Biblioteca

Se encogió de hombros, sonriente.

—El sitio es grande... Estaríamos por zonas diferentes y por eso no nos habremos visto — murmuró.

Tamborileó los dedos en el libro que sujetaba un par de veces, mientras escuchaba la respuesta que el aether daba a su pregunta. Al escuchar el chiste que el chico había intercalado en su narración, frunció ligeramente el ceño. Pese al tono de voz que había empleado Heylel, el chrysos no terminaba de comprender dónde se encontraba exactamente la gracia de aquella pregunta. Cuando repitió la pregunta, relajó la expresión y asintió.

—Pues... Bien... — Se encogió de hombros —. Voy tirando. — Sonrió —. No he tenido ningún bajón ultimamente. Como mucho un par de discusiones (ni ese nombre merecen) sin importancia, ya sabes. — Ensanchó la sonrisa y señaló el libro que el aether sujetaba —. ¿Qué libro es? Si se puede saber, claro...

Lo miró.

Abrí la puerta de golpe, y al oír el estruendo, aún sin cruzarla, me quedé muy quieta, tapándome la boca con las manos y con los ojos muy abiertos. Miré a los dos chicos que allí estaban, con expresión severa, y con un dedo en los labios emití un "¡Shh!" reclamando su silencio. ¿A quién se le ocurría hacer tanto ruido? ¿No veían que aquello era una biblioteca?

Avancé por el lugar de puntillas, correteando entre las estanterías como un ratoncillo, hasta que elegí un libro de lomo azul brillante. Sonriendo para mí, trepé por la estantería (estaba demasiado alto) y lo cogí. Al bajar de un salto, la estantería se tambaleó y pegué un grito, mientras la empujaba hacia atrás para detener su bamboleo.

Cuando conseguí que parara, corrí de puntillas de nuevo hacia la puerta. Antes de salir, me volví de nuevo hacia los dos chicos, con la misma expresión que les dediqué al entrar, llevando una vez más un dedo a mis labios. Hecho esto, me di la vuelta y cerré la puerta con un sonoro portazo.

*Se va*

Lyam frunce el ceño ante mi comentario. Sí, realmente ha sido un chiste muy malo. Pero cuando responde habla de discusiones.

-Vaya, ¿Alexander otra vez? ¿o te vas buscando más discusiones? - Comento con tono amable sin querer ser indiscreto.

Entonces escucho una llamada de atención para guardar silencio y me callo de la vergüenza. Me giro y veo a una parvus correteando por allí. Le pediría disculpas si no hubiese salido de mi vista tan rápido. Miro a Lyam con gesto comprometido y me encojo de hombros.

Señala mi libro y yo lo veo, girando un poco la mano para ver la portada. -Ah, no es nada. Simple entretenimiento para pasar un rato antes de dormir -. Indico en un murmullo más bajo para no molestar. Entonces escucho un estruendo y un grito que me pone las plumas de punta y hace que me gire, al poco veo de nuevo a la parvus ahcer un gesto de silencio y suspiro con resignación.

Dejó escapar una suave risa al escuchar la pregunta del aether. Si había dicho aquello, había sido, simplemente, por si el aether llegaba a enterarse, por algún remoto motivo, de que había discutido con la chrysos. No tenía especial interés en contarle cómo eran sus relaciones con los demás miembros de Palacio... Aunque, bien pensado, podía comentárselo. ¿Qué clase de relación tenían la chrysos y el aether? No lo sabía. No recordaba haberlos visto juntos por Palacio. Si comentaba algo acerca de la chica, podría saber qué opinión tenía de ella. Y eso podría ser interesante.

Negó con la cabeza.

—No busco discusiones. Como he dicho, ni siquiera merece ese nombre. — Esbozó una corta sonrisa y desvió la vista —. Y no he discutido con Alexander, sino con Alehyss. — Suspiró y se encogió de hombros —. Pero bueno... Qué se le va a hacer...

