Sala de entrenamiento

Me senté a su lado mientras yo comía también una galleta de arroz. Entonces me soltó el bombazo del siglo.
Casi escupo el trozo de galleta, pero al final, me contuve.
Respiré hondo un par de veces con los ojos cerrados y me llevé las manos a la cabeza, haciendo que arrastrasen mi rostro hacia abajo.
-Y se puede saber quien fue el pedazo imbécil que te ha echo eso?- realmente... odiaba a los crios... me gustaban las personas maduras y responsables... creo que todos deberíamos nacer ya con 18 años... niños... un escalofrío recorrió mi cuerpo... lloran, gritan, pegan, lloran, duermen a veces, lloran, se hacen caca, comen poco, lloran... por mucho que quieran hacerse los mayores... pche... son inútiles...
-O lo que es peor... ¿es deseado o aún por encima es un accidente?

A Adela pareció impactarle la noticia ya que cerró los ojos y permaneció callada unos segundos. Entonces me preguntó quien me había "hecho eso", y si había sido deseado o por accidente.

"Pues... Silvanus... y bueno... fue accidente", le comenté.

"Es un chico rubio de mi edad, no se si lo conocerás... pero no te preocupes, nos queremos, y me dijo que no me abandonaría si al final estoy... eso.", le dije a seguir, ya que no quería que se hiciese una mala impresión de Silvanus.

-Querida...- dije tomándole una mano.- yo creí que eras mas lista... sinceramente... no me puedo creer que el rubito ese te haya dejado preñada... Si es que los jóvenes de hoy... tenéis más peligro que un viejo con Parkinson robando panderetas... en fin...

-PERO SI ESE NIÑO ES TONTO PERDIDO dije echándome las manos a la cabeza ademas es feo... tiene cara de niña... un hombre tiene que ser fuerte, con grandes músculos y una cara ruda y masculina... ¿como estas saliendo con eso?


....


hice una pausa.
-¿y para cuando la boda?

"Ya... bueno...", le dije a pesar de sentirme un poco ofendida.

"Bueno... es normal que reaccione así", pensé, comprendiéndola.

Entonces ambas permanecimos calladas durante un rato, y ella rompió el silencio diciendo: "¿y para cuando la boda?"

Abrí mucho los ojos, asombrada, y dije: "¿Bob-b-boda...?"

Entonces un montón de imágenes empezaron a pasar rápidamente por mi cabeza: Silvanus pidiéndome matrimonio... yo caminando hacia el altar vestida de blanco... mi barriga creciendo... el bebé llorando... mi abuelo saltando de alegría.... mis padres al borde del infarto...

Todavía era demasiado pronto para todo aquello. Aun que... no era del todo descabellado...

Moví la cabeza rápidamente con los ojos cerrados, y entonces le dije con cierto nerviosismo: "B-bueno... todavía no hemos hablado mucho de eso..."

"Aun que deberíamos hacerlo...", pensé. Habíamos comentado un par de detalles, pero tampoco lo habíamos discutido detenidamente...

-¿Como que bo-bo-bo-boda?-dije graciosa intentando imitarla.- ¿acaso tu no sabes que en Mithos, si un chico deja embarazada a un chica, tiene que casarse con ella?¿que diantres?¿donde te has criado?
-¿Como que no habeis hablado del tema? ¿NO VES COMO ES TONTO?... si es que ese niño no las piensa...
La joven parecía muy descolocada, por lo que la abracé efusivamente dandole ánimos.
-Tranquila, mujer... que si te casas con el flemas ese... - estaba intentando buscarle una ventaja... pero no tenía ninguna... pobre chica... casada toda la vida con el mendrugo ese, con brazos de niña y cara de bebé... en fin- bueno... alguna ventaja tendrá, ¿no? no se... pues, mira, YA TIENES EL TRABAJO HECHO! por cierto... tu insístele en lo de la boda, ¿e? que a esos bebés llorones me los conozco yo bien... primero te hacen el bombo y luego se escaquean mas rápido que las putas en pascua.
-Francamente... te merecías algo mejor que ese semejante enrgúmeno... pero si no has encontrado nada mejor... tu tranquila, que yo estaré contigo para lo que quieras... y si de verdad estás embarazada y el se te escapa, tranquila que me ocupo yo de traértelo a rastras de una oreja, tu tranquila, que este no nos la juega a las mujeres.- dije con una sonrisa.

