Jardines (1) [completo]

Suspiró y desvió la vista. No sabía qué decirle. Evidentemente, no iba a volver a sacar el tema de la imagen ni ningún tema que tuviese que ver con romances o cualquier cosa parecida. No lo haría porque esa conversación ya había llegado a su fin y porque, si lo hacía, seguro que volvía a meter la pata (a veces estaba convencido de que llevaba esa característica en los genes).

Chasqueó la lengua y observó las plantas del jardín, en silencio. No sabía ni qué hacer ni qué decir. Tomó aire y volvió a suspirar. Luego se pasó una mano por la nuca y miró de reojo a la chica.

FdR. xDU cutre

Tras desviar la mirada de él, la clavo en algún lugar del suelo, al azar, sin ningún interés en particular más que el no mirarlo mientras pienso. Está habiendo un problema entre nosotros, y habría que ser imbécil como Dehnel por lo menos para no darse cuenta. Lo malo es que no sé bien qué hacer para solucionarlo.

Quizás deba contárselo a Jager. Tal vez sea tran grave para mi misión aquí que debal relevarme en mi trabajo. Es posible que me haya inmiscuído demasiado y no pueda seguir, pero soy demasiado orgullosa como para admitir algo así ante el aether. Además, por ahora no ha pasado nada irremediable que requiera tal solución. No es que haya que esperar a que sí pase, pero tampoco voy a tomar medidas antes de que sea necesario, pues solo rebajaría mi imagen a ojos de mis jefes.

Suspiro.

De todas formas, no sé bien qué camino tomar ahora. Y, además, noto su mirada en mí, como si me evaluara, lo cual también me pone nerviosa. Siento que cada segundo que pasa sin que diga nada resulto más extraña o sospechosa.

Volvió a desviar la vista y tragó saliva. Chasqueó la lengua y alzó la vista al cielo, para después bajarla al suelo, para posteriormente observar las plantas del jardín, para luego mirar la silueta del Palacio y para terminar volviendo a mirar al suelo. Suspiró y tomó aire. Miró a la chica de reojo. Desvió la mirada y observó unos arbustos.

Permaneció así durante unos segundos, hasta que decidió dejar de pensar. Se giró y miró a la chica. Frunció ligeramente el ceño, tomó aire y se acercó a ella, dando largas zancadas. Cuando estuvo a escasos metros de ella, apoyó las manos en sus hombros, bajó ligeramente la cabeza y la besó violentamente.

FdR. ADIÓS.

Aunque me sorprende que venga hacia mí con esa decisión, no me espero lo que hace. Quizás porque hace nada hablamos de que esto no iba a volver a pasar. Esperaba quizás que me abrazase por verme triste (y sería peor), o que me soltase un par de gritos indignados por hurgar en su pasado. Incluso, yo que sé, que me dijese que no soportaba más mi silencio. Pero esto... Esto no. Quizás porque me obligué a mí misma a pensar que no volvería a darse.

Hay otra cosa... Lo hace tan repentinamente que reacciono moviendo la cabeza de forma inapropiada. Como resultado, cuando me besa de esa forma tan espontánea y violenta noto como el contacto es demasiado fuerte hasta el punto de que presiona mi labio inferior contra los dientes. Noto un ligero sabor metálico y una pequeña molestia en el mismo.

Empujo al chico frunciendo el ceño y llevándome una mano a la boca. Sangra un poco, no demasiado, pero sí lo suficiente como para mirarlo con disgusto.

- ¡¿Pero qué haces?! ¡Ni Rick Dehnel!

Paso la lengua por la herida. La verdad es que no es demasiado importante. Ya casi no sangra. Debe de ser un cortecillo sin importancia.

- Si vas a hacerlo al menos ten un poco de cuidado, hombre -gruño.

Lo miro fijamente. Vaya una escena ridícula. Menos mal que no hay nadie mirando.

FdR- Eh, Heylel.

