Jardines (2)

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No esperaba una respuesta tan directa, pero por lo visto a alguien le había parecido buena idea mi iniciativa. Así que, antes de dejar la botella en el suelo, le serví a Zaih'ra en su jarra.

Hecho lo cual, dejé la botella a mis pies y volví a mi cerveza. Zaih'ra se había vuelto a hablar con Curtis, que, como siempre, parecía encantada de que alguien le prestase atención. Me mantuve en silencio, observando las diferentes escenas que se desarrollaban a mi alrededor sin intervenir.

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Cuando termino de llamar a la gente, porque parece que si no tienen una líder aquí se dispersan todos, me vuelvo y me encuentro a Ben con el puma en la mano. Digo, con el pitillo.

-¡¿Pero bueno?! Una se va un momento y se pierden las buenas tradiciones. Mal rayo os parta, cojones.

Me echo a reír, sin embargo. Qué más da. En el fondo hay para todos, ¿no? Salvo que siga viniendo gente. Que íbamos a ser un par y solo falta que vengan ahora los líderes a pedir unas caladitas también. Me muevo de un lado a otro, esperando mi momento y prestando atención a la gente. Las personas se derriten un poco.

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Por algún motivo, cuando exploto, ella parece relajarse. No entiendo lo que pasa, pero me alegro que esté mejor. Así que yo misma me tranquilizo y le sonrío para demostrárselo. Agradezco internamente cuando me toca la mano. Es un roce suave y agradable. Por lo que me cuenta, parece que tiene sus propias cosas en la cabeza. Decido no preguntarle sobre ello, que parece una persona reservada. Y al fin y al cabo estamos de fiesta.

Nos grita Frikka desde el grupo que se encuentra a unos cuantos metros. Desde luego se ha hecho más numeroso. Parece que además Johan ha estado liando. Habrá que acercarse, entonces. Y veo que Anna se pone en pie y me tiende la mano. Yo le sonrío, mirándola desde abajo, y tomo su mano.

- De todas formas, si necesitas algo, puedes decirme -le digo antes de ponernos en marcha.

Luego vamos hacia los otros. Cuando llegamos hay gente en el suelo, gente en un banco, gente de pie y Frikka está por todas partes. Por un momento me da ganas de ir correteando con ella. Pero este vestido no es cómodo para hacer eso. Así que me quedo de pie al lado de Johan.

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Sonrío con agradecimiento a Kris. Lo cierto es que la conozco desde hace poco, ya que tampoco lleva tanto por aquí, pero siempre ha sido muy amable y considerada.

-Gracias -le digo, sincera-. Y, bueno... Lo mismo digo.

Supongo que podemos ser amigas. Me alegra esa perspectiva.

Llegamos junto al grupo al poco de ponernos en marcha y veo que ya casi todo el mundo se ha reunido. Parecen estar disfrutando, charlando y riendo, aunque por los retazos de conversación que escucho, no parece que nadie se encuentre demasiado sobrio. Termino por reír un poco yo sola, cubriéndome los labios con la mano suavemente, de lo curiosa que me parece la situación.

Lo que echo en falta aquí fuera es algo de música.

-¿Y ese olor? -pregunto, a nadie en particular, aunque Johan y Kris son los que me quedan más cerca. Pero no tardo en caer-. Oh.

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Ben sonrió, socarrona, mirando a Alehyss.

─Ya lo has dicho ─señaló, riendo.

No tardó en tener el peta en la mano, y dio una calada profunda, cerrando los ojos y disfrutando de la sensación, que se sumaba a la que ya tenía en un agradable mareo. Pronto apareció Fifi de nuevo, reclamando turnos, y Ben sonrió, relajada. Dio una nueva calada antes de ofrecerle.

─Ten, pumita, no te enfades ─le ofreció.

Se reclinó un poco hacia atrás, volviendo a cerrar los ojos un momento.

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Me sorprendió que Cierzo me sirviese, ya que pensaba hacerlo yo misma. Estaba a punto de decirle que no era necesario y que tenía manos, pero me limité a un "gracias" y una sonrisa moderada. Tenía que bajar la agresividad en algún momento, Pris tenía razón.

