Pasillos

—¡Me alegro! Lo cierto es que a Milton le hacía falta un amigo... aun que en su corta vida ya ha cautivado el corazón de muchas cerditas como él... en el fondo es un rompecorazones, aunque pretenda negarlo — comenté jocoso. Milton me odia en estos momentos, pero no puedo evitar ponerlo en evidencia.

Me vuelvo a poner el sombrero, mientras oigo sus preguntas.

—¡Oh! Un interrogatorio... ¿para quién trabajas? ¿eres uno de esos cobradores de morosos? ¿O eres un... ... — digo mirando a todas partes.

Me acerco a una ventana. La abro. Me asomo y grito.

—¡¡¡¡YA OS HE DICHO QUE NO TENGO EL CALIZ DE MON'DIVARD!!!! ¡¡¡¡MALDITAS SABANDIJAS!!!!.

Cierro la ventana de sopetón.

—mmm... no, no debes ser de esos. Puede que me haya precipitado. — comento riendome, al fin y al cabo ese chico no parecía sospechoso. — A ver... mmm... mi arma es mi sesera, llevo solo unos días por aquí y, a pesar de ello... ¡¡¡ya me gusta mucho Brontë!!! ¡¡¡jaja!!! Es un lugar muy interesante, sin duda. Estoy deseoso por conocer todos los misterios que alberga este aclamado pala...

!!!!!!

Justo entonces un parvus cae del techo, dandome un susto de muerte. No podía creer lo que mis ojos veian. Juraría que es el lider parvus, pero no las tenía todas conmigo. Nos da las buenas noches, se limpia la ropa y alaga a Milton.

—¡G-gracias! — comento todavía perplejo.

-Jajajajaja Milton ¿es cierto eso? Jajaja Collin eres muy divertido.

Entonces se me cae la boca al suelo y sonrío nervioso al ver su reacción ante mis preguntas... eeeee... a este tio le falta un hervor...

-Oye... que no soy un espía- digo nervioso- ademas, ¿que es eso del caliz ese?

-La sesera? ¿no tienes armas? yo si, mira. digo sacando a Altheda, mi daga de su funda. ¿Te gusta? es maravillosa.

Entonces noto como algo cae sobre nosotros. Frunzo el ceño y salto hacia atrás con Altheda en una posición defensiva mientras conjuro un Aquaerum para lanzarlo contra mi enemigo, pero.... NAGOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOORRR- digo deshaciendo mi hechizo y tirando mi arma al suelo para saltar sobre el. ¡¡¡CUANTO TIEMPO!!! ERAS UNA ROCA! que maravilloso truco! jajaja Mira Collin, este es el jefe Nagorr. Es uno de los mas geniales de todos. ES EL AMIGO DE AREN! - digo con brillos en los ojos.



Tristan deja de cotillear a Milton para saludar a Nagorr efusivamente, lanzando llamas azules a su alrededor.

Agarro a Silvanos, que salta sobre mí, y lo abrazo efusivamente. Pese a ello, sus pies siguen tocando el suelo.

- ¡Cuanto tiempo, sarrdinilla! Y hola a ti también, drrragón pequeño.

Una vez el piscis me deja libre, me acerco al nuevo. Collin, parece ser. Lo observo desde todos los ángulos posibles y luego sonrío algo siniestro.

- No vienes a causarrr prroblemas, ¿verrdad?

El joven Silvanus lo saluda efusivamente como "Nagorr", confirmando mis sospechas. Sonrio, viendo lo bien que se llevan. Nunca me habría imaginado que un jefe de raza como el fuese tan amable con la gente del populacho.

Entonces se dirige a mi.

Me mira...
Noto su mirada por todas partes...
Me tenso, poniendo una mueca entre nerviosa y rara.

Finalmente me pregunta aquello.

—¡No señor! ¡Claro que no! Solo vengo a formar parte de esta magnífica iniciativa. No tengo intención alguna de causar molestias, y si las causo... ¡¡¡que me cuelguen!!! — dije dejándome llevar por el dramatismo, con las manos en el pecho posando una rodilla en el suelo finalmente.

No obstante no tardo en recobrar la compostura.