Iba a añadir algo más cuando escuchó un shh. Frunció ligeramente el ceño y torció el cuello, en dirección al lugar del que había salido la voz. Al hacerlo, se encontró con una parvus, que no tardó en salir corriendo de su campo de visión. El chrysos ladeó la cabeza, preguntándose quién sería. Permaneció así, con la vista clavada en el punto donde antes había estado situada la parvus, hasta que escuchó la voz del aether.

Asintió un par de veces y giró el cuello. Sonrió.

—Entiendo... — Ensanchó la sonrisa —. A ver si resulta ser...

Su frase se vio interrumpida por un grito, que hizo que volviese a girarse, buscando al dueño de la voz. No tardó en descubrir que había sido la parvus, pero, de nuevo, no tuvo tiempo ni a fijarse demasiado en ella ni a decirle nada.

Suspiró.

—Qué... Rara...

Lyam parece algo incomodado en un principio por mi pregunta. O eso intuyo por su risa seca. No sé, es un chico algo difícil.

Entonces me dice que ha discutido con Alehyss. Vaya, no sabía que se llevaban bien.

-Ah, Alehyss, ¿Hablas mucho con ella? No sé, es algo seria, quizá ni siquiera estaba molesta y solo lo pareció por su actitud -. Comento mi parecer, agarrando el libro entre mis brazos para acomodarlo. Pena que no pueda dejarlo por ahí apoyado o mi coartada se derrumbaría. Tsssk.

Frunció el ceño. Menuda respuesta más cutre...

Suspiró. Chasqueó la lengua y bajó la cabeza. Luego dio un par de golpecitos en el libro con los dedos.

—Bueno... Hablamos bastante, creo. — Se pasó una mano por la frente, echándose, al hacerlo, el flequillo hacia atrás. Volvió a suspirar —. Al menos lo suficiente como para poder discutir. — Alzó la vista y dibujó una mueca. Chasqueó la lengua —. Y lo suficiente como para que yo sepa que estaba molesta. — Dejó escapar una suave risa irónica. Volvió a suspirar —. Aunque, bueno, admito que tampoco es que la conozca demasiado... — Miró al aether. Chasqueó la lengua —. ¿Tú hablas mucho con ella? Es curiosidad, nada más...

Suspiró de nuevo y desvió la vista.

Atiendo a Lyam con interés. Así que se conocían bastante y hablaban y esas cosas. Supongo que se llevarán bien porque como los dos son así algo sosos. aunque con lo poco que hablan no me imagino una conversación suya. Bueno, ellos sabrán lo que se dicen y por qué se enfadan.

-Ah, vaya. Pues que pena. No sé, estará algo tensa estos días. No parece una chica a la que le guste meterse en discusiones -. La verdad es que Alehyss es callada y reservada y no me la imagino reprochando algo a alguien, no por falta de carácter, que se nota que tiene, sino porque parece no querer molestarse.

Me encojo de hombros cuando me rpegunta si la conoco. -Sí, bueno, no mucho. Ya sabes, es difícil de conocer -. Sonrío. .-He hablado con ella algunas veces y me parece bastante agradable. Seria y educada que parece poco -Río levemente. -Oye, si te parece vamos fuera no vaya a ser que no vuelvan a llamar la atención -. Comento. En cuanto Lyam asiente, ambos salimos de la biblioteca.

*se van*

Llego a la biblioteca. Entro en silencio y me pongo a buscar algún libro. Desde lo sucedido el otro día estoy muy apagada, así que aprovecharé la falta de ganas de hacer vida social o entretenerme para trabajar. En primer lugar, escribo una carta a Jager para arreglar un encuentro. Por supuesto, en la carta no menciono nuestros nombres ni el lugar, sino que la escribo como acostumbro a hacer, ocultando datos necesarios para encontrarnos. Sé que él lo entenderá.

Una vez termino con esto, me pongo a buscar libros sobre Ignis y los flamma. Voy a estudiar un poco sobre la tal Cynara para saber si su ayuda me puede venir bien.