Me reí con todo aquello que me dijo, y después de un suspiro le dije sonriente: "Gracias Adela."

Me hacían gracia la clase de comentarios que hacía. Se le notaba ser una mujer con carácter, pero buena en el fondo.

Entonces le dije: "Pero no te preocupes, él es buena persona... y confío en él"

-Eso espero, hija mia... eso espero...

entonces le dí un beso en la frente.
-Puedo tocar?- dije mientras posaba mi mano en su vientre.
-¿tu sientes algo?¿algo extraño? no se...

Adela me dio un beso en la frente, y después de preguntarme posó su mano en mi barriga. Siempre era muy cariñosa conmigo... me sentía como si fuese su nieta.

Yo le sonreí, y entonces me preguntó si sentía algo.

"Bueno... yo sentir no siento nada. Tampoco detecto algún tipo de aura, pero bueno... supongo que todavía es demasiado pronto", le comenté, aun que aquello era algo que me comentaba más a mi misma que a ella.

Ella me miró extrañada, entonces me di cuenta de que no le había comentado nada de mi don, y le dije: "Ah, bueno... es que tengo una especie de don que me permite sentir presencias... y ver auras... y así"

Arqueé una ceja cuando me dijo lo de que podía ver auras... pobre... debe tener sueño... quizás no sepa lo que dice... es tarde... auras... lo que me faltaba por ver... por el amor de Mithos...
Quizás le faltase un hervor a la niña... o dos... pero era muy riquiña... así que no se lo tendría en cuenta.
-Bueno... ¿quien no tiene algo en especial? todos somos especiales, ¿no? - aunque esa era otra manera de decir que nadie lo era- pues mira... a mi como esas cosas del espiritismo y esos rollos no me gustan, te lo guardas para ti. Que a mí, no me interesa. dije dandole una palmadita en la pierna.
-¡Y HAZME EL FAVOR DE COMER! ¡QUE ESTAS EN LOS HUESOS! dime: ¿que comes habitualmente?

¿por qué me encontraba con todos los esquizofrénicos, locos llorones y sus derivados en este palacio?¿hola?¿donde está la gente normal?

Por sus comentarios parecía que Adela no creía demasiado en ese tipo de cosas, comprensiblemente...

Entonces me dijo que comiese, y me preguntó qué comía normalmente. Me reí levemente, y entonces le dije: "pues como de todo un poco. Bueno... excepto carne, porque soy vegetariana"

Me eché las manos a la cabeza.
-MADRE DEL AMOR HERMOSO ¿QUE LE PASA A ESTA GENTE EN ESTE PALACIO? ¿comes solo hierbas? ¡ESO ALIMENTA MENOS QUE UN RACIMO DE RAYOS UVA! dije graciosa.
-no, ahora en serio. Si se da el caso de que estés encinta -dios no lo quiera por el bien de esa criatura... un padre "niña" y una madre que ve auras... pobre crio- jurame por lo mas sagrado que vas a comer carne. Aunque sea pescado, tienes que hacerlo. Si llevas en tu interior un ser, ahora no solo serás responsable de tu cuerpo... sino que de ti depende que tu hijo esté sano y no le falte ningún alimento.- la cogí de las manos- por favor... hazle caso a esta vieja, que sabe lo que dice... ya si luego el quiere convertirse en roedor, rumiante o como leches os considereis... eso ya es aparte... pero antes no puedes ni debes jugar con su salud. Recuerdo que en mi pueblo había una mujer que solo comía verde... y una vez se quedó embarazada... y la niña, Noa, se llamaba... no fue normal... tenía retraso... y al los 12 años o así se murió... y es una pena que se te muera un hijo por una tontería como comer equilibradamente nueve meses.

La miré asombrada mientras me contaba todo aquello.

