Cementerio

Después de haberme pasado horas y horas llorando en el bosque comencé a vagar por los exteriores, y me acabé encontrando con el cementerio... él lugar donde Silvanus y yo nos dimos nuestro primer beso.

"Maldición... ¿por qué todo me recuerda a él?", pensé llorando nuevamente. Me sequé las lágrimas malamente mientras me adentraba en el cementerio. Las lápidas que había destrozado Alexander ya habían sido restauradas... y todo era como antes de aquella lucha, por lo que el lugar era exactamente igual a cuando lo de Silvanus y yo...

Caminé recorriendo todo el camino central, hasta que llegué al lugar donde ocurrió, que estaba un poco apartado de las lápidas. Me tumbé en la misma hierba de entonces, mientras recordaba todo con melancolía... y las palabras de Silvanus resonaban en mi cabeza.

"Ya no hace falta que te diga lo que siento por ti. De todas formas, te diré que te quiero con locura..."

"¿Quieres intentarlo entonces? ¿Quieres ser mi novia?"

Entonces cerré los ojos, y otros recuerdos comenzaron a surgir de forma apelotonada

Spoiler:

Entonces abrí los ojos y me quedé viendo el cielo, mientras se oscurecía. Después de un rato comencé a componer una letra basada en todos esos momentos mentalmente, ya que una inspiración repentina inundó mi mente, y cuando terminé de componerle me incorporé. No solía componer canciones y cantarlas... ya que me daba bastante vergüenza... pero entonces cogí aire y comencé a entonar esos versos que me salieron del alma.

Ni yo debo, ni tú puedes
Te suspiro por última vez
Pero son tus labios tan corteses
Que caen como la nieve, encima de mi piel.

Solos tú y yo, Descubriéndonos
Despeinando a besos tanto amor sobrenatural
Manto sideral sobre los dos
Una epifanía de amor
Sin confesión.

Con tus dedos en mi espalda
Me dibujas para adivinar
Y al seguir tus manos insolentes
el cuerpo se estremece
Y dejo de pensar.

Solos tú y yo, descubriéndonos
Despeinando a besos tanto amor sobrenatural
Manto sideral sobre los dos
Una epifanía de amor
Sin confesión.

Es electricidad
Ultra pasional, sin condición
Con este epitafio,
Se va nuestra amistad.

Al terminar de cantar comencé a llorar de nuevo... me tumbé de nuevo y me quedé allí... durante mucho tiempo.



*se queda*

FdR1: el epitafio hace referencia a la muerte de su relación, no a la muerte de Silvanus ._.U XD Y para que os hagais una idea de como canta la cancion... pues es esta https://www.youtube.com/watch?v=q-4xVme7z1w, pero bueno, imaginarosla con una voz temblorosa y suave y sin música de fondo.

FdR2: EPIC POST! Ò.Ó XDDD

Había decidido pasarme por el cementerio porque los odiaba. Cada vez que entro en uno me entra un no sé qué que me da muy mala espina y me apenan enormemente.... Pero como soy un hombre hecho y derecho va siendo hora de que empiece a superar ciertas bobadas -y a ver si algún día consigo superar mis peores fobias- ...

Camino algo inquieto entre las tumbas. Me niego a leer nombres. Lo odio. Pensar que amigos, padres, hijos, hermanos, madres, amigos... Muchas personas importantes para mucha gente están allí descansando... Y de ellos solo queda el recuerdo difuso de quienes los quisieron. Es realmente triste.

A pesar de que no se ve demasiado porque el sol casi se ha puesto por completo, al pasar por una zona del cementerio escucho como si alguien gimotease cerca. Se me encoge el estómago. Siendo el cementerio posiblemente sea alguien que ha fallecido hace poco... Mi primer impulso es irme corriendo, no me siento nada bien...

Pero hago acopio de valor y me acerco un poco porque no está nada bien dejar a una persona dolorida en manos de la desesperación.

Me llevo una sorpresa al comprovar que la persona que llora tirada en el suelo es Hewina. Me bastante pena y me precupo al instante. ¿Qué le habrá pasado? ¿Otra vez Alexander o aquel bruto? Frunzo el ceño y me acerco a ella, agachándome en el suelo.