*se queda*

Llegó a la biblioteca con el pelo ligeramente mojado (acababa de salir de la ducha y, a pesar de que se lo había secado, todavía quedaba un resto de humedad que le mojaba la nuca y los hombros). Pese a que había ido hacia relativamente poco a esa sala, había decidido volver a buscar uno de los libros que había devuelto hacia un par de días. Quería comprobar un detalle de sus notas y, para ello, necesitaba el libro. Entró en silencio en la estancia y comenzó a buscar por las diferentes estanterías, prestando atención a los títulos de los tomos. Llegado a un punto, al girar por uno de los pasillos se encontró con Alehyss, que parecía concentrada buscando algún libro.

El chrysos la observó en silencio, sin acercarse. Se preguntaba si se encontraría bien, y si se molestaría si se acercaba a ella para preguntárselo. Tras unos segundos en los que permaneció estático, bajó ligeramente la cabeza y se acercó hasta donde estaba la chica. Cuando estuvo a un par de metros de ella, esbozó una corta sonrisa y la miró.

—Hola... — murmuró. Giró el cuerpo y clavó sus ojos en la estantería que tenía enfrente —. ¿Qué tal...?

Mis dedos vacilan al encontrar el libro adecuado, pues escucho una voz que me es familiar. Me vuelvo hacia Lyam, el cual me observa. Tiene el pelo algo aplastado. Parece que acaba de tomar una ducha.

Lo observo dos segundos, estática. Luego aparto la mano de la estantería.

- Buenas tardes-respondo a su saludo. Aguardo un instante. Decido no mentir-. Sin nada nuevo que contar.

Lo analizo de arriba abajo. ¿Qué estará haciendo aquí?

Mantuvo la mirada fija en la estantería mientras esperaba la respuesta de la chrysos. Cuando escuchó su voz, torció ligeramente el cuello hacia el punto donde ella estaba situada y la miró. Esbozó un amago de sonrisa y asintió, antes de desviar la mirada hacia los lomos de los libros.

—Entiendo...

Frunció el ceño y leyó algunos de los títulos. Luego miró a la chica de reojo, preguntándose qué clase de libro estaría buscando. Sonrió.

—¿Qué clase de libro estás buscando...? Si se puede saber, claro — inquirió, casi en un susurro.

¿Debería decirle que hacia dos días la había buscado para saber si estaba bien? Por una parte, estaba convencido de que no. Pero otra parte, una que se había mostrado preocupada por la chica, le decía que sí, que no pasaría nada por preguntarlo. Suspiró.

Lo miro unos segundos. Luego, al oír su pregunta, desvío la mirada hacia la estantería, como si así fuera a llegar la respuesta a mi mente.

- Nada en particular -miento-. Solo buscaba algo con qué entretenerme. Los días se me están haciendo largos.

Espero que eso le sirva y no haga más preguntas al respecto. Al fin y al cabo, la información que he obtenido de boca de Silvanus es solo mía, y el estar investigándola podría resultar sospechoso y levantar sospechas.

- ¿Y qué haces tú por aquí? -pregunto con cierta desgana, como masticando las palabras, mirándolo de nuevo.

Asintió un par de veces.

—¿Entonces no tienes ninguna idea de lo que buscas...? — Volvió la vista a la estantería. Leyó algunos títulos. Sonrió —. Siempre puedes coger algo de ficción... Seguro que es más interesante que las plantas o la historia...

Sus dedos tamborilearon en el lomo del libro que tenía enfrente. Apartó la mano y suspiró. Luego, cuando la chica comenzó a hablar, la miró de reojo. Antes de responder, volvió su vista hacia la estantería y suspiró de nuevo.

—Busco un libro que he devuelto el viernes... — Chasqueó la lengua —. Quería comprobar una cosa que creo que no me ha quedado del todo clara...

Miró a la chica.

- Yo no soy mucho de ficción -. Clavo mis ojos en él, con intensidad-. Suelo estar más interesada en la realidad que en cuentos o historias que uno no llega a tener claro si sucedieron o no.

