Biblioteca

Asiento, pero no digo nada en un principio. Miro cómo se acomoda, en el suelo. Un poco sencillo de más, en mi opinión, aunque supongo que así le será más sencillo controlar a ese animal que lleva consigo.
Le lanzo entonces una breve mirada al libro y me doy cuenta de golpe. Alzo las cejas.

-¿Ventus? -inquiero, más por confirmar que por meterme. Desde esta distancia no puedo ver las letras, pero creo que ese lo he revisado hace poco. Al menos al primer vistazo.

No tardo mucho en bajar la vista al mío. Es evidente que no me gusta que la gente se entrometa en mis asuntos, y acabo de hacerlo.
Niego con suavidad, librándola de tener que responder.

Vuelve a hablar. Cuando alzo la vista, mi cara queda en paralelo con la de Vilo, que no aparta los ojos de ella. Creo que la está estudiando, aunque no entiendo por qué. De todas formas, no es momento de ponerse a averiguarlo.

Me encojo de hombros cuando niega, dando a entender que no me molesta la pregunta. Después de todo, no tiene nada de raro que me interese por el continente.

-He estado allí hace poco -explico-. Hay un par de cosas en las que me interesa profundizar. ¿Sabes algo de interés sobre el tema?

Dudo que nada que me sea útil, pero quién sabe. No cuento con que conozca gran cosa del continente, salvo que por algún extraño motivo se haya criado allí. De todas formas, su tono daba a entender curiosidad. Dudo que haya sacado el tema porque sí. Por lo que sé de ella, se limita a lo que le resulta interesante.

Hace poco... Eso puede resultarme interesante, de alguna forma...
Echo un breve vistazo al animal, pero pronto me encuentro centrada en ella de nuevo. Una chica interesante, aunque no sabría decir por qué. No es el interés habitual. No es una suma simpatía, tampoco.

Cierro el libro y lo alzo, mostrándoselo. No puedo evitar una sonrisa escueta.

-Ventus -declaro. Hago un gesto hacia el suyo-. Ese lo leí hace poco. No es el que encontré más interesante, aunque depende de lo que busques -comento con calma. Entonces me acomodo un poco en el sitio-. Yo no he estado antes, aunque iré pronto. Llevo un tiempo informándome. Si tienes alguna pregunta, quizás pueda intentar resolverla.

Lo extraño es que ella se informe ahora que ha vuelto. Aunque supongo que a todos nos pasan cosas que nos hacen querer saber más.

Cuando me muestra la portada de su volumen, me encuentro con que estamos en torno al mismo tema. No exactamente, imagino, pero ya que Lis apareció en Ventus, he considerado que sería interesante empezar por ahí. De todas formas, el título de Alehyss se aleja un poco de lo que estoy buscando. Creo que no lo habría escogido. Aunque las portadas, muchas veces, engañan.

-Estoy buscando información sobre cultura popular -explico, sin preocuparme por ocultarlo-. Costumbres, mitos, criaturas reales o fantásticas... No es un tema en el que me centre habitualmente, pero después de mi experiencia allí, lo he considerado interesante. ¿Hay algún pasaje en particular de este que recuerdes al respecto? -Eso me ahorraría tiempo-. Quizás yo también tenga alguna respuesta para ti, si no has estado. Aunque supongo que dependiendo de a qué zona te dirijas podré serte más o menos útil.

Lo que me dice termina por ser un tema que me atrae más bien poco. No es algo que le atribuiría. Supongo que me ha sorprendido un poco. Pero también tiene un animal, cosa en la que no estoy interesada. Nunca lo he estado.
Aunque el suyo, en concreto, pudiese llegar a ser útil De momento estoy buscando otro tipo de cosas. No es algo que tenga entre mis prioridades.

