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Esbozo una sonrisa, asintiendo con suavidad. Supongo que ayudarnos mutuamente será lo mejor. A mí me gusta conocer a mucha gente, si puede ser, para aprender todo lo que pueda de ellos. Supongo que salir de una torre y poder conocer el mundo por fin hace que me haya acabado emocionando eso de conocer a personas distintas. Ahora mi visión del mundo es muy distinta, creo. Más abierta, menos asustada...

"Massen es una chica de mi edad, piscis. Lleva aquí desde el principio y es realmente capaz. Si tienes la oportunidad de conocerla hazlo."

Pienso un momento, antes de añadir más a la hoja. Ya que estoy...

"Y no sé si la conoces a ella, pero hay también una chica llamada Lluvia que es muy simpática. Habla con ella también si tienes la ocasión. Es muy agradable."

Es un chico tranquilo, parece que podría llevarse bien con ella. Y también es aether, así que quizás tengan cosas que hablar de Ventus. Pero bueno...
Supongo que me he llegado a tomar esto como una labor, ya.

¿Parezco más joven?
Bueno, eso no es raro. Creo que desde que tengo memoria he parecido más joven de lo que era. Y sin embargo últimamente he crecido mucho. He llevado la cuenta, y más de diez centímetros en un año. La verdad es que es difícil de creer, pero si me miro en el espejo casi no me reconozco. Incluso yo noto los cambios.
Me encojo de hombros, de todas formas, con una sonrisa suave, y asiento.

"Supongo que destaco en un sitio como este, donde todos parecen tan mayores y fuertes. Estoy acostumbrado. La verdad es que también yo me siento algo pequeño."

Desvío la vista un momento. Ya es algo tarde y ni he cenado... Y en esta época la noche se nota mucho más.
Garabateo, deprisa.

"Yo debería ir recogiendo. Madrugo mucho.", le indico, con una sonrisa afable.

En un día como hoy la verdad es que me he puesto a trabajar en serio, porque quiero ir a ver la nieve. Pero le dije a Adain que lo ayudaría con lo de planear, y como lo vi el otro día estoy terminando de apuntar mis ideas y comprobar teóricamente su viabilidad para poder hacerlo. Eso me hará dar un avance en la fabricación de la prótesis, que sigue escapándose a mi alcance.

Tacho un par de fórmulas que me han dado mal la respuesta y propongo otras, comenzando a resolverlas en cuanto he vuelto a plantear los datos, esta vez correctos. Aunque no es más que una formalidad, me gusta hacer esto también. Luego, a la hora de la verdad, la prueba será simplemente comprobar si funciona o no, sin tanto número.

*se queda trasteando*

Y, al segundo intento, apareció. Sonreí con suficiencia. Si lo conocía como si lo hubiera parido. Siempre en los mismos cuatro sitios. Miré a Alehyss y asentí, acercándome a él, que estaba de espaldas, y observando lo que hacía por encima del hombro antes de fingir que caminaba con dos dedos sobre su hombro.

-¿Te pillo en mal momento, cerebrito? -pregunté, entretenida, en voz no muy alta.

Señalé a Alehyss con una mano abierta, volviéndome a mirarla.

-Esta es Alehyss. Bueno, no sé si os conocéis -. Miré a Jun-. Te acuerdas de lo que te comenté, ¿no? Lo del guante-lanzador. Ya hace algún tiempo que lo hablamos, pero creo que es mejor si lo hablas con ella. ¿Puedes ahora, o...?

Las cuentas salen bien esta vez, según parece. Estoy a punto de dar con el resultado cuando siento algo sobre los hombros y me tenso, alarmado de pronto. Enseguida suena, sin embargo, una voz conocida: Massen.
Alzo la cabeza para mirarla de abajo arriba. Por algún motivo esa tensión rara no se me ha ido del todo. Supongo que ser asustadizo es lo que tiene.
Niego un par de veces, con suavidad. Puedo hacerlo ahora o puedo hacerlo luego.

