Sala común

Asentí con la cabeza. La última vez que había visto a Alehyss, se retorcía de dolor bajo el hechizo de aquel hombre imponente, y no se podía decir que hubiera llegado a sus manos en muy buen estado. Afortunadamente, parecía perfectamente recuperada. Era bueno ver que estaba bien.

A su pregunta, me encogí de hombros.

-Bien, como siempre, sin mucha novedad -respondí-. ¿Y tú? Te veo ya recuperada.

Enarco una ceja, esbozando una leve sonrisa al escuchar su respuesta. Es, cuanto menos, la peor simplificación que he escuchado jamás. No obstante, no hago comentarios. Prefiero sonsacárselo. Eso sí, procuraré, ya que no quiere ayudar, que pase algo de vergüenza.

-Efectivamente, ya me encuentro en perfecto estado -. Asiento, apoyando así mis palabras-. Estoy subiendo mi ritmo de entrenamiento para que no me vuelva a suceder nada como aquello. Además, he conocido a algunas personas nuevas. Han sido unas semanas interesantes.

La miro, esbozando una sonrisa tranquila, esperando a que muerda el anzuelo.

Reafirmé mi sonrisa, contenta. Alehyss de verdad parecía encontrarse bien, y con lo seria que era aquello animaba mucho. Me sorprendió que se extendiera tanto, con lo escueta que era normalmente.

-Oh, qué bien. Yo he conocido a Jun, el niño claritas al que salvamos la otra noche -comenté-. Es bastante majo, y hemos coincidido un par de veces. ¿A quién has conocido tú?

Tal vez ella misma se refería también a Jun. Que yo supiera, a parte de él, no había llegado nadie más nuevo últimamente...

Su respuesta me hace dudar verdaderamente sobre qué responder. Al fin y al cabo, Jun, el niño claritas, es un tema que me interesa bastante más que la vida de Massen, a nivel profesional. Es, digamos, más importante. Sin embargo, termino por dar con la solución: le sonsacaré las dos cosas. De este modo no habrá queja alguna laboral o social.

-Así que Jun... -murmuro, enarcando las cejas con suma curiosidad-. No sabía que siguiera en el palacio... Yo he conocido a Nagore. -. Atribuyo cierto tono especial al nombre de la parvus-. Estuvimos hablando de cosas bastante interesantes. Esta hecha toda una cotilla, con perdón.

Observo a la piscis, entretenida. Ha picado.

Las palabras de Alehyss me sonaron algo extrañas. La miré un momento, intentando no parecer intranquila. Algo me decía que eso tenía algo que ver entre líneas. Traté de mantenerme serena. Sí, Nagore podía llegar a ser muy cotilla, pero... ¿qué le habría dicho a la chrysos? Carraspeé bajito.

-Nagore... -repetí. Traté de sobreponerme, manteniendo mi sonrisa-. ¿No la conocías? Es un poco... atolondrada. Alborota mucho. Pero es buena chica. Yo, al menos, me llevo muy bien con ella. Aunque sí que puede llegar a ser un tanto... cotilla.

Traté de no parecer intranquila. Quise repasar mentalmente qué podía haber dicho Nagore que estuviera fuera de lugar, pero no tardé en rendirme. Había demasiadas posibilidades. Por otra parte, ni siquiera tenía por qué haber dicho algo que fuera cierto. No sería la primera vez que pillara a Nagore con alguna mentira, aunque solían ser cosas relativamente inocentes.

Ensancho la sonrisa. Las versiones, al menos lo que me dijo Nagore sobre su relación con Massen, parecen concordar.

-La vi el día de la lucha, pero hasta ahora no había hablado con ella.

Me miro las manos, como si estuviese muy interesada en las uñas. Como si aquel fuera un tema secundario y no pretendiese llegar a ninguna parte.
Noto a Massen algo inquieta.