Nada más separarse, alzó las cejas y miró a la chica con una expresión entre confusión y vergüenza dibujada en la cara. Observó cómo se llevaba la mano a los labios y alzó la vista para clavar sus ojos en los de ella. No tardó en disculparse al escuchar las quejas de la chica.

—¡Lo siento, lo siento! — Dio un par de pasos hacia adelante. Tomó aire y volvió a hablar —. No pretendía... Molestarte... Lo siento, en...

Dejó la frase en el aire al escuchar la voz de la chica. Frunció ligeramente el ceño. ¿No estaba molesta porque la había besado? ¿O sí lo estaba? Porque, realmente, no le estaba diciendo que se fuera. Y tampoco le había abofeteado. A lo mejor sólo lo había apartado porque le había hecho daño...

Observó a la chica en silencio, sin variar su expresión. Luego esbozó una sonrisa y se acercó a la chica.

—¿Puedo hacerlo...? — susurró, con un deje jocoso en la voz.

FdR. xD

Frunzo el ceño, mirándolo con desagrado.

- Si te refieres a partirme el labio en dos, obviamente no-gruño.

Estoy exagerando. Tampoco ha sido para tanto.

No, Alehyss. No puedes permitírselo, porque hace nada os habéis dicho que estáis en este lugar para hacer cosas más importantes que vivir una segunda pubertad.

- Si te refieres a otra cosa, espero que seas lo bastante valiente como para no depender de mi respuesta a la hora de decidir qué hacer -zanjo, desviando ligeramente la mirada.

Así, haga lo que haga, no es mi responsabilidad. Al menos no a tanto nivel como si digo que sí o que no.

Suspiró y miró a la chica.

—Ya te he dicho que lo siento... Y no quiero partirte el labio en dos, evidentemente...

La observó en silencio, esperando una respuesta. Cuando la obtuvo, frunció ligeramente el ceño y ladeó la cabeza. Evidentemente, él quería. Si no hubiese querido, no se hubiese acercado. Pero no hacia ni una semana que se había dicho a sí mismo que iba a ser profesional por una vez en su vida y ahí estaba, a punto de llevarse la contraria a sí mismo otra vez...

Tomó aire y sonrió. Si no le daba importancia, no había problema. Y como tampoco le había dado una importancia excesiva a su último encuentro, no tenía por qué dársela a ese hipotético segundo encuentro.

Volvió a acercarse a la chica y, de nuevo, la besó.

Su respuesta no hace sino subrayar lo que ya séabía: esto no debe seguir adelante. Pero llevo unos días muy triste y a lo mejor algo de calor humano me sube la moral. Mientras me tome esto como si algo sin compormiso no habrá problema alguno. De hecho, hasta podemos llegar a algún acuerdo. Saciamos las necesidades del otro y no nos involucramos emocionalmente. Desde mi punto de vista, es quizás la mejor opción. Y más aún si nadie se entera jamás de esto y se convierte en algo discretamente secreto.

No suelo besar a nadie si puedo evitarlo. Más que nada porque sexo significa sexo, pero besos significan cariño, así que si puedo evitarlos, mejor. No obstante, como es él el que ha empezado, y no voy a ser yo la que rechace contacto gratuíto, termino por ceder. Tampoco va a significar nada.

Dejo que sea él el que lleve la iniciativa unos cinco segundos. Luego surge de mi interior esa parte dominante que algunas mujeres tenemos y entreabro los labios para acceder con mi lengua a su boca. Si esto va a ser así, va a ser lo menos romántico posible.

Tras unos segundos, me aparto violentamente y me pongo de puntillas para alcanzar su oído.

- ¿Qué buscas de mí? -siseo, sonriendo ligeramente al hacerlo.

Me sorprende mucho tanto la conversación como la situación y me veo muy fuera de lugar. Pero si me muevo sabrán que he estado escuchándoles ya que están demasiado cerca y podrán verme si encienden sus ojos. Maldición, me siento bastante impertinente. Solo me queda esperar a que decidan irse a un lugar más íntimo y poder salir de aquí.

