Pasillos

Un paso. Un golpe. Un paso. Un golpe. Un paso. Un golpe.

Como me había encontrado con un día tan gris como los anteriores, había decidido entrenar mi disciplina, esto es, actuar como un guardia del palacio. Apoyada en Amatista, daba lentos pasos, muy marcados, con el pecho hinchado y rostro serio, mirando a un lado y a otro.

Al llegar a un punto en el pasillo, lancé una mirada fulminante al vacío antes de girarme bruscamente. En dirección contraria, recorrí de nuevo el pasillo, con la misma expresión severa.

Un paso. Un golpe. Un paso. Un golpe. Un paso. Un golpe.

*Se queda*

El palacio es enoooorme. Llevo horas dando vueltas y aún no soy capaz de orientarme. Los pasillos se me hacen interminables e idénticos y desespero. ¿Dónde demonios estoy?

Escucho un golpear rítmico desde algún lugar cercano y me dejo guiar por el oído. Cuando hallo su origen, no puedo alegrarme más. ¡La pequeña monada de ayer! Pasea de un lado al otro del pasillo con paso marcial y gesto serio. Es superior a mis fuerzas: tengo que ir y revolverle el pelo. Vocación de acosador de niñas, a mi pesar.

-¡Hola, dulzura! ¿Qué estás haciendo?

Vi llegar por el pasillo al Señor del Fuego, y me detuve con los pies juntos en mitad del pasillo, dando tres secos golpes al suelo con Amatista. Él quiso despistarme revolviéndome el pelo, pero yo era una buena soldado.

-¡Preséntese, Maese Nabe! -reclamé, con voz grave y seria.

Tuve que morderme el labio para contener una sonrisa, pero no podía permitírmela. Un buen guardia debía mantener la compostura. Sin embargo, mis ojos reían.

Su seriedad vuelve a ser pasmante. La pequeña monada parece una caja de sorpresas... con una capacidad interpretativa asombrosa.

Me cuadro bruscamente y miro al frente, con el gesto más severo que puedo. El labio me tiembla, pero me lo muerdo para contener la risa.

-¡Soldado Narbe a su servicio!-saludo al más puro estilo militar. A la chiquilla le brillan los ojos, pero no deja escapar ni una carcajada. Qué fuerza de voluntad-. Si me lo permite mi señora, seré hoy su guardaespaldas personal. El mundo está lleno de horrores y necesitará mi ayuda para enfrentarse a ellos- un amago de risa se me escapa, ¡pero es que no puedo mantener una seriedad soldadesca cuando me mira con esos ojos!

Con una sonora carcajada, me doblé en dos agarrándome la barriga. Cuando por fin pude recomponerme, me colgué la guadaña al hombro y aplaudí su actuación con entusiasmo.

-Bien, bien -asentí, contenta-. Has pasado el reto.

Me puse de rodillas en el suelo y rebusqué en mis bolsillos, sacando unas pocas piedras de algunos de ellos. La mayoría tenían colores rojizos y anaranjados, aunque algunas eran de tono más oscuro, tirando a marrón. Alcé la vista a su cara un par de veces, como quien observa un modelo para pintarlo. Fui reduciendo el número de piedras en el suelo hasta que solo quedó un par, que alcé ante él. Por último, me guardé una de las piedras en el bolsillo y le tendí la otra.

-Entonces es esta -dije, como quien resuelve un gran misterio.

No sé si sentirme ofendido por su risa o tomármelo como un cumplido, pero no suena maliciosa. No demasiado.
Observo curioso todo el proceso que desarrolla ante mis ojos. Las piedras brillan a sus pies y ella parece saber perfectamente lo que busca. Me da una de ellas tras guardarse la otra y la examino, esperando encontrar algo especial... pero no logro verle nada fuera de lo común.
- ¿Es esta? ¿De verdad?- respondo como si supiera de qué hablamos-. Me alegro de que las hayas encontrado tan rápido. Esto... ¿Qué es?

Lo miré sonriente, regocijándome en su expectación. Me puse en pie y alcé el dedo índice, con gesto de resabida.

-Granate -respondí con seguridad-. Una piedra por persona. La tuya es de fuego porque puedes hacer que el mundo entero arda preciosa.

Mi sonrisa se ensanchó, mostrando todos mis blancos dientes. Luego solté una risita y carraspeé. Me puse seria, con gesto solemne, casi dramático, y tomé su mano para cerrar los dedos alrededor de la piedra. De pronto, me detuve y abrí los ojos.