—Por cierto, es un honor conocerle, señor Brumm. — digo sonriente haciendo una reverencia.

-Tranquilo Nagorr, he estado hablando con el desde hace un buen rato y parece buen tipo.- digo recogiendo a Altheda del suelo. -No creo que sea una mala persona.

Entonces cojo a Milton por las mejillas- Como va a ser malo el dueño de esta preciosidad? - digo sin dejar de achuchar a Milton.

-Aunque... digo pensativo. Si el lider parvus sospecha de ti... no se que hacer... -digo indeciso- ¿y si eres un espía?- digo amenazándolo con mi daga. - Un lider huele a los mentirosos- me había caído muy bien, pero lo que diga Naggor y Aren, es palabra de Mithos y yo las obedeceré.

Parece que Collin no es un vago o un maleante que solo viene a comer gratis y beneficiarse a las guerreras de Brönte. Excelente. Calmo a Silvanus antes de que suceda una catástrofe.

- AJAJAJA, trranquilo, pezqueñín, que porr ahorra no sospecho de él. Confío en sus palabrras. Porr mí erres bienvenido, Collin.

Además, el chico sabe mi nombre. Sabe quién es importante. Casi lleno mi pecho de aire con orgullo, pero lo dejo para otro momento. Ahora mismo no es situación de ponerse a presumir como un vulgar gallo.

- Y encantado también de conocerr a tu cerrdito. Yo tengo un amigo parrecido en casa. Quizás algún día lo trraiga al Palacio parra que hagan buenas migas AJAJAJA

Tras mi discurso Silvanus me defiende dando una buena imagen de mi, por lo que sonrio... pero en cuanto comienza a acusarme enseguida cambio a una completa cara de desagrado.

—(Maldito criajo... ¿como se atreve a decir que soy un espía? ¡SE SUPONE QUE ÉL ERA EL ESPÍA! Y puede que lo sea... sí sí... debo replantearmelo...) — pienso, pero entonces el líder aclara que realmente no me toma por alguien sospechoso.

Me rio tras su ultimo comentario.

—Vaya, pues muchas gracias señor. — digo sonriente, y entonces suspiro de puro alivio. No me habría agradado en absoluto haberle dado una mala imagen a un lider. Como si no tuviese suficiente gente me acusa injustamente... sentí la necesidad de subir a lo mas alto de una montaña y gritar a pleno pulmón: ¡¡¡¡SOY BUENA PERSONAAAAA!!!!

Me imaginé a Milton mirándome mal en la cima de aquella montaña, por lo que pensé en añadir: ¡¡¡¡¡Y MILTON ES UN BUEN GORRINOOOO!!!!!

Relajo los hombros y aprieto los labios en una sonrisa. No había razon para enfadarse, por lo que abrazo a Collin. ¿me perdonas?- digo serio, esperando a que lo hiciera.

-Nagorr,- digo ahora dirigiéndome a el- ¿Ha tenido noticias del señor Aren? es que su mujer parecia enfadada. - hable con el, ¿quiere? no quiero que se meta el problemas por mi culpa... digo con la cabeza gacha.

Despues de hablar con el, me dirijo a Collin de nuevo. - Oye, Collin, me gustaría entrenarme contigo. Eres un hombre bastante adulto. Seguro que te guardas ases bajo la manga... y quiero aprenderlos todos! aunque bueno, yo también se hacer algunos trucos- digo chulito. - espero encontrarme contigo de nuevo, ¿vale? no perdamos el contacto. - digo tendiendo una mano amiga.

¿Estara bueno? ¿tendrá abdominales? parece flacucho... aiiiii todos los hombres deberían ser como Aren o como el chico del bosque... o bueno...

Miro a Nagorr de reojo.

Dormir con Nagorr tiene que ser muy calentito...

Las palabras del piscis me recuerdan a mi buen amigo Aren. Por desgracia, no lo he visto recientemente. Y ojalá lu hubiera hecho, la verdad.

- No, lo siento. No he podido hablarr aún de los prroblemas que tiene con su señorra porrque últimamente no nos hemos visto, perrro esperro poderr hacerrlo prronto. Consuélalo tú si lo ves, ¿vale? -. Río. No creo que eso sea exactamente lo que quiere Aren, pero bueno.

