Claro del bosque

Llego al claro para dar un paseo nocturno. No me sorprende encontrarme a "Tontina" en el claro, pero le acompaña una misteriosa figura, alta, algo encorvada. No es que dé muy buena espina... yo siempre supe que Hewina iba de buena pero que en el fondo es una furcia, pero tanto como para traerse a un contacto o algo así a Brontë... me parece una falta de respeto.

Camino majestuoso hacia ellos, con las manos en la espalda y paso suave.

-¿Que haces Âstalde? -le espeto así de primeras.- ¿Quien es este?- digo viéndolo de arriba abajo con un poco de asquito.

Su mano fría se encontró con la de ella y no la apretó con demasiada fuerza. Una vez saludada, dejó caer el brazo a un lado, inerte, y su mano se cubrió por completo por la manga.

- Por ahora solo he... -. Se quedó unos segundos mirando el aire antes de carraspear y seguir- conocido a una chica... Una parvus -. La miró curioso-. Aunque si te cuento a ti, ya sois dos...

Observó a la claritas por unos segundos. Le atraía la idea de saber qué pensaría esta nueva persona de él. Parecía reservada en sus respuestas, pero interesada en preguntar.

- Así que no puedo decir mucho de mi estancia -. Sonrió de lado.

Mientras hablaba, un nuevo individuo se acercó. Se volvió hacia él con mirada confusa. ¿Por qué se dirigía a él con tanta altivez?

Iba caminando por el claro del bosque con Arpa a colgada a mi espalda, aún tenía que engrasarla, pero ahora era demasiado de noche y no secaría lo suficientemente rápido.

De repente escuché unas voces, inconscientemente acerqué mi mano derecha a mi arco y di un par de pasos hacia las voces. Los vi a lo lejos, eran Alexander, Hewina y alguien a quién no conocía. Me acerqué y escuché la última frase del caeruleus, parecía que él tampoco conocía al nuevo.

-Parece que hay una pequeña reunión...- Murmuré para hacer notar mi llegada.

Escuché las palabras de Zacharyas con atención. Por lo visto (aparte de a mi) solo conocía a una parvus.

"No conozco a ninguna parvus...", pensé.

Cuando terminó de hablar le dije: "Vaya...", pero nuestra conversación fue interrumpida por el ego personificado.

Me preguntó qué estaba haciendo y quien era "ese" con toda la desfachatez del mundo. Parecía que iba en serio con lo de controlar lo que hago. Entonces también escuché a Tham hablar.

"Nada, estaba manteniendo una charla amable con él. Sí, ya sabes... amabilidad... esa cosa que se te da tan mal. Ah, y "Este", es Zacharyas, ha llegado hace poco al palacio", le dije a Alexander con todo el desprecio que podía inculcarle a mis palabras.

Tras aquello desclavé mis enfurecidos ojos de Alexander, me dirigí a Tham y le dije sonriente: "Hola Tham. Me alegro de verte"



FdR: lol, le está bien por pensar tanto en Alexander y en el odio que le tiene XDDDD

Mientras la cortita de Hewina me habla, yo me veo las uñas comprobando que todas están correctas.

-Ogh, Âstalde cállate un poco, ¿quieres? eres taaan cansina, de verdad, como no cambies creo que vamos a tener que seguir la conversación que dejamos a medias aquel día en el cementerio, ¿te acuerdas? - digo mientras le doy una palmadita en la cara.- Zorra. -le espeto delante de todos los presentes.

-Buenas noches, Tham- digo sin quitar los ojos de Hewina.


El nuevo me dá igual, así que paso de el.

Parecía que había pasado de conocer a una persona a encontrarse con tres de pronto. Le costaba un poco ser sociable, y ello hizo que se sintiera algo incómodo, pero no por ello borró el amago de sonrisa de su rostro. Saludó cordialmente a la joven a la que habían llamado "Tham" y luego se volvió hacia el hombre al escuchar el insulto salir de sus labios.

Le gustaba el dolor, le gustaba la sangre, podía soportar que lo insultaran para no causar problemas, pero aquello le parecía una falta de respeto.

