Jardines (1) [completo]

Ella parecía algo alicaída. Seguramente alguno de sus clientes no le había pagado. Tuve ganas de reírme en su cara de asesina, pero en su lugar fruncí el ceño.

- ¡¿Qué quieres decir con eso de "recípruco"?! Si me estás insultando has de saber que toda mi noble familia caerá sobre ti, pues el insulto a un Dehnel es el insulto a todos los Dehnel. ¡Y ninguno de ellos aceptará tal desaire!

Pese a su aparente estupidez, no había sido tan tonta como para atacarme. Seguramente había notado que mi fuerza había aumentado mucho últimamente.

Mientras él seguía con sus estúpidos ladridos de perro vi, desviando la cabeza después de escuchar algo, cómo Massen se ¿escondía? por allí cerca. Puse los ojos en blanco. Lo que me faltaba era eso. No era suficiente lo de ayer, cuando Hewina presenció mi ridícula discusión con Lyam, sino que ahora también la piscis iba a repetir la experiencia de mi riña con Dehnel. Eso sí que no lo iba a aceptar.

Fulminé al chico con la mirada.

- Por una vez no te he insultado, capullo, así que no te sulfures-. Hago un gesto con la cabeza en dirección a Massen-. Además, tenemos a menores mirando, así que cuida esos modales.

Cuando oí las palabras de Alehyss, pude notar como mis mejillas se encendían de forma muy evidente. Sin saber muy bien qué hacer, me levanté, pues si sabían que estaba allí lo correcto era saludarlos, a pesar de la situación. Me acerqué a ellos con la mirada clavada en mis pies.

- Bu-buenos días -murmuré, avergonzadísima. Ahora parecería que los estaba espiando.

Siguiendo la seña que me hizo la puta asesina solo vi plantas y matorrales. ¡¡Menuda cobarde estaba hecha!! Tenía que inventarse hasta que había niños allí, pues me temía tanto que no se le ocurrían más formas de templar mi ira. ¡¡Pues Rick Dehnel, hijo de Reick Dehnel, hijNO SOPORTABA A LOS COBARDES O A LOS MENTIROSOS!!

- Eres de la peor calaña que he visto nunca, Lester... Mira que inventarte algo así solo para huir con el rabo entre las piernas. ¡Y sabiendo tu profesión, seguramente el rabo sea de otr...!

De tras unos arbustos salió aquella niña piscis... ¿Cómo se llamaba? Gruñí por lo bajo, pero pronto sonreí. Parecía que Lester tenía razón. Menos mal que yo había parado a tiempo, o habría quedado como el idiota que no era.

- ¡Buenos días, pequeña!-. Sonreí-. No sé por qué te escondes. Es un placer encontrarse con gente a la que no he visto en tanto tiempo.

¿Cómo era que se llamabaaa...? Maldición.

Escucho las palabras de Rick, que intentan ser quizás insultos ocurrentes, con la mirada clavada en él severamente. Cuando ve aparecer a la pequeña piscis -lo leo en su cara de imbécil- no puedo evitar sentirme realizada por dentro. Yo tenía razón y él no, y lo supo, aunque fuera solo durante un segundo.

Me vuelvo un poco para mirar a la niña.

- Tú y yo o no nos encontramos ni de casualidad o nos vemos casi a diario... ¿Cómo estás?

Intento sonar cordial, aunque interiormente solo tengo ganas de estar sola y dormir.

Miré alternativamente a uno y a otra, sintiéndome la persona más inoportuna del mundo... ¡Pero si yo sólo quería tomar un poco el sol! Me mordí el labio ante el comentario de Dehnel.

- Bu-bueno... Yo... -no sabía muy bien qué decir-. Estaba... Eh... Te-tenía la impresión de estar interrumpiendo algo. Lo siento.

Me volví hacia Alehyss, con una tímida sonrisa.

- La verdad es que sí... -corroboré-. E-estoy bien, gracias... ¿Cómo estáis vosotros? -tenía la impresión de que, por banal que fuera la pregunta, las respuestas auténticas no eran agradables.

