Jardines (1) [completo]

Reí y me encogí de hombros cuando Alexander dijo que era divertida. "Gracias, tú también lo eres" Comenté queriendo quitarle importancia a su nuevo halago. Entonces me preguntó que si él era bueno conmigo por qué debía purificarme y yo sonreí con amabilidad. "Simplemente no eres parte del santuario, donde todas mis hermanas viven bajo la purificación constante. si fuese una entre tantas quizá no tendría tanta importancia, pero pertenezco a la torre de la diosa y debo mostrar ejemplo y mantenerme pura para poder volver a ella y orar" Di a entender. "Sé que puede ser difícil de entender, pero es parte de nuestra creencia. El cuerpo es muy susceptible de pecado porque tiene unos sentidos finísimos" Indiqué mirando hacia las pocas flores que podía distinguir en la noche. "Y que seas un chico dificulta nuestro trato en ese punto. No debemos mezclarnos con el sexo opuesto ya que es la principal tentación de las personas y a la que más indefensos estamos ya que resulta muy... agradable" Indiqué, algo ruborizada, agachando la cabeza. "Ah, no, por favor, no te disculpes. Tú no tienes que entenderlo... Pero te lo agradezco mucho" Comenté con una sonrisa sincera.

Me azuzo la coleta al oir que yo también soy divertido. Entonces me explica porqué debe purificarse y todo eso y lo la escucho atentamente, para asentir al final solemnemente.
-Lo he entendido y lo respeto. Pero dime una cosa Summer... ahora no estás purificada, ¿verdad? entonces... ¿hay algo de malo en que nos cojamos la mano? Es decir... debes purificarte de nuevo... ¿que más dá? te acompañaré hasta el lugar en el que te purifiques. Es de noche y no veo bien que vayas tu sola. No interferiré en el ritual, de hecho solo te acompañáré y me iré. Sabes que lo haré, simplemente soy tu amigo. No pasa nada si no aceptas, seguirás siendo mi mejor amiga de todas formas. No te lo tendré en cuenta. Entonces le tiendo una mano suavemente- ¿que me dices? mira, me pondré los guantes- digo sacándolos de los bolsillos. ¿Que te parece? -resuelvo con una sonrisa.

Miro con curiosidad a Alexander cuando hace su propuesta y me llevo una mano al pecho, reflexionando sobre sus palabras. "Nunca... lo había pensado así" Confesé, algo ruborizada. aunque suponía que tenía razón... Había de purificarme de nuevo y él ya me había tocado sin mayor repercusión, no como si otro cualquiera lo hiciese. Sus intenciones no parecían malas y si se portaba tan bien conmigo quizá debería compensarle. Pero... Caer en la tentación era tan fácil... Quizás aquel gesto me complicase las cosas más adelante. Lo miré a él y a su mano, algo insegura y respiré hondo. Si la diosa me ponía aquellas pruebas sería por algo. Alexander era mi amigo y yo debía aportarle el agradecimiento adecuado por su compañía y comprensión o estaría actuando egoistamente. si la diosa hacía algo como aquello es que podía superar esta prueba.
Finalmente asentí a Alexander y agarré su mano, bastante caliente. Me ruboricé más al instante y tuve que mirar hacia otro lado. "Eh... No, no hace falta que te pongas los guantes. Está bien así" Dije, algo avergonzada por la situación, sin saber bien qué hacer con su mano ahora que tocaba la mía. "Gr-gracias por acompañarme pero, deberás irte, ¿de acuerdo? Es que... No puedes verlo, forma parte del ritual. Aunque, te lo agradezco igualmente" Dije, con mucha más vergüenza.

Sonrío al ver que mi propuesta es la adecuada y Summer accede a coger mi mano desnuda. Relajo el gesto y le sonrío. Gusrdo los guantes ante su petición. -Tienes las manos muy suaves, Summer. Es muy agradable. ¿Ves? no tiene porqué ser nada malo darse la mano de vez en cuando con alguien, ¿no?

