Lago

Miré a Kettleburn con mucha seriedad.

- Yo no lloro -mentí, de forma descarada-. Y menos por una chiquillada como esa. Si parece usted más crío que yo, me gustaría saber de qué se burla.

Le saqué la lengua y me tumbé sobre el agua, abriendo y cerrando los brazos para impulsarme y nadar.

- Estuve pescando -le expliqué-. Pero al final, decidí soltar lo que pesqué. Me daban un poco de pena, la verdad.

FdR: Troll Heyl¿? Maruja Heyl u.u

Hiché los carrillos y entorné los ojos... esa er aun verdaad cmo un templo... y yo lo sabia: parecía yo mas crio que ella.
-Vaaaaale, la anchoíta no ha llorado, lo pillo- dije salpicándola suvamente.

- O sea, que pescas y luego los sueltas... ¿tu no piensas, no?- dije picarón. COn el trabajo que da pillarlos... en fin dije frotándole la cabecita.

-Bueno, ¿salimos o nos quedamos un poquito mas?


FDR: Heylel y sus dotes de espía... creo que Alehyss se buscó a la boca con pata equivocada...

Espero con paciencia y tranquilidad. La verdad es que no tengo nada que hacer y se está bien aquí. Al escuchar unas voces parece que me suena algo familiar, pero tampoco soy tan ducho en la audición como para saber con certeza de quienes son.

Apoyo los brazos sobre las rodillas y estiro las alas. Si sigo aquí esperando en la sombra podrían pensar que soy algún enemigo. Decido hacerme presente.

-¡Hey! ¿No es un poco tarde? -Grito al lugar donde creo que hay alguien y de donde vienen las voces. Ahora que lo pienso, solo me sonaban un poco... Bah, y si no los conozco, pues ya los conoceré. Aunque, si se trata de alguien importante o... Humm Bueno, el mal está hecho.

Iba a decirle a Kettleburn que yo quería nadar un rato más, cuando oí una voz familiar desde la orilla. Si no me equivocaba, se trataba de Heylel. La idea de hablar con él después de tanto tiempo, me hizo cambiar de idea.

- Creo que es Heylel -indiqué a Kettleburn-. Si le parece bien, salimos ya y vamos a saludarlo.

Y empecé a nadar hacia la orilla.

Sin duda era Heylel, por lo que seguí a Massen nadando detrás de ella sin dudarlo.

Llegamos a la orilla y yo me abalancé sobre el, dandole un abrazo.
-Mi pajarito favorito... cuanto tiempo.- me separo y veo que estoy desnudo. Ups... que corte.
-Bueno- dije con la mano en mi nuca-. creo que voy a vestirme jajajajaaj- estaba rojo como un tomate

me quedo vistiéndome.

Sonrio de medio lado al escuchar como vienen hacia aquí aunque me sorprende el abrazo de Silvanus. Si no fuese porque está empapado, no me habria importado demasiado.

-¡Eh, eh! ¡Sécate primero al menos! -Protesto mientras me rio. Entonces, aun sentado, le dedico una brisa de aire para que se apresure.

Me quedo sentado. No me apetece levantarme.

-Así que lospiscis hacen reuniones para nadar... Que encantadores -. Bromeo al verlos a ambos. -Espero no molestar el ritual -sonrio.

Bajé la vista con vergüenza al ver a Kettleburn tan efusivo, pero en realidad tenía unas ganas horribles de echarme a reír. Aquel hombre era un caso...

Yo no me molesté en vestirme, porque la noche era suave y no me gustaba ponerme la ropa encima de la piel mojada. Sonreí ante el comentario de Heylel.

- Llevamos horas con nuestro ritual -comenté, siguiéndole la corriente-. Por mí, al menos, ha sido tiempo suficiente. Hacía mucho que no te veía -si a aquello se le podía llamar ver, porque lo único que veía era una silueta.

Después de vestirme, me volví a dirigir a Heylel.

-Bueeeno, dije estirando los brazos... ¿y tu por aqui?... es una pena que esté tan oscuro...
Entonces se me ocurrió una idea.
-Esperad un momento.
Me puse a apilar unas ramitas secas y saqué a Tristán de la bolsa.
-Tristán, enciende el fuego y te doy una seta.- El dragón no lo dudó ni un instante, y una bla de fuego encendió las ramas de un golpe-. Muy bien- dije dandole su recompensa.- ala, ala, a dormir otra vez, golosin.

