Claro del bosque

No puedo sino ensanchar la sonrisa al ver cómo se propasa y retira el mechón de pelo de mi rostro. Otro cualquiera se habría ganado una mirada de soberano desagrado, pero he de reconocer que se lo ha montado bien.

- Muchas gracias -respondo, ligeramente condescendiente, aunque termino por enarcar ambas cejas, divertida-. Curiosa forma de evitar dar tu apellido, Lyam, pero, como he dicho antes, estoy conforme si no soy la única que se toma confianzas.

Lo examino unos instantes, todavía con la sonrisa de quién acaba de escuchar un chiste gracioso y sigue pensando en él. Me pone algo nerviosa no saber su apellido (cuestiones formales), pero tampoco quiero parecer desesperada (no lo estoy, de hecho). Pero de pronto sí me pica la curiosidad. ¿Qué razones puede tener para esconderlo? Son tantas... Tantas que no merece la pena pensar en ello.

Esbozó un amago de sonrisa. ¿Por qué la chrysos no dejaba ya el tema del apellido? Se había imaginado que con aquel gesto cambiaría de tema, pero no lo hizo. Quería resoplar, pero, en su lugar, se limitó a sonreír.

- De nada... - murmuró. La miró a los ojos. Y ensanchó la sonrisa -. Bueno... ¿Para qué quieres saber mi apellido? ¿Tanto te interesa? Es bastante feo, la verdad. Por eso no lo digo. Es como... ¡ugh! Lyam suena mucho mejor, en serio..- Se echó el flequillo hacia atrás -. Además, somos compañeros. Podemos tomarnos confianzas

Se alejó un par de pasos de la chica.

- Aunque, si tanto te preocupa no saber mi apellido, puedo contartelo. Serías la primera persona del castillo que lo sabría, que lo sepas.

FdR. Lamento la tardanza

Relajo un poco el gesto. No quiero incomodarle, más que nada porque no me interesa ganarme su antipatía. Además, ya he decidido resignarme por esta vez antes de oír su respuesta.

- No te preocupes. Era mera curiosidad, pero no voy a hacer un drama por esto -. Como se ha separado un par de pasos, avanzo un paso hacia él en señal de buena voluntad, sonriendo levemente-. Prometido.

Hago una pequeña pausa.

- Además. No es algo importante -. Sí lo es. Sin su apellido, me faltan datos sobre él.

Alzo ambas cejas de pronto.

- Aunque estoy deseando ver qué más confianzas te tomas -añado divertida, por lo bajo, pero asegurándome de que pueda oírlo.

Ladeó la cabeza hacia la derecha. La chrysos se había acercado, sonriendo levemente. Le devolvió la sonrisa.

- Vale. No me preocuparé. Ni lo más mínimo - se llevó ambas manos a la nuca -. Prometido.

Ignoró el siguiente comentario. No tenía nada más que decir. Con su última intervención llegaba. Pero sí que habló al escuchar el casi susurro de la chrysos. Esbozó una sonrisa jocosa y dio un paso adelante.

- ¿Acaso quieres que tome alguna confianza más, Alehyss? - Ensanchó la sonrisa -. Es que si me lo pides así, tendré que tomarme alguna más, mujer...

FdR. Qué sobrado quedó lo último jajajaja

Dibujo una ancha sonrisa en mi rostro, casi como si quisiera provocarlo.

- ¿Quién ha dicho tal cosa?

Avanzo algo más hacia él hasta llegar a su altura, pero, en vez de quedar frente al chrysos, me desvío un poco hacia la izquierda y camino un poco más, hasta estar hombro con hombro. Le dedico una mirada por el rabillo del ojo y una divertida sonrisa.

- Yo me limito a ver qué sucede-. Termino con un susurro-: Nada más...

Continúo avanzando hasta dejarlo atrás y, sin volverme a mirarlo, me despido de él airadamente.

- Un placer encontrarme contigo. Verdaderamente, ha sido una sorpresa agradable, pero ya va siendo hora de que me retire. Buenas noches, Lyam.

Y tras la despedida, abandono el claro. Parece que voy a tener que cuidar de que nadie ande cerca cuando escriba en mi cuaderno, pero... Al mismo tiempo, este encuentro ha sido de lo más útil, además de divertido. Si algo ha quedado patente, es que el chico tiene bastante falsedad. Pero no miento al decir, o simplemente al pensar, que me agrada.

