Lago

Rick Dehnel aparece y estropea un poco el perfecto ambiente. Vislumbro una sombra tras él, pero no le doy importancia porque el flamma capta toda mi atención.

- Pero mira, Heylel... Es Dehnel... -. Miro al aether-. Tal vez deberíamos irnos. Tal vez quiera montar un espectáculo y yo no quiero estar aquí para sufrirlo. Y deja de moverte, por favor...

Tengo que estrechar los ojos para verlo bien.

...

- ¡¿Por qué demonios brillas, maldita asesina?!

Me lancé contra ella, como era lógico, especialmente tras oír esas hirientes palabras.

- ¡¿Me crees tan inmaduro que opinas que no puedo compartir lago contigo sin discutir?! ¡¡TE VAS A ENTERAR!!

Sin embargo, tropecé y caí de bruces con un ligero quejido.

Menudo estúpido, Rick...

Rio por el comentario de Alehyss aunque no lo entiendo mucho y saludo a Igner con un gesto de la cabeza para luego beber otro trago de la botella. Entonces Dehnel empieza a gritar y se lanza contra la chrysos.

-¡Pero Rick! ¿Estás loco? ¡Que te vas a matar! -Le grito al verlo en el suelo. Luego trato de levantarme (no sin dificultad) y me tambaleo un poco cuando estoy de pie.
Me acerco a Rick y y le doy unos golpecitos con el pie en el brazo.

-Oye... Que Nagorr me dijo que erais unos brutos... ¿O me lo dijo Silvanus? ...Bah, el caso es que no sé por qué te pones así -. Le comento, hablando todo lo claro que puedo. -¿Quieres? -Le invito. Luego miro a Inger para invitarla también.

Parecía que iba a pasar completamente desapercibida, cuando vi cómo Heylel me saludaba con la cabeza. Yo, como respuesta, le saludé con la mano. Iba a decirle algo más cuando, de pronto y sin venir a cuento, Rick comenzó a gritar. Y justo después de su primer grito, el flamma se lanzó contra Alehyss Lester, supuse que dispuesto a pelear o algo similar. Pero, por suerte o por desgracia, después de gritar por segunda vez se cayó al suelo. Con preocupación, me acerqué hasta él (haciéndome visible. O al menos eso creía). Al llegar al sitio donde se había caído, me agaché un poco y le miré, preguntándome si se habría hecho daño.

— Rick... ¿Estás bien? — pregunté, con preocupación. Heylel también se había acercado y, ahora mismo, tras decir un par de cosas a las que no les presté demasiada atención, nos ofrecía alcohol. Negué con la cabeza varias veces —. No, gracias... ... Y no creo que sea bueno que él siga bebiendo...

Me pasé una mano por el cuello, nerviosa, y deseé, ilusa de mí, que sólo Rick estuviese... "contento".

Lo veo caer y esbozo una sonrisa mientras alzo ambas cejas a la vez.

- Vaya equilibrio, Dehnel...-digo, aunque el mío no es mucho mejor.

Dedico entonces una mirada a la sombra a la que, al acercarse un poco, reconozco como Inger, y pronto la acompaño de un saludo, aunque no tarda en quedar patente que lo que más me interesa ahora mismo es el flamma que está en el suelo.

- ¡Dejadme! -. Me puse en pie con cierta dificultad, pero lo logré a la primera-. ¡Estoy bien para hacer lo que quiero hacer! Alehyss Lester... ¡Asesina! Yo...

Apreté el puño derecho y fruncí el ceño mientras las palabras, energéticos gritos, brotaban de mi boca abierta de pan en par como una mortal y noble sentencia.

- ¡La desafío a un duelo! ¡¡TE DESAFÍO!! ¡El primero que caiga perderá su honor!

Miro a Inger con Rick y me encojo de hombros cuando ninguno quiero beber.

-Que no son pareja, anda que...- Farfullo para mí, apartándome un poco. Entonces el flamma se pone más serio y empieza a gritar otra vez. Mevanto las alas y me tapo los oídos ya que lo escucho perfectamente. Sino, me molesta.

¿Va a retarla? ¿Ahora? ¿¿Así?? Pfff... Me echo a reír. Luego me acerco a Inger e intento apartarla.

-Inger, amiga mía, creo que va a ser mejor que nos echemos a un lado. Esto no pinta bien para nosotros. - Comento, abriendo las alas para tapar la visión de la escena a la chica y haciendo visible mi herida.