Me vuelvo entonces hacia el claritas y le sonrío.

-Bueno, chicos. Yo me voy ya, que soy un hombrrecillo muy ocupado. Esperro verros prronto entrrenando durro, o pateando muchos culos oscurros y malvados AJAJAJAJA

Hago una pronunciada reverencia, y justo cuando la punta de mi barba va a tocar el suelo, desaparezco.

*se va*

Silvanus me abraza y me pide que le perdone.

Sospecho.

—Claro que sí, jejejeje... simpático. — le digo hablando con los labios muy apretados, con un tinte de falsedad en mi voz y una sonrisa medio maleficiente, mientras le doy pequeños golpecitos en la cabeza, como si acariciase a un chucho.

Mientras él y Nagorr Brumm hablan pienso en la verdadera identidad del supuesto "Silvanus". En las intenciones que realmente tiene, en quien diablos puede ser, en como ha conseguido a ese dragoncillo tan cuco... y en muchas cosas.

Entonces Nagorr se despide y desaparece de una forma muy peculiar.

—Fascinante... — murmuré. Finalmente nos quedamos a solas el joven y misterioso piscis y yo. Cojo a Milton en brazos.

Saco mi reloj de bolsillo y lo miro, guardándolo instantaneamente.

—Bueno Sisil. Me temo que es hora de hacerle la "paticura" Milton, así que nos despedimos. — Me habría encantado poder despedirme de una forma tan espectacular como la de Nagorr, pero mi magia no da para tanto, por desgracia.

—Venga. Hasta otra pequeñuelos. — digo hechando a andar mientras me despido con una mano. En cuanto doblase la esquina hecharía a correr para que no me siguiese.


*se va*


off-rol: me lo he pasado muy bien :3 pero he de irme. Chao~

Asiento y me despido de Nagorr primero y despues de Collin. A pesar del contratiempo, me ha caido muy bien. Espero vvler a encontrarmelo. Ha sido un gran día.

^*se va*

Recorro los pasillos mirando a los lados con curiosidad. Una nueva vena ligeramente traviesa ha brotado en mí.

- ¿Vamos al comedor? -. Miro a Lyam de reojo y sonrío burlona-. ¿O prefieres ir a las escaleras de caracol? Quizás te apetezca más pasar por la sala de entrenamiento...

A mí me da igual a dónde ir siempre y cuando no sea la biblioteca. Ese sitio es tabú.

Rió con ironía al escuchar los comentarios de la chica.

—Qué graciosa... — murmuró, irónico. Luego esbozó una sonrisa jocosa y miró a la chica —. Las escaleras de caracol no... ¿Pero el observatorio te vale?

Cuando la chica asintió, el chrysos ensanchó la sonrisa y ambos se dirigieron al observatorio.

*se van*
FDR. D:
;___________; salvadme

Caminaba por los pasillos seguido por Bred, que ahora estaba despierto y de relativo buen humor, ya que estaba muy entretenido inspeccionando su nuevo hogar.

-¿Te gusta Bred? es un lugar grande, asi que no te pierdas, ven a mi lado. El boro puso cara de autosuficiencia como dicendo: "ya lo se, gili" y continuó caminando detras de mi.

*se va*

Caminaba por los pasillos al azar, sin dirigirme hacia ningún punto en concreto. Aunque mi ritmo de marcha era lento, había una determinación en mis pasos que no se correspondía con la ignorancia de mi destino. Esta determinación me hizo ir elevando la velocidad de mis pasos lentamente, al tiempo que iba trazando una pequeña sonrisa en mi rostro, que aumentaba al ritmo de mis pasos. Cuando la rapidez de mis pasos avanzó lo suficiente, sustituí el andar por un leve trote, que fue in crescendo hasta convertirse en una carrera. Notando un leve dolor en las costillas y el aire golpeando mi cara, abrí la boca para soltar un largo grito, que me acompañó en mi cada vez más acelerada carrera.