Entonces heché unos troncos mas gordos al fuego y la llama se avivó aún mas.
-No me deis las gracias- dije gracioso y haciendome el importante y caminado alrededor del fuego de forma muy chulita.- es normal que me envidieis... tengo muchos amigos, una vida sexual sana, una dragón, ropa nueva... enfin... lo que vosotros no tendreis nunca, valla- dije aguantándome la risa, intentando hinchar el pecho para parecer mas importante.

- Cierto, últimamente no veo a mucha gente. Quizá sea la causa de que todo sea tan tranquilo y cotidiano -. Comento con tono desenfadado. Entonces respondo a Silvanus.

- Nada, un inocente paseo nocturno. Siempre prefiero caminar o planear un rato antes de dormir -. Le comento.

Se pone a encender el fuego y a jactarse de ello para luego soltar un cúmulo de cosas que no vienen al caso. Me rio y trato de darle una patada apoyando las manos en la hierva. No voy a levantarme ni para vengarme de un prepoptente.

- ¡Ja! ¿Envidia? ¿De un pescado frito? Esas marcas son de parrilla, ¿no? -Me reí, metiéndome con él.

Miré alternativamente a uno y a otro, intentando aguantar la risa. Menudo par. Aunque me sentía un poco fuera de lugar. Me alejé un poco del fuego para evitar el calor y me limité a escuchar su conversación sin intervenir.

FdR: Sí, soy la cutreza personificada xDDDD

No pude esquivar bien la patada de Heylel y me dió en un muslo.
-Ah! dije con una sonrisa y entonces me acerqué a el para intentar darle un colleja, o en su defecto, desenmarañarle el pelo.

Massen parecía un poco marginada...

-Ei! anchoíta, acércate, mujer que somos malos, pero no te vamos a comer un pedazo...


FDR: solo queremos tus bragas... rulz

Me rio cuando Silvanus se queja y me encojo rápido cuando trata de darme la colleja para que esta surta el menor efecto posible.

-¡Un respeto, sardina! -vuelvo a burlarme. Al fin y al cabo, yo soy amyor que él. Entonces hace referencia a Massen y veo que parece algo agena.

-No tengas miedo, no estamos tan mal como parece... -Le digo antes de recostarme.

-Humm... Algún día deberíamos hacer una acmpada o una cena campestre en el lago... -Comento. La verdad es que sería divertido. El lago es un lugar encantador y no se pasaría mala noche.

Miro a las estrellas y parece que se distingue parte de uno de los peñascos más bajos de Ventus. Gabrielle... Cada vez tengo más ganas de decirle que venga a visitar-... ¡Mierda!

Me levanto de pronto. Se me ha olvidado, ¡La maldita carta! si no la envío mañana temprano irá con retraso ¡y ya llevo dos días sin enviar nada!

-Perdonadme, de verdad, lo que más me apetecía era quedarme aquí tumbado charlando, pero he olvidado algo importante y no puedo demorarme más. ¡Lo siento! -Les comento aprisa.

Echo una visual dando un par de pasos al frente y concreto donde está la entrada al palacio.

-Tomad nota, un cena en el lago. ¡Adios! -Y echo a correr hacia el palacio. Mierda, ¿en qué estaría pensando? Tanto tiempo libre y se me pasa... Tsk.

*se va*

FdR: Me tengo que iiir DX

Siguieron haciendo bromas hasta que Kettleburn se dirigió a mí. Me reí.

- No sé yo si fiarme... -bromeé, pero me acerqué un poco, aunque no me hacía mucha gracia el calor de la hoguera. Ya estaba casi seca.

Asentí con entusiasmo cuando Heylel propuso una acampada en el Lago.

- ¡Sería genial! -exclamé, imaginándolo.

Me levanté en dirección a los arbustos, para vestirme ahora que ya no estaba mojada. Cuando terminé, me eché la mochila al hombro y volví con ellos, pero resultó que Heylel ya se iba.

- Hasta pronto -me despedí-. Me quedo con tu idea. No pienso olvidarme.

Me acerqué de nuevo a Kettleburn, y me senté frente a la hoguera.

- La verdad es que es un poco tarde... -comenté tras un breve silencio.