¿Interrumpiendo algo? ¡¡Solo interrumpía el odio que había entre ambos!! Y todo lo demás no importaba. El odio no iba a cesar porque ella estuviera allí, ni mucho menos. Todo lo que yo podía hacer era contenerlo, y esperaba que la asesina hiciera lo mismo, o me vería obligado a cerrarle la boca de una estocada, o algo peor.

- ¡Yo estoy radiante, pequeña!-exclamé-. ¡A excepción de Lester, todo me está yendo fabulosamente!

Sonreí de oreja a oreja, mirándola solo a ella.

- Siempre hay partes malas, claro está, pero en general estoy pasando por un buen momento que espero que perdure. Y, con suerte, pronto me iré a una misión privada-dije con cierto tono de misterio.

- No interrumpías nada, tranquila -murmuro.

Pongo los ojos en blanco al escuchar a Dehnel. Da igual lo mucho que pueda esforzarme por intentar hacer esta situación lo menos violenta posible. Él tiene que ir, mencionar mi nombre y dar a todo el mundo una imagen de mí tan mala que con suerte quedará algún miembro en el Palacio que no piense que soy una puta, o algo por el estilo.

Yo, sin embargo, prefiero no meter baza hoy.

- Estoy algo cansada, pero normal en general -respondo seca a la pregunta de Massen.

Tal y como había supuesto, la situación era de lo más incómoda. Y lo peor era que, al hablar con los dos y no querer ellos compartir la conversación, corría el riesgo de dejar a uno de lado. Lo cual no me apetecía en absoluto. Sin embargo, dada la seca respuesta de Alehyss, me vi obligada a centrar mi atención en Dehnel.

- ¿Una misión privada? Vaya... Eso es... Muy... ¿Tú qué opinas, Alehyss? -¿Por qué a mí? ¿Por qué?

Parece que Massen intentaque los tres interactuemos, algo a lo que no sé si estoy demasiado dispuesta. No obstante, tampoco voy a ignorar su pregunta, así que me veo obligada a decir algo.

- ¿Qué opino? No sé qué importancia puede tener aquí mi opinión. Supongo, además, que si es privada no querrá que hablemos de ella.

Desde mi punto de vista, si este imbécil se va de misión me desharé de su presencia un tiempo y seré más feliz. Eso es suficiente para mí.

Ignoré a Lester. La niña era mucho más interesante, y, obviamente, menos puta. Dónde iba a parar...

- ¡¡Pues sí!! Una misión privada. ¿Sabes por qué? Voy a conseguirle un regalo a mi novia, y le va a gustar mucho. Pero no lo vayas diciendo por ahí. que me estropeas la sorpresa -. Miré de reojo a la asesina-. Eso mismo va por ti, Lester. Como Inger se entere de esto te prometo que te vas a acordad de quién es Rick Dehnel, hijo de Reick Dehnel.

Estaba furioso, pero relajé un poco mi actitud. La niña seguía allí.

Miré a Alehyss con una expresión difícil de definir. Algo así como una mezcla entre timidez, pena y desesperación. Intenté ignorar su agresivo comentario y me volví hacia Dehnel, que parecía un poco más dispuesto a colaborar, aunque no demasiado.

- Se-seguro que le hace mucha ilusión... Y no te preocupes, guardaré el secreto -le aseguré.

Suspiro. ¿A eso lo llama misión secreta? Vaya un cazurro.

- No te preocupes, Dehnel. No lo diré a nadie para no tener que aguantar tu presencia después, reclamándomelo.

Estoy bastante molesta, pero si ahora me fuera me sentiría... No quiero marcharme y que se lo tome como una victoria. Ya he zanjado mis asuntos con Lyam, va siendo hora de que los zanje también con el flamma.

La pobre de Inger... ¿Cómo soportará a este imbécil?

Ignoré nuevamente a Lester. La conversación sin ella estaba siendo mucho más agradable. Y pensar que había lavado el coco a aquella niña para que creyera que era buena. El deber para alguien como yo era arreglar aquello: convencería a la pisces de que Lester era una persona con la que uno no debía relacionarse.