Luego escucho sus palabras. Parece que vino hace poco a buscar un libro y ahora quiere comprobar algo que no le quedó claro, lo que significa que su libro también contaba algo veraz. De tratarse de ficción, dudo que viniese a este lugar solo a saber qué pasó al final.

Los escruto unos instantes y vuelvo a la estantería. ¿Qué estaría buscando que tenía tal complicación como para que él vuelva a comprobarla? Quizás deba investigarlo a él también.

- Quizás debieras leer las cosas con más atención -comento.

Esbozó un amago de sonrisa al escuchar las primeras palabras de la chrysos. Luego desvió la mirada y suspiró.

—Yo tampoco soy mucho de ficción... — murmuró —. Sólo era una sugerencia.

Permaneció en silencio durante unos segundos, con la vista clavada en la estantería. Cuando volvió a escuchar la voz de la chrysos, dejó escapar una suave risa. La miró de reojo.

—Supongo que sí — respondió, con sequedad. Luego añadió —: De hecho, sí. Debería leer las cosas con más atención... Y debería prestar más atención cuando devuelvo las cosas. — Volvió la vista a la estantería —. Aquel día sabía perfectamente que tenía que mirar una cosa antes de dejar el libro, pero... En fin. Me despisté y lo dejé en la estantería. Luego me encontré con Heylel y, bueno, me olvidé...

Se encogió de hombros.

—Pero bueno... Qué se le va a hacer.

Me tenso un segundo. Recuerdo lo sucedido con Rick. Lo miro, quizás algo agresivamente.

- ¿Fue aquel día? -siseo, tensa.

No es que me enfade con él, sino más bien lo contrario. Solo de pensar que por culpa del imbécil de Dehnel sucedió todo aquello ya me enervo, pero, esta vez al menos, el chrysos no tiene nada que ver.

Torció el cuello y observó a la chica, estático y en silencio, durante unos segundos. Luego asintió.

—Sí, fue ese día... — murmuró. Tomó aire y suspiró—. Estábamos hablando y salimos... — Frunció el ceño —. Entonces os vimos. Y, bueno, evidentemente me olvidé aún más (si es que eso era posible) de que tenía que ver una cosa en el libro. Era un pequeño detalle, así que supongo que es normal...

Chasqueó la lengua y desvió la vista. Clavó sus ojos en los libros de la estantería. Leyó algunos de los títulos y, después, habló.

—Además, después de que todos se fueran, fui a buscarte... — La miró de reojo. Rió con sequedad —. No pienses nada raro; sólo quería saber si estabas bien. — Suspiró —. Pero, bueno... El caso es que, entre unas cosas y otras, me olvidé del libro.

Chasqueó, de nuevo, la lengua.

Al principio me tenso, escuchando cada una de sus palabras y reviviendo aquel momento, aquel ridículo, aquella ira... Ni siquiera recuerdo exactamente quiénes estaban allí. ¿Qué impresión tendrña de mí ahora todo el Palacio? Me estremezco solo de pensarlo. Sin embargo, su confesión me deja algo confusa.

- ¿Viniste a buscarme? ¿A dónde? No te vi.

Hago una breve pausa, masticando una última pregunta que al final escupo.

- ¿Por qué?

Nos prometimos mútuamente dejar esto, pero me resulta muy difícil no mostrar interés con él cuando realmente lo siento. Aunque ahora estemos algo más incómodos, sigue siendo fácil hablar con él.

Miró a la chica y tragó saliva. Luego se pasó una mano por el pelo, despeinándoselo un poco al hacerlo. Suspiró.

—Te busqué por los pasillos... — murmuró —. Cuando se fueron, yo fui la dirección por la que tú te habías ido minutos antes... Entré en algunas habitaciones, pero no estabas... — Esbozó un amago de sonrisa —. Y al no encontrarte por ahí, decidí que lo mejor sería irme a dormir... — Desvió la vista y chasqueó la lengua. Tras una breve pausa, suspiró y continuó—: A mitad de camino me desvié y fui al dormitorio de las chicas. No entré, evidentemente. — Sonrió —. Me quedé esperando fuera, pensando si estarías ahí o no... Y luego me fui, sin llamar a la puerta ni nada. — Rió —. Visto así es realmente estúpido, pero...