FdR: Chao, Heyl :3 Deja las bragas donde están, Silvio ¬o¬

-Me gusta la idea, ya la iremos madurando, le dije a Heylel- chao.

Massen se vistió y se acercó mas al fuego.
-Bueno... aunque sea tarde... no se... yo mañana no tengo nada que hacer... así que te vy a retener un poco mas de tiempo aquí. dije frotándole la cabeza de modo amistoso.

Iba a decirle que dejase de tratarme de usted... pero por un lado me gustaba... nadie antes me había tratado de usted... y, sinceramente, me hacia ilusion que por una vez, yo fuera el respetado... por lo que no le dije nada.

-¿me dijiste entonces que conocías a la vieja Adela o no?... perdona, estab demasiado ocupado intentando ahogarte.

Me encogí de hombros cuando dijo que me retendría. En realidad, sólo era un comentario por dar conversación, pues no estaba demasiado cansada. Cerré los ojos y gruñí levemente cuando me frotó la cabeza, entre molesta y divertida.

Fue entonces cuando hizo mención de la anciana demente. Mi amago de sonrisa se borró. No me había gustado nada aquella mujer.

- La conocí el otro día -asentí, a pesar de todo-. Me resultó... Agobiante. Como si me viera desamparada y quisiera hacerse cargo, no sé... Era desagradable... -sacudí la cabeza. No me gustaba hablar así de la gente, pero no se me ocurría nada positivo que decir de aquella anciana. Miré a Kettleburn-. ¿Usted cree que parezco desvalida?

Realmente, le daba vueltas a aquello muy a menudo. No sabía muy bien cómo me veía la gente.

-No, mujer, no, eres la persona mas responsable y educada que he conocido... Aren a tu lado es un maleducado dije entre risas. Mira, vamos a devolvérselas todas juntas a esa vieja.

Vamos a preparar un plan para jorobarla, ¿te apuntas? Hay que pensar un nombre para la operación, y necesitamos nombres en clave: Tu serás anchoíta y yo sardinita. y se llamará:...mmm La venganza de los jóvenes piscis contra la viejuna amargada crysos- dije abriendo mucho los brazos, como si presentara algo.
-¿mola, no?... se va a enterar esa loca...

Lo miré con los ojos muy abiertos... Y después me eché a reír a carcajada limpia.

- Realmente razona de una forma muy curiosa, Kettleburn... -dije, secándome una lagrimilla-. Siento decirle que mi moral me prohíbe vengarme por algo tan nimio... Además, entre usted y yo, creo que esa señora está enferma de verdad... No creo que sea buena idea perturbarla más -todo aquello lo solté de un tirón, sintiéndome muy mal por decirlo. Sin embargo, me atreví a mostrar a continuación una sonrisilla traviesa-. Pero me gustaría conocer su plan, de todas formas...

Aquel hombre tenía unas ocurrencias muy curiosas. Realmente, la curiosidad me consumía.

Me gustó que me diera la posibilidad de explicarme. Mira yo la atraigo hasta el rio, y tu, mientras, estarás en un arbol escondida. Yo intentaré darle pena, diciendo cualquier excusa para que se acerque a la orilla del rio, y cuando esté bien cerca, tu utilizas un acuareum, pero no puedes fallar. Bueno, aun que los piscis tenemos buena puntería... y si no cae al rio por el hechizo, la empujaré yo como último recurso, mientras esté aturdida por el golpe... ¿que te parece?... quizas sea un poco bestia... por un lado me da pena... porque a mí no me gustaría que me lo hicieran... al fin y al cabo, como bien dijiste... la pobre no regula bien... ¿que te parece?

Volví a reírme. Realmente, el chico tenía imaginación. Sin embargo, negué con la cabeza.

- Pobre mujer... Imagine que no sabe nadar, o algo así -especulé-. No se puede jugar con esas cosas... Y menos con ancianos.

Me levanté y me estiré.

- Es tarde, Kettleburn -comenté-. Pensaré en su idea, pero no prometo colaborar -advertí-. Yo voy a volver ya, que es muy de noche. Venga conmigo, vamos.

Y nos encaminamos de vuelta al Palacio.

*Se van*

Miro hacia el cielo, a la luna. Ya ha oscurecido bastante. Bajo la vista.

