Lago

Intentó olvidar sus palabras, hacer como que entraban por un oído y salían por el otro. La charla del lider quedó obsoleta por una cancioncilla que tataraba mentalmente Bocanegra.

"Trolololalalalalelelelelililililulululu"- algó así era lo que pasaba por la mente de la Capitana. Ningún hombre por muy Aren Darvenwish que fuera, le iba a dar órdenes de ningún tipo.


Entonces se acercó a ella y la mujer lo vió con extrañeza- ¿que pretendes?- y sin casi tiempo a reaccionar, una luz violácea golpeó su abdomen, haciéndole retroceder unos pasos y viéndose el busto con incredulidad. Puesto que la había marcado como a vulgar ganado.

-Serás malnacido -dijo en cuanto vió que las letras no salían. Cogío su florete con el fin de atravesarlo, pero justo cuando su acero iba a tocarlo, el hombre desapareció, dejando solo un rastro violeta a su paso.

Cassandra tenía los ojos deshorbitados, con los brazos extendidos apuñalando al aire. Respiraba entrecortadamente y puso un mano en el abdomen para ver si las marcas aún seguían, pero aún las notaba.

Estaba muy enfadada, vió a los lados buscando a su presa. Estaba fuera de sí. Le dió una patada a los cristales rotos y se fué enfurecida.

Su buenos humos mañaneros se habían tornado hiel. y Ahora escupía con furia en el suelo, pensando que la hierba era Aren Darvenwish.
-TRANQUILO, MAMÓN, ¡NO ME VOLVERÉ A ENCONTRAR CONTIGO NUNCA!
No había nada que más rabia le diese que sentirse inferior. Si ún lider pudo marcarme, solo tendría que encontrarme con otro lo suficientemente poderoso como para que elimine estas horribles iniciales de mi cuerpo.

-Quizás mi lider me ayude- pensó con las aletas de la nariz abiertas, bufando. mientras le daba un puñetazo a un árbol cercano con toda la furia del mundo.



*se va*

Llegué al lago aquella mañana de invierno profundo. Hacía frío, pero yo no le temía, así que me desvestí y me metí dentro para darme un baño. Hacía tiempo que no desplegaba mis membranas al completo, por lo que estiré las de los pies y las manos y la de mi oreja que aún podía hacerlo, dejando una asimetría que me avergonzaba mucho, pero como no había nadie, pues lo dejé así.

*se queda*

Tras darme un buen baño, decidí volver al Palacio. Hacía demasiado frío incluso para mí, y empezaba a hacerse de noche.

*se va*

Edit by Blues. Te lo has olvidado y yo lo recojo por si acaso xD

Cuando alcancé a ver el lago, mi ritmo cardíaco se aceleró sin previo aviso. No me había dado cuenta hasta ese momento de las ganas que tenía de volver a ver ese lugar. El sol brillaba sobre el agua, y el islote, como una sombra a lo lejos, me observaba con su habitual aura misteriosa.

Dejé mi mochila en el suelo, caminando muy despacio, con paciencia y calma infinita, sintiéndome plena. Me fui desnudando poco a poco hasta quedar en ropa interior, y, alejándome del montón de ropa que había dejado en el suelo, me acerqué lentamente al lago, como saboreando el reencuentro con aquel lugar. Una vez en la orilla, fui entrando poco a poco en el agua, estirando mis membranas casi inconscientemente al contacto con el agua. Una vez dentro, me impulsé por última vez con la punta de los pies y dejé de tocar el suelo, para limitarme a relajarme dejándome llevar por el agua.

*Se queda nadando*

Voy al lago para dar un paseo y oigo chapoteos en el agua. Entorno los ojos para otear mejor y creo diferenciar a Massen. Sonrío. Quiero hablar con ella.

-¡Masseeeen! - grito desde la orilla con las manos en los bolsillos y una sonrisa

Se había hecho de noche. Mientras nadaba, veía las sombras alargarse más y más hasta que todo se convirtió en siluetas engañosas. Pero cuando una sombra humana se fue acercando poco a poco al lago, supe que no era ningún efecto óptico nocturno. Y, por si me quedaba alguna duda, la voz de Alexander llamándome borró de un plumazo cualquier sospecha.

Entonces surgió mi indecisión. Aunque en un primer momento sonreí y me dispuse a nadar hacia él, al instante siguiente recordé que ya no podía fiarme de él tan a la ligera. Sin embargo, ignorarlo o huir de él no me parecía adecuado, así que fui en su dirección, aunque prometiéndome a mí misma que no bajaría la guardia.

- Buenas noches, señor -saludé al llegar a la orilla, con voz monocorde-. ¿Se ha recuperado ya de sus heridas?

Con una leve inclinación de cabeza, pasé a su lado en dirección a mi ropa.