-Me estuvo hablando de chicos -. La miro fijamente a los ojos, con una gran sonrisa de deleite. Hago una larga pausa de varios segundos, como si hubiese terminado de hablar, pero cuando pienso que va a decir algo añado algo más-. ¿Conoces a un tal Narbe?

Sentí cómo se me subían los colores. ¿Follow? No... Se suponía que Nagore y yo habíamos zanjado ese tema. Se suponía que no había nada más que hablar del asunto. No imaginaba que eso "no incluyera a terceras personas". De todas las opciones que se me ocurrían, Follow era una de las peores. ¿Qué habría dicho? Nagore, por qué tanta ansia de cotilleo...

Alehyss me observaba, en silencio, como esperando una respuesta. Abrí los labios, sin saber muy bien qué iba a decir exactamente, pero entonces volvió a hablar. Cerré la boca sin llegar a emitir ningún sonido y fruncí el ceño, extrañada. ¿Narbe? ¿Y ese quién era?

-Creo... que no -respondí, desconcertada.

Su reacción me resulta de lo más satisfactoria. Es obvio que algo hay, y eso lo hace muy interesante. Puedo notar que, al mencionar a Narbe, Massen parece confundirse.
Me lo estoy pasando muy bien.

-Nagore me dijo que era muy buen partido. De todas formas, no estoy segura de qué es para ella un buen partido-. La miro con interés-. Disculpa que te haga la pregunta... ¿Qué es para ti un buen partido, Massen?

Me muero de ganas por saberlo. En serio.

Empecé a tranquilizarme. Así que, pese a todo, no tenía por qué preocuparme. Nagore era muy dada a hablar de chicos, y hasta era un alivio ver que se había olvidado de Follow. Al menos, si iba por ahí hablando de un tal Narbe, esa era la impresión que daba...

-No recuerdo que me haya hablado de ningún Narbe -comenté-. Me extraña.

Entonces vino aquella pregunta, y volví a fruncir el ceño y sonrojarme un poco. Follow acudió de nuevo a mi mente, pero rechacé la idea. No me apetecía hablar de él con Alehyss. Me daba algo de vergüenza. Por otra parte, no tenía ni idea de qué contestar a su pregunta. Sí, me gustaba Follow, pero no me había parado a pensar en por qué. Simplemente, me gustaba.

-Eh... No lo sé -reconocí-. No suelo pensar mucho en... -hice un gesto con la mano-. Esas cosas.

Asiento. Así que no le ha hablado de Narbe. Es un dato, nada más. Al fin y al cabo, no estoy haciendo todo esto para hablar de Narbe.
Estrecho los ojos, sin embargo, cuando habla por segunda vez. Desvío la mirada, como quien no quiere la cosa, pero preparada para regresar mis pupilas a su rostro para ver su reacción.

-Supongo que cuando una consigue novio ya no se plantea esas cosas...

Tras un par de segundos, la miro de nuevo, sonriendo victoriosa. Aguardo a que diga lo que tenga que decirme.

Abrí los ojos. Me sorprendía. Y, dado el cariz de la conversación, no debería haberme sorprendido. Sentí cómo me acaloraba enormemente. Ahora sí que tenía que estar completamente roja. Mantuve la mirada fija en ella, en silencio.

Abrí un momento la boca, tomando aire, como para responder. Volví a cerrarla. Repetí aquel proceso un par de veces más. Maldita Nagore... Finalmente, desvié la vista, nerviosa.

-No tengo novio... -protesté en un murmullo.

Enarco las cejas, entre divertida y curiosa.

-¿Ah, no? ¿No es tu novio? Yo, personalmente, no estoy interesada en novios, así que si tú tampoco lo estás puedo comprenderlo-. Esbozo una sonrisa, está vez cariñosa-. Pero si quieres hablar de ello, en serio, creo que podría guardarte el secreto mejor que Nagore.

En el fondo, mi objetivo no es reírme de ella, sino ayudarla. Le tengo un apego especial, y si puedo facilitarle algo me sentiré, creo, bastante bien.

