? UNA GORDÍSIMA.

Entonces le agarro un ala y la aprieto.

-Heylel... pensé que estabas hecho de otra pasta... una pasta diferente a la del patoso de Kettlebur- entonces, en un rápido movimiento, tiro hacia abajo, arrancando unas cuantas plumas.

-Con esto me quedo satisfecho- digo al ver su cara de dolor.

*se va*

Frunzo el ceño al escuchar a Alexander, pero no presto demasiada atención a sus palabras. Sin embargo, se le ocurre agarrarme una de las alas con fuerza y enseño los dientes como un animal. ¿Qué se ha creído?

- Suelta eso -. Comento con cierta rabia. Soy un tipo pacífico, pero el tema de las alas me desborda la bilis. No lo soporto. Entonces al muy estúpido se le ocurre arrancarme algunas plumas y suelto un grito de dolor.

- ¡Alexander! ¡Te acordarás de esto, cretino! -Grito con furia llevándome una mano al ala. Maldita sea, el pulso me desborda y me pongo rabioso porque duele, pero también porque es una falta de respeto demasiado grande. Miro el desperfecto. Maldita sea. Me entran ganas de perseguir a ese cabrón hasta noquearlo con una tonfa, joder. Doy una patada a la pared y trato de tranquilizarme. Mierda, joder, mierda. No me gusta cabrearme, pero estoy fuiroso.

*se va*

Me sorprendió su repentino interés, así que opté por satisfacer sus necesidades primarias de mí.

Me incliné un poco sobre ella, sonriendo ligeramente, y alcé su rostro con la diestra, tragando saliva, no fuera a ser que el exceso de la misma me hiciese quedar mal.

- Ahí vamos... -murmuré. ¡Era tan ingenioso!

Me acerqué hasta sentir que mis labios rozaban los suyos (cerré los ojos, obviamente, pues era algo que venía en el manual de todo buen caballero), y tras un contacto de menos de tres segundos, recuperé mi posición erguida con una cortés sonrisa. En mi mente, sin embargo, podía ver a un miniyo bailando y celebrándolo por lo alto.

Sabía que había sido un beso algo cutre, pero no estaba seguro de que Inger fuera capaz de soportar la verdadera pasión de un Dehnel, además de que podía asustarla. Y debía hacerme de rogar...

Entreabrí ligeramente los ojos al notar cómo se separaba. Tragué saliva, sonrojada, y tomé aire. Lo miré. Y esbocé una pequeña sonrisa. Una pequeña tímida sonrisa. Volví a ponerme de puntillas (el flamma era mil veces más una más alto que yo, por lo que si quería acercarme a su rostro tenía que ponerme de puntillas), pensé que me vendría bien agarrarme a algo, y me acerqué a él, de nuevo.

Entrecerré los ojos, entreabrí los labios y me acerqué a sus labios.

FdR. ¬_____¬ monstruo verde flamma.
Sí, no pongo que hace nada porque igual la paras porque eres evil.

¿Buscaba más? Enarqué una ceja y sonreí, aunque procuré que ella no viera esto, o podría malinterpretarlo. No quería ser descortés, solo demostrar mi supremacía ante otros machos invisibles e inferiores.

Yo era todo un caballero, pero... Si no le negaba más a aquellas viudas, o a las mujeres que me habían buscado en el pasado, ¿por qué hacerlo con aquella joven caeruleus? Así que rodeé su cintura con uno de mis fuertes brazos para que no tuviera problemas para mantener el equilibrio y me incliné sobre ella de nuevo, esta vez algo más violentamente, dejándole sentir el contacto que tanto ansiaba.

Si era sincero, en ese momento solo pensaba en tetas.

FdR- : 3 I win

Qué arrogante XD

Y nos besamos. Este beso, a diferencia del anterior, era más largo y violento. Rick me pasó un brazo por la cintura, gesto que agradecí interiormente. Ahora podía mantener el equilibrio con mayor facilidad. Rodeé su cuello con mis brazos. Tomé aire (apenas unos segundos) y volví a besarle.

FdR. Sí, ganaste ¬¬ Arrogante.

Y sí, no se escribir estas escenas xDDDDDDDDDDDDDD

*baila sola*

No me esperaba algo así viniendo de ella. Me esperaba más una apacible espera que un contraataque, pero si quería declararme la guerra no veía qué problema había. ¿No era yo acaso un consumado guerrero? Así que respondí a su beso guiándola hacia la pared que tenía a su espalda y pegándola a ella para que me fuera más cómodo arremeter y, al mismo tiempo, para que le fuera difícil escapar.

Tampoco es que fuera a violarla, pero, como era bien sabido, la pasión Dehnel era algo difícil de contener. De hecho, por eso todos los Dehnel éramos tan grandotes: en algún lugar ahbía que meter toda esa pasión e ímpetu.

FdR- Trolololol

Había decidido largarme cualquier lugar para desahogarme un poco, pero al final no me vale la pena y vuelvo sobre mis pasos. Bah, no quiero perder el tiempo. Pero en cuanto vea a Alexander, me las pagará... Y eso que yo no soy un tipo violento pero... me las pagará.