-Lo siento -me disculpo, negando-. No vi demasiado sobre eso, aunque, admito, quizás me salté alguna parte. No creo poder ayudarte mucho con eso-. Dirijo entonces una mirada a mi volumen. Frunzo el ceño un momento, pensativa-. Yo estoy más interesada en la fauna, la flora y la geografía del lugar al que iré próximamente -comento, algo escueta. Le explico vagamente donde es, sin dar demasiados detalles ni motivos-. Quiero saber las adversidades que me puedo encontrar. No sé si tienes alguna información al respecto tras tu viaje.

Fauna y flora. Desde luego, es una opción que considero en segundo lugar, porque dudo muchísimo que Lis aparezca en ningún manual, pero no deja de encajar perfectamente en el perfil. Asiento.

-La fauna y flora también son de mi interés -añado. Es difícil definir exactamente cuál es mi interés, pero parece rodearlo, desde otra perspectiva-. No sé si puedo ayudarte mucho. Puedo decirte que el tiempo, en mi experiencia, cambia con extrema facilidad y no siempre es previsible. Los desplazamientos tienden a ser complejos, supongo que más para gente como nosotros. Yo me desplacé hasta allí en cáliz, pero eso no me libró de un paseo en estrell y una caminata a pie. Supongo que todo depende de lo incomunicado del lugar al que te dirijas, aunque lo que describes suena parecido a lo mío -. Trato de buscar detalles en mi cabeza. Por pura amabilidad. Que no se diga luego-. No di con más adversidades que una tormenta repentina. El bosque que crucé estaba tranquilo, aunque los caminos pueden resultar confusos. Asegúrate de contar con indicaciones bien precisas, o en su defecto, con alguien que pueda explorar el camino desde lo alto. En cuanto a animales, no, puedo decirte nada que me llamara la atención.

En general, los asuntos que me llaman la atención a ese respecto me los guardo para mí. Pero no voy a entrar ahora en si Lis entra dentro del concepto de fauna o no. Para mí, el ser humano lo hace, así que no hay motivo para discriminarla a ella, pero podría formarse una larga discusión filosófico-científica al respecto, y no está en mi campo de estudio.

Asiento a lo que dice, aunque nada escapa mucho de lo que cuentan los libros, los conocimientos con los que ya contaba y, por supuesto, la lógica aplastante. No obstante, la opinión de alguien que ha estado allí me resulta útil, a su manera.
Pienso en Jager por una vez. Hubiese sido bueno contar con él...
Quizás, ya que voy... No, es imposible.

-Por desgracia, no cuento con la posibilidad de usar un cáliz, ni con nadie que pueda sobrevolar la zona. Haré caso a tus recomendaciones y lo demás será cuestión de que lo que he estudiado y mi experiencia funcionen. De todas formas, no veo que tenga por qué pasar algo. Al fin y al cabo, no vamos al foco de un problema-. Cuando termino de hablar lo hago como si estuviese cansada. Me estiro un poco y llevo la vista al techo un momento-. Si se me ocurre algo que pueda ayudarte, te lo haré saber -le digo entonces, mirándola-. Hay algunos aether por aquí. ¿Has pensado en preguntarles a ellos? Si se trata de tradición, imagino que los que vivieron allí pueden llegar a sorprender con conceptos no registrados en demasiados libros.

La escucho tranquilamente. Seguramente, Lis podría darle información mucho más exacta y útil. Claro que Lis no le dirigiría la palabra ni por una casualidad. Eso me parece evidente, así que cualquier hipótesis que parta de esa base queda descartada.

-No creo que tengas problemas entonces -declaro-. No puedo decir que mi experiencia sea muy amplia, pero por lo que he visto, es un lugar pacífico. Quizás algún aether pueda darte algo más de información. ¿Conoces a Adain? Él me acompañó en mi trabajo. Como comprenderás, conoce mejor el terreno.

El problema será si se va de la lengua. Te estoy dando un voto de confianza, plumitas. Si se da el caso, más te vale cumplir o tendrás que vértelas conmigo.

Y mi propuesta coincide con la suya. Niego con suavidad.

