Sala común

Entré en la sala común tarareando distraída. El lugar estaba medio a oscuras, pues la chimenea estaba casi apagada. Entonces, mientras avanzaba, sentí algo chocar contra mi pie, tropecé y caí al suelo con un grito de sorpresa, haciendo mucho estrépito.

*Cae xD*

Me despierto de golpe al escuchar un grito después de que algo zarandease mi pie. Miro en todas direcciones, algo aturdido por acabarme de despertar y enciendo el candelabro que hay en la mesilla al lado del sofá para ver un poco mejor, las cortinas están pasadas y la chimenea se ha apagado.

Entonces miro a Massen quejándose en el suelo.

- Aah, ¿estás bien? Te has tropezado conmigo. Deberías haber encendid la luz -. Comento preocupado pero con una sonrisa amable mientras la ayudo alevantarse.

PD: pensé que aun no, pero voy a comer XD

Maldije para mis adentros cuando Heylel, con quien me había tropezado, encendió la luz, pues estaba roja como un tomate. Me froté la rodilla, que me había golpeado, y acepté su ayuda para levantarme.

- Estoy bien, gracias -contesté a su pregunta, intentando que mis gestos fueran lo más resueltos posibles (ya había sido suficientemente torpe)-. Sí, tienes razón, no sé dónde tengo la cabeza -murmuré, sintiendo mi cara arder de vergüenza-. Lo cierto es que creí que no había nadie -añadí.

FdR: Aquí te espero~ xDD

Sonrío al ver que Massen se encuentra bien y recojo el album del suelo -al levantarme de golpe se había caido al suelo- Me acerco a las ventanas y abro las pesadas cortinas para luego volver junto a la piscis.

- Bueno, debo disculparme. Es cierto que no debería haber nadie pero ayer me quedé dormido -. Comento con una sonrisa comprometida. - La verdad es que hace tiempo que no nos encontrábamos, ¿qué tal va todo?

Entrecerré los ojos cuando abrió las cortinas y la luz del exterior inundó la habitación. Me senté en el sofá con un leve suspiro y le sonreí.

- Sí que hacía tiempo que no te veía, la verdad -comenté-. No he hecho gran cosa últimamente. El otro día recibí una carta de mi abuela, pero no contenía información demasiado interesante -no tenía ni idea de quién había escrito la carta, pero desde luego mi abuela, que no sabía escribir, no había sido. Ni siquiera sabía por qué estaba diciéndole aquello-. ¿Qué hay de ti?

Sonrío y me siento junto a Massen en el sofá mientras me habla de sus cosas.

- Siempre es genial saber noticias de la familia -. Comento. Luego pregunta por mí y me encojo de hombros. - Como siempre, supongo. Un poco de entrenamiento, un poco de lectura y un par de charlas con la gente de por aquí. nada del otro mundo -. Sonrío.

Asentí a sus palabras.

- La verdad, estoy deseando que pase algo interesante. Yo no llamaría a esto ejército -comenté. Estaba un poco disgustada ante la falta de actividad del Palacio.

Me froté una vez más la rodilla. Empezaba a pensar que de verdad me había hecho algo. Me levanté, decidida a pasar por la enfermería, pero intentando hacer ver que no me pasaba nada.

- En fin, Heylel, me alegro de haberte visto, pero me tengo que ir ya. Otro día ya hablaremos con más calma -me despedí.

Intentando no cojear, me dirigí hacia la puerta.

*Se va*

FdR: Ahora me tengo que ir, pero quiero un roleo en condiciones!! He dicho! *jum* xDDDD

Aseiento cuando Massen dice que estos días no pasan demasiadas cosas.

- Se ve que los malos están de vacaciones -. Comento con una sonrisa.

Entonces la piscis indica que debe irse y asiento.

- Igualmente me alegro de verte. Ya hablaremos. - Le digo antes de ques de vaya.