Es descarado, pero con cierta clase. Interesante.

Realmente me gusta.

*se va*

FdR- Le has causado buena impresión. Bien, bien XDDD

Tengo que irme ya u.u Buenas noches

Arqueó una ceja al escuchar la pregunta de la chrysos.

- Juraría haberlo oído... - murmuró -. Aunque tal vez entendí mal.

Observó el recorrido de la joven con la mirada, sin moverse del sitio. Cuando quedaron hombro contra hombro, esbozó una sonrisa sesgada y la miró de reojo. Dejó escapar una leve risa al escuchar su comentario, pero no dijo nada más. Se giró, para seguir el avance de la muchacha.

- Me alegra haber sido una sorpresa agradable, Alehyss... - murmuró, con un leve tono jocoso -. Buenas noches.
Observó como la chrysos abandonaba el claro. Le había llamado la atención (y no sólo por su piel morena). Estaba claro que era casi tan falsa como él. Sonrió. El encuentro había sido agradable. Divertido. Interesante, incluso. Se aseguraría de que la volvería a ver.

Todavía tenía que saber qué ocultaba en esos cuadernos.

Comenzó a caminar, con una sonrisa torcida en el rostro, y abandonó el claro.

*se va*

FdR. Jajajajaja Seré la envidia del foro jajajajajaja

Buenas noches

Fui al claro del bosque con Hoju en brazos. El otoño ya había llegado, y como ya comenzaba a hacer frío pude estrenar por fin el jersey marrón que me había regalado Adela.

Me gustaba mucho porque era suave, calentito y con unas mangas largas que me tapaban las manos... pero sobretodo me gustaba porque era un regalo. Ese fue motivo suficiente para sentirme optimista y haberme alegrado el día, a pesar de las dudas que me rondaban por la cabeza continuamente.

Me senté junto al árbol de siempre y dejé mis cosas en el suelo, pero seguí con Hoju en brazos. El terreno del claro todavía estaba bastante dañado por la pelea, pero decidí no pensar en eso. Además, las hojas de los árboles caducifolios comenzaban a caer... y el suave sol otoñal combinaba perfectamente con estas, por lo que de todas formas seguía siendo un sitio muy bonito y apacible.

Cerré los ojos y sonreí, mientras un ligero viento rozaba las hojas de los árboles, produciendo ese sonido tan inmenso y peculiar.

Por fortuna estas pequeñas cosas todavía me relajaban y me hacían sentir bien...

Entonces dejé a Hoju en mi regazo, saqué la ocarina de mi bolsa y comencé a tocar una melodía suave y relajante... tanto que Hoju se acabó quedando dormido.



*se queda*

Hacía un vientecillo frio, así que me llegué al claro con un abrigo de los que Aren me había regalado.
Me llegaba casi al suelo y era muy pesado, pero su calidad era tal que parecía sacado de un cuento de ficción.
Tristán volaba a mi alrededor mientras Altheda brillaba en mi mano.
Había castañas en el suelo. Me encantaban las castañas.
Me agaché y cogí una.
Entonces oí una canción ya conocida... bueno, mas que la canción conocía el instrumento.

Me acerqué a ella.

-hola!- dije con una enorme sonrisa. Entonces le dí un beso en la mejila- ¿ya se te paso la tonteria?- dije gracioso.

Silvanus me saludó pillándome por sorpresa, por lo que soplé demasiado y frené mi canción con un pitido agudo y desagradable. Me miraba sonriente, y entonces me dió un beso en la mejilla y me dijo aquello.

"Sí... supongo que sí...", dije sonriente, aun que algo ruborizada y con cierto nerviosismo.

Entonces Tristán se apoyó en mi regazo, mientras miraba al dormido Hoju como si fuese un invasor.

"Hola Tristán", le dije sonriente mientras lo acariciaba, y entonces volví a mirar a Silvanus. Parecía una tonta enamoradiza de nuevo, como al principio de nuestra relación... aun que esta vez estaba llena de dudas y temor.

Me senté a su lado.- quieres una castaña?- dije ofreciéndole una a ella.