Escucho sus palabras y asiento firme con la cabeza. - De acuerdo, te doy mi palabra.- digo viéndola de reojo. Realmente parece avergonzada.

Cuando llegamos a las lindes del jardín, me despido de ella y dejo que se marche. Me doy la vuelta cuando la pierdo de vista y suspiro. Me veo la mano y sonrío.



Me gusta.


*se van*

FdR: Jajaja espero que no te haya importado que terminase yo. Gracias. Si tienes alguna queja o petición simplemente dímelo por un mensaje y lo cambiaré. Gracias. Jajaja

Salgo a pasear por los jardines antes de que el sol se ponga del todo. Es un momento del día genial y el jardín se ve repleto de colores. Puedo estirar las alas mientras camino tranquilo pensando en lo que escribir a Gabrielle.

Ah, Gabrielle, hace ya tanto que no escucho su voz ni veo su sonrisa... Casi parece que su cara se va desdibujando en mi mente. Saco el retrato que tenemos y lo veo un momento. Suspiro. Al menos sé que está bien, pero... Al llegar al palacio sentía mucho su falta, ahora he ido acostumbrándome a estar solo con ella muy muy lejos y eso tampoco me gusta. No sé cuándo podré volver a verla, pero tendré paciencia porque sé que lo haré. Tengo que ahcerlo. La quiero demasiado.

Camino con las manos en los bolsillos, perdiéndome entre la selva ajardinada.

*se queda*

Con la excusa de querer tomar el aire salimos a los jardines. Lo único que busco yo, sin embargo, es no estar en un lugar cerrado para que la distancia que hay entre ambos pueda ser mayor que en una biblioteca. Sin paredes el aire puedecorrer con mayor libertad. No haynecesidad alguna de tocarse.

Nada más salir, inspiro hondo.

- Ya me agobiaba estar encerrada en el Palacio, y eso que yo no soy muy de salir -comento.

Nada más salir a los jardines, estiró los brazos y sonrió. Le gustaban los jardines. Le parecía un sitio bastante agradable. O al menos le parecía un sitio agradable cuando estaba vacío o, en su defecto, no estaba rodeado de idiotas como Alexander.

Miró a la chica cuando escuchó su voz y ensanchó la sonrisa.

—¿En serio prefieres estar dentro de Palacio a dar vueltas por los exteriores? — inquirió —. Me imaginaba justo lo contrario...

Al rato de pasear me siento en uno de los bancos del jardín sin mucho que ahcer. Poco después escucho unas voces a lo lejos. Parece que alguien ha salido a dar una vuelta.

Me levanto para ver de quiéns e trata a ver si puede darme conversación pero, al ver que son Alehyss y Lyam, juntos, me agacho rápidamente y me vuelvo a sentar. Jolin. Lyam me había dicho que había discutido con Alehyss y la pobre había sido víctima de las bromas pesadas de Rick Dehnel hacía nada, seguro que les interrumpía y eso no podía ser. Debían arreglar sus problemas.

Me quedo en silencio en mi posición escuchando como los diálogos se van haciendo más audibles a medida que se acercan caminando.

- ¿Y eso por qué? -. No puedo evitar esbozar una sonrisa. ¿Doy la imagen de una mujer a la que le gusta dar largos paseos por la noche y bailar bajo la lluvia, acaso? -. En todo caso, me gusta salir a despejarme, pero no soy muy de pasarme el día fuera.

"Realmente prefiero pasarlo metiendo las narices allá donde puedo" pienso para mí.

Ya se ha relajado el ambiente entre ambos. Parece que la discusión en la que dejamos las cosas claras ha surtido efecto.

Le devolvió la sonrisa a la chica.

—No lo sé. — Se encogió de hombros —. Era la impresión que me dabas... No te imaginaba (ni te imagino pese a lo que has dicho) pasando los días encerrada dentro de Palacio. — Ensanchó la sonrisa —. Te veía dando vueltas por los exteriores, inspeccionando o entrenando.