- Hewina... ¿Qué te pasa? -Pregunto con voz suave y preocupada. Preguntar si está bien sería casi ofensivo.

Después de haber estado un rato llorando, Heylel apareció... y me preguntó qué me pasaba.

"Heylel...", dije entre lloros. No quería que me viese llorar, pero en momentos como este era incapaz de reprimir las lágrimas y actuar como si nada hubiese pasado.

"Ayer... Sil... Silvanus... me dejó... me... me dijo que lo nuestro no iba a ninguna parte... y... y que... y que no era más que un... que un lastre que le impedía llegar a lo que realmente quería...", dije llorando sin control y consuelo.

"No... no lo entiendo... ¿Por qué...? Me... me dijo que me quería... yo... no se... yo... no...", dije entre lloros sin poder decir nada mas coherente, y a seguir me tapé la cara con las manos y comencé a gemir y a llorar con más fuerza.

Veo y escucho a Hewina mientras llora y trata de explicarme que le pasa y no tardo en rodearla para darle un abrazo mientras la acuno un poco para que se tranquilice. Entoces, ¿Silvanus y ella...? Mi cara se contrajo en un gesto apenado mientras trataba de tranquilizar a Hewina.

- Ssshhh, ssshhhh, venga, ya, tranquila... -Le susurro agarrándola fuerte. Tengo la mirada perdida entre las tumbas mientras pienso en cómo iban las cosas estos últimos días. Era cierto que ayer había hablado con Silvanus y habíamos estado bromeando sobre algunas cosas, pero... No sabía qué decirle a la pobre. Me daba mucha pena la situación, parecían tan unidos... Y ver a Hewina tan afectada. ¿Y cómo que un alstre? ¿En serio había sido tan bruto? Hacía algún tiempo había estado pidiéndome consejo con todas sus dudas y cosas y un día parecía una cosa y al día siguiente otra y... Froto la espalda de Hewina.

- Hewina pero, ¿qué te dijo? ¿Simplemente lo soltó sin más? No... Yo tampoco sé qué puede haberle pasado... -Comento algo aturdido. Creo que en situaciones críticas soy lo peor... Jope.

Heylel me abrazó tiernamente para tranquilizarme, pero continué llorando en su pecho.

Conseguí calmarme un poco, y después de un rato me preguntó qué me había dicho, o si lo había dicho sin más.

"Me dijo eso... sin más... y después me dijo Adiós y se fue... ni siquiera me dio tiempo a... a hablarlo o algo...", le respondí.

"Solo me estaba utilizando... fui una estúpida...", le dije, y continué llorando.

Escucho a Hewina sin soltarla. Al final sí que había sido un burro... Estupido Silvanus. Lo que yo le decía: siempre metido en lios, siempre actuando de forma temeraria, siempre hablando de forma gratuíta sin pensar en las represalias... Entonces Hewina vuelve a hablar y trato de que me mire.

- No, claro que no, tonta -.Sonrio con amabilidad dentro de lo que me permite la situación.- Silvanus es un crio, vale que sea un poco bobalicón, pero dudo que tenga tan mal corazón -.Comento en un principio. No sé si así mejoro o empeoro la situación, pero es lo único que sé hacer. -Mira, Silvanus venía muchas veces a hablar conmigo y, aunque fuese por un tiempo, sé que te quería mucho... -Vale, quizás ahora me esté metiendo donde no me llaman- Pero es cierto que siempre fue muy indeciso... Sea como fuere... Estoy seguro de que nunca quiso hacerte daño -.Creo conocer a Silvanus... O no. La verdad es que es bastante impredecible y a veces me hace enfadar pero, es un bobo y un crío y no lo veo capaz de tener esa maldad.

Me agarro la manga de la camiseta con el pulgar y le seco un poco la cara.
- Además, enamorarse de alguien, sea quien sea, corresponda o no, nunca es una estupidez -. Le digo, ya que es lo que de verdad creo. Puede que se pase mal o que se tengan momentos duros... pero vale la pena.