La escuché en silencio, sin mirarla. Desde luego, en lo de guardar secretos era bastante probable que tuviera razón. Alcé la vista para mirarla, tímidamente.

-No -repetí, convencida, pero en el mismo tono de antes-. No es mi novio.

Bueno, podía haber sido peor. Nagore hubiera sido capaz de decirle que Aren Darvenwish me había besado. Habría sido capaz de decirle que ella me había besado. Porque, esperaba, estábamos hablando de Follow... No de Narbe, ni de Aren... ni de Nagore. Prefería darlo por hecho y no preguntar al respecto, no fuera que metiera aún más la pata que mi amiga.

Me llevé las manos al pelo y comencé a juguetear con una trenza, nerviosa.

-En realidad no sé qué es -confesé, con cierta vergüenza.

Me cruzo de brazos, suspirando, con una leve sonrisa en los labios.

-Eso pasa por la manía que tenemos las personas por ponerle nombre a todo-. La miro con cierta condescendencia. Esta conversación me agrada de un modo tierno-. ¿Qué habéis hecho y qué no?

Debo tratar de no imponerle mi forma de pensar. Si yo estoy amargada y no busco novios... Bueno, no es motivo para arruinar sus años de juventud probando esas cosas. Porque, si me pusiera, seguramente podría echarle todos sus sueños abajo diciéndole lo mierda que es la vida y lo bobo que es Follow.

Debía estar ya completamente ruborizada. ¿Cómo podía hablar de aquello con tanta calma? ¿Cómo podía ser tan directa con tanta naturalidad?

Apreté los labios uno contra otro, como decía Nagore que había que hacer después de pintárselos, y me los lamí levemente. Volví a desviar la vista, desaté la tranza y comencé a deshacerla, nerviosa. ¿Por qué estaba tan interesada?

-Pues... hemos... Eh... Me invitó a cenar... -respondí con torpeza. Y, avergonzada e incapaz de mirarla, me dirigí al meollo de la cuestión-. Y nos hemos... besado.

Traté de contener el temblor de las manos.

No puedo evitarlo. Río con suavidad.
Massen está completamente sonrojada y se toca el pelo nerviosa. Es bastante tierno. Aunque si solo han llegado a besarse, y lo dice con tanto pudor, supongo que sus pensamientos no habrán llegado todavía al siguiente nivel. Me alegra haberla atajado a tiempo.
Aunque, bien pensado, yo a su edad ya sabía de eso...

-Bueno, es un buen comienzo. Tú lo que tienes que hacer es no dejar nunca que él sobrepase el límite que tú decidas, sea el que sea.

Suspiro para mí. Me hace sentirme vieja sin serlo.

-En cuanto a lo de ser novios o no serlo... ¿Qué quieres tú?

La miró con interés.

Negué con la cabeza, lentamente.

-No, si... ya hemos hablado de... eso -aclaré, con un difuso gesto, muerta de vergüenza. Ni siquiera sabía por qué seguía con esta conversación. Pero seguía. Suspiré-. Es que Follow es un poco... raro -reconocí-. Es de una tribu. Y, bueno, en esos sitios... tienen unas ideas distintas de las cosas. De... la amistad, y la familia, y todo eso... Así que hubo que aclarar las cosas bastante pronto y... eso -me atreví a levantar la vista-. Pero creo que quiere entender cómo lo veo yo. Pregunta mucho y... bueno, ahora va más despacio...

Tragué saliva. Una nueva pregunta, y una nueva oleada de calor y nervios. Por suerte o por desgracia, más ya no me podía ruborizar...

-Pues... no lo sé... Yo... supongo que sí querría, pero... como es tan raro todo, no sé muy bien qué piensa él... -Alcé el centro de las cejas, arrugando la frente, casi como si se lo estuviera preguntando a ella.