Suspiró. Volvió a estirar los brazos y observó algunas plantas del jardín. Luego, cuando ambos se detuvieron en un punto, volvió la vista hacia la chica.

—Tampoco creas que te imagino (o imaginaba) saliendo a los jardines para ver las estrellas... Simplemente te imagino (o imaginaba) paseando, sin más...

Escucho cómo se acercan demasiado hablando de sus costumbres. Al parecer Alehyss es más casera, pobre mujer y sigue sin marido al que poder esperar para sentarse juntos frente al fuego... Lyam, por su parte, suena muy contento cuando le habla, para nada parecen enfadados. Vaya, vaya. ¿Me habría mentido? No tendría por qué mentir en algo así de tonto... aunque quizá quería disimular u ocultar algo. (FdR: cejas, cejas)

Cuando noto que se acercan demasiado estoy por huír de allí rápidamente para dejar de ser indiscreto, pero entonces se paran demsiado cerca. Maldición, si me voy ahora me verán y parecerá que he estado espiándoles. Suspiro para mí. En fin, supongo que no dirán nada de vida o muerte.

- Estoy bastante por la biblioteca. Y cuando quiero tomar el aire suelo salir a los tejados o los balcones... Tampoco suelo ir mucho más allá del jardín cuando salgo.

Eso es parcialmente mentira. No suelo adentrarme mucho en el bosque, pero cuando necesito ver a Jager o escribir mis notas (lo cual podré hacer cuando el aether me devuelva mi libreta) sí que me adentro en el bosque. Lo que espero es que el chrysos no repare en ello.

- Digamos que no soy excesivamente activa innecesariamente.

Asintió mientras la chica hablaba. Según sus palabras, no solía ir más allá de los jardines. El comentario llamó ligeramente la atención del chrysos por el mero hecho de que recordaba que se habían conocido en el bosque. ¿Sería aquel un caso aislado? No lo sabía, y dudaba que lo fuese a saber si se lo preguntaba (podría decirle tanto la verdad como no). Tal vez por eso decidió no mencionarlo.

—Vaya por Mithos... Ahora tendré que cambiar la imagen que tenía de ti — murmuró, con un deje divertido en la voz. Estiró los brazos, de nuevo, y sonrió —. Los tejados son un sitio fantástico. Puedes tomar el aire y hay unas vistas increíbles — Ensanchó la sonrisa —. La biblioteca, por otro lado, me parece un sitio bastante aburrido. — Se encogió de hombros —. Pero bueno... A diferencia de a ti, a mí sí que me gusta bastante estar fuera.

Dejo salir un jocoso "ju".

- ¿No eres casero, entonces? Seguro que ya desde joven salías detrás de las faldas. O esa es la imagen que tengo de ti

Alzo la vista al cielo.

- No es un insulto. Pero te imagino así antes de venir aquí.

Alzó una ceja al escuchar los comentarios de la chica y rió. La miró de reojo, con una sonrisa divertida dibujada en la cara, y ladeó la cabeza hacia la derecha.

—Mira qué directa puede llegar a ser la chrysos... — comentó, jocoso. Ensanchó la sonrisa —. ¿En serio tienes esa imagen de mí? No sé cómo tomármelo, la verdad...

Hizo una pequeña pausa y clavó su vista en una de las plantas del jardín. Volvió a reír.

—Pero, bueno, respondiendo a la pregunta: no, no soy casero. No mucho, al menos. — Se encogió de hombros. Sonrió y miró a la chica de reojo —. Y sobre lo otro no diré nada. Esas cosas no se van contando por ahí.

Ensanchó la sonrisa.

Fdr. le ha respondido claramente xDDDDDDDDD

Esbozo una sonrisa.

- Así que sí, eh. ¿Cuántos corazones has roto entonces, pequeño Lyam?