Rick ignoró todo lo que le dije (o, mejor dicho, me ignoró completamente) y se puso en pie, dispuesto a retar a la chrysos. Le miré preocupada y pensé en acercarme para intentar decirle que no merecía pelearse, cuando Heylel se acercó hasta mí y abrió las alas, impidiéndome ver algo a través de ellas. Le observé en silencio. Tenía una herida en el ala derecha. Me pregunté quién se la habría hecho.

— ¿Qué le pasó a tu ala...?

Ladeé la cabeza hacia la derecha, preocupada. Preocupada por su ala derecha y por Rick, que pensaba iniciar un combate tras haberse dado de bruces contra el suelo. Bajé la vista.

— ¿No deberíamos impedir que se peleasen? ¿Y si se hacen daño? Es decir... Rick acaba de caerse. Dudo que pueda mantenerse en pie o cualquier cosa... ...

Y suspiré. ¿Quién me había mandando a mí seguirle si, total, llevaba un buen rato ignorando lo que le decía?

¿Un duelo? Esbozo una sonrisa.

- De acuerdo, Dehnel. Pongamos alguna regla... Y si yo gano, dejarás de llamarme asesina, ¿de acuerdo?

Con esto digo ya dos cosas: que ese tema me molesta y que no es un combate a muerte. Al menos por mi parte.

Porque no soy asesina.

Dirijo una seria mirada a Heylel (Inger ha sido tapada por su ala) y luego regreso mis ojos opacos al flamma, expectante.

¿Reglas? ¿Acaso pensaba seguirlas, la muy traidora? Sin embargo, dibujé una sonrisa de tiburón en mi rostro.

- ¡De acuerdo! ¡Dejaré de llamarte así si tú ganas! ¡Pero perder es quedarse inconsciente! Y si yo gano... ¡Admitirás que tú mataste a aquellos viajeros!

Viendo el pedo que llevaba encima y nuestra diferencia de tamaños, ella caería antes. Era solo cuestión de que el alcohol le subiese una gotita más...

¡Por favor! ¡Parecía que estuviéramos en un maldito barco!

Inger pregunta sobre mi herida y yo respondo casi con humor negro.

-Me han latigado la moral -. Digo con una media sonrisa mientras giro la cabeza para ver a los otros dos. Alehyss pone sus normas y me dirige una mirada seria. Yo ya no los tomo en serio a ninguno, así que me rio de medio lado y vuelvo a mirar a Inger.

-Tranquila, Alehyss también está curda, así que será igualado -. Comento con cierta despreocupación. Luego dejo de lado la botella. Ya no tiene gracia seguir. -Ven, ¿me acompañas a avisar a alguien por si acaso? No creo que yo pueda darme mucha prisa -Le pregunto con una sonrisa, y de paso como algo a ver si se me baja esto un poco.

Al parecer, tanto la chrysos como el flamma estaban dispuestos a pelear. Miré a Heylel. ¿No pensaba hacer nada para pararlos? ¿En serio? ¿Sólo yo tenía algo de preocupación o sentido común corriendo por las venas?

— ¿Pero y si se hacen daño? ¿No deberíamos impedir que se peleasen? ¿Es que soy yo la única que se preocupa un poco por la gente? ¡Joder! Entre que vamos y volvemos pueden haberse hecho de todo. ¡Y el hecho de que ambos estén borrachos como una cuba no es algo que me tranquilice! — Golpeé el suelo con un pie, con fuerza —. ¡Pero, claro, aquí la única que puede apreciar lo que pasa soy yo y, por ende, la única que se preocupa!

Volví a golpear el suelo, con el ceño fruncido y agarrando mis cosas y las de Rick con fuerza. Las miré y me arrepentí de haberle recogido sus cosas. Luego observé al suelo. Estaba molesta. No con Heylel, que se había llevado los gritos, sino con el mundo entero. Bueno, no, mentía. Estaba enfadada con el estúpido del flamma, que se estaba comportando como Silvanus hacía unos días. ¿Por qué todas las personas con las que me relacionaba se comportaban como auténticos Karnikarshs descerebrados?

Miré a Heylel de reojo.

— Mierda...

Frunzo el ceño lentamente, como si algo oliese mal, y me quito, no sin dificultad, la ya de por sí ligera camiseta, quedando apenas cubierta por un sostén.

Señalo entonces mi costado derecho, en el que se ve una gran contusión de aspecto bastante alarmante (más alarmante es el aspecto que el dolor en sí).

- Me pegaste -siseo a Dehnel, sin parar a pensar en la desvergüenza cometida-. Puede que ella tenga razón y no sea el momento, pero no estamos en paz.

