Pasillos

Paseo sin prisas y sujetando mi bastón firmemente. Estoy un poco preocupado, pero parece que aquellos dos tipos no han vuelto y... quizás, solo quizás se hayan olvidado de mi.
Me encojo de hombros y suspiro.

*pasea*

Paseaba por los pasillos, bostezando. Acababa de despertarse de la siesta que se había echado (sin querer, claro) y ahora caminaba en busca de algo que hacer. Llevaba unas cuantas semanas con el horario ligeramente "descolocado": se acostaba tarde, se despertaba temprano y por la tarde dormía (aunque intentase evitarlo, siempre acababa durmiéndose en el sofá de la sala común).

Bostezó de nuevo, se pasó una mano por el pelo, que ya no era azul, sino negro (se lo había teñido hacia un par de días), y siguió caminando.

*se queda/pasea/buh*

Atravieso los pasillos, deseando tumbarme en la cama y relajarme, cuando veo venir a Lyam.

Antes lo digo...

- Hola -me apresuro a saludar, algo seca. No me apetece hablar mucho más hoy.

Lo miro, deteniéndome a un par de escasos metros.

Al doblar una esquina, se encontró con Alehyss, a la que no veía desde hacia bastante. Dio un par de pasos hacia delante, reduciendo la distancia entre ellos, y sonrió.

—Hola... — Ensanchó la sonrisa —. Cuánto tiempo... ¿Cómo has estado?

A pesar de que preguntaba "cómo has estado", lo que realmente le interesaba era dónde había estado. Pero no veía adecuado preguntárselo en ese instante. Más que nada, porque quedaría bastante raro que eso fuese lo primero que le preguntase tras días sin verse.

Me relajo un poco. El cansancio me hace tener un humor poco aconsejable, y el encuentro con Rais ha hecho que llegue más tarde de lo esperado, de forma que no estoy muy contenta con la hora que es, pero él no tiene la culpa.

No obstante, me resulta complicado no resultar un poco cínica.

- Pues he estado lejos. Tenía unos asuntos personales que resolver-. Respondo a lo que no pregunta para acabar antes.

Lo miro de arriba abajo. Efectivamente, negro.

Pestañeo con velocidad y lo miro fijamente, esperando lo que viene ahora.

Rió. Pese a lo que le había preguntado, la chica había decidido ignorar su pregunta para responder (de una forma ambigua, cómo no) a lo que realmente le interesaba. Sonrió.

—Ni que fuese tan obvio que me interesaba dónde habías estado, por Mithos. — Alzó las cejas y se pasó una mano por el pelo, despeinándoselo, Luego miró a la chica de reojo —. ¿Y ya los has resuelto? Los asuntos, digo...

Se llevó una mano a los labios y bostezó. Parpadeó un par de veces y murmuró:

—Perdón...

Esbozo una sonrisa torcida, recordando al mago al que me acabo de encontrar. Su aparición ha conseguido que tenga más asuntos que resolver con Jager.

- Digamos que hasta hace un momento estaban resueltos, pero que ahora ya no.

Lo fulmino con la mirada, pero entonces bosteza, se disculpa y, de alguna forma, es tierno. Relajo un poco mi actitud.

- ¿Acabas de despertarte o es que tienes sueño? Seguro que te has pasado los días en la biblioteca o algo así...

Ladeó la cabeza hacia la izquierda.

—Vaya por Mithos... Pues a ver si los resuelves del todo.

Sonrió. Tal vez en otro momento le hubiese preguntado más cosas a la chica, pero en aquel instante no tenía ningún interés en los asuntos personales de la chrysos. Clavó sus ojos en los de la chica y, cuando esta volvió a hablar, rió.