Lo miro de reojo, encendiendo ligeramente los ojos. Ya se ha hecho tarde y no puedo verlo bien si no lo hago. Además, así quizás capte mejor la mirada divertida y burlona.

- Lo que me pregunto es cuantas veces te habrán roto a ti el tuyo -. Río-. ¿Te han hecho daño?

No suelo hablar de estas cosas, pero quizás extraiga información valiosa para el futuro, o para chantajes emocionales.

Empieza a darme un poco de palo escuchar aquello ya que parecen cada vez más contentos o divertidos. La verdad es que no me interesa mucho si son más de andar por casa o si son de salir, pero bueno.

Ah, la biblioteca, sin duda era un lugar que le pegaba a Alehyss Lester o quizás lo pienso porque es el primer lugar donde la vi. Pero, por favor, Lyam, ¿cómo no podría gustarle eso a una chica inteligente como ella? No deberías decir que te aburren esas cosas o quedarás como un patán, chaval.

Escucho sus comentario con ese tono gracioso que le ponen como si fueran a carcajearse muy contentos por lo que dicen. Así que Lyam se iba por ahí de pingo... vaya, ¿y ahora trata de conquistar a la solitaria Alehyss? Bueno, conquistar... Ella tampoco parece muy disgustada. Aunque aprece más de llevar los pantalones en la relación. Lyam ,te tocará quedarte en casa y dejar las tabernas, muchacho. Me pregunto si esto será el comienzo de una nueva unión entre guerreros. Aunque esta vez son de la misma raza...

Rió. Miró a la chica de reojo y encendió ligeramente los ojos, tal y como había hecho ella hacia unos instantes. Le sonrió.

—Cuántas ganas de cotillear... — murmuró, jocoso.

Estiró los brazos y suspiró. Luego miró a la chica y ensanchó la sonrisa. No perdía nada respondiendo a aquellas preguntas. Dudaba que la chica pudiese sacar algo interesante de aquello. Como mucho, sabría que le gustaba ir por ahí. Nada más.

—A ver... Respondiendo a lo primero, espero que no muchos. — Esbozó una mueca —. Aunque supongo que alguno sí... — Se encogió de hombros y dejó escapar una suave risa—. Ya habíamos quedado en que podía ser muy desastroso, ¿no? Pues... Eso. — Suspiró —. Respecto a lo segundo, pues alguna que otra vez. Pero bueno, es bastante normal. Y en cuanto a tu última pregunta... — Se encogió de hombros de nuevo —. Pues... — Esbozó una mueca —. No sé qué quieres que te diga.

Sonrió. Permaneció en silencio durante unos segundos. Luego inquirió

—¿Y tú? ¿Has roto muchos corazones, Alehyss?

FDR. LOL
a tú xD

Sonrío. Parece reacio a hablar de ello. Yo, por mi parte, no sé bien qué decirle. Nunca me impliqué demasiado. De hecho, solo una vez. Aunque, de todas formas, su pregunta me hace recordar.

- Supongo. Supongo que sí, porque nunca fui muy de preocuparme por aquellas personas. Así que, si lo hice, no me molesté en preguntarlo.

Visto así, en retrosprectiva, hasta yo pienso que fui algo cruel, pero en el momento aquello de los sentimientos no tenía cabida ni importancia. Hasta llega a parecer que haya hecho más daño yo que él, y no sería raro.

- Espero que esto no empañe aún más mi imagen.

Observó a la chica de reojo, mientras ella hablaba. Por algún motivo, no se sorprendió demasiado al escuchar la respuesta. Estiró los brazos y suspiró. Luego esbozó una sonrisa y observó a la chrysos.

—Por algún motivo (y no te ofendas, por favor), la respuesta no me sorprende demasiado. — Esbozó una mueca —. Así que la imagen que tenía de ti no ha cambiado demasiado.

Hizo una pequeña pausa y volvió a estirar los brazos. Luego suspiró.