*Se pierde por los pasillos*

FdR.: Cuando digo "se pierde", quiero decir que no voy a estar. Si alguien postea, puede decir que la vio pasar, porque por ahí anda, pero no voy a seguir el roleo xD

Paseaba por los pasillos, sin un destino concreto. No sabía a dónde quería ir, ni tampoco qué quería hacer, así que me limitaba a avanzar sin fijarme demasiado del rumbo que tomaban mis pasos. Llevaba un par de días bastante aburrida, sin hacer nada. No leía (había decidido apartarme un poco de los cuentos), no me encontraba con nadie (excepto con Rick), no entrenaba... Parecía que mi día consistía en dar vueltas por los pasillos.

Suspiré. La cuestión del entrenamiento tendría solución, pero prefería no tener que hacerlo sola...

*se queda*

Corria por los pasillos como un loco en busca de un baño, no sé por que, pero a estas horas siempre me entraban las ganas de hacer mis necesidades y para mi desgracia los baños no quedaban muy cerca de las habitaciones. Tenia prisa e iba corriendo a toda pastilla por los pasillos, pero derrepente choqué con una figura femenina, digo yo que seria femenina, por que noté su pecho blandito. Salí disparado hacia atrás al chocar con ella y me imaginé que ella también habria salido disparada, me dí un buen golpe. Cuando levanté la vista ya en el suelo la ví. Era Inger, hacia mucho tiempo que no la veia ¿Qué tal le iria con Rick? ¿Que hacia paseando a estas horas de la noche? Rapidamente me levanté y aun con las ganas de hacer mis necesidades encima, le estendí la mano y le dije:

-¡Uy! Disculpe, señorita. Esperaba que aceptase mi mano y se levantase ¿que otra cosa podia hacer? le habia pegado un buen golpe, todo por mi culpa, por correr por los pasillos y mira que me lo decian mis padres de pequeño... y nunca les hice caso...

En mitad de mi camino, alguien chocó contra mí, haciendo que cayese al suelo. Fruncí el ceño, molesta, y busqué, todavía en el suelo, al bruto que me había tirado. Al encontrarle, alcé ambas cejas y parpadeé. Ahí, en el suelo, estaba Runek, un flamma al que había visto una única vez (y del que conocía el nombre gracias a Rick). Suspiré e, ignorando la mano que ahora me tendía el chico, me levanté. Luego ladeé la cabeza hacia la derecha y esbocé una tímida sonrisa.

—Cuánta prisa, eh... — murmuré, con un ligero tono burlón en la voz. Estiré los brazos y ensanché la sonrisa —. ¿Qué tal?

Pese a que me había hecho un poco de daño, me alegraba de haberme encontrado con él. Al menos así podría hablar con alguien y dejar de caminar sin rumbo.

Me quedé como un idiota con la mano estendida mientras la chica se levantaba, me miraba y esbozaba una sonrisa. Giré la cabeza lentamente para mirar a Inger mientras recobraba mi compostura. Me sacudí la mano en el lateral del pantalón y metí la mano en el bolsillo.
Despues Inger se estiró y me preguntó que tal estaba, a lo que respondi.

-Bien... Y miré a Inger con un cierto tono de preocupación en mi cara. Es que, en realidad no estaba bien, por que me estaba aguantando las ganas de ir a hacer mis necesidades...

Pero entonces me acordé del extraño sujetador perdido. Y miré a los pechos de Inger haciendo las medidas exactas visuales para ver si el sujetador encajaba con ella... pero no resultó, el sujetador perdido que yo tenia parecia demasiado grande en comparación con los pechos de Inger... Desvié la mirada hacia la oscuridad del pasillo y le dije a Inger.

-Bueno... no es que lleve prisa es que... estooo... me gusta hacer ejercicio por la noche. Bien, la volví a cagar, por que mientras decia eso me movia como si me orinase. Tengo que dejar de comer y beber como un cerdo... estas cosas pasan factura...

-FdR Pobre Runek siempre se está meando o cagando xDDDDD o rebozado en el barro, joder es un cerdito =3 xDD

Sonreí y clavé mis ojos en los suyos.

—¡Me alegro! — exclamé, ensanchando la sonrisa —. Yo, la verdad, estaba un poco aburrida, así que me ale...