La pequeña sale del agua y me saluda, pero no lo hace tan efusivamente como antes lo hacía, por lo que me llevo una mano a la barbilla mientras alzo una ceja y sonrío.- Si, ya estoy mejor... aún duelen, pero estoy bien.

Hago una pausa y la miro, sin borrar una sonrisa divertida de mi cara

-A ver, cuénteme usted, princesita- digo apuntándole con el dedo sin quitar la mano de mi barbilla.

Me acerco a ella y dejo el tono bromista para más tarde, por lo que le paso un brazo por encima de sus hombros y me acuclillo a su lado, apretándole la nariz suavemente con mis dedos.- ¿Y ese caracter?

Me puse la camiseta. Él dijo que estaba bien. Me alegraba. No quería que se hiciera daño. Entonces, antes de que pudiera acabar de vestirme, se acercó y me pasó un brazo por el hombro. E hizo la pregunta. Bajé la vista. ¿Y qué podía decir?

- Usted no se acuerda de lo que pasó, ¿verdad? -le dije, medio en tono de reproche-. O finge que no se acuerda.

No era fácil, ni cómodo, rememorar aquello.

Alcé la vista hacia ninguna parte, con los ojos como platos y poniendo la boca de piñón mientras me llevaba un dedo a esta.
-Pues no. ¿Que debería recordar? - digo bastante serio, intentando hacer memoria. -¿Es por lo de la misión? si es por eso es porque bueno, ya sabes, tengo que tratar al imbécil de Kettleburn como dios manda, sino se te suben a las barbas demasiado rápido. Ese piscis se coge confianzas muy rápido- digo hablando casi para mí. ¿Te refieres a eso? si es así no debes preocuparte, yo no soy así, solo mantengo una fachada.- digo volviendo a sonreirle y devolviéndole su nariz.

Negué con la cabeza. No sabía qué había entre él y Silvanus, pero no quería meterme en eso. Me era totalmente ajeno.

- Me refiero a... antes de la misión. La última vez que nos vimos antes de ir -no estaba segura de su estado aquel día, así que decidí darle detalles-. Esa noche, usted estaba algo raro. Hablaba de forma extraña y... Bueno... Me dijo cosas... Me contó una historia extraña y... Luego...

No pude seguir hablando. Un estremecimiento me recorrió, e intenté tragar saliva para deshacer el nudo que tenía en la garganta. Cerrando los ojos con fuerza, negué con la cabeza. Una amenaza como aquella me resultaba tan indignante como aterradora.

Escucho sus palabras muy atentamente... pienso. Pienso mucho... no me doy cuenta de nada, pero conforme va dando detalles, mi rápida mente va atando cabos... el resultado de mis pesquisas no me gusta y de echo, me parece bastante improbable que haya sucedido eso... pero es cierto... Kettleburn estaba distinto aquella noche... y si... y si... abrí mucho los ojos al darme cuenta de todo.

Cojo por los hombros a Massen con la cara desencajada. Ahora lo entiendo todo, por eso Kettleburn no sabía nada y solo me preguntaba una y otra vez por mi pasado. Claro, porque nunca se lo conté. Mierda.

-Massen, dime que no. Dime que me estoy equivocando... dime que tu no eras la persona a la que le conté aquellas cosas aquella noche. DIME QUE NO TE AMENACÉ DE MUERTE- digo tambaleándola con ganas de llorar pero sin llegar a hacerlo.

De pronto, empezó a ponerse nervioso, me agarró y empezó a zarandearme mientras repetía aquello... Aquel preciso detalle que yo quería olvidar. Intenté desasirme y me escabullí, alejándome de él. Tenía miedo de que volviera a su estado de aquella vez.

- Déjeme -advertí, en tono suave pero determinante-. No vuelva a hacer lo mismo. No se lo he dicho a nadie, así que no se le ocurra tocarme un pelo. Y tampoco le pedí que me contara nada. Yo no he hecho nada, así que no se acerque a mí.

Para mi desgracia y para su suerte, Loksass estaba en mi mochila a su lado, así que si quería hacerme algo dependía únicamente de mi magia. Por si acaso me preparé para reaccionar con rapidez en caso de necesidad, pero deseaba fervientemente no tener que hacerlo.

La pequeña se escabulle. Parece temerme y entiendo sus palabras.

-Massen... yo no quiero hacerle daño, ni matarle ni nada... aquella noche... no era yo, el retrasado de Kettleburn me drogó y creí que era el... y - me echo el pelo hacia atrás y bufo. Esto se está complicando.- Massen, por favor... - digo tendiendole una mano boca arriba para que la coja. - No voy a hacerte nada. En serio... Todo lo que oiste, todo... no era para tí. Era para el malnacido de Kettleburn. Massen por tu dios, créeme.-digo con un todo un poco desesperado.