Lloró en silencio mientras miro y escucho a Heylel con atención, y cuando termina desvió la mirada hacia el suelo y me quedo pensativa.

"Puede que tengas razón... pero... por eso no lo entiendo. Yo estaba dispuesta a consentir que estuviese con Aren a pesar de todo... aun que me doliese que quisiese a alguien tan malo como él. ¿Por qué me dijo esas cosas entonces? ¿Se estará volviendo cruel por influencia de Aren?", le digo.

Hewina parece tranquilizarse un poco y me comenta la situación. Estaba dispuesta a permitir lo del líder Darvenwish... Eso suena más doloroso que la propia separación. Lo que llevo peor de estas cosas es que soy demasiado empático y enseguida me imagino estar en esa situación. Me imagino a Gabrielle con la necesidad de amar a otro hombre y... No quiero pensar en algo así después de que alguien mencione al maldito de Darvenwish... Casi parece que puede leerme la mente y reírse.

Entonces Hewina pregunta si Silvanus estará siendo influenciado por Aren y... No sé qué decirle. Ese hombre era vil, pero no tenia un pelo de tonto... Si Silvanus le seguía rindiendo pleitesía probablemente aquel hombre tratase de intruducirle sus ideales... Eso daba miedo.

- Pues... Supongo que Silvanus sabrá distinguir entre lo que está bien y lo que está mal -.Comento sin mucha idea. No sé, no entiendo qué puede pasar por su cabezota.

"No se hasta que punto... porque el cree que Aren es buena persona, a pesar de todo lo que nos ha hecho. Estoy segura de que fue él quien casi lo mata... y aun así...", comento llevándome una mano a la frente mientras lloraba, ya que me dolía horrores la cabeza.

Después cierro los ojos y restriego la mano que tenía en la frente lentamente por mi cara para secarme las lagrimas.

"No se que va a pasar... pero prefiero asumir que simplemente no me quiere antes que ver como se convierte en su maléfica sombra...", comento con preocupación.

El joven paseaba con tranquilidad por el cementerio del Palacio. Se había pasado los últimos días explorando el interior, por lo que había decidido que sería buena idea inspeccionar los exteriores. Tras haber dado un par de vueltas sin rumbo, se había acercado al cementerio, más por curiosidad que por otra cosa. Le llamaba la atención que hubiese un cementerio en las zonas próximas al Palacio, aunque no tenía muy claro el motivo.

Se detuvo delante de una tumba, donde no estaba grabado el nombre del muerto. Alzó ambas cejas, con curiosidad, y se dispuso a leer el epitafio.

- Les dije que... - frunció ligeramente el ceño y escudriñó los ojos -. Que estaba en enfermo -concluyó. Torció la cabeza y se encogió de hombros -. Extraño epitafio...

Siguió caminando. En alguna ocasión se detuvo para leer algún epitafio más, pero, por lo general, avanzaba sin fijarse demasiado en los textos de las sepulturas. Llegado a un punto, escuchó unas voces. Una de hombre y otra de mujer. Una de ellas, la femenina, le resultaba vagamente familiar. La otra, la masculina, no la había escuchado antes. Dedujo que eran alumnos de Brontë y, dado que no conocía a nadie, decidió acercarse al lugar del que procedían las voces.

Al llegar se encontró con una claritas, la claritas con la que había hablado el día de su llegada. Hewina Astal, o algo así. No se acordaba. Acordarse de nombres se le daba mal, y mucho más cuando estos no le despertaban ninguna clase de interés. La chica hablaba con un aether de pelo gris, al que no conocía.

Me gusta su color de pelo, pensó.

Tras escudriñar la escena durante unos segundos, se animó a aparecer, aunque supuso que se habrían dado cuenta de que había llegado alguien (a fin de cuentas, era de noche y había tenido que "iluminarse" para poder "ver").

-Hola... — murmuró, con las manos en los bolsillos - Pasaba por aquí y os he escuchado hablar. - Miró a la claritas —. Hewina, ¿no? - Sonrió y su vista se posó en el aether -. Yo soy Lyam, soy nuevo y todo eso. Aún no conozco muy bien el Palacio. Encantado.

Amplió su sonrisa.