Dejé la frase a medias y fruncí el ceño al notar cómo sus ojos se desviaban. Siguiendo su trayectoria, bajé el mentón, pegándolo al cuello, y observé aquella parte de mi cuerpo que él también estaba mirando. Fruncí el ceño, sonrojada, y alcé la cabeza. Apreté la mandíbula. Él dijo algo acerca del ejercicio, o algo así, pero, honestamente, no le estaba escuchando. En aquellos momentos, sólo estaba...

—¡¿Qué estabas mirando?! — pregunté, con las mejillas azoradas.

Ay... mierda, se habia dado cuenta de que le eché una ojeada sus pechos... Esperaba que no le sentase mal... solo pretendia analizarla, echarle un vistazo y comparar, para saber si ese sujetador era el suyo... La otra vez que lo oculté la cosa no quedó muy bien y Tham se enfadó conmigo por no haberle dicho la verdad... asi que no quise meter la pata con Inger y se lo dije le dije la verdad. Fui tonto, pero se lo dije.

-Es que... ains... a ver como te lo explico...Me froté el cuello con cierto aire de preocupación, suspiré fuerte y proseguí con mis palabras.

Trague saliva.

-Tengo un sujetador perdido... que no sé de quien es... y claro, ir preguntando por ahi diciendo ¿Es tuyo? No queda muy... bien, que digamos, pensarian mal de mí y por eso... te estaba mirando... para saber si era tuyo... y eso... eeeh... ¿Lo entendiste? ... Me sonrrojé muchisimo, más de lo que jamás me habia sonrrojado, parecia un completo idiota al decirle eso y a la vez eso, parecia una excusa barata... seguramente no se lo creeria y pensaria que soy un jodido pervertido que se busca cualquier excusa por tonta que sea para mirarles los pechos a las chicas... Por desgracia. en estos momentos no tenia el sujetador para demostrarle que lo que decia era cierto...

Derrepente las ganas de orinar fueron más fuertes y apreté las piernas un poco y di un par de saltitos. Esperaba que lo tomase como parte de mi entrenamiento o algo así... ¿Como me iba a deshacer de esta chica? Además no queria tampoco dejarla con la palabra en la boca...

Crucé los brazos y clavé mis ojos en los suyos, esperando una respuesta. Cuando me dijo que tenía una explicación, alcé una ceja y reprimí un comentario irónico. Giré el cuello hacia la derecha, de forma que él me viese de perfil, y lo miré de reojo. Esperé, en silencio, y sin variar mi expresión facial, a que hablase.

Escuché su explicación en silencio, todavía con los brazos cruzados. Por lo que decía, me había mirado el pecho porque estaba buscando a la dueña de un sujetador que había encontrado en Palacio. Y, por sus palabras, parecía que no sabía absolutamente nada de la chica.

Alcé las cejas, giré el cuello y lo miré, con la curiosidad pintarrajeada en la cara. ¿Era aquello un misterio? ¿Una especie de juego extraño? Descrucé los brazos, y los flexioné de forma que quedaron a la altura de mi pecho. Cerré los puños. Esbocé una amplia sonrisa, que reflejaba una extraña emoción que sentía por dentro.

—¡¿Eso es un misterio?! ¡¿Necesitas ayuda?! ¡Puedo ayudarte!

Adoraba los misterios. De toda la vida había sido una chica bastante curiosa, así que, cada vez que alguien me comentaba que había encontrado algo extraño o fuera de lugar, no podía evitar que mi curiosidad aumentase hasta el punto de querer resolver el enigma plantado.

Vale... no sé si estaba soñando o esta tia era muy inocente y no pensaba mal de nadie... o simplemente las ganas de orinar ya me habian vuelto loco y estaba escuchando palabras sin sentido de la boca de la chica. Pero no, me froté los ojos a conciencia y ví que Inger realmente queria ayudarme a descubrir de quien era el sujetador... No podia creermelo... pero en fin, mejor eso que no que pensase que soy un pervertido.

Saqué la mano del bolsillo del pantalón me froté el mentón pensativo durante unos segundos, le agarré las manos y le dije::

-¿En serio me ayudarias? Quedaba un poco raro que un chico y una chica empezasemos a buscar a la misteriosa chica del sujetador gigante... pero bueno, peores anecodtas habia vivivo en mi niñez... Como aquella vez que encontré las bragas de la panadera en una mina de las que trabajaba... que verguenza pasé al descubrir que era de ella, de esa señora gorda fea y con un grano en la cara, no parecian bragas, parecia una manta de grandes dimensiones... En fin, prefiero no recordar esos momentos...