Amplió su sonrisa, volviéndose esta algo macabra, y lo observó.

- Creo que sería mejor que... dejaras los insultos para otra ocasión -comentó, mirándolo fijamente.

No se estaba haciendo el héroe, pero no le gustaba que una agradable conversación cambiara así de rumbo, y la tal Hewina no había hecho nada malo en su presencia.

Me acerqué al grupo dando un par de pasos y finalmente estuve frente a los presentes.- Qué tal Hewi?- Le sonreí amablemente y miré al chico nuevo.- Creo que no nos conocemos, soy Thamerlein.- Sonreí nuevamente, pero esta vez hacia el chico. Como no parecía que hubiera ninguna amenaza, alejé mi mano del arco y la dejé colgando a mi lado.

Miré a Hewina y luego a Alexander, no parecía que se llevaran muy bien la verdad. Suspiré al ver la actitud habitual de Alexander. Pero entonces escuché su comentario y no pude reprimirme. Me acerqué a Hewina y me puse al lado de ella después de que le diera unas palmaditas en la cara. Me sorprendí al escuchar mi diminutivo procedente de su boca. Escuché lo que dijo el nuevo y me centré en lo importante.- Alexander, no tengo ni idea de qué pasa con vosotros dos; pero creo que él tiene razon.- Señalé a Zacharyas con la cabeza. - No es muy caballeroso que digamos...

Cuando me dijo aquello volví a mirarlo de la misma forma, asqueándome cuando me da palmaditas en la cara mientras me insulta.

Zacharyas y Thamerlein me defienden, mientras me alejo un paso hacia atrás de él. Le habría soltado la clair ëm yäk que tenía en la mano justo en los morros si no fuese porque tenía el brazo roto.

No le dije nada. Simplemente sonreí con cierta picardía mientras hacia una pequeña carcajada nasal (lol, es que no se como explicarlo mejor... XDDD), ya que había quedado mal delante de ellos con un simple comentario.

Paso del nuevo olímpicamente. Me la suda lo que piense ese cadaver asqueroso y arapiento, pero que Thamerlein defienda a Hewina me hace mucha gracia.

-Tu no te metas- digo con indiferencia.- No sois más que dos inútiles- digo pausadamente, aguantándole la mirada a Thamerlein.

-¿Que me vas a hacer, aether? no sirves para nada- digo empujando su hombro hacia atrás.

Giro la cara y veo al imbécil este viéndome con su cara de subnormal. No voy a enzarzarme en una pelea, pero me acerco a Âstalde con la nariz arrugada y los ojos entornados.

-Ya nos encontraremos en otra ocasión, puta.- Me doy la vuelta sobre mis puntas, agito mi coleta, dándole a Thamerlein en la cara y me voy con aires triunfantes.


*se va*

FdR: Draco Malfoy. xDDDDD

Suspiré cuando me dijo que no me metiera y cerré los ojos un momento.- De no ser por nosotras, posiblemente estarías muerto con los colosos esos...- Pensé, pero no lo dije porque no me iba a rebajar a su nivel. Estaba segura de que si no hubiéramos sido 6 ni hubiéramos trabajado en equipo, habríamos muerto seguro.

Seguía con los ojos cerrados cuando me dijo que no servía para nada. Fruncí un poco el ceño y los abrí.- Lo que tú digas alexander, lo que tú digas...- Dije asintiendo con la cabeza. iba a empujar mi hombro, peró vi su brazo y con mis reflejos y velocidad aether lo esquivé.

Se giró y me dio en la cara con su coleta, estaba segura que intencionadamente. Apreté las alas contra mi espalda reprimiendo el impulso de arrearle una bofetada. Al fin y al cabo solo era un niño malcriado... Cuando se alejó de mi vista dejé que mis alas se relajaran y murmuré.- Un día de estos le voy a enseñar modales...- Suspiré y me giré mirando al nuevo.- Siento que hayas tenido que presenciar esto...- Le sonreí un poco.- Pero él es así, yo te recomendaría que te mantuvieras lo más alejado de él posible si no quieres tener dolor de cabeza todo el día...- Luego miré a Hewina y le acaricié la cabeza.- Ya sabes como es, yo no me creo nada de lo que dice y soy feliz así que no te preocupes.- Le sonreí.