- Si molesto, puedo irme... La escena parece un poco privada.

FdR. Si no podía interrumpir, os pido perdón

Cuando Hewina dice que posiblemente Aren fue quien casi mata a silvanus miro hacia otro lugar. Al parecer Silvanus no le había dicho a Hewina que se había quedado en coma por culpa de la patada del líder caeruleus y eso es, cuanto menos, intranquilizador.

-Bueno, es porque lo tiene endiosado... Confío en que se dará cuenta...- Le digo. Pero tampoco puedo extenderme mucho ya que una luz amarilla y verde se acerca entre la penumbra. Es tan denoche que es lo único que se ve.

Cuando se acerca habla con Hewina -parece que se conocen- y luego se presenta como Lyam. Me pongo en pie ayudando a hewina a levantarse y luego extiendo una mano al recién llegado.

- Soy Heylel, un placer -. Me presento inicialmente. Luego miro a Hewina ya que es ella quien debería responder al segundo comentario.

FdR: No te preocupes, cuantos más, mejor òwo

De repente apareció Lyam, quien brillaba para alumbrarse y nos habló. Me pareció curioso, ya que nunca había visto a un chrysos resplandeciendo así.

Entonces Heylel se levantó y me ayudó a levantarme.

"Seguramente se siente protector conmigo ahora... es un buen amigo", pensé mientras me levantaba y le sonreía levemente.

Heylel se presentó, y después yo le dije a Lyam sonriente, a pesar de no tener ganas de sonreir: No, no molestas, no te preocupes.

"¿Qué tal se te hace la vida aquí en el palacio?", le pregunté.

Estrechó la mano del aether, sonriendo. El hombre, que aparentemente tenía su misma edad, se llamaba Heylel. Luego desvió su vista hasta la claritas, aún sonriendo, y la escuchó con atención. Ensanchó la sonrisa.

- Pues menos mal, no me gustaría interrumpir una conversación importante - explicó, después de que la joven terminase de hablar -. Y respecto a lo otro, pues de momento todo bien. No conozco a mucha gente, pero - se encogió de hombros - se está bien. ¡Hay muchas cosas! Y eso es genial. - Se pasó una mano por el pelo, despeinandoselo -. ¿Tú qué tal estás? ¿Mejor que el otro día...?

FdR. Lo siento, es que me fui a cenar

Sonrío a Lyam con amabilidad cuando me devuelve el apretón de manos y mantengo mi gesto de tranquilidad al ver que Hewina se anima a hablar con él.

- Tranquilo, en poco tiempo tendrás todo localizado -.Comento cuando dice que en Brontë hay muchas cosas. Entonces pregunta por el estado de Hewina. Vaya mala pata...

"Oh, pues... sí... mejor... no te preocupes", comento fingiendo la sonrisa e intentando mantenerme tranquila. No me gustaba mentir, pero seguía sin ser oporturno contarle todo lo malo que me pasaba.

Miré unos segundos a Heylel, quien me miraba con preocupación, pero en seguida volví a mirar a Lyam para decirle: "es lo que tiene este lugar. A veces surgen situaciones difíciles... pero... todo se sobrelleva."

"Sobretodo si tienes buenos amigos", comento sonriéndole a Heylel, ya que todavía no se lo había mencionado y estaba agradecida con él.

- Espero tener todo localizado pronto - dijo, mirando al aether -. De momento sé dónde están algunas salas del interior del Palacio, pero, vamos, no muchas. Y del exterior no sé nada. Es la primera vez que salgo a dar una vuelta por aquí. - añadió, antes de volver su vista a la claritas.

Tras escucharla hablar (al parecer se encontraba mejor), le dedicó una amplia sonrisa.

- Me alegro entonces - comentó.

Luego escuchó las siguientes palabras de la chica, que había mirado al aether, y esperó a que terminase de hablar para poder intervenir

- Bueno... Las situaciones difíciles surgen en todas partes, ¿no? - Se encogió de hombros -. Yo he vivido algunas, pero no muchas. Tengo suerte de tener más anécdotas divertidas que otra cosa. - Sonrió -. Y sí, tener buenos amigos es... genial.