-Adain no tenía más información que yo respecto a lo que busco -explico-. Si conoces a algún otro... Una vez me presentaron a Heylel, pero no he vuelto a coincidir con él. Hay otro hombre, creo, pero no sé ni su nombre. Y no conozco a ninguno más.

Leyendas de Ventus. Podría solucionar un par de cosas.

Eso espero yo también. En principio el trabajo no parece de los que dan dificultades. Si me lo tomo tan en serio es porque es personal y, de alguna forma, porque he tenido tiempo.

-Adain-. Asiento tras nombrarlo-. He tratado con él un par de veces. Pude haberle preguntado la última... -reflexiono en voz alta-. Si me lo encuentro de nuevo lo haré, supongo.

Adain no le sirve a ella, sin embargo. Cuando menciona a Heylel alzo el gesto un momento. No puedo evitar el inciso.

-¿Te lo presentaron hace mucho? -. Está algo desaparecido. Es verdad que mi relación con él ha decaído, pero sí siento cierta curiosidad por lo que pasó tras lo de Ignis, pues apenas nos hemos cruzado. Y menos recientemente-. Hay una niña. Lluvia, se llama. Es menuda, de pelo corto y le falta un ala. No sé mucho de ella, pero me comentó que le gustaban las historias. Quizás ella pueda ayudarte -le digo entonces, serena.

Asiento a su pregunta. Y, al mirar a Vilo, me doy cuenta horrorizada de cuánto tiempo hace realmente. Cuando Rick me presentó a Heylel, la pata de Vilo todavía seguía herida. No puedo evitar rodearlo con los brazos, atrayéndolo con suavidad pero firmeza. Se deja hacer, llegando a darme un suave lametón en la mejilla.

-Más de lo que pensaba -confieso a Alehyss-. Unos cuantos meses. Para que te hagas una idea, cuando en que me encontré con él le estaba dando a Vilo el biberón.

Lluvia. Recordaré el nombre. Quizás Rick la conozca y pueda presentármela. Eso ahorraría trabajo. De todas formas, confío más en lo que alguien pueda haber leído que en las historias que se cuenten. Aunque Frederick hablaba de historias fantásticas, así que me conviene revisar la tradición.

Acabo por recoger y levantarme.

-Perdona, te estoy molestando. Creo que seguiré en otro momento con el estudio. Y buscaré a esa chica. Disfruta de la lectura. Ya nos veremos. Hasta otra.

Paso por las estanterías a recoger a Lis, pero no dejo el libro en la biblioteca. A veces, por la noche, repaso algún dato, así que no me sobra en la habitación. Vilo me sigue tras echar una última mirada a la chrysos.

*Se van*

Parece que ella no tiene mucha información que darme sobre Heylel. Imagino que si él se pasase el día entero recorriendo los pasillos y socializando con todo aquel que se le cruzase tendría noticias más actuales. Estará ocupado o no estará. Quizás sea lo mejor, ahora que las cosas se han arreglado. Tampoco es necesario que mantengamos ninguna relación más allá de lo cordial.

La despido cuando se marcha y me quedo poco más. Al fin y al cabo estoy algo desganada desde que llegué.

Dejo el libro en su sitio. No creo que le dedique mucha más atención. Tengo otras cosas en las que pensar.

*se va*

Me aparezco en la biblioteca, sonriente. Ahora que he terminado un estudio sobre unas bestias puedo relajarme un poco, y acaso hay algo mejor que un buen libro para relajarse. No responderé, pero son pocas las que pueden llegar a ocurrírseme.

La biblioteca de Brontë es bastante grande, y yo casi que diría que puedes encontrar de todo. No es, por supuesto, la más grande que he visto en mi vida, pero está bien. Con curiosidad, como uno más de los guerreros, camino por los pasillos flanqueados por estanterías, atento a los títulos que a mis lados van apareciendo.

Finalmente, me decanto por una gran enciclopedia sobre la fauna y flora de Ignis y me desvanezco.