Tardo todavía un momento en darme cuenta de que no estamos solos. Me señala a su acompañante, Alehyss, la chrysos del comedor, la que le dijo que me dijese lo del artefacto ese. Asiento enseguida, poniéndome en pie como un resorte y haciendo una reverencia algo torpe.

<<La vi un día en el comedor.>>, le aclaro a Massen, en un par de gestos veloces. <<Estaba contigo.>>

Parecía seguir sin recordar aquello. Ya me había preguntado alguna vez antes que si la conocía...

Me centro entonces en la mujer. Lo que no he hecho nunca es hablar con ella...
Asiento enseguida, mirándolas a ambas alternadamente.

<<Claro, claro. Dile que puedo. No estaba haciendo nada muy importante.>>

Me he quedado con un cuerpo raro, como nervioso.

Me llevé una mano a la frente. Tenía razón. Otra vez aquello. Sonreí.

-Es verdad, siempre me olvido de eso -respondí, divertida.

Me volví hacia Alehyss, al tiempo que arrastraba la silla que había junto a Jun para sentarme a su lado. Asentí.

-Dice que puede ser ahora -traduje.

No sabía si me tocaría otra vez hacer de intérprete, aunque era posible. Por algún motivo, Jun había dejado de usar el colgante aquel. Era extraño que no lo llevara siempre encima, con lo útil que era para él. Y conmigo no importaba, porque podíamos hablar igual, pero...

<<¿No tienes el amuleto?>>, pregunté.

Me sorprende, no puedo decir que no. Me sorprende el momento en el que empiezan a comunicarse. Sabía que Jun no podía hablar, y sin embargo nunca me había parado a preguntarle a Massen cómo se comunicaban. Supongo que es lo que más sentido tenía, pero a veces las evidencias no se plantean, y entonces, como ahora, uno se sorprende.
Me parece, admito, una habilidad de lo más útil.

-Buenas tardes -lo saludo yo, con gesto tranquilo, aunque algo seria, mientras los observo.

En cuanto Massen me informa de la situación, cosa que yo ya había deducido debido a los asentimientos del chico, lo miro de nuevo, y esta vez esbozo una sonrisa escueta.

-Massen me ha hablado muy bien de ti. me sorprendió que atribuyese unas habilidades tan grandes a alguien tan joven, pero veo -comento, haciendo referencia a los papeles que pueblan la mesa- que por lo menos hay indicios.

Además, parece mucho mayor que la última vez que lo vi. Es algo más alto que yo, presenta el acné habitual en un adolescente y, en general...

-Supongo que debería empezar por lo que tengo en mente, ¿no? -inquiero, tratando de guiar de alguna forma la "conversación". Que de momento no diría que se pueda llamar así.

A la pregunta de Massen miro primero a Alehyss de reojo, algo nervioso. No suele gustarme ir por ahí pregonando que lo tengo. Pero ella es su amiga, bueno. Quizás hasta se lo haya comentado. E imagino que no habrá ningún problema si se lo enseño.
Tras un momento de duda, extraigo el amuleto de bajo mi ropa, y me lo quito por el cuello, tendiéndoselo, haciéndole un gesto de que se lo ponga.

<<Supongo que es lo más cómodo.>>, le digo a Massen, asintiendo.

Luego me centro en Alehyss, que lleva la iniciativa. Parece tremendamente segura. Supongo que así son los amigos de Massen...
Bueno, no todos.

Asiento.

-Empieza por ahí, por favor -le hago llegar, eligiendo un tono educado.

Aún con las dificultades, Alehyss no parecía dispuesta en lo más mínimo a mantenerse al margen de la conversación. Y, aunque Jun no parecía muy convencido de dejarle el colgante (no entendía por qué) acabó por tendérselo a Alehyss. Sonreí a la chrysos.