—Acabo de despertarme — respondió, sonriente, al tiempo que se echaba el flequillo hacia atrás. Ensanchó la sonrisa antes de continuar —: Llevo un par de días acostándome tarde y levantándome temprano, así que suelo dormirme por la tarde. — Se encogió de hombros, todavía sonriendo, y luego se llevó una mano a la nuca —. Y, sí, he estado estos días en la biblioteca... — La miró de reojo y dejó escapar una suave risa —. ¿Tan predecible me he vuelto? Tsk...

Sonrió.

Esbozo una sonrisa.

- Igual de predecible que un hijo para su madre. Supongo, entonces, que no te irás pronto a dormir hoy tampoco.

Moevo el cuello a ambos lados mientras hablo, notándolo crujir.

En el morral de cuero, llevo mis libretas. He de evitar pensar en ello, pues Lyam me vió escribiendo en ellas hace ya mucho tiempo. Me gustaría saber qué importancia le dio a aquello.

Rió.

—Pues tendré que cambiar eso, digo yo...

Estiró los brazos y suspiró. Luego volvió a hablar:

—Pues no, no creo que hoy me vaya pronto a dormir. — Se encogió de hombros, sonriente —. Pero bueno... Ya solucionaré este desajuste de alguna manera... Como, por ejemplo, evitando dormirme por las tardes. — Rió entre dientes y luego susurró —. Aunque dudo que lo logre...

Miró a la chica y sonrió.

—Y supongo que tú te irás pronto a dormir, ¿no? Porque, supongo, acabas de volver y estarás cansada... Digo yo.

De reojo, observó el morral de cuero de la chica, pero no tardó en volver la vista hacia el rostro de la chrysos y en ensanchar la sonrisa.

Asiento a su pregunta, sin ponerme tensa, aunque su mirada a mi bolsa no me pasa desapercibida en absoluto. Cualquier tensión por mi parte podría hacerlo sospechar.

- Sí, de hecho pensaba irme ahora mismo.

Clavo mis ojos en él unos instantes. ¿Cómo de tenaz será?

Asintió un par de veces y volvió a sonreír.

—Bueno, entonces no te entretendré más y dejaré que vayas a dormir.

A pesar de que se preguntaba qué podía llevar en la bolsa, el chrysos decidió no hacer ningún comentario (hecho que, sin duda, iba en contra de cualquier tipo de política que pudiesen tener en su profesión) y se limitó a mirar a la chica, sonriendo.

—Ya nos veremos, supongo...

No respondo. Siento que lo que voy a hacer a continuación me va a humillar. No a sus ojos, por supuesto (espero), pero sí a los míos, a lso de Aren Darvenwish, Silvanus, Jager o cualquiera que mire en contexto y me conozca.

Sin hablar, inclino ligeramente la cabeza hacia abajo, acercando la barbilla al cuello. Desde esa posición, giro el rostro apenas siete grados a la derecha y desde esa perspectiva inferior lo miro, teniendo que alzar los ojos para poder mirarlo. Mantengo esta posición menos de un segundo y luego mis ojos pasan a enfocar velozmente el suelo. A estas alturas, el calculado titubeo debe de ser claro. Es el momento preciso para hablar, al fin.

- Sí, supongo que sí... -. Un calculado silencio parte mi comunicación en dos. Dos, uno... -. Me voy, entonces.

Le dedico una última mirada desde el contrapicado que yo misma he creado con mi posición corporal, la sostengo un instante, para que la perciba, y me doy la vuelta, dando a entender que me marcho ya.

- Buenas noches, Lyam...

Observó los movimientos de la chica con la curiosidad reflejada en la cara: miró cómo inclinaba la cabeza hacia abajo, cómo giraba su rostro hacia la derecha y clavó sus ojos en los de la chica, cuando esta lo miró. Tragó saliva y escuchó las palabras de la chrysos en silencio, sin apartar sus ojos de ella. Luego, cuando la chica se dio la vuelta, el chrysos torció el cuello y observó su espalda.

Carraspeó.

—Eh... ¿Entonces a dormir ya ahora...? — Chasqueó la lengua —. ¿No quieres que te haga compañía durante un... rato más...?