*se desvanece*

Sentada en uno de los sillones de la estancia, Lluvia leía, concentrada, uno de los cuentos que había cogido la última vez que había ido a la biblioteca. A diferencia de los días anteriores, esta vez solo llevaba consigo el libro que tenía en las manos. Lo había empezado a leer al despertarse y se había quedado tan enganchada que no había visto la necesidad de cargar con los otros libros.

La historia era simple, sencilla: en ella había monstruos, princesas y una bruja y un caballero. El protagonista era el caballero, esta vez, un hombre joven pero muy conocido en el reino por todos los monstruos que había conseguido derrotar, y la historia hablaba de su amor hacia una poderosa bruja que vivía en las montañas más altas del reino y a la que todos los habitantes temían y querían dar caza. Ella es quien trae los monstruos, decían. Encontradla, encontradla. Quemadla, quemadla. Pero el caballero, que por azares del destino había conocido a la bruja cuando esta no era fuerte y todavía vivía en las calles del reino, no creía en las palabras de sus vecinos y escapaba para alertar a la bruja siempre que las tropas del rey se adentraban armados en las montañas en pos de su guarida. Vienen a por ti, vienen a por ti, decía, y entonces ambos huían de la alta caverna y se escondían de los guerreros.
El rey quería mucho al caballero, al que consideraba casi un hijo, y cuando lo veía le decía: déjame presentarte a esta joven princesa; nunca será reina, pero tendrá tierras y con ella vivirías bien. Pero el caballero rechazaba a todas las princesas que el rey le presentaba, y Lluvia se preguntaba, mientras pasaba las páginas, si habría alguna princesa que sí le gustaría, o si querría para siempre a la huidiza bruja.

*se queda*

Entro preparado para una tarde de estudio. Si voy a viajar con alguien tan exigente supongo que tendré que dar la talla. Para empezar, tengo pensado leer un poco sobre plantas de la zona para aprender sobre ellas, ya que voy a buscar madera.

Nada más entrar veo a Lluvia, sin embargo, lo que me distrae un momento. Alzo una mano para saludarla, acercándome un poco, mirando con curiosidad el libro que sostiene entre las manos. No es el mismo del otro día, eso desde luego.

<<¿Acabaste el otro?>>, le pregunto con curiosidad.

Leyendo tanto tiene que saber un montón de historias.

Lluvia alzó la vista del libro cuando vio, al pasar una de las páginas, a Jun, que se acercaba a ella. Curvó suavemente los labios, y todavía con el libro abierto, lo saludó con una leve inclinación de cabeza. Asintió después.

—Me lo terminé el otro día. Este lo he empezado hoy. Es de cuentos.

Le sonrió. Del principio del libro, sacó un marcapáginas que colocó en el punto donde iba y cerró el libro, que apoyó en sus rodillas.

—¿Qué tal estás?

Así que es como esperaba. Enseguida ensancho la sonrisa, componiendo velozmente las palabras con las manos.

<<¿Qué tal fue al final?>> Dado que hablamos de él, ahora tengo curiosidad aunque solo sea para cerrar el tema del otro día. Aunque el de hoy parece más de los que suelen gustarle. Termino por alcanzarla, señalando el que tiene entre las manos con un gesto. <<¿Y ese qué tal?>>

Parece que la he interrumpido, porque saca un marcapáginas. Tengo que buscar algunos libros también, pero no me importa pararme con ella un rato.

<<Yo bien. Vengo para leer un poco sobre Ventus. El otro día me di cuenta de que no estaba haciendo suficiente>>, le explico con una sonrisa algo apurada.

Lluvia se encogió de hombros. Al final el otro libro había terminado por decepcionarla un poco. Le había gustado, pero se había imaginado un final diferente y se había llevado una decepción al descubrir cuál era el auténtico.