Silvanus. Silvanus todo el rato. Silvanus en todas partes. ¿Qué se traían aquellos dos entre manos? No quería juntarme con alguien que tratara así a los demás. Pero, por otra parte, no quería que me tratara mal a mí...

Di un paso al frente, pero sin tomar su mano extendida.

- No quiero mezclarme en sus asuntos -le advertí, como quien pone condiciones a un pacto-. No quiero tener nada que ver con lo que sea que tengan entre manos. No quiero saber nada, ni que tenga nada que ver conmigo. Que no me afecte de ninguna forma. Y menos, en forma de amenaza.

Dudé un momento. Finalmente, di un paso más y tomé la mano que me tendía, de forma insegura, casi temblando.

- No quiero que trate mal a la gente. A Silvanus tampoco. Él no es malo, sólo peculiar...

Me arrepentí de haber dicho aquello último. Pero, de alguna forma, me sentía culpable si le perdonaba sin más. De alguna forma, me daba miedo su manera de actuar.

FdR.: ¿Puedes llevártelos? Me tengo que ir... xDU

Escucho sus palabras, con el ceño fruncido y, después de sus actos, me levanto y me doy la vuelta- Bien, ya veo lo que quieres.-y, por primera vez, la traté de "tu" y no de "usted". Si no quería volver a saber nada de mí ni involucrarse en nada de mi vida, entonces la trataría como a una más, sin ningún tipo de privilegio.

El trato de "usted" se ha acabado para ella. Ya no es especial.
Una más.


-Tsk...- me jode mucho lo que estoy haciendo y me voy.- Deberías moverte o te congelarás.- digo en tono serio y seco.

*se va*

A continuación, Massen recoge sus cosas y se va

*se va Massen*


FdR: ale, ya está

Llevaba un buen rato sentado a las orillas del lago, descalzo y lanzando piedras. No veía un bismonte a tras pasos (esperaba que no lo hubiera), pero me guiaba por el sonido de las piedras y parecía que la última había volado unos buenos veinte metros.

Suspiré.

No me lo podía creer. ¡Inger me había dejado por aquella copia no sexy de mí! Y eso cuando ni siquiera teníamos una relación que romper... ¿Cómo se le había ocurrido romper una relación inexistente? Todo era tan complejo...

*se queda*

FdR- Jardines :_D

Paseaba por las afueras del Palacio cuando decidí acudir al lago. Desde que me había ido a la misión, no había vuelto a ir allí, por lo que pensé que sería agradable pasear por el lago. A fin de cuentas, era de mis lugares favoritos, junto con el jardín.

Al llegar, vi que Rick estaba sentado en la orilla, lanzando piedras al agua. Sonreí. Desde que me había encontrado con él y con el otro flamma (cuyo nombre todavía seguía siendo un misterio) no había vuelto a verle.

Aprovechando que él estaba de espaldas, y que era de noche (yo podía ver, pero él no podía ver nada de nada), me acerqué a él, intentando no hacer ruido. Cuando estuve detrás suya, lo rodeé con los brazos y ensanché la sonrisa.

— Buenas noches... — murmuré, con la sonrisa pintarrajeada en la cara.

FdR. Resumen.
Jardiiines~~

Mientras descargaba mi musculosa frustración contra las flexibles aguas, noté unos brazos rodearme. Escuché entonces la inconfundible voz de Inger y contuve un suspiro.

La oscura noche le había impedido verme bien y creía que era Runek... Iba a confesarle la verdad cuando se me ocurrió un fabuloso plan.

Me volví hacia ella y la besé con suavidad. Ahora que no podía verme por la falta de luz le demostraría lo grntil que podía llegar a ser y luego, cuando estuviera de nuevo a mis pies, le confesaría que no era Runek, sino Rick Dehnel, y que era a mí al que deseaba con suma fuerza.

El beso de Rick me hizo ensanchar la sonrisa. Sin soltarle, le devolví el gesto, con la misma suavidad que había usado él, y, luego, le sonreí. Todavía seguía sentado, y yo todavía lo rodeaba con los brazos.

Tras besarle en la mejilla, decidí deshacer el abrazo y sentarme a su lado. Una vez estuve sentada a escasos metros de él, lo miré y le sonreí.

— ¿Cómo estás? — pregunté, con los ojos clavados en él —. El otro día parecías... No sé. Un poco raro. ¿Te ha pasado algo?

FdR. Hola, soy un post pequeñito =D

La miré. Así que Runek había estado raro el otro día... ¡Era mi oportunidad para ganar terreno!

Tosí y puse voz ronca.

- Pues algo afónico. Cogería frío la otra noche, ya sabes... ¡Como soy el hombre más fuerte de todo Mithos tengo que entrenar duro hasta de noche!