Miré la hierba iluminada por la luna, era tarde. Estiré los brazos y las alas y miré el cielo.- Hoy está especialmente bonita...- Pensé mirándola, me encantaba verla. Con un suspiro bajé la vista y miré a los dos chicos.- Bueno, es tarde y mañana hay que trabajar duro, un torneo se acerca.- LEs sonreí nuevamente.- Encantada Zacharyas.- Miré a Hewina.- Recúperate Hewi.- Me giré y abandoné el lago en dirección al castillo.


FdR: Puse que lo esquivé porque se supone que con mi velocidad podría y como estamos en el mismo nivel...

Todo sucedió muy rápido. Zacharyas no entendía por qué ese otro caeruleus se comportaba de esa forma, pero era difícil hacer que perdiera los nervios, así que solo se puso en tensión, dispuesto a responder a cualquier ofensiva. Le encantaría rajar su rostro y ver la sangre corriendo por él y tiñendo sus ropas...

Sin embargo, el hombre se fue, y quedaron solo tres. Thamerlein hizolo mismo poco después, tras recomendarle que no se acercase a ese chico. Se despidió con un gesto de cabeza.

Al quedarse a solas con la claritas, la observó. Ya no sonreía, sino que mantenía una expresión neutra mientras alzaba algo las cejas.

- ¿Te encuentras bien? -preguntó en voz baja y seca.

Era la mínima norma de educación si no quería ser rechazado.

Alexander decidió faltarle al respeto también a Thamerlein, y sin embargo a Zacharyas no le dijo nada. Por un momento me pregunté si sería una muestra de machismo y racismo a la vez o si simplemente había decidido ignorarlo.

Entonces se acerca más a mi y me dice aquello con una expresión un tanto peculiar. Recibió una parecida por mi parte.

Tras darle un coletazo a Tham se fue por donde vino. Una vez estuvo lejos Tham comenzó a hablar. Le recomendó a Zacharyas que se alejase de Alexander, y entonces se dirigió a mi, diciéndome aquello tras acariciarme la cabeza .

"Lo se, lo se...", le digo sonriente a Thamerlein. Entonces ella se despidió, y tras decirme que me recuperase se fue.

"Gracias. Que descanses", le digo sonriente de nuevo.


Tras unos segundos de silencio mientras Tham se alejaba, Zacharyas me preguntó si me encontraba bien.

"Sí, sí, no te preocupes", le dije sonriente.

"Es un pijo malcriado, no me ofenden sus insultos sin fundamento.", comento a seguir.

La miró por unos instantes, callado. Le parecia bien que la joven aguantase los insultos sin alterarse, pero no por ello le gustaba el comportamiento de aquel hombre. Frunció un poco el ceño, pero luego dirigió la vista al cielo y relajó la expresión.

Imaginaba cómo sería arrancar la piel a aquel individuo. En su caso, le gustaría atarlo y hacerlo lentamente para sentir sus estremecimientos y su dolor poco a poco, como una horrible tortura. Más que su sangre, quería demostrarle como incluso los más engreídos sufrían.

Una sonrisa algo macabra se dibujó en el rostro de Zacharyas, pero al bajar este la vista del cielo se percató de Hewina y la hizo un poco menos macabra. Carraspeó.

- Entonces no hablemos de lo irrespetuoso que ha sido-. Sonrió.

Me miró fijamente, y entonces alzó la vista al cielo. Yo la alcé también por un momento, y entonces lo volví a mirar a él, pero él seguía viendo al cielo. Parecía pensativo. Entonces me miró como si se percatase de nuevo de mi existencia, y tras toser un poco me dijo aquello.

Sonreí levemente, y entonces sentí algo apoyarse en mi cabeza. Sabía que era Hoju porque reconocía su forma y su peso.