Luego me levanto del sofá y recojo el album para irme a hacer algo interesante.

*Se va*

FdR: Lo veo correcto XDD

Entré con el inconsciente Silvanus en la Sala común. Había decidido llevarlo allí porque había una enorme chimenea que serviría para que entrase cuanto antes en calor, y era lo que más necesitaba en estos momentos... ya lo llevaría a la enfermería más tarde.

Aparte la mesa que había frente a la chimenea y acerqué el sofá a esta. Entonces miré a Silvanus unos segundos, y comencé a desvestirlo. Lo sequé con la toalla que había usado en las termas, y entonces me desvestí y le puse mi ropa como pude.

Entonces lo cogí haciendo uso de todas mis fuerzas (y arrastrándolo por el suelo malamente), y lo tumbé en el sofá.

Me vestí el abrigo, que estaba sucio y se me había roto un poco al arrastrarlo por el suelo, y entonces abrí mi bolsa y saqué mi manta, y se la puse encima.

"Espero que con esto sea suficiente...", pensé sin tenerlas todas conmigo.

Entonces me senté en el suelo, junto al sofá, mientras vigilaba que le subiese la temperatura. Al cabo de un rato le subió un poco, pero seguía bastante pálido.

Dudé durante media hora, y al final opté por tumbarme junto a él y abrazarlo, para darle mi calor.

"Maldición... lo que hay que hacer por este... idiota...", pensé enfurruñada.

Hoju se acurrucó entre nosotros, y al cabo de mucho rato nos acabamos quedando todos dormidos.


*se quedan*

Una cosa calentita y húmeda de despertó.

Entreabrí los ojos y vi que Hoju me estaba lamiendo. -¿Hoju? ¿que haces? ¿d-donde estoy?- entonces vi que Hewina me estaba abrazando. Sentí su suave piel por la mía. Dejé entrever una sonrisa cómplice.

Entonces me puse de pié con mucho cuidado de no despertarla. Tenía que ir al baño. Comencé a recordarlo todo... como ALexander me había tirado al agua, como me había quedado en la hierba del lago... y nada más... Ella debió de traerme asta aquí... ¿cuantas veces me habria salvado ya? quien sabe... Decidí dejarle una nota.

"GRACIAS, AHORA DEBO IRME. DEBO CUMPLIR CON MI TRABAJO. GRACIAS DE NUEVO POR SALVARME.

CON AFECTO, SIL."


La miré con afecto, al fin y al cabo... me había salvado la vida.
Me desvestí su ropa y se la dejé perfectamente doblada encima de la mesa, y me puse la mía, que estaba aún un poco húmeda.

*se va*

Me desperté, y cuando me situé me sobresalté, ya que anoche me había quedado dormida mientras vigilaba la temperatura de Silvanus.

Él ya no estaba...

Vi por los alrededores y me encontré mi ropa doblada. Sobre ella estaba Hoju mordisqueando un papel.

"Eh, bichín. ¿Qué haces con eso?", le dije mientras me acercaba a él y le robaba el papel. Tenía algo escrito... era una nota que me había dejado Silvanus, agradeciéndome lo que hice.

Suspiré.

"En fin... vámonos Hoju", le dije, y cuando coloqué todo en su sitio y cogí mis cosas me fui de allí.


*se va*

Entro en la sala común. Tengo hambre y allí siempre hay un cuenco con galletas que está muy ricas, así que entro y cojo 12 y me voy a una esquina a comerlas... después de pasar un día entero casi sin comer... me daba igual lo que fuera.


*se queda*

despues de comer como un odre, cojí un monton de galletas más y me las guardé en la mochila.


*se va*

Entré en la sala común sintiendo esa extraña opresión en el estómago y en la garganta. Me derrumbé en un sofá, frente a la chimenea, y me encogí sobre mí misma. Me encogí, abrazando mis piernas con los brazos y apoyando la cabeza en las rodillas. Y entonces, sin previo aviso, las lágrimas empezaron a brotar. Y lloré, sin saber muy bien por qué, pero sintiéndome de pronto muy desgraciada.

