Jardines (1) [completo]

Salí al jardín, entro otros motivos porque creía que se había convertido en uno de mis lugares favoritos del Palacio. Tenía muchas cosas buenas: era un lugar exterior, no solía estar muy lleno y me recordaba el exquisito jardín que mi madre cuidaba en casa, aunque este era algo más grande.

Llevaba una camiseta de asas que dejaba entrever las cicatrices de mi espalda, las cuales ya casi no me molestaban. Ahora ya no había costra, por lo que la piel tenía un color rosado y estaba bastante delicada. Al menos ya había cicatrizado, por lo que pronto no sería más que un doloroso recuerdo para mí.

Até una cinta roja a mi frente e hice un par de estiramientos.

- ¡Vamos allá! -. Sonreí.

Flexiones. Eso había ido a hacer. Flexiones bajo el sol.

- Una. Dos. Tres. Cuatro.

Algo había que hacer allí para mantener mi trabajado cuerpo en forma, ¿o no?

*se queda*

Tras varias horas de diferentes ejercicios, me levanté al fin y me puse a correr en dirección al bosque. Según tenía entendido, había un lago por el lugar, y estaría bien poder darme un chapuzón para refrescarme y limpiarme el sudor, además de para hacer algunos ejercicios acuáticos.

*se va corriendo*

Llego a los jardines con el pelo todavía húmedo. Me dedico a caminar entre las plantas, examinándolas con interés. La mayor parte de ellas son meramente decorativas, o flores con fragancias interesantes para un lugar como este, pero tengo curiosidad por saber si habrá algo especial entre tanta delicadeza. No sería la primera vez que se esconden plantas venenosas entre las rosas con intenciones diversas.

De todas formas, no parecía a primera vista que las plantas de allí tuvieran demasiado de especial.

Seguí buscando, no obstante.

*se queda*

Hacía un día precioso... y yo me dirigí a los jardines para poner en orden mis pensamientos... de repente ví a Alehyss buscando algo entre las flores y fui hacia ella sigilosamente para darle un amistodo susto... jijiji sería divertido, después de lo del cuaderno...
Me dirijí a hurtadillas a su espalda y le puse las manos en las caderas y grité:
-TE PILLE!!!

Me vuelvo al instante con una mirada capaz de asesinar mientras todo mi cuerpo se tensa y mi mano se acerca a mi arma para tomarla, pero...

Me relajo un poco al verle la cara.

- Hola...

Lo miro fijamente. ¿Quiere morir y por eso me ataca por la espalda?

- ¿Necesitas algo?

Pongo cara de desaprobación, y pongo mis manos en mis caderas:
-Joer, menudo humor guapa, ni que tuviese cara de vilador- dije con una sirita- ¿que buscabas? ¿o es tan secreto que no me lo puedes contar? ¿quizas es una carta de amor? jajajaajaja- al decir la palabar amor, me acuerdo de los dibujos y lo que sucedio por su culpa... Rick... pobre... mi cara se entristece de un momento a otro...

Desde luego, no tiene cara de violador, pero... Sí de violable. Aunque, por supuesto, no seré yo la que lo haga.

Suspiro y regreso mi mirada a las flores. Amor. Siempre amor.

- Estaba mirando las plantas.-. Respondo-. Me preguntaba si habría alguna fuera de lo común, pero por ahora solo he visto plantas normales.

-bua!!!!!!!!!!!!!!!! COMO MOLA! ¿puedo ayudarte? porfi porfi porfi porfi porfiiiiii - dije abriendo mis ojos como platos- necesito despejarme, ¿sabes? oi casi le rompo los dientes a Rick y estoy un poco estresado... quiero relajarme y este es un muy buen plan.

Alzo las cejas. ¿Casi le rompe los dientes a Rick? No sé qué pensar de esa información... ¿Se refiere a que se pelearon? Sea como sea, Rick Dehnel me da igual, aunque... Realmente tengo ganas de encontrármelo.

Asiento.

- Adelante. No creo que a las flores les importe.

¿No creo que a las flores les importe? ¿Qué es eso Alehyss? ¿Un chiste?

Patético...

- Comprendo...