Cogí aire profundamente- bueeeeeno, ¿que tal? dije recostándome en su hombro.- ¿como me dijiste que se llamaba este bicho?- dije pinchándole la barriga a Hoju, haciéndo que se desperase- tiene cara de... ¿de que tiene cara?- dije riendo- entocnes le ofrecí una castaña y otra a Tristán... aunque era demasiado grande para tristán, así que comenzó a morder la cáscara con desesperación.

Mientras nuestras mascotas disfrutaban de una merecida merienda, nos miramos y sin saber mucho que decir.

-Bueno, estas bien por las bestias?- dije mientras le besaba el cuello.- si te interesa, mi mano ya está muchísimo mejor, sabes? una bestia me la mordió.

Silvanus se sentó a mi lado y me ofreció una castaña.

"Oh, gracias", le dije mientras la cogía, y entonces me preguntó que tal estaba, mientras apoyaba su cabeza en mi hombro. Sin darme tiempo a responder me preguntó por el nombre de Hoju, y dijo aquello mientras le tocaba la barriga con un dedo. Hoju se despertó, y cuando nos miró a todos y se situó en el mundo miró a Silvanus fijamente. Entonces Silvanus le dio una castaña, y el la acepto y comenzó a mordisquear la cascara, olvidandose de su tirria hacia él.

Durante aquello me reí levemente, y después Silvanus y yo nos miramos. Entonces me dijo aquello mientras me besaba el cuello...

Me ruboricé un poco y me sorprendí, ya que me besaba el cuello mientras hablaba tan tranquilo como si nada.

"Ah, v-vaya, m-me alegro...", dije con la voz temblorosa.

Entonces el paró de besarme el cuello, y yo lo miré con una sonrisa nerviosa.

"Pues yo estoy bien... no... no me ha pasado nada", dije intentando seguir la conversación con normalidad, aun que seguía asombrada por lo que acababa de pasar.

Hewina parecía bastante callada y distraida, como sin ganas de hablar.
-Olle, ¿te pasa algo? ¿estás bien?


Me puse de pie y lancé a Altheda a una manzana que colgaba de un arbol, por lo que calleron, fruta y arma, al suelo.

Me acerqué y cogí ambos, guardé a Altheda y le dí un mordisco.

Él me preguntó aquello, y parecía extrañado. Por lo visto se tomaba todo con mucha normalidad.

"Será tonto...", pensé.

"No no no, estoy bien. De veras", dije con seguridad para ser convincente. Mientras tanto él se pusó de pié e hizo aquello.

Aplaudí levemente, y entonces dije: "Vaya, veo que has mejorado bastante con tu daga"

Sus palabras sonaron convincentes.

- vale, vale...

Despues de mi acto, aplaudió y me dijo aquello.
Entonces esbocé una sonrisa.
-Bueno, soy un piscis, los piscis tenemos buena punteria... olle, ¿quieres que lo hagamos?

Lo miré asombrada durante varios segundos.

"¿Q-qué?" , pregunté, ya que no podía creerme lo que había oído.

"¿Cómo puede preguntarme eso así como si nada? Está actuando de una forma muy rara...", pensé.

"esto... eh... ¿hacer el qué?", pregunté a seguir, por si acaso.

-Jolin... pues hacerlo, eso... un pichito, un kiki, el acto sexual, un polvo, un coito... tu ya me entiendes... ¿te apetece? dije acercánome y dandole un beso en los labios sin lengua.

Entonces me percaté de su jersey nuevo...- anda, quitate eso...

Aquellas palabras me dolieron... o más bien, la forma de decirlas. ¿Qué se supone que era para él...?

Desvié la mirada y dije seria: "Perdona, tengo que irme".

Entonces comencé a recoger mis cosas.



FdR: ¬¬

-¿Como que te vas?- dije congiéndola por una mano. me quedé agarrándola por la muñeca y viéndola a los ojos con rabia. Entonces la solté de golpe- Vete, entonces.

Tristán se acercó a mi, posado en mi hombro me lamió la mejilla, mientras me fumaba un cigarro, en medio de la noche. Entocnes sonreí con una sonrisa un poco... malvada.

-¿que te pasa, querida? tu antes no eras asi...- dije ancheando las aletas de la nariz y sonriendo.

Silvanus tras preguntarme aquello me agarró por la muñeca y me miró con desprecio. Yo lo miré enfadada, y entonces me soltó y me dijo aquello.