*espera a que se vayan/se duerman y se va*

FdR: Hoy se rompió el heylito espía DX lo siento, mañana haré un post con sus conclusiones u.u

Cuando la chica se separó, frunció ligeramente el ceño y entreabrió los ojos. Observó cómo se ponía de puntillas y, cuando le susurró al oído, la miró de reojo. Esbozó una sonrisa casi jocosa y rodeó la cintura de la chrysos con los brazos, acercándola a él.

—Si te preocupa que busque algo serio, que sepas que no lo busco... — susurró, con los ojos clavados en los de la chica —. Tampoco es que busque algo en especial... — Sonrió —. Si te molesta, dilo ahora...

No dijo más y se limito a mirar a la chica, esperando alguna respuesta por su parte.

FdR. Heylito ;O;

Sonrío, ligeramente apenada. En mi fuero interno, no me agrada la situación. Al menos a mi parte razonable.

Apoyo las manos en su pecho para separarme de él y volver a pisar el suelo con normalidad. Desvío la mirada, volviendo el rostro hacia un lado.

- Estaré con quién quiera. Y tú más de lo mismo. Nunca habrá sentimientos de por medio -. Lo miro fijamente-. Nunca. ¿De acuerdo?

Sin querer, se cuela en mi mirada un resquicio del dolor que sentí cuando supe la verdad sobre Jager. Estoy en Brönte trabajando, y por ello no puedo entremezclarme sentimentalmente con nadie. Pero, aunque pudiera, ese recuerdo del aether me hace sentirme incapaz.

Tragó saliva y ,miró a la chica en silencio. Cuando sonrió, el chrysos le devolvió la sonrisa. Y cuando apoyó las manos en su pecho, la soltó. Observó cómo volvía el rostro hacia un lado y frunció ligeramente el ceño. Luego escuchó sus palabras en silencio, mientras asentía. No veía problema en lo que decía. De hecho, eso sería, sin duda alguna, lo mejor.

Clavó sus ojos en los de la chica y habló:

—De acuerdo...

Se acercó a la chica y la besó, con menos violencia que antes.

Parece que mis condiciones han sido aceptadas. Ahora si alguno de los dos las incumple podremos decir que ese no era el trato y reescribirlo o romperlo.

Correspondo a su beso un instante y luego, repentinamente, me aparto de él de nuevo.

- ¿Vamos a quedarnos aquí?-murmuro-. No es avidez, es que empiezo a tener frío.

Como si quisiera reforzar mis palabras, abrazo mi propio cuerpo. La verdad es que cuando salimos era mucho más temprano y la ropa que llevo no es adecuada para estas horas.

Volvió a fruncir el ceño cuando la chica se separó de él. La miró, con la confusión pintarrajeada en la cara y en silencio. Cuando la chica terminó de hablar, el chrysos negó con la cabeza y le sonrió.

—No, mujer — murmuró —. Vamos a dentro... Si te parece bien.

Observó a la chica y esperó su respuesta. Cuando la obtuvo, ensanchó la sonrisa y la besó de nuevo. Luego, cuando se separó, ensanchó la sonrisa, besó la mejilla de la chica y comenzó a andar en dirección a Palacio, seguido de la chrysos.

*se van*

Ante un día tan soleado como aquel, decidí que sería una buena idea salir a los jardines. Después de rondar un poco por allí, me tiré en la hierba y me dediqué a rodar por el suelo. Olía tan bien... Los jardines eran un sitio fabuloso. Debería pasar por allí más a menudo...

*Se queda jugando*

Salgo a los jardines a tomar un poco el aire. No hace mal tiempo, y me agrada la temperatura. Estiro los brazos, como desperezándome, aunque hace ya mucho que me he despertado.

Recorro los jardines un rato hasta localizar algo que corretea. ¿Un niño? Sin embargo, al acercarme y ver mejor a aquella personami impresión cambia una parvus.