—Bueno, estuvo bien. Pero me esperaba un final diferente. Aún lo tengo en el dormitorio, por si quieres leerlo —Le sonrió. Luego bajó la vista al libro—. Este está bien. Como es de cuentos, tiene muchos príncipes y princesas y monstruos. Pero los protagonistas del que estoy leyendo ahora son un caballero y una bruja. —Frunció el ceño—. Creo.

Bajó la vista a la pizarra cuando Jun escribió. Asintió.

—Si quieres te ayudo a buscar. —Lo miró—. ¿Qué clase de información necesitas?

Una decepción, vaya. Eso resulta... Bueno, resulta decepcionante también, imagino. Aunque uno no puede esperar que siempre le guste todo, por otra parte.
Niego con suavidad, recuperando la sonrisa.

<<En principio no. Me llega el nombre. No creo que me dedique a leer ficción próximamente.>> Ya lo intenté hace poco y no fue muy mal. <<Pero quizás pueda cogerlo cuando tenga tiempo. Aunque para eso casi es mejor uno que sí te haya gustado.>>

Al mencionar el que está leyendo ahora sí que me queda claro que es más de lo que suele hacer. Ladeo un poco la cabeza, esbozando una sonrisa divertida.

<<¿Un caballero y una bruja?>>

Supongo que es habitual ver caballeros y brujas en los libros de cuentos. Puedo imaginarme la historia, creo.

<<Más que necesitar, busco lo que me parece. Iba a buscar vegetación, pero no hace falta. Cogeré un par de libros que parezcan adecuados y seguiré investigando a partir de ahí. No es gran cosa.>>

Lluvia asintió. Jun tenía razón: mejor leer uno que realmente le pudiese gustar que uno que pudiese, como a ella, decepcionarlo.

—Vas a estar leyendo sobre Ventus, ¿no?

Era casi evidente que sí, pero tal vez el claritas la sorprendía con otra cosa. Aunque lo dudaba.
Se encogió de hombros al leer el siguiente comentario, respondiendo a la sonrisa divertida del claritas con una propia.

—Son cuentos, ¿qué esperabas? —Bajó la vista—. Aunque en este se quieren de momento.

Ladeó la cabeza y leyó el nuevo mensaje de Jun. Frunció un poco el ceño.

—¿Entonces no quieres ayuda? —Le sonrió—. No me importa ayudarte...

Asiento. Principalmente, supongo.

<<Estoy intentando entrenar bastante ahora mismo. Y el último libro que estuve leyendo no me gustó demasiado, así que no tengo muchas ganas ahora mismo>>, le explico.

No es que fuese exactamente así, pero de casi prefiero exponerlo de esa forma. De todos modos, tampoco es que sea una mentira. El motivo sí fue ese, en parte.

Su sonrisa y su comentario me hacen reír. Me encojo un poco de hombros. Supongo que eso es verdad. Los cuentos suelen basarse en unos patrones bastante férreos. No he sido muy perspicaz ahí.

<<¿Se quieren? ¿La bruja y el caballero?>>

Eso es algo más raro, claro.

Cuando rechazo su ayuda parece decepcionada. Me apresuro a negar. Tampoco es eso...

<<No es que no quiera ayuda. Es que realmente voy a coger dos libros cualquiera. No sé qué busco. Diría más bien que no necesito ayuda porque no busco nada concreto.>>

Porque no sabría qué pedirle. No sé yo mismo qué busco...

Lluvia alzó las cejas, curiosa, y curvó los labios después.

—¿Has estado entrenando? ¡Yo también! —Ladeó la cabeza—. ¿De qué era el último libro que leíste?

Parpadeó.
Hasta ahora, nunca se había preguntado qué clase de libros, más allá de los de investigación, leería Jun. No se lo imaginaba leyendo muchos cuentos, ni tampoco historias de caballeros o así. Pero quién sabía.

Asintió al leer su siguiente comentario.

—De momento. Pero solo voy por el principio, así que ya cambiará.

Nadie quería a las brujas. Eran malas.

Tardó unos segundos en responder al siguiente mensaje de Jun. Cuando lo hizo, sonrió un poco.