*Se queda*

No tenía nada que hacer, y como hacía frío decidí ir a la sala común para sentarme frenté a la chimenea, pero cuando entré vi a Massen encogida frente a esta. Frené mi paso, y entonces me percaté de que estaba llorando.

"Vaya... pobrecilla", pensé.

Era probable que quisiese estar sola... pero también era probable que necesitase desahogarse con alguien, asi que al final decidí acercarme mas a ella y hablarle.

"Ey Massen... ¿por qué lloras? ¿te pasa algo...?", le pregunté apenada.

En cuanto oí la voz de Astaldë me pasé las manos por la cara, intentando borrar todo rastro de lágrimas y contuve la respiración para regularla. Inútilmente, porque ella ya sabía que estaba llorando. Se acercó a mí y yo me limité a mirarla avanzar, con el rostro serio, y sintiendo un hormigueo de vergüenza que recorría mi cara.

- Hola -murmuré, desviando la mirada. No sabía qué decirle. No podía contarle que me habían hablado de actividades ilegales de un compañero. Ni que me habían puesto un cuchillo al cuello para garantizar mi silencio. Ni que una vieja estúpida tenía de pronto información sobre mi familia. Ni que había recibido una carta que ni siquiera podía leer. Ni que me sentía sola. Ni siquiera podía decirle que no estaba segura de si estaba llorando realmente por alguno de esos motivos.

Forcé una sonrisa, tragando saliva.

- No es nada, tranquila -aseguré. Le hice un gesto para que se sentase-. Venga, ¿quiere sentarse un rato conmigo?

Ella se secó las lagrimas y me dijo aquello a modo de excusa. Torcí una mueca mas apenada, y entonces me dijo si quería sentarme.

"Oh... bueno, vale.", dije respondiendo a su invitación, y entonces me senté a junto a ella.

"Pero... de todos modos, por nada no se llora... ¿no crees?", le dije sonriente, intentando animarle a que se desahogase conmigo.

Astaldë aceptó mi invitación. Y volvió a insistir en el tema. Lo cierto es que tenía ganas de hablar con alguien, pero no me sentía con la confianza suficiente.

- No... Por nada no. Pero no es importante. Sólo un poco de drama... Y eso -¿qué estás diciendo, Dew?- El caso es que no es importante. Eso es. Sólo... Sólo una pequeña crisis.

Me encogí de hombros, esforzándome por mantener una sonrisa bien amplia.

Me dijo aquello a modo de excusa, de nuevo, y entonces mostró una sonrisa que no reflejaba para nada sus verdaderos sentimientos.

"Bueno... está bien.", le dije.

"...Pero debes saber que no puedes engañar a alguien que ve tu aura", pensé, sin embargo preferí no decirlo.

Entonces dirigí mi vista hacia el fuego, mientras me frotaba las manos... y permanecí en silencio esperando a que dijese algo.

Astaldë decidió no insistir más, y se limitó a mirar el fuego. En parte lo agradecí, pero eso nos dejaba un silencio que yo debía llenar. La miré de reojo, pero no me miraba. Parecía concentrada. Me escurrí el cerebro, buscando algo de que hablar.

- Astaldë...

Me callé, negando con la cabeza. La miré de nuevo. Tragué saliva.

-Astaldë. ¿No hechas de menos... a alguien, a veces? -quería ver a Sock. Me moría de ganas de ver a Sock.


FdR.: Uhh ya estamos viendo auras, ehh¿? Cotilla... u.u xDDDDDD

Massen pronunció mi apellido, por lo que la miré, pero permaneció unos segundos más callada mientras negaba con la cabeza, y entonces me preguntó aquello.

Sonreí. Finalmente el silenció la había presionado a encaminarse hacia el tema.