"Lo cierto es que no me lo había planteado todavía... no estoy segura de si eso que me ha contado guarda realmente relación con que la madre de la niña fuese vegetariana, pero bueno... sí al final estoy embarazada, mi propio cuerpo cambiaría, pudiendo llegar a reclamar carne. Aun que bueno, yo siempre me he sentido bien así, y procuro tener una dieta rica y variada aun que solo estea basada es alimentos no procedentes de animales... y al fin y al cabo... lo único que necesitaría el bebe para crecer sano es eso, pero en más cantidades.... o eso creo", pensé preocupada.

De todos modos no quería llevarle la contraria, así que le dije: "Bueno... lo tendré en cuenta, Adela..."

Ya se me había hecho tarde, así que le dije sonriente: "Bueno Adela, me tengo que ir. Gracias por la charla. Espero volver a verte pronto. ¡Adiós!"

Entonces me fui de allí, olvidándome de lo que había venido a buscar.


*se va*

Mientras le hablaba, una mueca de preocupación se pintó en su rostro.
Me dio las gracias y se fue... aunque un poco alicaida... creo. En fin: era una verdad como un templo... si quería hacerme caso, sería lista... sino... ya tiene pelos donde los tiene que tener para decidir por ella misma. ¡QUE DIABLOS! ¿desde cuando Adela Ungilde se preocupa tanto por los demas? AL INFIERNO CON TODOS ELLOS bah! panda de macacos... solo piensan en follar todo el dia... puercos.

Suspiré y recogí los peleles de cualquier manera y me fui a dormir.

*se va*

Entro a la sala de entrenamiento para ponerme un poco al día en mi combate. Desde las bestias he estado vagueando un poco y eso no puede ser.

Empiezo a celantar y estirar un poco para luego sacarl las tonfas y comenzar a luchar con uno de los muñecos que hay en la sala para golpear.

Llegado un momento, entre patadas y golpes freno en seco y dexcido dejar mis tonfas a un lado. En casi de que un enemigo que encontrase desarmado o me desarmase debería arreglármelas solo.

Me pongo frente al muñeco y saco las garras con lentitud para luego mirarlas. Las tengo un poco largas de más por descuidarlas demasiado. No me gusta usarlas. Corro hacia el muñeco y empiezo a asestar patadas y cortes ayudándome de mis alas para hacer alguna pirueta o finta.

*se queda*

Entré en la sala de entrenamiento, puesto que quería comprobar si mi mano ya estaba totalmente recuperada y si volvía a ser la de antes. Entonces vía a Heylel entrenar. Que bien! hacía mucho que no lo veía. Conforme me iba acercando, pude ver que Heylel estaba extraño... tenía algo mas a lo que yo no estaba acostumbrado ¿uñas? cierto... Thamerlein me había dicho que loa aether tenían enormes garras con las que sorprender y atacar a su enemigo.

-¡Hola pollo!- ¿como lo llevas? dije dándole un palmadita en la espalda.

Mientras casi me cargo al monigote por entero escucho la voz de Silvanus a mis izquierda y para de atizar golpes.

- Hola -. Saludo limpiándome la frente con el dorso de la mano derecha y guardando las garras. - Por aquí me ves, haciendo algo útil -Comento con cierto tono de pique. - ¿Y tú qué, vienes a mirar?

Escucho su tono de pique y me llevo las manos a la cadera.
-Olle, chavalin que no haya venido a entrenar mucho últimamente fue porque tenía la mano mala, pero ahora que ya está bastante mejor, podría arrancarte las alas de un tirón, dije pasando la mano por una de ellas.
-¿Te apuntas?, quiero decir, quieres combatir conmigo? de prueba, digo. Así podría comprobar si estoy completamente recuperado. venga, Heyl, vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, dije cogiéndole las manos y saltando- venga, que hace mucho que tu y yo no hacemos nada juntos. jajaja bueno, que si tu quieres hacer otras cosas, yo no me voy a negar- dije moviendo las cejas de forma graciosa mientras o pude ocultar una enorme sonrisa.

Cuando Silvanus me toca las plumas y habla de arrancar cosas mi acto reflejo es apartarme un poco. Que manía con las alas...
Propone que combatamos para luego hacer una tonta tinsinuación con lo que sonrío e impongo las manos abiertas entre él y yo.