-Aún no he visto nada arder -me acordé de pronto.

FdR.: Siento la tardanza ;O;

Me envuelve la mano con sus manitas, cerrándomelas sobre la piedra. Granate, ¿eh? Siento un calor en el pecho al sentir su peso en la palma y sonrío cálidamente. Convertiré esa piedra en mi amuleto. La guardo en un bolsillo interior de mi chaqueta, cerca del pecho, donde aún parece seguir emitiendo calor.

Me sorprende con la petición de ver algo arder. Miro a nuestro alrededor, buscando con la mirada algo vistoso que quemar. Si quiere ver fuego, le voy a dar fuego.

- Todo sea por mi pequeña preciosa- digo guiñándole un ojo. Susurro "Flagrare" e invoco una pequeña bola de fuego en mi mano izquierda, que lanzo contra una de las paredes desnudas. No quema la piedra, debido a su pequeño tamaño e intensidad, pero queda lo bastante vistoso. Me giro hacia ella, henchido como un pavo-. ¿Qué, eh? ¿Satisfecha con mi pequeña demostración?

Me aparté un poco cuando invocó el fuego. No era muy grande, pero sí un poco más que la del chico del río. Observé el fuego, fascinada. De pronto, lo lanzó contra la pared de piedra, con lo que la bola se deshizo al estamparse contra la pared. Reí con ganas, aplaudiendo. El fuego es muy bonito. Casi tanto como las piedras.

Corrí hacia la pared en la que se había estampado la llama y, tras un momento de vacilación, rocé la piedra. Aparté rápidamente la mano, sintiendo el calor en los dedos. Sonreí, recordando otra ocasión en que había visto un hechizo estallar contra una pared del pasillo. Esta vez había sido más agradable.

Volví de nuevo junto al pelirrojo, esta vez con el paso lento de suficiencia de una reina. Hice una reverencia y tomé su mano para besarle el dorso.

-Maese Narbe -lo nombré, con voz melodiosa y comedida.

Solté su mano para tapar mi boca, de la que empezaba a escapar una nueva risa. Luego, sin previo aviso, eché a correr y desaparecí por los pasillos.

*Se va*

Sonrío orgulloso ante el entusiasmo de mi espectadora. Da gusto ser aplaudido por tan poca cosa. La observo divertido mientras roza con los dedos el lugar donde la bola de fuego ha ido a estallar. Es como un gatito curioso, estudiando aquello que le llama la atención.

Se acerca a mí con paso solemne y me besa la mano a modo de despedida. Le hago una reverencia como respuesta.

- Señorita- la correspondo, y alzo la cabeza lo suficiente como para verla desaparecer por otro pasillo a toda velocidad. De pronto caigo en la cuenta de que aún no conozco su nombre. Me encojo de hombros: otra ocasión tendré de preguntárselo. Echo a andar sin rumbo fijo, en busca de algo que comer.

*Se va*



FdR: Perdón por tardar tanto en cerrar rol >////< Pensaba que con que una persona lo cerrara valía.

Camino con alegría por los interiores de palacio, sin un rumbo fijo. Acabo de volver de dar un paseo por los jardines (¡hay que aprovechar el buen tiempo!) y ahora busco algo con lo que entretenerme dentro. Pienso que, a lo mejor, sería buena idea que entrenase, pero lo cierto es que ahora mismo no tengo muchas ganas.

Giro por una esquina y llego a un pasillo más ancho que el que acabo de atravesar. Mientras lo recorro, pienso que me gustaría encontrarme con alguien para charlar.

*se queda*

Llevo más o menos la mitad del pasillo recorrido cuando Follow el ninja aparece en él como buen ninja que es: cayendo del techo. Está a un par de metros de mí, observándome, así que esbozo una amplia sonrisa y me acerco a él dando largas zancadas.

—Buenas noches, Follow el ninja —le saludo mientras me paro frente a él. Ensancho la sonrisa—. ¿Qué tal estás?

La última vez que nos vimos fue en la sala de baile. Recuerdo que se fue justo después de que Nagore comenzase a lanzar hechizos contra nadie en particular. Me pregunto qué habrá hecho en este tiempo.

Me río al escuchar la respuesta de Follow el ninja. Como siempre, suena como muy serio y pragmático, tanto que hasta resulta gracioso.