FdR. ê__e estoy de un espeso que no me lo creo ni yo xDDD

- ¡Qué caballeroso y espontáneo, Lyam! -exclamo, no pudiendo evitar que el sarcasmo tiña mis palabras, burlona.

Lo miro unos instantes más y sonrío.

- Si me esperas aquí un segundo...

Sin esperar a oír respuesta alguna, atravieso los pasillos hacia la habitación de las chicas.

*se va*

Frunció el ceño y entreabrió los labios, dispuesto a responder a su primer comentario, pero la chica se le adelantó, siguió hablando... Y se fue. El chrysos alzó ambas cejas y estrechó los ojos, con la vista clavada en el camino por el que la chica se había ido.

Ladeó la cabeza hacia la izquierda, miró a los lados y pronunció un seco "pues vale". Luego se encogió de hombros y, obedeciendo a la chica, esperó.

FdR. xD

Pronto regreso junto al chico, ya libre de toda importante carga. Quizás levante sospechas, pero son más fácilmente disipables que la sospecha de que esas libretas con datos sobre la gente de este palacio es extrañamente inusual. Sospecha que se presentaría si Lyam consiguiese quitarme el morral. Pero ahora eso no pasará porque lo he guardado bien, por el momento. Si nadie sabe lo que tengo, nadie se molestará en buscarlo.

- Estoy de vuelta -informo, siendo algo redundante, pues puede verme-. Quería dejar el equipaje.

Nunca lo simple fue tan eficaz.

En cuanto la chica llegó, el chrysos giró la cabeza para mirarla y alzó ambas cejas. Ya no llevaba el morral con ella (aunque sí el arma), por lo que era bastante evidente que se había ido para dejarlo en el dormitorio de las chicas. El chrysos se preguntó qué llevaría en el zurrón para tener que dejarlo (ocultarlo, mejor dicho), pero decidió dejarlo pasar.

—Ya veo... — dijo, con sequedad. Luego esbozó una irónica sonrisa —. También veo que dejas tu equipaje pero no el arma... — Ensanchó la sonrisa—. Interesante...

Me encojo de hombros con fingida inocencia.

- Una nunca sabe cuando habrá que cortar por lo sano -. Sonrío. No me fío de él, pero tampoco hasta el punto de asesinarlo porque sí-. Pero por el momento deseo fervorosamente no necesitar sacarla. Estoy agotada...

Lo miro unos segundos. La situación me divierte.

- Agotada de "con ganas de dormir", eh. Siendo dormir, tumbarse en una cama, cerrar los ojos y despertarse al día siguiente.

Estoy siendo algo mala con él, pero esta es la máxima forma que tengo ahora mismo de apreciar a alguien: sentir que puedo ser cruel con confianza.

Y si no quiere dormir, que me convenza.

Una pena que no me fíe un pelo del desapellidado.

Torció la sonrisa al escuchar el primer comentario de la chrysos.

—Ahá... — Asintió un par de veces, alzó las cejas y chasqueó la lengua —. No creo que haya necesidad de que la saques, la verdad...

Se pasó una mano por la nuca y miró a la chica. Luego ensanchó la sonrisa, dio un par de pasos hacia delante, acercándose a la chrysos. Cuando esta comenzó a hablar, el chrysos clavó sus ojos en los de ella y, cuando terminó, alzó ambas cejas y frunció ligeramente el ceño.

—¿Con ganas de dormir? — repitió, antes de soltar una risa irónica —. No lo parecía hace un rato... — Sonrió, casi jocoso y dio un par de pasos hacia delante—. ¿En serio quieres irte a dormir ahora mismo?

FdR. buuuh, buuuh, buuuh posts de esta clase ;O;

Dibujo una sonrisa sesgada en los labios. Sin embargo, cuando me pregunta si realmente quiero dormir no puedo evitar encogerme un poco y sonreír, esta vez como sintiéndome culplable, mientras asiento un par de veces.