- Hola -saludo, a una distancia prudencial, mirándola fijamente.

Frené en seco y me volví hacia la persona que me hablaba. Una claritas, de pelo oscuro y largo, me estaba observando. Me sonaba su cara, pero no tenía ni idea de por qué. Sonreí de oreja a oreja y me levanté, sacudiéndome la tierra de la ropa.

- ¡HOLA! -exclamé, con entusiasmo. Me acerqué muy rápido a ella, con intención de tomar su mano para estrecharla-. ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? ¡Hoy hace un día precioso!

Y, como queriendo que observara el buen tiempo que hacía, hice un gesto con los brazos, como queriendo abarcar todo a mi alrededor. Arranqué una florecilla del suelo y se la tendí.

- Toma, es para ti -dije.

Pronto me arrepiento de mi saludo. Estoy templada hoy, más tranquila y relajada que de costumbre, pero creo que no estoy preparada para enfrentarme a un terremoto.

En cuanto me ve, la parvus viene hacia mí con una energía que no pensé que pudiera caber en su cuerpo. Me estrecha efusivamente la mano mientras dispara una pregunta tras otra. Debería explicarle que yo hago las preguntas aquí.

- Me llamo Alehyss Lester -le digo, manteniendo mi serenidad, pese a su explosión de energía-. Y solo he salido a tomar el aire.

Tomo la flor que me ofrece y la observo.

- Gracias -. Hago una breve pausa-. ¿Y tú quién eres?

No le pregunto qué hace aquí. Francamente, me asusta la idea de hacerlo.

Asentí efusivamente, con aire de persona interesante, como dando a entender que sabía exactamente a qué se refería. (?)

- Encantada, Alehyss Lester -sonreí. De verdad estaba encantada. Parecía una chica divertida.

Me agaché y me puse a arrancar hierbajos del suelo, mientras me pasaba un dedo por los labios con el ceño fruncido, como pensando bien qué respuesta debía dar a su pregunta. Responder al azar no habría estado nada bien...

- ¡Ya sé! -resolví finalmente, levantándome de nuevo de un salto. Lamentablemente, eso no me ayudaba a quedar a su altura-. Soy Ayne Stalon. Y no puedes llamarme An -respondí.

Le arranqué la flor de las manos.

- Bueno, la verdad es que es bonita -comenté, devolviéndosela sin apenas mirarla. Sonreí más ampliamente.

La miro actuar. Parece digna de estar en un circo, aunque por ahora ya ha sido más civilizada que Rick Imbécil Dehnel. De todas formas, es rara. Pero como mi trabajo es informarme sobre toda la gente que hay en el Palacio, sean normales o raros, he de hacer de tripas corazón.

Respiro hondo y fuerzo una sonrisa.

- Así que An, eh -. Ayne Stalon. Tomo nota-. Y dime, An, ¿llevas mucho tiempo en Brönte? Es que no te he...

El recuerdo viene a mi mente. Es la chica que estaba en los pasillos con un... ¿Caeruleus? Cierro los ojos, pensativa. Creo que sí, que es ella. Los vi un día, pero no me paré a hablar con ellos.

Quizás...

- ¿Oye, tienes tú un amigo caeruleus? Porque ahora que lo pienso, creo haberos visto un día hablando en los pasillos...

Si la chica es tan dicharachera como parece quizás me de información de ella y del tipo ese.

Vaya. Qué chica más rara. No debía de haberme entendido. Bueno, qué más daba. Cuando comenzó a hablar llamándome por el nombre de An, me di la vuelta con intención de echar una buena carrera, pero entonces dijo algo más que me hizo frenar en seco y volverme, con una orgullosa sonrisa.

- Tengo tres -contesté, mostrando tres dedos para enfatizar mis palabras-. Y son muy divertidos. ¿Tú también quieres ser su amiga?