Torció una sonrisa, más torpe que otra cosa. Se despeinó el pelo, que en esos momentos brillaba (llevaba haciéndolo desde hacía algún tiempo), y observó a sus "compañeros".

- ¿Lleváis mucho tiempo aquí, en el Palacio? - inquirió, en búsqueda de un tema de conversación.

Miro a Hewina mientras responde. Tiene que resultarle duro hablar debido a su estado, pero a fin de cuentas es un extraño y no es de muy buen gusto ir contando esas cosas a todo el mundo.

Comenta, a modo de agradecimiento, que las cosas se sobrellevan mejor con amigos y me sonríe. Yo le devuelvo la sonrisa, agradecido por su comentario, y le froto el hombro para luego prestar atención a Lyam.

-Vaya, eres un tipo afortunado. Eso será de gran ayuda -.Bromeo tratando de apartar los malos pensamientos de la conversación y relajar el ambiente. Entonces rpegunta por nuestra estancia en el palacio y miro a Hewina, dubitativo.

-Pues yo llevo aproximadamente... unos 5 meses... Wow, que se dice pronto -.Sonrío. No me había parado a pensar en el tiempo que llevaba aquí. Tampoco había querido o me entrarían ganas de volver con Gabrielle y el tiempo no pasaría nunca.

Heylel me sonrió también, y me acarició el hombro mientras le comentaba aquello a Heylel. Entonces Lyam nos preguntó cuanto tiempo llevábamos en el palacio. Comencé a calcular cuanto tiempo llevaba, ya que no llevaba mucho la cuenta del tiempo que llevaba aquí, y mientras Heylel le respondía primero.

"5 meses... vaya...", pensé.

"Yo llevo casi dos meses", le comenté. No era mucho tiempo, pero sin embargo tenía la sensación de que llevaba mucho más tiempo aquí del que realmente llevaba.

Se encogió de hombros.

- Sí, tengo bastante suerte. A veces ni yo mismo me creo cuánta tengo. - Sonrió. Luego añadió-: Cuando se me termine, moriré por meterme dónde no me llaman.

Suspiró. Era cierto que tenía mucha suerte. A veces ni él mismo se creía cuánta tenía. Ladeó la cabeza y observó al aether y la claritas. Ahora mismo respondían a su pregunta. Sonrió.

- ¡Guau! Cinco meses es un montón de tiempo - dijo, mirando a Heylel. Luego clavó su vista en Hewina-. Aunque dos meses también es bastante... Yo sólo llevo una semana, más o menos... - Ensanchó su sonrisa y ladeó la cabeza hacia la derecha -. ¿Vivís solos? - añadió, tras unos segundos en silencio.

- No seas ave de mal agüero, hombre -.Bromeo ante el comentario de Lyam. -Una semana... Buff, bueno, luego el tiempo se pasa volando... -Sonreí, algo animado.

Entonces pregunta si vivimos solos.

-¿Solos? ¿Aquí? Aquí hay muchísima gente. Quizá guerreros sean los que menos, pero entre servicio, guardias, bestias, líderes...- Líderes bestias... Esas cosas que hay por Brontë. -Y si te refieres a antes de llegar aquí, pues no, yo vivía con mi mujer -. Comento. Aunque era un poco raro que preguntase si vivíamos solos antes de venir, pero bueno...

Como estaba algo cansado y llevaba ya un rato tratando de esperar pacientemente para no dejar sola a Hewina, decido que es mejor irse a dormir antes de empezar a ser grosero bostezando continuamente.

- Bueno, perdonadme, pero os voy a dejar por hoy... He dormido poco y casi no me aguanto en pie -.Confienso. Me giro a Hewina y le agarro una mano, sonriente. -Estarás bien, ¿no? Cuidate mucho y despeja esa cabezota -. Comento con gracia dandole un golpecito en la cabeza. Luego vuelvo a girarme a Lyam y vuelvo a tender la mano.

-Bueno, un placer de nuevo y ya nos veremos. Buenas noches -.Me despido con una mano y me encamino al palacio. Menos mal que el cementerio no está muy lejos de la fachada y se aprecian un poco las antorchas.