-Me alegro de que quieras ayudarme. Le dije con una pequeña sonrisa.

-No es un gran misterio tampoco, pero me gustaria saber de quien es el sujetador. Reflexioné en voz alta.

Las ganas de orinar cada vez eran más fuertes... no sabia si podria aguantar mucho más...

Asentí enérgicamente. ¡Claro que lo ayudaría! ¿Cómo no hacerlo? Aquello era, sin duda, una de las cosas más divertidas que me había pasado en toda la semana. Y era, además, una de las cosas más curiosas que me habían pasado desde que había llegado a Palacio. ¡¿Cómo no iba a ayudarle?!

—¡Claro! — Separé mis manos de las suyas, y volví a cerrar los puños. Fruncí ligeramente el ceño y esbocé una amplia sonrisa —. ¡Es una de las cosas más curiosas que me han pasado desde que estoy aquí! ¿Cómo no ayudarte? — Ensanché la sonrisa. Dejé escapar una suave carcajada —. A... Además... Tiene su gracia... ¿No? Yo le veo su gracia... Quiero decir... — Me pasé una mano por la nuca —. Es bastante... — Reí —. Embarazoso, ¿no? — Fruncí ligeramente el ceño —. O tal vez esa no sea la palabra... — Negué con la cabeza —. El caso, — clavé mis ojos en los suyos —, que te ayudo.

Cuando me sonrió, le devolví el gesto. Luego me pasé una mano por el cuello y fruncí, de nuevo, el ceño. Cerré los ojos y reí entre dientes.

—Claro que es un misterio. — Lo miré de reojo y torcí una sonrisa —. Y quieres saber quién es su dueña porque esto es tan extremadamente llamativo, es tan raro y está tan fuera de lugar que no puedes evitar sentir una especie de curiosidad en tu interior, que hace que quieras saber quién es la despistada que se ha olvidado su sujetador en alguna parte de Palacio. — Suspiré y ensanché la sonrisa. Luego clavé mis ojos en los suyos —. ¡Pero no te preocupes! Es normal... — Fruncí ligeramente el ceño—. O al menos a mí me parece normal... — Reí —. E... El caso, esto es como cuando te encuentras un libro tirado en la calle, o como cuando te encuentras con un paquete que no es tuyo en la puerta de tu casa... ¡Es un completo misterio! — Sonreí y desorbité ligeramente los ojos—. ¡Y, como siempre que te encuentras en esas situaciones, tu deber es resolverlo! Así podrás dormir en paz y no pensarás que te estás quedando algo que no es tuyo... — Lo miré. Difuminé un poco mi sonrisa —. ¿No...?

FdR. "Gowd, estoy en éxtasis"
xDDD

Desde luego la chica estaba emocionada, empezó a hablar y hablar y hablar... Y yo solo tenia ganas de ir al baño y no me dejaba... así que no me quedó más remedio que escuchar lo que me decia, pero ya no aguantaba más. Estaba pasando por una situación dificil, es una de estas ocasiones donde quieres que la persona termine de hablar pero nunca termina... hasta que finalmente dijo ¿No...? y terminó.

Automaticamente me llevé las manos a mis partes privadas y le respondí:

-¡Si, mañana hablamos e investigamos y daremos con el paradero de la chica que perdió el sujetador! Ahora yo tengo que... ¡Seguir entrenando! Dí un pekeño salto y salí como alma que lleva el diablo a toda velocidad por el pasillo sin pararme a pensar que habia dejado un poco en shock a la chica, por mi huida repentina, pero no aguantaba más tenia que llegar a los baños o me meaba allí mismo y no creo que fuese muy agradable de ver... Supongo que después de eso la chica se fué ya que después de haber ido al baño pasé otra vez por los pasillos y no la ví, así que me dirigí a mi habitación, necesitaba dormir. Era tarde y no estaba acostumbrado a trasnochar.

*se van*