Entonces Curtis Ginger, con nombre y apellidos. Sorbí un poco de aquel licor y contraje un poco los labios. Estaba bueno, pero estaba fuerte.

-Pues te movías mejor que si simplemente fuese un pasatiempo -reconocí-. Me gusta mucho el baile, en Ignis me dediqué bastante a practicarlo y tienes madera, si me permites el comentario. Con unas clases podrías sacar muy buenos resultados.

Di otro sorbo al licor y mi gesto fue el mismo. Volví a dirigirme a Cierzo.

-¿De qué es esto? ¿Cómo quema...?

Aunque no era yo tampoco ninguna habitual de aquellas bebidas. Ni quería serlo.

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Kyoti se lleva las manos a la cara inconscientemente, como si tratase de comprobar si le ha salido pelo o colmillos o si se le ha ensanchado el morro. Todo parece en su sitio, sin embargo.

─Oh. Oooooh ─acaba por decir.

Permanece un momento en silencio, con la vista fija en Johan, concentrado, como si se hubiera quedado hipnotizado con la tenue luz que emite el pitillo. El olor no tarda en llenarlo todo. Sonríe suavemente.

─Entonces supongo que puedo ser un puma ─reflexiona. Y se da cuenta de algo─. Ah, sí, y Jun también.

El cigarro cambia de manos, pero Kyoti se queda mirando a Johan, fascinado.

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Pris había decidido mantenerse al margen de la conversación, limitándose a observar. Zaih, por su parte, parecía tener conversación para quien fuera, y en aquel momento se dirigió a una chica que se había sentado en un banco muy cerca. Pris le sonrió. Era cierto, ella también la había visto bailar. Estaba preciosa, la verdad.

─Yo soy Pris ─añadió a la presentación, sonriente.

No pensaba decir nada más, pero la reacción de su hermana a lo que Cierzo le había servido le provocó demasiada curiosidad para contenerse.

─¿Me dejas oler? ─pidió, apoyando una mano en la muñeca de su hermana para que pusiera el vaso a su altura.

Arrugó la nariz. Sí que olía a cosa que quema.

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Retales, por suerte, sabe a quién rendir pleitesía. Acepto con una sonrisa el puma y me lo llevo a la boca, aspirando. La verdad es que Johan ha hecho uno que de grande que es parece casi una espada. Las he visto más cortas.

De nuevo, tras dos caladas, respetando el derecho de todo el mundo a enciegarse, me preparo para pasarlo. La verdad es que hacía tiempo que no fumaba y esto sube enseguida.

-¿Vosotras vais a querer, Antikris? -le pregunto. La costurera no tiene pinta de ser de las que fuman, pero ya que acaban de llegar. Sin embargo, al que se lo paso es a Kyoti, que aunque no sepa las normas pues ha dicho que le interesa.

Todavía quedan Massen, Jun, Alehyss... Aquí todo el mundo quiere. Cómo se nota cuando las cosas son gratis. Aunque no es como si yo hubiese pagado algo.

-Espero que estéis todos sanos sanotes, eh -advierto, algo más relajada.

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Alcé una ceja al comentario de la chica. ¿Demasiado fuerte para ella? Desde luego, más fuerte que la cerveza, pero siendo un licor eso era lo normal.

─Licor de Ignis ─respondí lo evidente. Siendo ella de Drêao, me extrañaba que no lo hubiese reconocido. Aunque no sabía si se comerciaba mucho aquello por esa zona─. Creo que es de la costa este. Pozo del volcán, o algo así, lo llaman. No recuerdo ahora el nombre oficial.

Creía que lo había pedido porque había reconocido la botella, pero por lo visto me equivocaba. Pues llevaba bastante alcohol, aunque con su reacción dudaba que se pusiera a empinar el codo.

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Nada más unirnos a este grupo de gente, Anna pregunta por el olor. Yo miro hacia ella cuando lo hace y río un poco, suavemente.