-Así podréis hablar -expliqué.

Y, por supuesto, en el momento en que se lo puso yo quedaba medio apartada de la conversación, pero eso era lo de menos. Me acomodé en la silla, observándolos. Bien pensado, ver aquello desde fuera tenía pinta de ser divertido.

Massen me ha avisado, es cierto, pero cuando me pongo el collar y escucho una voz, pero él no ha movido los labios aunque es evidente que es el que la ha producido, no puedo evitar enarcar una ceja con cierta sorpresa. Me llevo la mano al colgante, mirándolo un momento.

-Vaya -comento. Miro entonces a Massen-. ¿Y tú también lo escuchas? Supongo que no, ya que he tenido que ponérmelo para hacerlo... -reflexiono, en voz alta-. En fin... De todas formas hablaré yo primero -declaro.

Dicho eso me pongo a explicarle con todo lujo de detalles lo que he pensado. El mecanismo, preferiblemente de acero, aunque acepto otros materiales si resultan más aptos, funcionaría mediante un resorte, una palanca para disminuir la fuerza necesaria para tensarlo y engranajes y mecanismos internos que intuyo, pero no lo suficiente como para encargarme yo misma de hacerlo.

Una vez he terminado lo miro, interrogante, seria.

-¿Cómo lo ves?

Escucho en silencio, llegando a concentrarme completamente en lo que dice. Por un momento hasta olvido que está Massen, o que Alehyss es una guerrera de aspecto tan fuerte y serio, y solo me concentro en sus palabras.
Se expresa bien. Es clara. Concisa. Se nota que tiene conocimientos, aunque solo sean técnicos, superficiales. Lo facilita todo bastante.

Termino por asentir, frunciendo el ceño. Me vuelvo hacia la mesa y revuelvo un poco los papeles, haciéndome con uno que está más o menos blanco. Con el carboncillo empiezo a garabatear deprisa, inclinado sobre él, de pie.

-A ver qué te parece esto... -le transmito mientras, sin mirarla.

Cuando he terminado un boceto rápido se lo entrego. Y mientras lo miro me concentro para dar forma a las piezas en mi mente, para traspasarle esa imagen, el funcionamiento, como si la máquina estuviese ya hecha ante ella.
Es muy complicado. Requiere al mismo tiempo un mayor uso de la magia que el mero sonido y una gran capacidad de reconstrucción espacial.
Es un buen ejercicio.

Negué a la pregunta de Alehyss.

-Es útil, pero tanto no hace -expliqué-. De todas formas lo hará más fácil.

A partir de ahí callé, dejándolos entre sí. Tan solo podía oír lo que Alehyss decía, y a mí ya me lo había explicado en otra ocasión. Permanecí al margen, limitándome a escuchar. Como yo ya había hablado con Jun en su momento, no le llevaría mucho mostrarle su idea práctica a Alehyss, suponía.

Efectivamente, pronto tenía ya un boceto para ella. Me incliné un poco hacia adelante para verlo un momento, aunque sin meterme a curiosear demasiado. Nunca se sabía; quizás yo acabara pidiéndole a Jun algún otro aparato. El de Alehyss, en concreto, tenía pinta de útil.

Sigue lo que le digo y enseguida se pone a trabajar. No sé si cumplirá tanto con hechos como con teorías, pero desde luego resulta eficiente. Supongo que tendré que quitarle la etiqueta que le he puesto a primera vista. Aunque para eso deberá cumplir en primer lugar.

Contemplo el boceto que me muestra. No es exactamente como lo había imaginado, pero sí sigue mi idea. Supongo que el aspecto del armazón es algo que va más en gustos, y que coincidiese hubiese sido casual.
Sin embargo lo que pasa luego me sorprende. Superpuesto sobre el papel veo el objeto, como si estuviese finalizado, y sin quererlo noto cómo los ojos se me abren por la sorpresa. Llego a extender una mano, pero traspaso la figura, que se deshace en componentes ante mis ojos, mostrándome el funcionamiento como un esquema móvil.