Se encogió de hombros y dejó la frase a medias. Permaneció unos segundos en silencio, con la vista clavada en el suelo. Luego murmuró:

—Estaba preocupado...

Bajó la cabeza.

Su franca respuesta me hace arrepentirme de haber preguntado. Se supone que pretendo distanciarnos, por lo que mis preguntas no hacen más que ser, obviamente, innecesarias y erróneas. De hecho, ahora que ha confesado esto es imposible no agradecérselo, aunque sea simplemente en mi fuero interno.

Lo miro unos segundos, inmóvil, sin pestañear siquiera. Luego suspiro.

- ¿Haces todo eso para luego no llamar siguiera? Vaya un desastre, Lyam.

Niego varias veces, para mí. Luego no digo nada más. Espero que al menos esta respuesta se la tome como algo amable, porque no voy a pronunciar un solo "gracias".

Al escuchar la voz de la chica, alzó la cabeza. Sonrió y se encogió de hombros.

—Ya ves... Soy un completo desastre. — Rió. Luego suspiró —. En mi defensa diré que pensé que querrías estar sola. Y luego pensé que, en caso de que no quisieses estar sola, seguro que no querías verme. — Miró a la chica de reojo y le sonrió —. Como las dos últimas veces que nos vimos acabamos discutiendo, pensé que verme sería lo que menos te apetecería hacer en aquel momento...

Se encogió de hombros y ensanchó la sonrisa.

—Pero bueno, aunque intente justificarme, tienes razón. Vaya desastre.

- De hecho quería estar sola, tienes razón -. Me encojo de hombros-. Pero, como acabas de admitir, eso no cambia lo desastroso que puedes llegar a ser.

Bueno, mientras no me inmiscuya demasiado con el chico tampoco tengo que ser desagradable. Quizás hasta haga bien acercándome a él si logro sacar información interesante. Es hora de ser algo más descarada.

- Vaya espectáculo di, eh...

Sonrió.

—Bueno, bueno... Tampoco te creas que me pasa a menudo — Ensanchó la sonrisa —. Además acerté. — Dejó escapar una suave risa —. Fui lo suficientemente intuitivo para no ser aún más desastroso.

Miró a la chica. Al escuchar su voz de nuevo, frunció ligeramente el ceño, sin borrar la sonrisa, y se encogió de hombros.

—Bueno, tu respuesta fue bastante razonable... Creo. — Le sonrió —. Además, Dehnel se lo merecía. Y, bueno, dudo que alguien vaya a decir que has montado un espectáculo. De hecho, yo creo que eso se lo dirían a Rick, que, deduzco, fue el que empezó todo... — Ensanchó la sonrisa —. A ti no tendrían por qué decirte nada...

Suspio.

- Realmente, me gustaría que nadie recordara esto nunca más. Quisiera poder olvidarlo. Sería... maravilloso.

Pongo los ojos en blanco. Seamos sinceras: nadie va a olvidar lo sucedido jamás, y lo mejor que puedo hacer es asumirlo. Si le doy poca importancia, con suerte dejarán de recordármelo, y dejarán de hablar de ello. Pero olvidarlo... Eso jamás.

Miró a la chica de reojo y escuchó lo que decía en silencio. Luego desvió la vista y esbozó un amago de sonrisa.

—Bueno... Yo puedo hacer como que nunca ha pasado nada si quieres. — Se encogió de hombros —. Y, bueno, supongo que la gente no irá por ahí mencionando lo ocurrido... — Chasqueó la lengua —. Con un poco de suerte, nadie mencionará nada más del tema y será como si no hubiese pasado nada...

Volvió a mirar a la chrysos y sonrió.