- Pues no es solo tabaco

Realmente me gustaría darle un par de caladas, pero sé cómo van estas cosas y espero a que siga su rumbo. De todas formas voy a decirle a Johan, que somos muchos, y los ingredientes no son gratis. Justo me giro hacia él para hablarle cuando Frikka llama mi atención.

- Claro, yo sí. Siempre que no haya problema -lo último lo digo hacia Johan

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Como Massen me rodea me apoyo un poco contra ella. Estoy muy cómodo, casi siento que podría dejar de hacer fuerza y dormirme. Pero a la vez no quiero dormirme. Pero a la vez sí quiero dormirme. Pero a la vez no quiero...

Todo el mundo se ha reunido de nuevo. Parece que Johan, caiga bien o mal, tiene algo que la gente quiere. Al final eso es lo que importa en el mundo. Ser valioso.

Me levanto con esfuerzo y le doy un toque a Kyoti en el hombro.

-¿Puedo pedirte el colgante? -le transmito, con cierto esfuerzo, pero con una sonrisa.

No es que no quiera que lo lleve, pero siento que le estoy transmitiendo cosas raras y me da algo de vergüenza. Vuelvo junto a Massen y me siento de nuevo, pegándome a ella. Intento transmitirle algo, pero entonces me doy cuenta de que nadie tiene el collar. Vaya lío. Simplemente la miro y le sonrío. No quiero ni gesticular. Me pesa el cuerpo.

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Al final acabó por reunirse un montón de gente en torno a aquel aliciente. Miré a Alehyss y le sonreí cuando también se acercó. Si había querido bizcocho, por qué no aquello. Aprovechando que Jun se levantaba, cambié el vaso de mano y bebí un poco.

No tardó en volver a sentarse a mí lado, y cuando se recostó contra mí hice lo propio. Lo cierto era que, en otras circunstancias, habría hecho más esfuerzo por abrazarlo, pero dadas sus dimensiones actuales lo tenía un poco difícil, así que me limité a apoyarme contra él. Fui a decir algo cuando me miró, pero al instante siguiente ya no sabía qué era, así que me limité a devolverle la sonrisa.

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Lo cierto es que no tengo claro si he venido al sitio indicado, porque no me siento partícipe de las tensiones que veo alrededor. Se me hace extraño, porque, normalmente en un contexto como este estaría mucho más activa. Pero supongo que hay demasiada gente a la que no conozco bien como para tener claro cómo actuar.

Dirijo una mirada a Massen y me la encuentro apoyada en Jun. Vaya par. Y eso que ella comió otro trozo de pastel porque dijo que estaba perfecta. Yo empiezo a notar también la cabeza liviana, y la sonrisa bastante más fácil que de costumbre.

No entiendo cómo Frikka tiene esa energía. Me desespera un poco.

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La miras un momento, estudiándola pero sin clavar en ella tu mirada de forma demasiado penetrante; no quieres que se sienta superada por la atención. ¿Te está ofreciendo clases de baile? Vaya, esa sí que es una excusa original para pasar más tiempo contigo. Nunca la habías oído.

Ríes suavemente, tu risa el tintineo de campanas relucientes.

─No pretendo que sea más que un pasatiempo ─aclaras con tacto─. Aunque tampoco me importaría practicarlo más a menudo. Debo decir que es divertido.

Das un pequeño trago a tu copa.

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¿Licor de Ignis? ¿Hacía tanto que no echaba un trago que ya había olvidado su sabor? Normal que supiese a fuego, por otro lado...

-Supongo que dice mucho de mí que no pueda reconocer ni el licor de mi hogar -dije, con cierta acritud, pero sonriendo todavía.

Acerqué la jarra a Pris para que pudiese olerlo cómodamente. No pude evitar reír a su reacción.

-Te dejo probarlo también, si quieres -le comuniqué. Si le olía así de mal, quizás le supiese peor. Terapia de choque.

Curtis, por su parte, no parecía interesada en el baile. Había mucha gente como ella, que bailaba solo por diversión. No tenía nada de malo. No merecía la pena gastar tiempo en mejorar algo que no te interesaba, por bien que se te diese, si no le ibas a sacar partido.