- Muchas gracias, pequeña. ¡Quizás traiga una para ti también por hacerme el favor! ¿No merecen acaso todas las damas una hermosa rosa que les haga saber que son delicadas y queridas? Y déjame decirte, pequeña, que para tu edad estás hecha ya toda una hermosa dama.

Sonreí. Esperaba que no me dijera que era medio parvus o algo así...

Nuevamente, enrojecí. Recordé como apenas unos días atrás había decidido cambiar mi vestimenta por ropas más holgadas para disimular las formas de mi cuerpo. ¿Acaso no eran lo suficientemente holgadas? Tuve que contenerme para no echarme un vistazo a mí misma, e intenté pensar en sus palabras como un cumplido.

- Gra-gracias... -murmuré, azorada-. No hace falta que se moleste, de todas formas. Si va en busca de algo especial, sería un poco extraño que también trajera algo para alguien como yo... ¿No cree que es más bonito si se limita exclusivamente a buscar un regalo para ella?

Ni siquiera sabía de quién estábamos hablando.

Sonreí. Aquella niña sí que era agradable, no como la puta de Lester. Incluso rechazaba mi ofrenda en favor de Inger solo porque era educada.

- No te preocupes entonces, que ya pensaré yo solo qué hacer. Ahora, sin embargo, voy a empezar a entrenar, que hace ya tiempo que debí comenzar con el calentamiento.

Tomé su mano y la besé.

- Un placer encontrarla señorita. Buenas tardes.

Y sin dedicar siquiera una mirada a la otra, me fui.

*se va*

Lo observo partir y no me relajo hasta que está bien lejos. Entonces mis músculos abandonan su tensión y dejo de fruncir el ceño. Me vuelvo con lentitud hacia Massen.

- Siento lo que has presenciado. Ruego no le des importancia, al menos en lo que a mí respecta.

Trago saliva. Quiero encontrarme a Silvanus. ¿Tan difícil es? Si el chico está siempre saltando de un lado para otro. ¿Por qué Rick, por qué Lyam?

Maldita sea. ¿Dónde está el incordio del piscis cuando hace falta?

- Yo creo que voy a entrar un rato en el castillo. Me he quedado con mal cuerpo -confieso, entre otras cosas para ver si quedándome sola hago algo de provecho.

Me despedí de Dehnel con un gesto, y a continuación me volví hacia Alehyss, que cuando se alejó el flamma se relajó y se disculpó por su actitud. Conteniendo un gesto apenado, negué con la cabeza.

- No te preocupes... -murmuré. La verdad, lo que había sacado en limpio de la experiencia era que quedarse en el sitio cuando Rick y Alehyss estaban juntos cerca no era lo adecuado. A veces no entendía a los mayores...

Suspiré. Aquella conversación me había dejado agotada.

- Te acompaño. Creo que voy a echarme una siesta o así... -le sonreí con algo de timidez, y juntas caminamos hacia el castillo.

*Se van*

Los jardines dormitan ante la mortecina luz de la luna. Yo paseo tranquilamente con mi bastón y me azuzo el pelo hacia atrás con desaire. Estos dias son tranquilos y agradables. Relajados. Y, aunque tengo muchar presión encima. Hoy quiero relajarme y despejarme de todo. Necesito poner en orden mis ideas. Debo ser inteligente, rápido y sutil si quiero seguir con vida...

*se queda paseando*

Salí a los jardines para pasear entre las flores por la noche. Con suerte encontraría alguna de aquellas preciosidades que brillaban cuando todo estaba oscuro, aunque era silvestres y difíciles de encontrar con lo que no tenía demasiadas esperanzas.
apuraba como si diese saltitos después de haberme dado un relajante baño que me había servido como purificación aquella noche. Desde el ataque de aquel patán estaba más decidida, más fuerte y segura de mí misma y mis capacidades de lucha. Con mi alabarda a mi espalda y mi magia, ese bruto no volvería a tocarme.
Como las antorchas en torno a los jardines todavía estaban encendidas pude distinguir una silueta a lo lejos que no pude reconocer bien. Me frené un momento y me paré a pensar qué hacer. Si estaba segura de que nadie me podía hacer daño, entonces, adelante. Y que la diosa me ayudase.