Era difícil de creer, sobre todo teniendo en cuenta la constitución de armario del flamma, pero de alguna forma sentí un agradable cosquilleo recorriendo mi cuerpo al enterarme de que la causante de eso era yo. Indirectamente había hecho que el flamma, como mínimo, tuviera un dolor de cabeza.

- ¿Y él no te hizo nada? Es inmenso y pareces estar completo...

Bueno... Casi. Seguía faltando su oreja.

-bueno, aquí donde me ves, no soy taaan cobarde... le dí su merecido a ese lagarto... parece una nena cuando lo aprietas un poco... es todo carcasa...
Tristán salió de mi mochila y se posó en la cabeza húmeda de Alehyss... por lo visto le gustaba aquella chica, porque se puso muy juguetón derrepente..

¿Todo carcasa? No puedo evitar imaginarme el enorme cuerpo del flamma como una armadura de la cual sale cada noche un esquelético Rick Dehnel, pero sé que eso no era así. Lo primero que hizo al verme fue atacarme, y lo primero que hizo al quedarse desarmado fue atacarme. Es estúpido como un karnikarsh, y bruto como el mismo karnikarsh, pero no es un cobarde. Tal vez la estupidez lo hace, de alguna forma, valiente.

Sin embargo eso no es asunto mío.

- Es una suerte que no te haya roto nada, en ese caso.-. Lo miré. Realmente no parecía que quedaran muchos lugares en su cuerpo en los que pudieran dibujarse nuevas cicatrices-. ¿No temes que algún jefe tome medidas por el escándalo?

Mientras hablo, tomo al dragoncillo en mi mano distraída y lo rozo con los dedos.

-¿Jefes?... pche, van de guais pero no son para tanto... supongo que Aren no me volverá a pegar de la forma tan brutal como lo hizo la primera vez, puesto que el solo pretende enseñarme, ¿sabes? es muy buena gente en el fondo... lo que pasa es que le gusta demasiado el poder, y su ego... bueno, creo que su ego es más grande que todo Fulmen jajajajajaaj..., para mí es una especie de tutor, o algo así....- miro al suelo, suspiro y me sonrojo mucho...- un tutor del que estoy muy orgulloso - digo por lo bajo...

-En cuanto la imbécil de Blues... Bueeno, esa pobre mujer morirá un día de estos... creo que tiene una úlcera en el estómago de lo amargada que esta... una persona no puede acumular tanta bilis junta... supongo que no me hará nada si no se entera...
-Y los otros jefes... bueeeno, se puede decir que son un poco pasotas... la mayoría van a su bola y no se preocupan en educar... el único líder decente es Aren...
-Además... tampoco hemos montado tanto escándalo, simplemente yo amenacé a Rick, que el pobre por cierto, estaba pidiendo clemencia, ya que lo tenía acorralado... no voy a permitir que los espías anden a sus anchas por este noble castigo... voy a tener que vigilarle muy de cerca... quizás esté filtrando información al enemigo ese imbécil... Menos mál que te tengo a tí, ee? si no..AUU!!!! ME HE PINCHADO CON ESTA ROSA! jo...como... duele...
Me quedé chupándome el dedo y mis ojos se humedecieron por el dolor... se me habia metido el pincho asta el fondo del dedo

Sí... Menos mal que me tiene a mí... Si él supiera. Lo que me sorprende es que critique a todos los jefes con esa tranquilidad (exceptuando a Aren, al que adora), pero de todas formas no es asunto mío. Si quiere insultar a los jefes en sus mismísimas caras no seré yo la que se lo prohíba.

En cuando a lo de Dehnel... Es demasiado estúpido para filtrar nada a nadie. Seguramente siga por ahí montándose sus historias fantásticas de héroes y asesinos.

- ¿Estás bien? -inquiero serena en cuanto lo veo chuparse el dedo que se ha pinchado. Es una mera formalidad-. Es lo malo de las rosas, aunque creo que a la gente le gustan las rosas precisamente por las espinas.

¿Dónde está, acaso, la gracia de una rosa sin espinas?

-SI, bueno, creo que estoy bien...
Entonces me doy cuenta: Rick nos está espiando por la ventana...
me acer co a Alehyss y le susurro al oido:
-Al,creo que Sir Lagartija nos está espiando desde aquella ventana... miralo, pero disimuladamente. ¿Ves como ese no trama nada bueno?