-Si alguna vez te animas, podría enseñarte alguna cosa -me limité a decir, bebiendo de nuevo.

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Pris rió y negó con energía, alejando la cara de la jarra. Prefería otras cosas, la verdad.

─Qué va, te lo dejo a ti ─rechazó─. Con como huele, creo que si lo probase acabaría tosiéndolo.

Tampoco le sonaba el nombre que Cierzo había dicho, oficial o no. Aunque, si era de la costa este, eso quedaba muy lejos de Drêao. Y bueno, que Pris sí conocía los nombres de algunas de las bebidas que pasaban con más frecuencia por el oasis, pero tampoco era precisamente una experta.

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Johan ríe al comentario de Kyoti. Por mucho que fume, no cree que el chico parezca un puma, de todos los animales del mundo. Aunque intenta visualizarlo. Y luego como otro animal diferente. Como es flamma, no puede evitar verlo como algún tipo de reptil, pero cree que es demasiado obvio, así que termina por decidir que bien podría ser un pato.

Se da cuenta de que el flamma lo está mirando. Se acuclilla de nuevo, a su lado esta vez, y ladea un poco la cabeza. Le pone una mano sobre el pelo.

-¿Te encuentras bien como para fumar?

No vaya a ser que termine tumbado y encontrándose mal. No le pareció a Johan, por la reacción inicial de Kyoti al bizcocho, que estuviese muy acostumbrado a aquello.

Gira la cabeza para mirar a Kris, que parece interesada en aquello también y termina por sacar otro pitillo, encenderlo, dar una profunda calada y pasárselo.

-Creo que vamos a tener que ir de dos en dos o no vamos a dar abasto.

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Boqueo un momento cuando nos preguntan si vamos a querer, pero Kris responde por mí. Por ella, más bien. Yo... no sé hasta qué punto es buena idea. Nunca lo he probado, aunque no creo que a nadie le sorprenda eso. Y no sé si estoy en el mejor estado para probar. Pero, al mismo tiempo... No es como si fuese a tener alguna otra oportunidad para esto pronto.

Contemplo a Kris callada, mientras Johan le pasa otro pitillo, mientras mi mente analiza la información a toda velocidad para tratar de tomar una decisión antes de que nadie me ofrezca nada a mí de forma directa.

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Kyoti le devuelve el collar a Jun sin reparos, y al poco se encuentra con el cigarro en la mano. Lo mira un momento fijamente, y entonces siente la mano de Johan en la cabeza y siente que su espalda se yergue un poco, que se pone recto, que gana un mínimo de altura. Mira al chico con una sonrisa relajada, y entonces se lleva el pitillo a los labios y da una calada, despacio, cerrando un momento los ojos.

Siente un cierto picor en la garganta, pero no tanto como para toser, y suelta el humo despacio, con la vista fija en Johan. Cuando da una segunda calada no vuelve a cerrar los ojos, sino que mantiene la vista fija en el punto de luz roja que es el fuego del segundo cigarrillo. Cuando vuelve a dejar ir el humo, sintiendo el calor que lo recorre por dentro, lo hace con un suspiro.

Se vuelve hacia Jun, que ha vuelto a acomodarse en el banco, y le ofrece el siguiente turno.

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Solo buscaba comprobar que Johan estuviese de acuerdo con más gente en el círculo de compartir. Pero su respuesta es encender uno nuevo y pasármelo directamente. Se lo cojo de la mano cuando me lo ofrece, sonriendo, por supuesto.

- Muy amable -le guiño un ojo.

Me llevo el cigarro a los labios y aspiro lentamente. Noto como el humo me llena los pulmones. Dos segundos. Y suelto el aire con suavidad. Luego dirijo la vista a Anna. Pero le doy otra calada, esta vez más rápida, antes de hablar.

- ¿Te apetece? -se lo ofrezco con un gesto.

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Me dedido a dar vueltas revisando que todo el mundo esté contento con una sonrisa satisfecha. Al final casi todo el mundo le está dando. Pero somos tantos que creo que no va a volverme nunca. Y eso de el azulito ha sacado otro. Aunque, bueno, la verdad es que no estoy mal del todo tampoco.