Entonces sacó un cigarro y comenzó a fumar, y sonrió de una forma que me resulto odiosamente familiar... aun que no en él, sino en otra persona.

Después de decir aquello le dije, mientras se me llenaban los ojos de lágrimas: "Lo mismo podría decir de ti..."

Desvié la mirada mientras intentaba contener las lágrimas, y entonces le miré. Me acerqué a él y posé una mano en su mejilla, mientras lo miraba intentando encontrar en él algo del Silvanus al que amaba.

"Sil...", dije inconscientemente como si lo estuviese llamando, entonces miré hacia él suelo y lloré. Estaba realmente confusa, y tenía miedo.

Ante su primer comentario, tiré el cigarro por la mitad, con desprecio.

Entonces pronunció mi nombre, como lo solía hacer cuando estábamos juntos y comenzó a llorar, con la cabeza gacha.

Suspiré hacia el cielo y puse los ojos en blanco, entonces la abracé- Hewina, yo simplemente estoy evolucionando, creciendo, transformándome en lo que realmente quiero ser, así que no seas egoista y no me intentes mantener agarrado... porque como sienta una sola cadena alrededor de mi cuerpo que me impida lograr mis objetivos, seré yo quien te haga la meleta -Entocnes me separé de ella- estamos aqui para luchar, no para caer enamorados... es duro e hipócrita, ya que yo mismo lo estoy, pero por desgracia no es de ti- dije poniendo cara de pena- si realmente estás enamorada de mi, haz que me enamore de ti... como le dije ya en dos ocasiones a Aren: no me dan miedo las tinieblas... sé mala, Hewina, si no consigues serlo, olvídame.

Aquello confirmó todas mis dudas...

Me quedé ahí plantada durante un rato, mientras lloraba. Silvanus había cambiado su forma de ser por influencia de Aren... y se convertía en su sombra. En su malvado discípulo.

"Maldito seas... Aren Darvenwish...", pensé mientras apretaba los puños.

Cogí el resto de mis cosas y a Hoju, y me fui de allí, sin decirle nada.

Entonces tomé una decisión.

"No seré mala... pero no pienso olvidarme de ti.", murmuré cuando estuve lo suficientemente lejos para que no me oyese.


*se va*

-Medítalo- dije con una sonrisa amable.

Entocnes ella se fue.

Suspiré... me encendí un cigarro. Ultimamente estaba fumando demasiado. y emprendí el camino de vuelta.

*se va*

Llegué al claro del bosque y puse un mantelito en el suelo.
junté un montón de madera y encendí el fuego con ayuda de Tristán.
-Bien hecho, campeón. Ahora a esperar.

Me quedé sentadito en medio del claro, esperando a que mis dos invitados aparecieran, mientras ponía los platitos de comida.



*se queda*


FdR: volveré a las 10 y media o asi.

Me desperté encima del mantel. Tristán estaba comiendose las uvas.
Me froté un ojo y bostecé: me había quedado dormido esperando.
-Que extraño... quizás les ha surgido algún compromiso. Habíamos quedado a esta hora.

Me quedé callado.


-O quizás hayan pasado de mí.

Recogí las cosas un poco triste. hice un atillo con el mantel y me dirigí al palacio.

*se va*


FdR: Lo siento, se que no teneis la culpa (la culpa es de internet, que se va cuando le da la gana) pero con alguien tenía que descargar mi ira) è_e

Paseo por el bosque hasta llegar al claro y me quedo por allí con las manos metidas en los bolsillos. Salir al aire fresco me ayuda más de lo que pensaba y toda la amargura que estaba en lenta ebullición en la enfermería parece despejarse un poco.

Me gusta escuchar a los pájaros y el sonido del viento chocando contra las ramas mientras hace crujir a los árboles. También es agradable que me de en la cara.

Muevo un poco las alas -la derecha con más cuidado que la izquierda- a pesar de que me duele no tendrá ningún problema para recuperarse y eso es un alivio. Algo de mi agradece la inteligencia del líder caeruleus, pero su cinismo es algo insoportable.

Caminar por allí sin encontrarme con nadie es relajante aunque quizá necesite hablar con alguien sobre lo ocurrido para desquitarme un poco. De momento no he sido capaz de escribirle a Gabriellle.

*se va*