¿Al? Frunzo ligeramente el ceño. Como mucho, mis más allegados, y con eso me refiero a personas muy cercanas, han llegado a llamarme Ale, pero Al... Tiene una letra menos por lo que por la fuerza ha de ser más desvergonzado. No obstante, al mencionar lo del flamma no puedo evitar olvidarme de que se ha sobrepasado. Dirijo una disimulada mirada fugaz a la ventana y compruebo que, efectivamente, estamos siendo observados.

- Mejor será que nos alejemos de aquí- digo a Kettleburn, y ambos comenzamos a caminar.

No puedo evitar, sin embargo, lanzar una última mirada de prepotencia al flamma antes de quedar fuera de su campo de visión. Y con ella, una sonrisa de suficiencia.

*se van*

Humm Jardines... Iluminado, tranquilo y al aire libre, una gran lugar para cenar a solas.

Me siento en una de las mesitas de piedra que hay por allí repartidas y dejo la comida. Agarro un bocadillo y miro al cielo.

-Buen provecho -Hago un amago de brindis con la comida y doy el primer bocado.

*se queda*

Llegué a los jardines, tras haberme dado un baño en el baño de las chicas. Me había despertado hacía un rato, así que estaba realmente bien. Al salir del Palacio, estiré los brazos y observé los exteriores. Ya era de noche. Sonreí. Me gustaba la noche. Era la parte del día que más me gustaba. Además, a esas horas no solía haber demasiada gente fuera, por lo que no me encontraría con algún indeseable como el piscis del otro día.

Comencé a caminar, pensando a dónde podría ir. Me apetecía dar una vuelta. O tener una buena conversación con alguien simpático. Heylel y Rick eran simpáticos. No me importaría encontrarme con ellos. O con Sanae. No la había visto desde el día que llegó. Me pregunté dónde estaría. Ladeé la cabeza. Tal vez estuviese entrenando o investigando el lugar. Me encogí de hombros y continué caminando.

Llegué a los jardines. No me había parado ahí antes. Normalmente solía dar vueltas por el bosque (lo que había provocado que, durante los primeros días, me hubiese perdido un poco), pero los jardines parecían agradables. Escruté el lugar. Había algunas mesas (supuse que para comer) y, en una de ellas, había un aether. Me acerqué un poco más, para poder descubrir la identidad del aether. Tras dar un par de pasos más, sonreí. Ahí sentado estaba Heylel. Me aproximé hasta su mesa y, cuando estuve a unos escasos metros de él, alcé la voz.

— ¡Hola! — Ensanché la sonrisa —. ¿Qué tal?

Después de un par de bocados a mi bocadillo oigo una voz conocida y giro la cabeza.

-¡Ah, hola, Inger! -Sonrio, abriendo un ala. tengo las manos ocupadas. -Ven, ¿tienes hambre? -Pregunto ofreciéndole los bocadillos. Iban a sobrar casi todos, si yo con uno ya ceno...

Ensanché aún más la sonrisa y me acerqué al aether. Luego tomé asiento en frente suya.

— Puedo sentarme... ¿No? Si molesto, dímelo...

Heylel estaba cenando. Tenía un montón de bocadillos al lado suya. Me ofreció uno. Yo negué con la cabeza. La verdad es que no tenía demasiada hambre. Tal vez más tarde le robaría uno.

— De momento creo que voy a rechazar la oferta — coloqué un mechón de pelo detrás de una de mis orejas —, pero gracias —. Sonreí. Luego recordé que no le había agradecido con propiedad lo que había hecho ayer—. Y gracias también por lo de ayer — sonreí con timidez —. ¡No sé lo que hubiese hecho sin ti!

No lo sabía y tampoco quería saberlo, la verdad.

Niego con la cabeza cuando pregunta si molesta ya que intento tragar el bocado que acabo de dar. Cuando lo trago, continuo:

- Como quieras -.Comento cuando rechaza el bocata. -Si te apetece uno, ya sabes.

Cuando se sienta vuelve a agradecer lo de ayer y yo miro a otro lado. Tanto agradecimiento... ¿Será por la vergüenza que le da decir que no llegaba en buen momento? Igual no estaba preparada y Dehnel... Y por eso el error de...Bah, calla Heyl.