-¿Cómo haces eso? -le digo primero, mirándolo repentinamente seria, algo tensa. ¿A tanto llega este amuleto-. Sí. Si funciona así, es eso exactamente. ¿Te ves capaz?

Noto la presión aumentando más rápido de lo normal por estar esforzándome tanto, pero parece que da resultado. No me puedo creer que haya conseguido transmitir una imagen en movimiento tan completa, pero al ver su expresión no puedo evitar sentir cierto orgullo.

-Es parte de las funciones del amuleto -le explico-. Transmitir todo lo sensorial.

Ya que se lo he enseñado no pasará nada porque se lo diga, supongo.

Luego hace su pregunta. Ahí ya dudo un poco. Miro a Massen de reojo, aunque estoy pensando, realmente, y no la veo con claridad.
Tiene su complicación.

-No sé tratar el metal -explico-. Creo que podría hacer un prototipo de madera, pero no sé hasta qué punto sería cien por cien fiable.

Me vuelvo un momento hacia Massen de nuevo, serio.

<<Es algo difícil. Creo que no podría solo.>>, le resumo, que se está quedando un poco al margen.

No sabía qué había hecho Jun, pero podía imaginarlo. Porque delante de Alehyss no había más que el papel, pero ella actuaba como si lo hubiera. No era habitual que Jun usase el amuleto más que para hablar. De hecho, era tan poco habitual que muchas veces olvidaba que tenía más usos.

Volví la vista a Jun a la pregunta de Alehyss, viendo que me miraba. Como siempre, parecía inseguro. Si total, luego hacía unas cosas que... Aquella inseguridad no me tenía sentido la mayoría de las veces.

Lo pensé un momento cuando me habló, mirando a Alehyss de reojo antes de centrarme en el claritas.

-Puedes hacer los planos, al menos, ¿no? -propuse-. Si hay piezas muy concretas hará falta más ayuda. ¿Un herrero, quizás? Habría que verlo... Supongo que una vez se sepa qué hace falta será cuando haya que plantearse esas cosas. ¿Te propondrías hacer el grueso del artilugio, de todas formas? ¿O preferirías quedarte al margen?

Era cierto que, pidiéndole ayuda delante de la propia Alehyss, le estaba imponiendo cierta presión. No era mi intención, de todas formas. Simplemente había pensado en él porque sabía que tenía cabeza para aquellas cosas. Tampoco creía que Alehyss se lo tomase a mal si Jun decía que no podía, ¿no?

Control sensorial. Resulta de lo más impresionante, en ese caso. Parece un objeto muy útil. Pero supongo que no es el momento para preguntar sobre algo como eso.

Ante su respuesta se diría que no se ve capaz de hacerlo creo que hasta el momento me ha demostrado lo suficiente para que me fíe de él. Al menos en cuanto a capacidades. Pero entiendo perfectamente que la teoría y la práctica pueden estar completamente alejadas.

-¿Qué crees que debería hacer? Mi idea es tenerlo funcional cuanto antes. Si te ves capaz puedo esperar a que lo intente. Si solo fuesen los planos, como dice Massen, podría llevarlos a alguien especializado para que me construya uno por sí mismo.

Son varias de las opciones. No quiero quedarme con la teoría. Quiero poder usar ese artefacto.

Atiendo a Massen. Supongo que ha sido un poco optimista al confiar tanto en mí. Y me siento muy orgulloso, la verdad, de que piense en mí de esa forma. Pero no sé hasta qué punto soy el más indicado a partir de cierta parte del proceso.

-Yo creo que lo mejor sería que fueses con el patrón a un armero profesional. Yo de momento solo he trabajado en madera. Si hubiese alguien que...