Quiero sentarme pero a la vez quiero correr. Miro a Retales. La verdad es que está a tope, también. Me quedo un momento mirándola, satisfecha. La verdad es que no podía haber hecho esto sin ella. Bueno, yo no. Todos. Por mucho que lo diga, esto no lo he hecho yo sola.

Me acerco a Retales y me siento a su lado, abrazándome las piernas con los brazos.

-Ey, Ben... Gracias por todo y tal. Ha salido increíble la fiesta. Y eres una pieza clave, te lo reconozco.

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Me encuentro con que llevo mirando a Massen más tiempo del que soy consciente, porque en algún momento el tiempo empieza a pasar de forma extraña. Me fijo en su rostro, en sus facciones, que cuánto más las miro más extrañas me resultan. Y de pronto no tienen sentido. El rostro es un lienzo y la nariz, la boca y los ojos solo son piezas extrañas que terminan por no encajar del todo en él. Intento contar las pestañas, pero son demasiadas. Extiendo una mano hacia su rostro y recorro la cicatriz despacio, de lado a lado, con el índice. En mi cabeza está ondulada, como si fuese pintura derritiéndose.

Kyoti me saca de mi ensimismamiento. Me vuelvo y con un gesto laxo alcanzo lo que me ofrece. Le transmito un gracias y me doy cuenta de que no lleva el colgante, una vez más. Simplemente le dedico una sonrisa y doy una calada. El humo parece ocupar de pronto el interior de mi cráneo, y con la segunda calada es como si mi cabeza fuese tan ligera que fuese a hacerme ascender, e imagino que mi cuerpo se eleva.

Mantengo el humo dentro y le tiendo a Massen el cigarro.

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Johan observa a Kyoti mientras da la calada, como esperando a que pase algo, pero, como es de esperar, todo sigue con normalidad. Entonces, como la gente parece haber decidido sentarse, él también se sienta cerca de todos.

Acaricia la hierba con las manos de forma sumamente suave, sintiendo la textura y cerrando los ojos, disfrutando de las cosquillas en las yemas de los dedos. Siempre es el sentido que más siente que se le estimula cuando fuma, o cuando toma un bizcocho como ese: el tacto. En su recorrido por el suelo encuentra una piedrecilla y la toma, la observa y le da vueltas en las manos. Tiene unas aristas extrañas, pero en otras zonas es muy suave. Finalmente se la pasa por la cara. Pero no es tan agradable como hacerlo con las manos.

-Necesito que alguien me toque la cara -dice, a nadie en particular.

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Contemplo la donación de Johan a Kris. No sé ni de dónde lo ha sacado. Viendo cómo se maneja, cualquiera diría que ha sido un hechizo, pero dudo seriamente que algún hechizo piscis haga eso.

Kris fuma sin dudarlo, y la contemplo, con los ojos muy abiertos, analizando lo que hace. Todavía no me he decidido, pero ella ya ha terminado y me lo está ofreciendo. No me doy cuenta de que ya lo tengo en la mano hasta que, bueno, ya lo tengo en la mano. Alterno la vista entre el objeto en cuestión y Kris.

-No sé -reconozco. Ya he bebido bastante. Pero...

Termino por llevármelo a los labios. Aspiro y, acto seguido, siento cómo me rasca la garganta y me entra un ataque de tos.

-¿Cómo... consiges no toser? -le pregunto una vez paro. Aunque la sensación rasposa sigue ahí.

Tras recuperar el aliento, lo vuelvo a intentar. Me concentro en no aspirar tanto de golpe, y esta vez consigo mantener el humo dentro un poco más. La sensación es de lo más extraña, como un mareo, pero solo en la cabeza. Enseguida me da de nuevo la tos. Creo que ha sido suficiente para probar.

Dedico una sonrisa a Krista y me aproximo a Alehyss, que sigue algo alejada del grupo. Moverme, ahora, es un poco extraño, pero no siento que sea para tanto.

-Creo que... te toca -le digo, agachándome a su lado y tendiéndole el... pitillo.

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