- Deja, deja, mejor entrenamos un poco -.Comento apartándome unos metros y agarrando las tonfas para ponerme en posición con las piernas algo separadas y las tonfas en posición defensiva. -Pero no lloriquées luego...- Sonrío de medio lado. Estoy algo encobardo hacia adelante para probar un estilo de combate algo más dinámico y directo.

Una vez Silvanus se prepara, empezamos aquel pequeño rifirrafe. Corro hacia a él con la tonfa izquierda cubriéndome el cuerpo mientras cruzo un poco la derecha, levantándola ligeramente, preparada para asestar un golpe.

Heylel acepta.

-Eh! yo no lloriqueo, lo que pasa es que... a veces... a Tristán se le escapan escamas, y en viento las lleva hasta mis ojos... y por eso lloro a veces... y claro, como es época de mudar la piel, hay escamas voladoras asesinas por toda la sala y eso... y entonces a veces lloro... PERO NO SOY UN LLORICA! ajajaj digo con una sonrisa nerviosa.

Una ves que nos hemos dispuesto para luchar, Heylel da el primer paso, dirigiéndose hacia mi, con la tonfa derecha dispuesta a golpearme.
Debía actuar rápido, así que cogí a Altheda y la interpuse entre su tonfa y mi cara. Nuestras fuerzas estaban bastante igualadas, pero el era mas alto que yo, y su posición le daba más poder a su ataque... no aguantaría mucho mas.

Entonces alcé mi pierna izquierda con intención de darle un patada en su costado derecho, que estaba desprotegido.

Al ver como Silvanus pretende golpearme con la pierna izquierda aprovecho el momento de desequilibrio que sufre al sostenerse sobre su derecha para asestarle un golpe en el costado derecho con la tonfa trantando de hacerle caer. No tengo demasiado tiempo para calcular si puedo esquivar del todo su golpe saltando ayudado de mis alas, pero el ataque merece la pena.

No se como harán los caracoles para no caerse sostenido en un solo pie, pero desde luego, yo no tengo esa habilidad. Ante el golpe de Heylel, caigo de culo al suelo, haciendo que Altheda se me escurra unos 4 metros hasta donde estoy.

Pero mi golpe no ha sido en vano y, aunque se impulsa hacia atrás para evitar mi golpe, logro rozarle el abdomen un poco... pero tampoco le hice gran cosa... sin embargo, yo... ahora estoy desarmado.

Silvanus consigue golpearme en las costillas antes de caerse al suelo con lo que mi salto hacia atrás no es tan productivo como pensaba. Pero ahora Silvanus está tendido en el suelo y aprovecho para descender y colocar una tonfa en dirección a su pecho.

- Eres un patoso. Deberías pensar en cómo de perjudicado sales realizando una acción -Le comento esperando a ver si trata de hacer algo o da el combate por finalizado.

Haylel me señaló con su tonfa. Que rabia. Sus palabras dolían, al fin y al cabo... pero bueno, no me las tomaría a mal, simplemente entorné los ojos
-No soy un patoso. Ahora verás, chulito.- digo mientras pongo las palmas de mis manos hacia el- Acuaerum,- entocnes salí corriendo a coger mi daga.

Así como Silvanus estira las palmas lanzo mi tonfa derecha contra él para luego ascender fuera del alcance de sus conjuros. Por algo estaba alerta en una posición dominante. Sin embargo mis piernas recibieron parte de aquellos ataques mágicos y no pude mantenerme en el aire.

- ¡Aethes! -Conjuro en dirección a la daga para enviarla lejos del piscis. Luego corro hacia él sacando las garras de la mano derecha para amenazarlo en caso de que trate de voler a atacar. -Peleas como una rata -Le digo con ceño. Aunque bueno, supongo que lo hace aprovechando sus habilidades.

Recibo al tonfa en mi cráneo cuando intento coger mi daga, pero esta sale volando con en hechizo del aether.
-Jolin!- digo frotándome la cabeza- no te pases...

Entonces me dice que lucho como una rata después de amenazarme con sus garras.
Lo miro a sus verdes ojos, y pongo cara de pena, mientras tuerzo la boca y me encojo de hombros.

-Vale... tu ganas... ¡jolines! HACES TRAMPA! ¿porqué siempre me ganas?- me pongo de pie y lo achucho- bueno, me da igual, así podrás seguir enseñándome.