Detengo la transmisión de sonido a la mitad, frunciendo el ceño. Me llevo la mano al mentón, pensativo. Y entonces, poco a poco, una idea cobra sentido en mi cabeza.
Algo que yo jamás había pensado, pero...
El problema siempre ha sido el mismo. Con el artilugio de las dianas... Con el ala de Lluvia... Con esto...
Tengo ideas, pero no sé obrar. No sé... llevarlas a la práctica. No tengo la capacidad suficiente. En la Torre me dejaban fabricar cosas, pero no fue bastante.

-Si yo fuese contigo a ver a ese armero quizás entre todos funcionase mejor -le propongo.

Creo que si viese cómo se hace podría repetirlo mejor. No es que vaya a ser un experto, claro, pero así quizás para otra vez...

-Bueno, no sé si te parecería mal. Me gusta mucho aprender, pero quizás no sea asunto mío -aclaro luego, pensativo-. Serviría para hacerle el mantenimiento. Una herramienta como esa lo necesita.

Miro a Massen entonces, risueño. Procedo a traducirle.

<<Le he propuesto que busque a otra persona pero ir yo para aprender. No sé si aceptará.>>, le explico.

Escuchar la conversación a medias era extraño, desde luego. De todas formas, aunque Jun se centrase en hablar con Alehyss, parecía poco dispuesto a dejarme de lado, y traducía en rápidos resúmenes sus respuestas a la chrysos.

Así que quería ir con ella. Muy propio de él. Todo lo que fuera cacharrear...

Miré a Alehyss, interrogante. A fin de cuentas, el permitir que el chico fuera o no con ella era cosa suya. Teniendo en cuenta que había pedido discreción respecto a aquel proyecto, quizás no estuviera de acuerdo con tener un acompañante.

Lo miro un momento. No creo estar muy conforme con la oferta, pero entonces menciona algo que parece que se me había pasado por alto. ¿También es un negociante? Extraño, teniendo en cuenta que es mudo, que sepa qué decir.

-El mantenimiento -comento, asintiendo-. Por supuesto. Supongo que, en ese caso, es una buena idea. Para ambos, ¿no? Saldríamos beneficiados. No encuentro pegas que ponerte. Estoy de acuerdo. Ven si quieres -acepto, con una sonrisa satisfecha.

Si aprende a arreglar el artefacto me vendrá bien tenerlo por aquí. Nunca pensé que fuese a sentir curiosidad por el chico, que hasta ahora me había parecido solo la víctima de un desafortunado suceso.
No puedo evitar pensar en Sanders por un momento. No hace tanto que lo he visto. Y en unas circunstancias diferentes a la primera vez. Se hace extraño, todavía.

-Tú haz los bocetos que puedas, por favor. Yo buscaré un armero, como dices, que pueda encargarse de ello. Alguien que sepa de mecanismos complejos, es de suponer. Iremos juntos. De acuerdo.

No puedo evitar una sonrisa algo animada cuando acepta. La verdad es que creí que diría algo en contra, pero bueno... Yo es que estoy muy interesado en aprender cuanto pueda de la parte práctica de los mecanismos. Creo que con eso podría llevar a cabo maquinarias mucho más complejas. Es algo que me gusta especialmente, según he ido descubriendo.

Asiento, con energía, de nuevo.

-Me encargaré de todo. Espero tenerlo a tiempo. Te buscaré para pedirte el veredicto en cuanto puedas.

La verdad es que es como si el favor me lo hiciese ella... Es que de verdad me gusta mucho poder participar en algo como esto.

Miro a Massen de nuevo, risueño. Le dedico una sonrisa animada.

La respuesta de Alehyss, por suerte, fue afirmativa. Alehyss se tomaba las cosas muy en serio, así que yo no habría asegurado que le pareciera bien que Jun la acompañara. Pero, por lo visto, él había sabido venderse. Sonreí. Me hacía ilusión haberles encontrado una tarea en la que participar juntos.