Al acercarme pude distinguir una coleta rubia con lo que sonreí esperezada. "¿Alexander?" Pregunté al chico que estaba de espaldas que, con bastante seguridad se trataba de mi amigo.

Su dulce voz me despierta de mi falso sueño y me ayuda a salir forzosamente de la maraña de pensamientos en la que estaba perdido. Me doy la vuelta y a veo.
-¿Summer?- digo sonriente al verla. Pero alzo unas cejas y una sonrisa se dibuja en mi cara al verla por primera vez con su arma. Muy curioso.- Veo que estas preparada para la lucha, ¿verdad?- digo acercándome a ella y haciéndole una cordial reverencia. Si no le gustaba el contacto físico, no iba a ser yo quien la incomodase, pero quiero mostrar mi alegria por habermela encontrado.

-¿Paseamos?- digo sonriente- ¿o vas a algún lado? ¿estás mejor? - aún recuerdo el trauma sufrido por culpa de esa tal bestia... Rick Denhel. No le conozco, pero debe ser un baboso asqueroso que merece morir solo por haber utilizado a una persona tan buena, mi amiga, como un simple trozo de carne. Aprieto el mango de mi baston con fuerza y maldigo para mis adentros... pobre. Que mal lo debio haber pasado.

Me apetece pasarle un brazo por la espalda para darle mi apoyo, pero aún no me atrevo.

Asentí sonriente cuando Alexander se dio la vuelta y me reconoció e hice una pequeña reverencia cuando él la hizo. "Buenas noches. Veo que estás mejor. Me alegro mucho" Le dije con una amplia sonrisa. De verdad estaba contenta de que se hubiese curado. Me fijé en su bonito bastón cuando apuré para ponerme a su altura. "No te queda nada mal" Comenté, divertida, viendo como le conjuntaba con la ropa. La verdad es que Alexander siempre iba muy bien vestido, un derroche a mi parecer ya que me bastaba con cubrir mi cuerpo con mis túnicas o vestidos sencillos, pero él era un chico muy detallista.
Asentí en cuanto preguntó si paseábamos y comencé a caminar a su paso. "Solo daba una vuelta en busca de flores bonitas, ¿tú? ¿Estás mejor? ¿has vuelto a entrenar?" Pregunté con entusiasmo. Entonces me tapé la boca con una mano y me sonrojé, algo avergonzada. "Perdona, no dejo de hacer preguntas sin dejarte hablar" Reí, comprometida.
Me preguntó si estaba mejor y, tras pensarlo unos segundos, asentí con fuerza, apretando los puños y con una sonrisa retadora. "Sí, la próxima vez que ese bruto vuelva a acercarse, acabaré con él. No se merece estar entre estos muros, poniendo en peligro a todas las mujeres del lugar con su sucia conducta. Me da asco pensar en él y en sus negras y repugnantes manos, manchadas de todo el pecado que pueda haber..." Me estaba sulfurando solo de pensar en aquel burro y fruncí el ceño mirando al frente. Llevé una mano a mi arma y la saqué de mi espalda para sostenerla con fuerza y canalizar mi rabia "Pero no escapará de su destino. si la diosa lo ha puesto en mi camino es mi deber proteger la pureza del mundo enfrentándome a semejantes energúmenos putrefactos. Haré que el fuego que le corre por las venas purifique su alma" Conjuré dos flagrare sin darme cuenta, haciendo que el hierro de la alabarda se enrojeciera entre mis manos. Paré en cuanto me di cuenta, con un respingo, y aligeré la presión sobre mi arma. "Lo siento... Pero ese despojo ha despertado un sentimiento horrible en mí y siento que no desaparecerá hasta que haga algo al respecto" Comenté con cierta tristeza al bueno de Alexander. Él era un hombre también, de los que me habían enseñado a no acercarme ya que eran los mayores causantes de la suciedad del alma, pero él era bueno y gentil conmigo y no me preocupaba estar a su lado.