—Si te digo la verdad, yo tampoco me preocupé demasiado de algunas personas... — Frunció el ceño —. Así que, aunque la respuesta me hubiese tomado por sorpresa, tampoco estropearía la imagen que tengo de ti.

- Qué suerte -respondo, sonando quizás algo sarcástica para mi gusto.

Suspiro. ¿Y ahora qué? Ya hemos hablado, ya hemos paseado... ¿Qué tema de conversación se saca después de hablar de amoríos pasados? ¿O es ahora cuando la conversación decae y es mejor irse?

Lo miro de reojo, esperando que él me de la solución. Quizás tenga una idea fabulosa sobre de qué hablar, o quizás quiera confesarme los oscuros secretos que lo traen a este lugar. Tal vez sea el mal personificado, o un es´pía, o simplemente un humilde muchacho algo arrogante.

Miró a la chica de reojo y suspiró.

—Soy un bocazas. — Se llevó una mano a la cara y resopló. Luego separó los dedo y clavó sus ojos en la chica. Esbozó un amago de sonrisa y retiró la mano —. A ver... No quiero decir que tenga una mala imagen de ti ni nada parecido... Es sólo que te veo muy seria y... — Volvió a resoplar —. Olvídalo...

Chasqueó la lengua. Si es que, realmente, podía llegar a ser todo un bocazas. Y un metepatas. Suspiró y miró a la chica.

—Perdón...

Volvió a chasquear la lengua. Cualquier conocido que lo viese se preguntaría desde cuando se disculpaba con tanta facilidad, pero, como no había nadie así en Brontë, podía permitir hacerlo sin tener que responder después a un montón de preguntas.

- Aunque tuvieras una imagen de mí, no suelen importarme esas cosas-. Río sarcástica-. Después de lo que pasó con Aren Darvenwish... ¿De verdad puedo tener una imagen medianamente limpia? ¿Tú crees?-. Niego para mí-. No. Yo creo que no.

A veces no me gusta estar en este lugar. En esas ocasiones me siento pequeña y sola. Como una niña. Y desearía volver atrás en el tiempo, a cuando no hacía falta que fuera fuerte, porque simplemente me protegían. Ahora me pasa poco, porque llevo mucho tiempo estando yo sola. Pero aún hay ocasiones en las que echo de menos que velen por mí.

Demasiado sensiblera para mi gusto. Por suerte, nadie escucha lo que pienso.

Miró a la chica de reojo y dio un par de pasos hacia ella, disminuyendo un poco la distancia que los separaba. La observó en silencio durante unos segundos, preguntándose qué podía decirle. Estaba claro que era un metepatas (aunque se esforzase por no serlo). Podía haber dicho cualquier otra cosa en lugar de decirle que se esperaba aquella respuesta.

Suspiró.

—Si te sirve de algo, yo no le di importancia a lo del líder caeruleus. — Chasqueó la lengua —. Quiero decir que eso tampoco cambió la imagen que tenía de ti (a pesar de que, admito, me sorprendió). Y, bueno... Yo no tengo una mala imagen de ti, como ya dije... De hecho, es más bien lo contrario.

Era cierto. No tenía, ni por asomo, una mala imagen de la chica.

Desvío ligeramente la mirada. Llego incluso a azorarme un poco, aunque no demasiado. De hecho, hasta me estoy poniendo nerviosa, pero es más que nada porque hace muy poco hablamos de mantener una distancia relativa entre ambos y parece que esa idea que expuse se resquebraja. Y no solo a nivel físico.

- Vale, ya te he entendido...-respondo, bajando un poco la voz.

Ya me ha repetido mil veces la buena imagen que tiene de mí. Tanto que me lo empiezo a creer. Y no soy un monstruo; me gusta que la gente tenga una buena imagen de mí, aunque luego me comporte con la frialdad acostumbrada.

Pero él es, quizás, la persona que menos debe acercárseme ahora mismo.