—Acabo de volver de dar una vuelta por los jardines —respondo, sonriente—. Y ahora mismo caminaba sin saber muy bien qué hacer. ¡¡Menos mal que nos hemos encontrado!! —Alzo las cejas y ensancho mi sonrisa, contento. Hablar con alguien siempre era motivo de alegría, y si ese alguien te caía bien, entonces la felicidad era mayor—. ¿Tú qué hacías? ¿Entrenar?

Estiro los brazos, sin borrar la sonrisa, y me humedezco los labios. No obstante, cuando me dice que rechacé a Nagore el otro día, noto cómo me ruborizo. Parpadeo varias veces y me paso una mano por el cuello, las mejillas sonrojadas y algo que puede asemejarse a una sonrisa torcida en los labios. Frunzo el ceño. No entiendo muy bien a qué se refiere con lo del ritual.

—Bueno. No sé a qué te refieres exactamente con lo del ritual. Dudo que aquello fuese un ritual de algo. —Arrugo más el entrecejo, ahora confuso. ¿Y si sí que es un ritual? Realmente yo no tengo ninguna clase de experiencia en lo que se refiera al mundo de las chicas, así que ni idea. Follow, por otra parte, tiene toda la pinta de saber más que yo. Lo miro. Luego añado—: Aunque no sé si lo era o no. ¿Tú crees que lo era?

fdr. seth estará gordito, pero...
follow, life is short and so is your penis >8(

Al parecer Follow no estaba lo que se dice entrenando, sino que estaba explorando la zona, buscando las mejores rutas para atravesar los pasillos porque, por lo que decía, era algo que debía hacer. Me pregunto cuántas normas seguirá. Recuerdo que no dice su nombre para que la muerte no lo alcance y pienso que esto, probablemente, tenga algún tipo de relación con lo anterior. Aunque no sé cuál. Dudo que explore Brontë para buscar el mejor camino para huir de la muerte, pero me imagino que ambos conceptos se los tuvo que enseñar alguien por alguna razón común. O a lo mejor sólo le gusta conocer todos los detalles de los sitios donde está. Quién sabe.

Cuando responde a mis preguntas acerca de Nagore, lo escucho con interés, como si esperase que el hablar con él me hiciese comprender mejor a la parvus. Lo que dice hace que me sonroje de nuevo. ¿Entonces sí que era parte de un ritual? ¿Cómo que me eligió como macho? ¿Qué? Yo pensaba que no era para tanto, que sólo le gustaba estar conmigo o así, pero lo que dice el instruido Follow el ninja cambia mi visión por completo. Despego los labios y frunzo el ceño, confuso y sorprendido a la vez, como si esta revelación hubiese trastocado todo lo que tenía en la cabeza.

—Pero yo no lo sabía. Quiero decir. Me imaginaba que, no sé... Es decir, me dijo que le parecía guapo, pero no creía que fuese para tanto. —Arrugo más el ceño—. Por Mithos...

Bajo la vista al suelo, todavía confundido. No obstante, no tardo en alzarla cuando Follow insinúa algo muy raro. Observo al piscis con el ceño aún más fruncido que antes, los labios separados y una expresión que parece decir "qué estás diciendo, loco" en la cara. ¿Insinúa que tengo yo, hombre, un interés en él, otro hombre? ¡No! Es cierto que Follow el ninja es muy guay, pero él es un chico, yo soy un chico y eso no tiene ningún sentido. Mi padre siempre ha dicho que las parejas son chico chica y que las combinaciones homosexuales carecen de lógica y son fruto del jolgorio de la adolescencia, y si mi padre, gran experto en todos los temas del mundo y gran nómada del desierto, lo dice, cierto será. Qué sabré yo.

—Por Mithos, Follow, mi interés en ti no sobrepasa los límites de la amistad —respondo, serio, mirándolo de arriba a abajo con el entrecejo arrugado. Luego añado—: Si me sonrojo, es porque estos temas me dan vergüenza, no por nada más.

fdr. ke dise usté

FdR: Homófobos, homófobos todos XDDDDDDDD

Cruzo los brazos y escucho lo que el experimentado Follow dice con interés, el ceño todavía algo arrugado y un leve rubor en las mejillas. ¿Es esto que dice cierto? Por como habla, parece que Nagore sea una especie de depredadora que va estudiando a sus víctimas antes de atacarlas. Durante unos segundos me la imagino como una ave rapaz, observando con sus ojos de cazador a los pequeños insectos que pueblan el mundo en busca del más sabroso, pero no tardo en negar con la cabeza. Eso no tiene sentido.