"Sí... siempre. Hecho de menos a mis padres y a mi abuelo... y a veces hasta hecho de menos a gente que está en este mismo palacio.", le dije, y entonces volví a mirar al fuego, esperando su respuesta.


FdR: jo D= XD

La miré. A gente del Palacio. Me preguntaba a qué se refería. Pensé en Heylel y Alehyss. Hacía mucho que no hablaba con ellos. ¿Era eso? ¿Había gente a la que hacía mucho que no veía en el Palacio? Y Blues Splash. ¿Estaría muy ocupada? Hacía muchísimo que no la veía... Me preguntaba qué estaría haciendo.

- Entiendo... Creo que a mí me pasa lo mismo. Echo de menos a mi hermano -comenté finalmente. Entonces bostecé ruidosamente, sin poder evitarlo. Me tapé la boca enseguida, roja de vergüenza-. ¡Perdón! ¡Pero qué maleducada! Lo siento, Astaldë, de verdad. Ha sido sin querer, ¡lo prometo!

¿Cómo se puede ser tan torpe, Massen Dew? Qué falta de modales...

- Creo que será mejor que me vaya a dormir. Siento haber hecho eso. No volverá a ocurrir, ¡se lo prometo, de verdad!

Y me levanté corriendo, saliendo de la estancia como una exhalación.

*Se va*

Me llamó la atención el hecho de que solo mencionase a su hermano.

"Vaya... ¿será huerfana? ¿Y si es así por qué no vino su hermano con ella? bueno... a lo mejor simplemente es el único miembro de su familia al que añora.", pensé.

Entonces ella bosteza y se altera, pidiendome disculpas continuamente, y entonces se va.

"¡No, tranquila! ¡No pasa nada", le dije, sin embargo se fue de todos modos.

"Vaya... si solo fue un bostezo.", murmuré.

"Es muy educada... siempre me trata de usted, y ahora se altera por esto. Bueno... ya hablaré con ella", pensé.

Me quedé allí, mirando al fuego durante un rato, y entonces me entraron ganas de acurrucarme y leer, así que me recosté en el sofa, saqué de mi bolsa un libro que había cogido de la biblioteca y comencé a leer.

Después de un rato me entró sueño, ya que el libro resultó ser bastante aburrido y se hacía difícil de leer, así que lo guardé en la bolsa y decidió irme a dormir a los dormitorios.


*se va*

Entré en la sala común agarrándome la barriga.

-Tristán, cundo quiera volver a comerme 14 docenas de pasteles de nata... mátame - el dragón asitntió- uf... que dolor de barriga.

Me dejé caer en el sofá hacia atrás. - Heyl tenía razón: me han sentado mal- esbocé una pequeña sonrísa al acordarme de él. Entonces apreté contra mí una carpetita en la que guardaba todas mis grandes obras. No la había sacado hasta ahora porque no había hecho nada digno de estar en ella... pero el dibujo de Haylel lo merecía: además, si no estaba bien guardado se estropearía.

*se queda frotándose la tripa*

Llego a la sala común para pasar un rato leyendo o escribiendo algo ya que el frío me quita las ganas de hacer ejercicio físico.

Al entrar me encuentro con Silvanus acomodado en el sofá con cara de agonía sujetándose la tripa y solté una sonrisa.

- Ya veo lo que me escuchas -. Le digo dándole en la cabeza con el libro que llevaba. Me siento en el sillón de su derecha. -¿Qué? ¿anegado en nata? -Comento jocoso.

Lo vi de reojo y puse morros. - Oh, calla maldito... con lo rica que está y lo rencorosa que es después, ¿verdad?- dije viéndome la tripa.


-¿A qué andas?- digo haciéndole sitio a mi lado- siéntate, anda.

Tristán arrastró la carpeta - no sin esfuerzo- hasta mi regazo, como diciendo: " no te olvides de darle esto".