- Bueno, sí... La verdad es que sí...

Desvío la mirada, algo azorada. La verdad es que él tiene razón. Si lo que quiero es dormir, no lo necesito para nada. Estoy que no me reconozco. ¿No confío para nada en él, pero luego busco que me de calor mientras duermo? ¡¿Habrase visto semejante sandez?! ¿Y qué ha de ser lo siguiente?

Me está costando mucho llevar una relación determinada con el chrysos. No acabo de decidir en qué posición dejarlo.

Suspiro.

- Supongo que me quedan fuerzas, pero no abuses...-. Vacilo un poco.

Estiro los brazos. Creo que, realmente, solo quería verlo, porque después de estar con Jager tanto tiempo necesito desintoxicarme. Por suerte, el aether no se propasó conmigo esta vez, pero aún así me siento con la necesidad de desahogar mis emociones, y Lyam, por los recientes acontecimientos, es el ser ideal para ello, si bien es también el más posible candidato a sospechoso(aunque tras la llegada de Rais...).

FdR- Pobrecita XD Por un día que tiene la libido baja y no hay nadie que le de cariño sin compromiso. Alguien como Silvanus... <.<

XDD

Sonrió cuando la chica sonrió y, cuando esta se encogió, alzó las cejas. Escuchó lo que decía en silencio, con el ceño ligeramente fruncido, y, cuando la chrysos desvió la mirada, ladeó la cabeza. Suspiró y se pasó una mano por el pelo, echándose el flequillo hacia atrás. Chasqueó la lengua, miró a la chica y esbozó una sonrisa.

—Si quieres dormir, no voy a ser yo el que no te deje dormir. — Suspiró —. Y si no quieres hacer nada más que hablar o algo así, tampoco voy a ser yo el que te obligue a hacer algo más...

Estiró los brazos y dio un par de pasos hacia atrás. Luego rió.

—Soy un desconsiderado. — Sonrió —. Perdona...

Se llevó las manos a los bolsillos y chasqueó la lengua.

Lo miro unos segundos. Me da hasta pena aprovecharme del muchacho. De todas formas, su actitud me enternece. Es mucho más propia de un niño bueno de lo que me gusta, no obstante. Yo no me acuesto con niños buenos. Sí puedo, sin embargo, como él dice, charlar un rato, que a fin de cuentas se supone que estoy cansada (de hecho es cierto), así que es más que factible para desahogarme.

Lo agarro por la muñeca.

- Ven, aquí no. Quiero sentarme, al menos...

Lo arrastro hasta una de las habitaciones que hay en los pasillos.

*se van*

FdR- Rol pausado. Mañana lo acabamos :_D

Camino por los pasillos sin ir a ningún sitio en concreto. La verdad es que estoy algo nerviosa porque hoy tengo trabajo que hacer, pero todavía no es la hora.

Tras pasar por quinta vez por delante de la misma puerta, exhalo un hondo suspiro. Más vale que Jager traiga hoy buenas noticias, porque lo que me dijo en la última carta...

*camina por los pasillos*

Camino por los pasillos sin rumbo fijo, observando todo lo que hay a mi alrededor y con las manos en los bolsillos. He estado prestando atención a todas las partes del Palacio desde que he llegado, pero uno nunca sabe cuándo puede encontrarse cosas nuevas, así que intento fijarme en todo siempre que voy paseando.

Al girar una esquina me encuentro con una chica a la que no había visto antes (cosa que, por otro lado, no me extraña demasiado porque la única persona con la que me he cruzado desde que estoy aquí ha sido el chico ninja Follow). Saco las manos de los bolsillos y me acerco a ella mientras esbozo una amplia sonrisa. Hace tanto que no me encuentro con nadie que hasta me alegro de verla a pesar de que no la conozco.

—¡¡Buenas noches, señorita!!