*se va*

Miro a Heylel mientras habla, y cuando termina digo: "Yo vivía con mis padres y mi abuelo."

Entonces Heylel nos dice que se va a dormir, y cuando me dice aquello le digo: "Sí, no te preocupes Heyl". Me dijo que me cuidase mucho, y que despejase la cabezota, mientras me daba un golpecito en ella. Yo le sonreí, y entonces se despidió de Lyam con cortesía y se fue.

"Bueno... ¿y tu vivías solo?", le pregunto, retomando la conversación.

- Hasta mañana - comentó cuando el aether se fue. Tenía el ceño ligeramente fruncido, como si estuviese pensando en algo. - Qué descanses. - añadió, pasados unos segundos.

Luego miró a la claritas y escuchó su respuesta. Ambos (Heylel y Hewina) vivían con alguien. En el caso de la chica, ella vivía con sus padres y con su abuelo. En el caso del chico, él vivía con su mujer. Eso le había hecho fruncir el ceño. Se imaginaba que tendrían, más o menos, la misma edad, y no se había esperado que estuviese casado. Era, cuánto menos, curioso (o al menos a él le parecía curioso).

Sonrió cuando Hewina preguntó si él vivía solo y estiró los brazos.

- Más o menos... - Ensanchó la sonrisa -. Técnicamente vivo solo, pero, como viajo mucho por cuestiones de trabajo, suelo estar rodeado de gente. - Se encogió de hombros -. Pero no vivo con mi madre, no. Hace bastante que me "independicé"

"Ah, vaya", comento con interés, y entonces le preguntó con curiosidad: "¿Y a qué te dedicabas?"

"Yo soy artesana. Aún que bueno... trabajaba en el comercio artesano de mi abuelo, así que no es que se pueda considerar un trabajo del todo", le digo, mientras recordaba como trabajaba con mi abuelo. La vida era muy tranquila por aquel entonces...

Soltó una pequeña carcajada después de escuchar la pregunta de la claritas.

- ¿Qué a qué me dedicaba? ¿En serio quieres saberlo? - Se acercó un poco hacia ella y torció una sonrisa ladina -. Soy miembro de una banda de... - Alzó ambas cejas y ensanchó su sonrisa -. ladrones...

Dejó la frase en el aire, cortada; apagó las "luces" (la luz que él mismo emitía), y el cementerio se quedó a oscuras.

Y esperó, así, en silencio, con la sonrisa en la cara. Quería "intuir" (porque no podría ver con demasiada claridad) la reacción de la chica. Sería divertido.


Tras unos segundos, se echó a reír y volvió a "iluminarse".

- Perdón, lo siento, sólo quería... No sé... Perdón. Todo lo que dije es broma, por supuesto. Como mucho perteneceré a una banda de ladrones de corazones. - Soltó una suave carcajada -. Eso también es broma. - Ladeó la cabeza y dibujó una amplia sonrisa en su rostro -. La banda en la que estoy se dedica a llevar paquetes de un lado a otro. Un paquete por allí, otro por allá, otro por aquel otro lado de allá, otro al pueblo cercano al otro de por aquel otro lado de allá... Esa clase de cosas. Por eso estoy siempre viajando de un lado a otro. - Se encogió de hombros -. Es divertido, conste. - Estiró los brazos y le sonrió -. Vaya, artesana, ¿eh? Qué interesante. ¿Tus padres también eran artesanos?

Después de decir aquello la luz que emitía su cuerpo se apagó, mientras mis ojos se abrían como platos.

"¿Ladrones...?", pensé asombrada, mientras temía lo que iba a ocurrir... pero justo cuando iba a comenzar a retroceder pasos hacia atrás, él volvió a iluminarse mientras reía levemente y me contaba todo aquello.

"Oh... vaya. ¡que susto me has dado!", comenté riéndome yo también, a pesar de que había estado a punto de perder los nervios.

Entonces me preguntó si mis padres también eran artesanos.

"No, solo mi abuelo lo era, el padre de mi padre. Mi padre no lo es porque no es muy creativo, y tampoco le interesaba serlo... él es médico, y mi madre es boticaria", le comento.