Me alegra comprobar que la piscis no necesita mis consejo para plantar cara. No me gustaría descubrir que mi, por llamarla de algún modo, protegida se dejase cautivar o forzar por el primer paleto de las montañas que aparece y le mete la lengua en la boca. Sigue sin agradarme mucho la idea de que el elegido sea Follow, pero quizás sea el típico enamoramiento adolescente que termina pronto y mal. Yo tuve uno de esos una vez.

-Si en algún momento te sientes presionada, dímelo. Te ayudaré como pueda. Y con cualquier otra cosa.

Por desgracia, parece querer una relación con el raro ese. Por otro lado, es normal. Me siento obligada a aconsejar, no a alienar.
Maldita sea.

-Sé que puede ser difícil, pero si le preguntas qué piensa será mejor que si te comes la cabeza sola. Al final, si te invitó a cenar y te besó será porque le gustas algo, ¿no?

Y una jodida mierda. Muchos hombres te invitan a cenar y son caballerosos solo para plantar la zanahoria en tu huerto. Pero me temo que si le digo esto la espantaré.
Lo siento, Massen.

Asentí, despacio. Si eso la dejaba más tranquila... Aunque, teniendo en cuenta lo poco que la veía últimamente y que no sabía bien qué narices podía hacer ella para ayudar, lo veía un poco absurdo. Aunque el "cualquier otra cosa" resultaba tranquilizador. Claro que eso incluía el contarle las cosas para que pudiera ayudar, y estaba visto que no me sentía muy inclinada a eso.

-Gracias -respondí, de todas formas.

Me encogí de hombros, moviendo la cabeza en forma de negativa.

-No sé -repuse, casi con cansancio. La miré fijamente-. Es que es todo muy raro. Y él es muy raro y no sé si lo entiendo. Porque claro, primero le di un beso. Y la siguiente vez que lo vi empezó a desnudarse. Y claro, yo le dije que no, que yo no quería, y dijo que vale. Y luego lo volví a ver y ya nunca pasó nada... Una vez, bueno, pero nada más. Bueno, y hablábamos y así, pero vamos, que era todo normal. Y claro, yo ya pensaba que se había olvidado y que no tenía interés, porque es que yo creo que llegaron a pasar meses. Bueno, no sé, pero pasó mucho tiempo. Y luego vino un día todo contento con que por qué no íbamos a cenar, y allá fuimos al lago, y luego nadamos un rato y volvió a besarme y tal, y entonces sí parecía algo. Y cuando lo volví a ver fue la noche de la batalla así que... que no sé. ¡Es muy raro!

Me callé, de pronto, y sentí cómo volvía a ruborizarme hasta la raíz del pelo. ¿Pero por qué narices acababa de decir todo aquello? Bajé la vista de nuevo. Tierra, trágame.

La observo apacible, mientras habla. Lo suelta todo de un tirón, como si acabase de destapar un tapón que mantenía a presión todas aquellas palabras y luego, al callar, vuelve a sonrojarse. ¿Habré sido alguna vez así y tal vez no lo recuerdo?
Me duele admitir para mí que si todas mis pesquisas fuesen faltas, hasta la fecha, y Massen fuese la persona a la que buscó, se me caería el alma a los pies.

-Sois jóvenes -. Al decir esto, nuevamente, vuelvo a tener esa desagradable impresión de vejez-. Seguramente él esté perdido y tampoco sepa qué hacer realmente.

A lo mejor es bipolar.

-Yo siempre he sido más partidaria de decir las cosas a la cara.

Recuerdo la forma de evitar a Lyam que tengo desde hace un tiempo y agradezco que ella no pueda leer mi mente.

-Dejando las cosas claras desde un principio, aunque sea difícil o dé vergüenza, luego es más fácil asimilarlas.

Si Jager me hubiese dicho desde un principio aquello...

Suspiré. Parecía no entenderlo. Parecía no entender nada.

-¿Pero tú conoces a Follow, Alehyss? -pregunté directamente.