Caminé un paso hacia ella y me senté en el suelo con las piernas cruzadas.

- Ven, siéntate, te hablaré de ellos -ofrecí.

¿Tres amigos caeruleus? Yo creo no conocer a tantos, a menos que incluya a Inger Nielsen y a ese desconocido, pero ninguno de los que conozco me parece demasiado divertido. Ni un poco, siquiera.

Asiento y me siento a su lado.

- Supongo que sí, quiero ser su amiga. Pero quiero saber algo sobre ellos antes para no meter la pata cuando hable con ellos -le explico.

Por alguna razón, me siento como si hablase con una persona retrasada. Espero que no lo note o no le de importancia.

Me acerqué a los jardines y vi a lo lejos a dos chicas hablando entre ella. Una, la más baja parecía como... como si tuviera un aura de hiperactividad encima y la otra, bastante más alta, parecía una persona más bien seria. Sonreí al ver que se llevaban bien, ya que antes de entrar en el ejército, suponía que las razas no se llevarían muy bien entre sí.

*Se queda*

FdR: Creo que este es el peor post que he escrito en mi vida, pero no tengo la vena inspiratoria... u.u

Se sentó a mi lado y me explicó su problema. Asentí con expresión comprensiva, pero durante un fugaz momento la miré con desconfianza. No debió tener tiempo de darse cuenta. Por si lo había visto, sin embargo, reí.

- ¿No será que los estás investigando? -comenté, con voz burlona, y le guiñé un ojo para dejar claro que estaba de broma-. Bueno, seré tu cómplice por hoy -añadí en tono concesivo. A continuación, enumeré-: Está Inger, que tiene un pelo precioso. Ojalá me diera un mechón... -al menos tenía el pelo del chico del cementerio... No recordaba su nombre. Me pasé un dedo por los labios, con expresión pensativa-. Aunque hace mucho que no la veo... -sacudí la cabeza-. Pero Aren es más cariñoso -proseguí-. Es muy bueno, y me regaló una pluma. Siempre dice cosas interesantes, y es muy divertido -describí, con una sonrisa soñadora (FdR.: Reputación de Aren a la mierda xDU)-. Y luego está el chiquillo, que fue quien me recibió cuando llegué. El otro día estaba luchando contra un monstruo de metal y él me protegió. Tengo que decirle que ya casi se me ha curado la herida... Es que me la curó él -expliqué, levantando mi camiseta lo suficiente para enseñarle la venda, medio deshecha, que dejaba entrever una herida ya casi cicatrizada.

Me bajé la camiseta y la miré, sonriendo ampliamente.

- ¿Tú tienes muchos amigos, investigadora? -pregunté, mientras arrancaba hierba.

- ¿Investigándolos? No, tranquila -. Fuerzo una sonrisa-. Lo que pasa es que me entró curiosidad, porque juraría haberte visto con uno de ellos en los pasillos y nunca he hablado con él.

Atiendo a sus explicaciones. Por lo que parece, Inger Nielsen sí es una de sus "amigas". Eso hace que me tranquilice un poco, pues ya pensaba que había llegado una horda de caeruleus a Palacio y yo ni me había dado cuenta de ello. El segundo mencionado, Aren, me hace sonreír de verdad.

- ¿Aren? ¿Una pluma? ¿Cariñoso? ¿En serio? Vaya, yo lo conzco también, sabes.

Sin comerlo ni beberlo he obtenido información sobre el líder que me ayude a soportar sus maltratos psicológicos pasados. Ya me siento mucho mejor.

El tercero al que menciona es "al chiquillo". Si no conoce a ninguno más, ha de ser ese.

- ¿El chiquillo? ¿Es, acaso, un niño? -inquiero inocentemente.

En ese momento giro el rostro hacia un lado. Está bastante lejos, pero hay una chica observándonos. Tenso los músculos de la mandíbula.

¿Quién es? ¿Es solo tímida o está observándonos por algo más?

Me quedo mirándola.