-Humm... Oye, de verdad no quería molestaros ayer. Sé que cuando uno está en un palacio con tanta gente es difícil encontrar intimidad y justo voy yo y se me da por rondar a esas horas... -Me daba algo de cosa disculparme por eso porque al fin y al cabo, eran cosas de pareja...

Me reí con suavidad al escuchar sus palabras. Lo cierto era que era difícil encontrar intimidad. Yo lo había comprobado ayer, cuando, de pronto, me encontré en ropa interior en el lago al lado de dos hombres. ¡Pero eso no era un motivo para disculparse! Para empezar, Heylel se había perdido, por lo que tenía sentido que hubiese acabado en el lago. Y para seguir, yo no me di cuenta de que Rick estaba ahí hasta que me cogió la muñeca (bueno, realmente me di cuenta de que era el flamma un poco más tarde).

Heylel había dicho molestaros. A lo mejor pensaba que Rick también se había sentido cohibido. Eso también tenía sentido, aunque supuse que el flamma no se lo tomaría a pecho. No parecía de esa clase de personas que se toman todo a la tremenda.

Sonreí y negué varias veces, con la cabeza. Pobre Heylel. ¡Se estaba atormentando por un error tal y como había hecho Rick ayer! Pobrecitos. Pero si apenas podía ver algo...

— No te preocupes. No me molestó. Entiendo que te perdieras... — le miré a los ojos —. Además, era de noche y casi no podías ver nada... — Me encogí de hombros —. Así que no te preocupes. La cosa quedará entre nosotros tres y no pasará nada. Seguro que a Rick no le molesta.

"Que te perdieras" Sí, claro, menuda disculpa.Jope. que no me preocupara de nuevo. Bueno, parecen una pareja bastante libertina si tan alegremente se lo toman.

- Bueno, está bien -. Entonces recuerdo que desde que nos vimos en el obsevatorio y se sonrojó no ha pasado tanto. - Y, si no es mucho preguntar... ¿cuánto lleváis? En el obervatorio ahí ahí estábais, ¿no? Aquel rubor... -La miro con cierta picardía. aunque quizá soy demasiado irrespetuoso.- Bueno, Rick es un buen chico.

Ladeé la cabeza, sonriente, al escuchar las palabras de Heylel. ¿Rubor? ¿De qué rubor hablaba? No recordaba haberme sonrojado delante suya... O al menos no por algo importante. Y tampoco estaba segura de lo que quería saber con su pregunta. ¿Cuánto llevábamos? ¿ Llevábamos de qué? Fruncí ligeramente el ceño, meditando. Lo único que lograba entender era su última frase: Rick era un buen chico. Por lo demás, parecía que se me escapaba algo...

Entonces en mi mente apareció algo que podría tener sentido. Heylel me preguntaba desde cuándo nos conocíamos Rick y yo. Asentí varias veces, con los ojos cerrados. ¡Menuda forma más rara de preguntarlo! Pero, bueno, a lo mejor los aether preguntaban así las cosas. Esa interpretación también se relacionaba con su siguiente frase. "En el observatorio ahí ahí estabais". Claro. Heylel debía de saber que yo conocí a Rick cuando él se desmayó y, por tanto, decía ahí ahí porque Rick aún no me conocía. En ese caso no se podía hablar de conocernos, sino de conoces.

Suspiré y esbocé una sonrisa. Para la próxima vez podría preguntarlo de una forma más normal.

— Pues... Yo lo vi cuando llegué, pero no hablamos hasta pasadas una semanas. No sé cuantas... Tal vez dos, tal vez tres — Ensanché la sonrisa —. ¡Pero sí que es simpático! Además es muy gracioso, ¿no crees?

Vaya, amoríos rápidos, que cosas. Bueno, ya desde el principio Inger me había parecido muy de enamoramiento de cuento de hadas. Pobrecita, si Rick le rompía el corazón lo pasaría mal...

-Sí, es muy agradable. Aish, sí. Lo mejor es la ilusión del principio, ¿verdad? -Pregunto de enamorado a enamorada. -Pero tienes que tener las cosas claras, o te puedes llevar un chasco. la rutina no debe romper los lazos -.Comento con un dedo en alto, como un auténtico estudioso del amor. -Jo, que envidia... Si yo pudiese estar con mi mujer -. Sonrío y apoyo la cara en las dos manos. Seguro que con los mofletes subidos parezco un crío.