Si no hubiera bebido, claramente, no me habría desnudado. Ya me arrepentiré por el resto de mis días. Lo sé.

Gruñí ante las palabras de la caeruleus, aunque no le gruñí directamente a ella. No podía comprender lo importante que era derrotar a la asesina porque no sabía lo que ella era. ¿Nunca, acaso, había odiado a nadie hasta el punto de...?

Tetas.

No miré la contusión mucho más de tres segundos.

"Puta" quise decir. "Zorra"

Pero solo pensé "tetas" y relajé algo los hombros.

Cierro un rato los ojos y giro la cabeza mientras Inger grita, como suelen hacer los perros cuando les enseñas el periódico con el que les das en los morros. Jo, me soltaba a mí el rollo. Pero la culpa era mia por pretender que una ebria entendiese la situación. Una ebria Psss... Me echo a reír.

Pero me encojo de hombros y bajo las alas. Luego, con una mano, indico paso libre a la caeruleus.

-Pues ala, ve y razona con ellos. Defiende a tu grandullón -. Comento. Entonces Alehyss hace algo poco esperadoy se quita la camiseta quedando en sostén. Y yo mantengo mi cara de aburrimiento porque es la que se me queda en esas situaciones. Pero le miro los pechos, y sé que no debo hacerlo, pero se los miro... Son más bonitos los de mi mujer, aunque los suyos son más grandes, parecen blanditos... Entonces espabilo y dejo de mirar porque estoy casado y a mí solo me atrae mi mujer. Y jo si me atraía ahora... Iba a ponerme de mal humor, seguro.

Pero luego miro el negrón que tiene la chrysos en el costado y consigo cierta seriedad. La verdad es que es bastante bruto. Miro a Rick, casi juzgándolo y luego vuelvo a mirar a Alehyss. ¿De verdad tanto se odian? ... Este momento ha dejado de gustarme.

-Bueno, haced lo que querais. Llega un momento en la vida de todo hombre casado en el que sabe que ya no le incumben las peleas de los demás. Ya me contaréis -. Y me voy dejándolo allí a todos. Total, yo no iba a impedir nada aunque quisiera. Y me volvía a doler la maldita ala por culpa del asqueroso... Duaj. Quiero irme a mi casa y acostarme con mi hermosa mujer. Esa es mi conclusión.

*se va*

Y como toda respuesta a mi preocupación, recibí un "puede que ella tenga razón, pero nada", un "inténtalo tú que yo paso" y un par de gruñidos muy desconsiderados. Muy desconsiderados.

Fruncí el ceño. Entendía la reacción de la chrysos; a fin de cuentas, sólo nos habíamos visto una vez. Entendía la reacción de Heylel, pues yo le había gritado. ¿Pero la de Rick? Esa sí que no la entendía. ¿Es que ni tan siquiera sabía hablar? Negué varias veces con la cabeza.

Heylel se fue, desentendiéndose de la situación. Pensé que debía disculparme con él, pues le había gritado sin motivo, pero, para cuando decidí que debía pedirle perdón, ya no estaba. Suspiré. Mañana le buscaría y me disculparía.

Miré a los dos combatientes. La chrysos se había quitado la camiseta. Pensé que ahora sí que estaban en igualdad de condiciones. Y, tras pensarlo, decidí que no debía malgastar mi preocupación con ellos. A fin de cuentas, los Karnikarshs se peleaban a pesar de hacerse daño y, dado que medio Palacio y más parecían familiares cercanos de esas bestias, supuse que ellos harían lo mismo. ¡Y para qué malgastar yo mi preocupación con gente así, cuando seguro que había gente del servicio mucho más simpática y agradable!

Dejé caer las cosas de Rick (las mías no, por supuesto) al suelo. No me importaba que las botellas se rompiesen o que su camiseta se manchase. Luego, tras dedicarles un último vistazo (cargado de malas vibraciones), me fui sin decir nada y con el dolor de espalda todavía presente.

*se va*

Apreté la mandíbula al escuchar algo caer y romperse. Me di la vuelta a tiempo para ver la borrosa espalda de Inger alejándose y luego, en el suelo, cristales rotos, o algo así.

- ¡¡MALDITA!! ¡¡SE HA ENFADADO POR TU CULPA!!

Me volví rápidamente hacia la asesina y entonces el mundo se dio la vuelta El rápido gesto hizo que dejara de comprender dónde estaba qué, quién, cuándo...

Había bebido demasiado en poco tiempo, y por grande que fuera, al final había acabado haciendo efecto. Entorné la vista para intentar ver bien a la chrysos, pero ella no dejaba de moverde de un lado a otro, como si estuviera hecha de nubes.