—Pues... Si alguna vez necesitas ayuda sobre Ventus, puedes preguntarme.

Asiento, efusivo. Aunque la esfusiva es más bien ella. Me alegra verla tan contenta estas veces. Me motiva, podría decir.

<<Pues era una historia de aventuras. Pero no me convencían los personajes. Ni la historia. Demasiado agresivo todo.>>, explico, sin mucho convencimiento.

De momento que al principio de la historia pasa eso. Desde luego, es original. Aunque las historias románticas no sean mi fuerte siempre es mejor eso que lo de siempre, claro.

<<Bueno, no tiene por qué cambiar, ¿no? Quizás la historia sea esa.>>

Su ofrecimiento sobre Ventus sí me hace sonreír de nuevo. Asiento. Eso claro. Una cosa es un libro al azar, pero cualquier duda un poco más allá que tenga ya sé a quién preguntársela.
A ella, es decir...

<<La verdad es que estoy algo preocupado por la ropa. No sé si en la zona de ese bosque hará más o menos frío que aquí. Pero imagino que es un sitio muy concreto. Quizás no sepas nada de esa zona.>>

Por algún motivo, probablemente porque no se lo imaginaba, Lluvia le sorprendió que Jun hubiese leído una historia de aventuras. Aunque al final no le había gustado.

—¿Demasiado agresivo? —Frunció un poco el ceño, confusa—. ¿Había muchas peleas entonces?

A lo mejor era eso. Ella no acostumbraba a leer libros de peleas; no le gustaban demasiado. Lo que a ella le gustaba eran las historias de amor.
Frunció el ceño al leer su siguiente mensaje y negó con la cabeza.

—Seguro que cambian. Las brujas son las malas de los cuentos y por eso nadie las quiere.

Era así siempre, ¿no? Además, todo el reino quería atraparla.

Caviló su respuesta antes de responder al siguiente mensaje del claritas. Finalmente, dijo:

—Supongo que deberías llevar algo de abrigo porque en Ventus hay bastantes vientos fuertes y suele hacer algo de frío. Aunque no sé cómo será en ese bosque.

Aparto la vista, esta vez algo azorado. Aún recuerdo la conversación con Ben. Llegué a enfadarme de verdad por aquello con ella. Aunque al volver a por el amuleto supongo que todo quedó más o menos arreglado...

<<Algo así. Aunque cuando Leo historias de aventuras suele haber peleas, en este caso algunas partes no me gustaron demasiado y terminé por rendirme>>, le explico.

Su opinión sobre las brujas en los cuentos no deja de ser cierto, pero ahí ya hay una premisa que cambia. Arrugo el ceño, pensativo. Parece que toca filosofar sobre eso.

<<Bueno, si ya empieza de forma diferente no tiene por qué acabar como todas las historias. Entonces sería una más, pero ha intentado no serlo>>, propongo como argumento.

Qué sabré yo de esas historias, claro. No es que haya leído muchos cuentos más allá de los comunes.

Cuando dice lo del abrigo asiento. Algo así había oído. Y leído. Los inviernos tan alto son duros.

<<No sabía si llevar la capa que me regalaste, pero tengo algo de miedo a que se rompa. Mejor ropa algo más vieja.>>

La miro con una sonrisa tranquila.

Lluvia asintió. Entendía que no le hubiese gustado el libro; a ella tampoco le hubiese gustado.
Volvió a negar al leer el siguiente mensaje. Después miró al claritas.

—Pero todo el reino quiere atrapar a la bruja y además están apareciendo princesas. —Ladeó la cabeza—. Terminará como todos los cuentos.

Además, quién querría a una bruja por encima de una princesa.
Nadie.

—Puedes llevar la capa —dijo, sonriendo—. Si se rompe, siempre puedes arreglarla. O puedo comprarte una, si quieres. Mis padres me han mandado mucho dinero y tengo mucho ahorrado, aquí, en Brontë.

Ensanchó la sonrisa.