Mi brazo ya casi se ha recuperado tras la lucha contra las bestias. Al fin y al cabo, la herida no fue especialmente grave comparada con las de alguno de mis compañeros, pero de todas formas he dejado estar una venda para evitar infecciones y recordarme que debo ser más atenta.

Rozo la superficie del lago con las yemas de los dedos tras acuclillarme cerca de la orilla. Luego froto una yema contra otra, como si esperara encontrarme con una sustancia viscosa extraña, aunqe solo es agua.

Me yergo.

- Es la hora...

*se va*

Estuve dando un paseo por el bosque mientras pensaba en mis cosas y acabé encontrándome con un borde del lago en el que ya había directamente parte profunda.

Me quité las sandalias de los pies y me senté en el borde, metiendo las piernas en el agua, ya que todavía era de día y era muy arriesgado meterse del todo sin ropa alguna.

Cerré los ojos y empecé a mover las piernas en el agua muy despacio, mientras volvía a concentrarme en mis pensamientos, los cuales desde el día de ayer estaban centrados en algo en concreto...

En resumen... estuve pensando todo el día en Silvanus... y en las cosas que me hacía. Tenía claro que solo quería a Silvanus como amigo, pero... había conseguido despertar más mi interés en el amor, y... en eso...

Desde pequeña mi abuelo me había inculcado el deber de tener que encontrar a un chico con el cual casarme y tener hijos, para así lograr extender el clan Astaldë, y desde entonces empecé a mentalizarme. Pero no quería ni quiero casarme y tener hijos con alguien cualquiera... sino con alguien que ame de verdad. Como mis padres... que se quieren mucho mutuamente. De hecho, mi padre también fue presionado por mi abuelo, pero esperó a encontrar a la persona adecuada.

De todos modos, aunque la clave estuviese en esperar...empezaba a tener ganas de que apareciese esa persona ideal. Y... empezaba a tener ganas de... eso...

"Silvanus... eres un tonto...", pensé mientras me ruborizaba y pataleaba en el agua.

Paré de patalear y me tranquilicé. Entonces decidí leer un libro que había cogido hoy por la mañana en la biblioteca para distraerme, así que lo cogí de mi bolsa y me dispuse a leerlo.


*se queda*


FdR: maldito uke bipolar y salido ò.ó XDDDD

Corro y salto y entonces planeo. Wiii. El lago es muy amplio y tiene pocos árboles. Es un sitio entretenido. Vuelvo a correr y saltar y planear... Y todo esto sin sacar las manos de los bolsillos. Jum.

Después de un rato saltando por ahí me echo a planear tranquilamente hasta que veo a una figura cerca del lago. Giro de 90 y venga para allá.

Al acercarme veo que es Hewina y no un piscis como solía ocurrir. Hace tiempo que no la veo.

Me acerco por detrás y quedo a su altura, pero lejos del agua, claro.

-Hola, ¿cómo va eso? Estabas perdida estos días -. Comento, alegre.

Estaba concentrada leyendo cuando Heylel me saludó.

"Hola Heylel", le digo sonriente mientras cierro el libro.

"Lo cierto es que he estado entrenando estos días, y tal... probablemente por eso no coincidimos", le comento, desviando la mirada cuando digo "y tal".

"¿Y tú que tal?", le digo mientras pongo el libro al lado de mi bolsa.

Agito las alas. Pero poco, que sino empiezan a caerse esas plumas débiles por la edad y da mucha vergüenza...

- Ya bueno, también tengo aprte de culpa. Lo cierto es que voy de la sala de entrenamiento a la sala común o biblioteca para escribir y de poco en poco doy algún paseo por afuera -. Comento sonriente.

Luego saco las manos de los bolsillos y me estiro un poco.

-Pues bien, eso... Sin muchas novedades. Todo bastante tranquilo -. Le digo, y me fijo en lo que está leyendo. - ¿He interrumpido algo interesante?

Me voy al lago un poco apenado por lo ocurrido hoy a la tarde... no era para nada ni intención lastimar a la pequeña Massen... y solo quería jugar.
Llegué al lago y ví a Hewina hablando con Heylito... ¿que demonios? ¿por qué no me avisan que iban a venir al lago a pasar el rato? ¿acas no les caigo bien?... en fin... ahora ya que he venido, me quedo.

-Buenas, chavales. digo animado.