¡Muy bien, Rick! ¡Eso sonaba tan Runek...!

Alcé ambas cejas al escuchar su respuesta. Al parecer, había estado entrenando hasta que la noche había caído y se había puesto afónico por culpa del frío. Ladeé la cabeza hacia la derecha y lo miré con preocupación. No entendía por qué demonios se quedaba a entrenar hasta la noche si después no sólo no veía, sino que también le cogía el frío. Definitivamente, Rick debería plantearse cambiar su horario de entrenamiento. Si empezaba a entrenar por la mañana temprano, no podría quedarse hasta la noche y, por tanto, no le cogería el frío ni dejaría de ver. ¡Eran todo ventajas!

— Vaya... — murmuré —. ¿Y te encuentras mal o sólo es afonía? Quiero decir... Sé que uno no puede... O no debe... O no sería normal... — Fruncí ligeramente el ceño —. No... A ver, quiero decir que si estás afónico no puede estar bien del todo... ... El caso... ¿Te encuentras muy mal o no...? O sea... ¿Te duele la garganta o tienes fiebre o sólo estás afónico?

Lo miré en silencio durante unos segundos, y luego añadí:

— A lo mejor deberías cambiar tu rutina de entrenamiento... Para que no te coja el frío, digo...

Negué rápidamente, aunque claramente estaba tan oscuro que ella no podía verme, así que lo apoyé con roncas palabras.

- No, no, solo afonía. No estoy malo. No te preocupes... -. Me detuve... ¿Cómo llamaría Runek a Inger?

Miré su sombra.

- No te preocupes. Ha sido una excepción. No tiene que volver a pasar. Ahora... Aprovechemos que estamos al fin solos, alejados de aquel musculitos pelirrojo que se cree más guaperas que yo -.Me dolió hacer alusión a mí mismo de aquella forma, pero ella tenía que creer que yo era Runek.

Observé cómo negaba y asentí. Según sus palabras, sólo era una simple afonía por la que no debía preocuparme. Esbocé una pequeña sonrisa.

— Bueno, de todas formas... Creo que deberías dejar de entrenar por la noche... — Me pasé una mano por el cuello y lo miré —. O sea... Es sólo una opinión, no tienes que hacerme caso. Pero... Es que... A ver... ... Luego no ves y... — Negué con la cabeza —. Da igual. Olvídalo.

Me pasé la mano por la nuca y lo miré mientras él continuaba hablando. Cuando terminó su comentario, lo miré, con una sonrisa jocosa dibujada en la cara. Me acerqué a él, reduciendo así la distancia que nos separaba, y clavé mis pupilas en las suyas.

— ¿Musculitos pelirrojo que se cree más guaperas que tú? — repetí, con un tinte divertido en la voz. Dejé escapar una suave risa y lo besé en la mejilla —. No seas bobo. No es mejor que tú. Y dudo que se crea mejor que tú...

Lo miré.

FdR. <.< A mí que no pueda llamarle por su nombre xDDDD

¡¿Que Rick no era mejor que Runek?! ¡¿O sea que realmente le gustaba?! Pero en algo se confundía... ¡¡Claro que yo me sentía mejor que aquel tal musculitos, y se lo iba a demostrar!!

- No hablemos de ese... -dije con voz ronca, forzada, claro. Luego tomé su rostro entre las manos-. Aprovechemos el tiempo que queda esta noche...

Iba a demostrarle que se equivocaba. ¡Vaya que sí!

Me sonrojé levemente cuando tomó mi rostro entre sus manos. Esbocé una pequeña sonrisa, y, con los ojos entrecerrados, miré a Rick. No entendía muy bien qué problema tenía con el flamma del otro día (porque tenía que estar refiriéndose a ese flamma. Eso o había algún guerrero con el pelo rojizo, o anaranjado, más en el Palacio y yo no lo conocía).

— No sé qué te pasa con él... — murmuré, sin dejar de mirarle —. Ni que fuese horrible o algo así... Pero vale. — Ensanché la sonrisa y me acerqué un poco a él —. Se acabó hablar de flammas fuertes por hoy.

Lo miré y me acerqué a él.

FdR. Odio escribir escenas donde haya besos o algo e______________e
o me suena estúpido, o puke rainbow o... *mata a su post*

¡¡Iba a pasar de mí de esa forma, irse con Runek y sin tan siquiera sentir remordimientos!! ¡¡Vaya una...!!

No, bien pensado... Estaba claro. Había caído rendida a los encantos de Rick sin saberlo, pensando que se trataba de un mejor Runek. Pronto se daría cuenta de su error y reconocería mi supremacía.

La atraje hacia mí y la besé. Se iba a enterar esa flamma.

FdR- XDDDDDDDDDD