¿Por qué no habla como las personas? ¿Por qué solo sabe gritar como un loco todo el rato? No suena más heroico aunque alce el tono de voz.

Avanzo un paso hacia él. El suelo es muy inestable. Lo malo de que el alcohol se te suba y no te muevas en un buen rato es que, en cuanto te pones en marcha, tu cuerpo te sorprende demostrando que tu concepto de equilibrio ha cambiado. De todas formas, logro sobreponerme y en pocos segundos estoy frente a él.

- Se ha enfadado por un conjunto de variables, no por algo concreto.

Lo miro a los ojos. No me voy a tragar sin más una culpa que no me pertenece cuando el energúmeno que saltó primero fue...

Su maldita luz de linterna me hacía daño en los ojos, por lo que tuve que estrecharlos más. Aún por encima, su parloteo era incomprensible, ¿cómo no? Supuse que iba de cerebrito, o algo así, utilizando palabras que ni los más duchos.

- Cállate... -murmuré en respuesta a algo que no había entendido.

Por alguna extraña razón, era incapaz de lanzarme encima de ella y estrangularla, así que solo podía, manso, verla semiborrosa.

Esbozo una sonrisa. Su piel emana calor y sus ojos ya se ven más turbios, así que no tendré que tocarlo para hacerlo caer. Es un alivio, porque dudo seriamente que un combate ahora fuera buena idea. Solo es cuestión de esperar a que caiga y luego marcharme.

Y punto.

¿Por qué demonios sigue en pie, de hecho?

Todo giraba sin control. Cada vez tenía menos claro dónde estaba yo, dónde estaba ella. Con la poca razón que pude recopilar me di cuenta de un importante factor a tener en cuenta: no había cenado. Y entonces el alcohol haría mayor...

Estaba tan cerca, y brillaba... Era extraño ver a un ser humano brillar, fuera lo chrysos que fuera, y no era la primera vez que veía algo así, pero no dejaría de parecerme extraño pese a eso.

Esa desagradable sonrisa de superioridad...

Pero yo la había herido...

¿Brillarían también sus pechos?

Un moratón en el costado derecho...

Ojos opacos de asesina...

Dejo salir aire por los labios lentamente.

- Cae de una vez... -susurro.

Esto también resulta agotador para mí, pero por suerte he comido bastante antes de empezar con la juerga y tal vez eso baste para que aguante un rato más que él.

Sería tan fácil si lo golpease, pero... Así es mucho menos castigable, y no me apetece recibir una visita de Aren Darvenwish.

¿Cae de una vez...? ¿Quería acaso que cayera en la tentación? ¿Por eso se había desnudado? ¿Por eso fingía que me provocaba y luego no me golpeaba? ¿Acaso me deseaba ella también, como Inger?

No era del todo descabellado... Notaba mis miradas insistentes a sus pechos y sabía que hacía mucho que no tocaba a una mujer, y entonces me llamaba, porque eso era ella: una zorra. No en vano saciaba los apetitos sexuales de Silvanus y Aren, pero...

- ¿No crees que estás cayendo muy bajo...? -logré inquirir entre jadeos y giros de escenario.

¿Cayendo muy bajo? ¿Prefiere acaso que le arree una buena en su enorme cabeza de lagartija? ¿O es acaso ese el honor suyo, que le hacer preferir morir luchando que, simplemente, caer inconsciente y amanecer con resaca recordando, tal vez, solo la mitad de lo vivido?

- No lo creo... -. Frunzo ligeramente el ceño -. Me parece más correcto hacerlo así.

Así. Exacto. Sucumbe ante tu propia debilidad y queda en evidencia ante mí y ante ti mismo. Ese golpe dañará tu honor mucho más que si yo misma te atravieso con mi arma.

"Perdí porque me desmayé." Eso es lo que quiero que recuerdes.

Así que eso era lo que quería...

Sexo...

Ju. Incluso una cualquiera como ella me buscaba a mí, el gran Rick Dehnel, y aún siendo una profesional, conmigo quería hacerlo de gratis. Al final era obvio que ese era el motivo de su obsesión conmigo.

Tal vez debido al alcohol, no lo pensé dos veces. Mi mano derecha salió disparada hacia ella y arrancó su sostén sin miramientos.

- ¡¡PUES QUE ASÍ SEA!!

Antes de acabar con ella le daría un hermoso recuerdo. ¡¡ASÍ PODRÍA TENER ALGO BUENO QUE CONTAR EN EL INFIERNO!!