Entonces voy a girar la esquina de antes de forma totalmente indiscriminada con las otras esquinas y abro mucho os ojos antes de echarme hacia atrás de un brinco para apoyarme contra la pared con el corazón en un puño. Eso era... Es decir...

Echo la cabeza para corroborar mis visiones y me sorprendo aun más. Madre mía, dan... miedo. ¿dónde había quedado la tierna y vergonzosa escena donde le di al pause? Madre mía, aquello si que era haber esperado tiempo...

Cuando conseguí tranquilizarme y asumirlo sonreí con satisfacción. Al fiiin, ¡al fin, par de tontos! Si es que donde pongo el ojo...

bueno, todo había acabado bien. Bueno, más que bien según se veía... Con lo que me froto las manos y me pongo a caminar por el pasillo que había venido. Será por sitios en Brontë por los que ir... Bien, aunque me hayan jodido, hoy he cumplido con las acciones del día.

*se va*

Rick respondió a mi beso. Me guió hasta una pared (la que tenía detrás mía), en la que apoyé la espalda, sin separarse de mí. Todavía tenía los brazos alrededor de su cuello. Subí las manos, a su pelo, y hundí mis dedos en su cabellera pelirroja. Me separé durante unos segundos. Le sonreí, con una ligera timidez, y luego volví a acercarme.

Esperaba que no pasase nadie por ese pasillo en concreto. Si no, me moriría de vergüenza. Literalmente.

FdR. Heylel (L)

¬¬ <- mirada asesina de turno. die, potatoe.

Bajé de sus labios a su cuello, ejecutando en él mis vampíricas intenciones. No sabía hasta dónde había llegado ella antes, con otras personas, así que contuve el repentino afán familiar que me inundó. Ascendí de nuevo a su boca (tampoco quería dejarle el cuello marcado) y tras un profundo beso (literal y físicamente profundo), me separé de ella, respirando con ligeros jadeos a escasos centímetros de sus labios, y mirándola a los ojos, pudiendo entrever en ellos mi extraño reflejo.

"No es un buen sitió" pensé, pero no lo pronuncié, aunque una parte de mí creyó haberlo dicho.

Hacía mucho que no tocaba a una mujer. Quizás Inger acababa de cometer un error al permitir que yo accediese a ella en un momento así.

O tal vez quería sexo...

Rick descendió a mi cuello. Dejé escapar una serie de sonidos al notar sus labios (y sus dientes) en mi cuello. Era agradable. O, tal vez, agradable no fuese la palabra exacta. El caso era que me gustaba. Acaricié su cuello, con ambas manos. Él ascendió de nuevo, pasado un rato, y volvió a besarme. Tras el beso (más profundo que los demás), se separó un poco. Sólo unos centímetros. Respiró (su respiración, al igual que la mía, estaba acompañada de ligeros jadeos) y me miró. Yo le miré también.

Tragué saliva y miré a mi alrededor. Luego volví a clavar mi vista en él y esbocé una tímida sonrisa, sonrojada.

FdR. Nada que decir xD

Estreché los ojos, contemplando fijamente su rostro; escrutándola. Acaricié su mejilla con la mano, la besé y la escruté nuevamente.

Tetas. Tetas. Tetas.

Tetas.

- ¿Eres virgen? -pregunté de pronto, como si me acabara de acordar de que tenía que preguntarle si se había comprado ya unos zapatos nuevos.

Abrí mucho los ojos al escuchar su pregunta. ¿A qué venía...? ¿Por qué lo preguntaba...? ¿Qué? Noté cómo me sonrojaba (sí, aún más) y bajé la cabeza. Me pasé una mano por el cuello y luego volví a alzarla.

- Bueno... Yooo... He salido con algunos chicos... ... - Me pasé la mano por la nuca -. Pero... Nunca llegamos a nada... Demasiado... Yaaa sabes... ... Así que sí... ... ... ¿Por...?

Ladeé la cabeza, confusa.

Negué lentamente.

- Nada, tranquila...

Eso significaba que esa noche nada. Tsk... Si ella supiera lo que yo necesitaba no estaría ahí enfrente tan tranquila.

Me erguí por completo y me alisé un poco los pliegues de la ropa, procurando recuperar mi entereza y mi buen aspecto noble y hermoso. Luego sonreí, me acerqué a ella y la besé más suavemente, no fuera a creer que su pureza fuera un problema para mí.

Virgen... Eso me dificultaba las cosas. Otra larga noche durmiendo solo...

El líder apareció de forma fugaz por el pasillo, justamente a la altura de los muchachos. Apoyó una mano en el hombro del flamma y lo acarició por la espalda hasta el otro hombro mientras caminaba.

- Hola, Dehnel -. Pronunció con un tono indescriptible y activo para luego volver a desaparecer. Aquel saludo sería suficiente.

*Desaparece*