A lo mejor ese era el problema. A lo mejor, como no lo conocía, no entendía lo difícil que podía ser mantener una conversación con él en la que se pudiera llegar a una conclusión lógica. Primero había que conseguir que entendiera las preguntas, que ya era bastante complicado, y luego conseguir descifrar las respuestas, que lo era aún más. Y, habiendo sido Nagore quien la había informado, podía haberle dicho cualquier cosa. Si Alehyss no lo conocía, podía no entender la situación como era realmente.

Aunque, bien pensado, ¿sería yo la complicada? A lo mejor él creía que estaba todo claro y era yo que estaba dándole vueltas a todo como una boba. Al fin y al cabo, él había dicho que nuestros destinos estaban unidos y que eso era importante, ¿no? ¿Era eso ser novios? ¿O era otra cosa? Porque, por lo que le había entendido, tu destino podía estar unido al de muchas personas. Y no creía que Follow tuviese más "novias". ¿O sí? ¿Debería preocuparme por eso?

Esbozo una sonrisa con cierta amargura.

-Lo vi por primera vez cuando nos enfrentamos a aquellos tipos, pero me lo he vuelto a encontrar... -. Hago una mueca, pero pronto la corrijo, adoptando una expresión perfectamente seria -. No creo ser demasiado de su agrado, aunque no me afecta demasiado. Pese a su aparente dificultad para mantener una conversación normal -. Se me vienen a la mente sus metáforas raras y también Dehnel- creo que, conociéndolo más que yo, lograrás hallar la forma de llegar a él.

Por muy raro que sea, si no está loco tiene que seguir un patrón de pensamiento. Una vez hallado, solo es resolverlo.

Me llevé una mano a la frente, con cierta exasperación. Sí, Nagore inventaba mucho, pero Follow... también tenía unas salidas bastante "curiosas".

-Lo siento si te ha dicho alguna tontería -murmuré, casi como una madre que disculpa a su hijo pequeño.

Bueno, al menos estaba claro que Alehyss se había encontrado también con aquellas frases rebuscadas e incomprensibles, con lo que entendería de qué le hablaba. Eso me facilitaba las cosas.

-El caso es -expliqué-. Que yo más o menos le sigo el hilo, normalmente. Pero a veces no entiende las cosas. Le hablas de algo y pregunta cosas tan esenciales que no sabes qué decirle. Y bueno, parece que hace esfuerzos, pero entre lo difícil que es explicárselo y lo difícil que es asegurarse de que lo ha entendido, hay que ir con mucho tiento. Y algo como... eso... Bueno, es muy complicado. No es tan fácil como hacer una pregunta directa y obtener una respuesta directa. Da muchas vueltas, y es difícil entender los matices.

Suspiré de nuevo, algo desanimada. Empezaba a olvidárseme la vergüenza, pero el darle vueltas a cómo tratar las cosas con Follow me hacía verlo todo muy negro.

-Lo más fácil es tantear sin más, la verdad...

¿Tanto importaba lo otro? En el fondo sabía que sí importaba, pero no quería admitirlo.

Asiento, pensativa, tratando de buscar alguna solución para el problema. Realmente, nunca me ha interesado ningún tipo como Follow, y de haberlo habido... Bueno... Creo que debió ser de usar y tirar, porque realmente no recuerdo a ninguno así. Esto lo hace todo mucho más difícil.
¿Por qué querrá tener nada con ese? Se nota que la juventud tiene sus partes emocionantes, pero algunos patinazos que Mithos...

-Creo que tienes razón. Llegará un momento en el que estés segura. Hasta que llegue, tanteando se consigue más que cruzándose de brazos o iniciando conversaciones infructuosas...

Asentí un par de veces. Al fin y al cabo, más sabría ella...

-Cada vez lo entiendo mejor -comenté-. Supongo que es cuestión de tiempo el llegar a tener las cosas del todo claras...

Me recosté contra el respaldo del sofá, cerrando un momento los ojos.

-Nagore es una auténtica bocazas -murmuré, con cierto fastidio.