Y entonces Alehyss dijo algo que me hizo reaccionar, uniendo piezas en mi cabeza de golpe.

-Mi padre -dije de sopetón, sin ser del todo consciente de haberlo pronunciado en voz alta hasta entonces. Parpadeé. ¿Cómo no lo había pensado antes?-. Mi padre es armero. Trabaja para el ejército de Aqua y se dedica principalmente a la confección de armas de madera. Arcos, ballestas... Mi cerbatana la hizo él -. Bajé la vista entonces-. Aunque está lejos. Vive en Ciudad Nevada. A lo mejor preferís buscar algo más cerca.

Yo podía avisarlo si quería, claro. Loksass no estaba en contacto conmigo normalmente, pero dudaba que me negase algo así. Era un encargo, después de todo. No creía que tuviera el negocio restringido al ejército de Aqua, aunque lo sirviera principalmente. Claro que el viaje a Aqua era largo. Quizás Alehyss no quisiera viajar tanto. Y a Jun no le gustaba el frío.

Miro a Massen cuando habla, alzando las cejas, sorprendida por su comentario. La verdad es que desconocía la profesión de su padre. No es alguien de quien haya hablado habitualmente con ella. Menciona más a sus hermanos.

-¿De verdad? -inquiero, curiosa-. ¿Sabe de mecanismos? ¿Crees que podría enfrentarse a algo como esto? -inquiero, mostrándole el boceto del chico-. Valdría la pena intentarlo. Al menos ponerse en contacto con él para averiguarlo -comento, volviéndome hacia Jun-. ¿No?

Esbozo una sonrisa, divertida. La verdad es que es una coincidencia extraña. Pero me hace hasta gracia.

-Suena bien. ¿Puedes preguntarle, Massen?

Me vuelvo hacia Massen, curioso. ¿Armero? Bueno, me dijo hace poco que hacía armas, pero...

<<¿No era carpintero?>>, inquiero, mirándola curioso.

Supongo que las dos cosas tienen que ver. Será un armero carpintero. Aunque quizás sepa de más cosas. O supongo que no trabajará solo...
Bueno, ya nos lo aclarará.
Sea como sea, la idea de conocer a su padre me hace gracia, de alguna forma. Profesionalmente hablando, me refiero. Y bueno, es el padre de una amiga... Aunque dijo que no vivía con él desde los tres años...

-Si te sirve por mí está bien -le digo a Alehyss, contento.

Observé el dibujo. En realidad, no sabía hasta qué punto podría, pero todos decían que Loksass tenía mucho prestigio. No tenía por qué no poder.

-No puedo asegurarlo -respondí, pese a todo-. Pero trabaja en la capital, tiene recursos y contactos. Lleva toda la vida dedicándose a eso, y dicen que es bueno. Y aunque no pudiera, estoy segura de que podría poneros en contacto con alguien del gremio con mucha facilidad.

Miré a Jun, sonriendo a su pregunta. Bueno, sí era cierto que yo solía hablar de él en términos de carpintero, pero no se dedicaba a hacer muebles. Él nos decía que debíamos decir a todo el mundo que era carpintero cuando vivíamos en la ciudad. Nunca me había planteado por qué, pero seguramente fuera una forma de evitar clientes no deseados de los suburbios.

<<Sí, bueno, pero está especializado en armas>>, expliqué a Jun. <<Trabaja sobre todo con artilugios de artillería.>>

Me volví hacia Alehyss, asintiendo.

-Claro. Le mandaré una carta. Y otra a Leen, por si acaso. Prefiero asegurarme de tener una respuesta, y Loksass es un poco ausente a veces -expliqué.

Y no muy bueno con la pluma. Hacía mucho que no lo veía trabajar, pero Leen decía que seguía haciéndolo con el mismo empeño de siempre. Probablemente me saldría más rentable hablar con mi hermano que con él, en realidad, pero prefería contactar con ambos.