—Vaya. Curioso. Creo. No sé —respondo, rascándome la mejilla derecha, donde todavía queda un leve rastro rojo. Luego lo miro de reojo y asiento mientras él habla. Menos mal que ambos tenemos el mismo concepto de las relaciones.

—Sin duda. De toda la vida, chico y chica van juntos, nada de hombre con hombre o mujer con mujer —digo con seriedad, seguro de las ideas que mi padre me ha inculcado. Después sonrío y continúo hablando—: Bueno... Piensa que a todo el mundo le da vergüenza algo. Tampoco es tan raro que ambos sintamos ese pudor pese a que no tengamos los mismos motivos para tenerlo.

Me encojo de hombros.

fdr. llevémoslos a la bastilla!!!
roleo pausado : 3

Medito mi respuesta antes de hablar. Por lo que dice, parece que Follow se ha criado en un sitio donde las relaciones siguen un extraño ritual. Me pregunto cómo será su lugar de procedencia y qué le habrán inculcado. Mientras pienso, la idea de que esto está, de alguna forma, relacionada con sus ideas sobre el destino y la muerte aparece en mi cabeza. Aunque no sabría decir cómo.

—Bueno... Aquí la gente se esfuerza por conocer los aspectos de la persona que le interesa, independientemente del motivo por el que se tiene este interés. —Frunzo el ceño—. No sabría explicártelo muy bien, porque casi no tengo experiencia, pero básicamente se basa en conocer a la otra persona. O eso creo, vamos.

Me paso una mano por la nuca y sonrío. Lo cierto es que no tengo mucha idea en estos temas, pero lo que acabo de decir es algo que me han enseñado a nivel general: hay que conocer a la gente antes de decidir algo, ya sea a nivel amistoso o amoroso. Conocer a las personas es la clave de todas las relaciones, o al menos eso es lo que mi padre dice.

Estiro los brazos y miro por una ventana. Ya es bastante tarde y, aunque me alegra la compañía de Follow, creo que lo mejor será que me vaya a dormir si mañana no quiero despertarme muy tarde. Vuelvo a mirar al piscis, ensanchando mi sonrisa, y me despido de él. Luego, comienzo a andar hacia el dormitorio.

*se va*

Escucho a Seth y recapacito de nuevo cuando se va. Otra vez eso de "conocerse" hace presencia en la mención del ritual. ¿Tan importante era aquí valorar la parte no procreadora de la persona a la que eliges? ¿De qué sirve conocer a alguien si luego no resulta una buena elección? Al parecer este ritual se escapa de mi entendimiento práctico.

Cuanto termino de darle vueltas tomo rumbo de nuevo por el pasillo. Debo buscar un lugar alto donde pasar la noche.

El chrysos caminaba por los pasillos en dirección al dormitorio. Estaba hastiado. Llevaba hastiado desde que había hablado con Heylel y aquello no le hacía ninguna gracia. De haber sabido que iba a volver a sentirse así justo después de haber mejorado su humor notablemente, no hubiese ido a consolar al aether. No soportaba aquella sensación.

Giró al llegar al final de un pasillo y bufó. Se sentía patético estando así. ¡Otra vez! La sensación de deja-vu que sentía le malhumoraba. Suspiró. Parecía imbécil.

*se queda xD*

fdr. estoy triste y enfadado y dsahjdhasd

Al escuchar la voz del líder caeruleus, Lyam reprimió el deseo de llevarse una mano a la cara. ¿Por qué? ¿Por qué de entre todas las personas que había en Brontë se había tenido que encontrar con esa víbora? Era casi peor que ver a Alexander.

Tomó aire y esbozó una sonrisa sesgada. Lo último que quería era que el caeruleus supiese que estaba cansado.

—Lo mismo digo, señor: cuánto tiempo. —Ensanchó la sonrisa, torciéndola más—. Mi vida sigue normal, como siempre, gracias por el interés. —Clavó sus ojos en los del caeruleus—. Y sí, lo ha adivinado: he estado fuera por una visita familiar. Mi prima y yo hemos ido a ver a un viejo amigo. ¡El pobre! Su madre había fallecido y, claro, tuvimos que ir a darle nuestras condolencias. —Suspiró y negó un par de veces—. Pobrecillo. Fue algo inesperado.

Chasqueó la lengua.