Alaba mi porte y mi buena imagen, por lo que alzo la mirada y saco pecho, de una forma graciosa. En otras ocasiones habría respondido: "Por supuesto, ¿qué esperabas, pequeña pordiosera?" pero quiero cambiar un poco esa actitud con quien realmente se la merecen, por lo que en vez de emanar chulería, solamente hago una gracia con mi chaqueta, de una forma graciosa, mientras doy un par de golpes con el bastón en el suelo divertido. -Muchas gracias, Summer. Tu estas muy guapa también con esas túnicas.- digo apretando los labios con una sonrisa amable y sincera. No era nada fea.

-¿Flores? Creo que nunca las encontrarás - comento gracioso. - Los polos iguales se repelen y no hay flor mas bonita que tu en todo el jardín, es normal que las otras flores huyan ante tu belleza- comento con una sonrisa. -Aunque...- digo agachándome y acariciando una de una planta de color rojo- esta valiente parece querer hacerte frente... pero entre tu y yo, no tiene ninguna posibilidad- digo riendo. - Ah, no, no he vuelto a entrenar, si quieres algún día podemos hacer un par de movimientos juntos, ¿no te parece?

Cuando le saco el tema de Rick Denhel, se enfurece tanto que retrocedo un paso al ver como sus hechizos brotan y su alabarda cobra color. -Guau... realmente estás furiosa.-frunzo el ceño. Tranquila, entre los dos, lograremos que ese baboso pague- digo, ahora sí, frotando suavemente su hombro con mucho cuidado y con una amable sonrisa. - ¿tranquila, vale?

Retiro la mano de su hombro y me froto el brazo contrario con dicha mano. -Oye... perdon por haberte tocado... es que te vi un poco alterada... y como no te gusta mucho que te toquen... -chasqueo la lengua

Me sonrojé un poco con el comentario de Alexander y más cuando empezó a halagarme de aquella manera simplemente por mencionar a las flores. "Bueno, no creo que sea para tanto, Alexander. Tú eres bastante más guapo y dudo que ningún ser deba huir de eso. Es más, si yo fuese una flor, abriría mis pétalos con fuerza a todo los hermoso para admirar cuan de maravillosa es la obra de la naturaleza" Digo, abriendo los brazos hacia el cielo imitando a una flor abriendo sus pétalos. Los bajé de golpe, algo azorada. "Claro que no soy ninguna flor, sino una simple sacerdotisa que las admira" Comenté, sonrojada. en cuanto propone entrenar juntos, asiento con energía. "Claro, cuando quieras"

Alexander alentó sobre mi frustración y asentí con cierto cansancio. Yo nunca había sido así de agresiva. Maldito pecador baboso. Rompía toda mi paz y mi equilibrio. ¡Diosa mía, realmente le odiaba! Di un brinco cuando noto la caricia de Alexander, más que anda porque estaba en tensión y no esperaba que me tocase. "Ah, no... Perdona, estoy algo tensa... aunque, tendré que purificarme de nuevo y ..." dije, divagando un poco para volver en mí. A su comentario, sonreí con cierta comprensión. "No es que no me guste pero es... impío. El cuerpo de una sacerdotisa ha de ser puro y guiado por su alma etérea y las manos ajenas, sobre todo si son de hombres, van dejando su marca en él de forma que se va formando una capa pecaminosa en torno al alma. Claro que no es preocupante si nos purificamos día tras día, como debemos, digamos que es como limpiar las botas cada vez que se sale al campo" Río, divertida y amable.

Me quedo impresionado ante su comentario. ¿Tan guapo le parezco? a ver ya se que soy guapo. De hecho, creo que soy el mas guapo de Brontë, es verdad, no es ego.

-Jajajaja - me rio ante sus gestos. - De verdad, Sum, eres muy divertida. Me lo paso en grande contigo- digo contento.

Escucho su retalía sobre que debe purificarse de nuevo debido a mi mano en su hombro.- Oye, Summer, pero... yo no soy una mala persona, entonces... ¿porqué deberias purificarte aunque sea un chico? Si mi alma es buena contigo... debería estar limpia. Ademas, mis intenciones estan muy alejadas de las de Rick... yo... -me paso una mano por el cuello.- perdon por haberte tocado... no lo volveré a hacer. Me siento culpable por haberlo hecho.