Alce mi mano derecha y lo acaricié.

"Oh... Zacharyas, Hoju. Hoju, Zacharyas.", dije alegre. A lo mejor le parecía extraño que los hubiese presentado, pero bueno.

Sonrió cuando le fue presentada aquella criatura. No quiso intentar tocarla porque se sentía cohibido ante una mujer y porque no solía agradar a ninguno de ambos seres, no obstante hizo una leve reverencia.

- Un placer, Hoju.

Se recolocó un poco la capa inconscientemente. Meneó la cabeza y el pelo se agitó.

- Siento la intromisión, pero ¿puedo saber qué te ha pasado en la mano...? -preguntó en voz baja, casi con timidez, aunque llevaba un buen rato intentando hacerlo sin atreverse-. Debió de ser doloroso...

Reí levemente cuando le dijo aquello a Hoju tras una reverencia.

Entonces Zacharyas me preguntó qué me había pasado, añadiendo que debía haber sido doloroso.

"Ah, bueno... es que me rompí el brazo luchando contra unas criaturas gigantes de tierra y piedra. Nos atacaron a mi y a mis compañeros de improviso en una misión en las montañas Inferno de Ignis, y una de las criaturas me lanzó por los aires...", le comenté.

"Pero bueno, en unas semanas estará como nuevo.", comenté con positivismo.

Comenzaba a tener bastante frío, así que le dije: "Oye, ¿te apetece ir a tomar algo dentro? Es que empieza a refrescar bastante"

Se imaginó cómo sería luchar contra seres así... Al final sentenció que no le hubiera gustado. La violencia sola no era de su agrado, y, que él supiera, ni la tierra ni la piedra sangraban o sentían dolor. ¿Qué gracia tenía herir a algo que no gemiría? Desde luego, esa misión solo serviría como trabajo, sin añadir disfrute.

Sonrió.

- Espero que te mejores pronto.

En cuanto ella hizo el comentario del frío se le cayó el alma a los pies. ¡Él siempre iba tan abrigado que no se planteaba esas cosas.
Rápidamente se desabrochó la capa negra que llevaba y se la tendió a la chica -ponérsela él mismo le parecía atrevido e irrespetuoso-. Bajo esa capa llevaba otra más fina color violeta, así que seguía abrigado.

- Ten. Póntela.

Esperó hasta que la cogiera, y luego relajó el rostro. Carraspeó.

- Vayamos dentro, por... supuesto.

Me asombré un poco cuando me ofreció su capa, y lo miré durante un rato manteniendo el asombro.

"Oh, gracias... no era necesario...", le dije, pero realmente tenía frío y además no quería hacerle un feo, así que tras dudar unos segundos cogí su capa y me la puse. Era muy calentita.

"Bueno, cuando lleguemos al palacio te la devuelvo", le dije sonriendo levemente. Me percaté de que debajo de la capa que llevaba puesta hace unos momentos llevaba otra capa. Me pareció curioso.

"Venga, vámonos entonces.", le dije sonriente. Entonces cogí mis cosas y nos fuimos de allí.


*se van*


FdR: doble capa XDDDDD

Llego al claro del bosque con un atillo en un palo.
Una vez me encuentro un hueco chulo en el que establecer mi fiesta, comienzo los preparativos. Estoy pletórico. Me he encontrado dos regalos en mi habitación cuando fui a por mis cosas.
No me he atrevido a abrirlos, pero uno era de Heylel... venía con una nota firmada por el. El otro... era anónimo... ¿de quien seria? fuera de quien fuese, no iba a abrir ninguno todavía. Quería que estuviera la gente.

Deshago el atillo, y saco un mantel de cuadros.
Lo extiendo y le pongo unas piedras en las esquinas, para que la brisa no se lo lleve. He traído unas botellas con bebidas fermentadas... espero que les gusten...

Recojo un montón de madera y hago una pila enorme de ella, apilada en la parte derecha del mantel, mientras que una pequeña cantidad delante de este para que Tristán lo encienda.

-Enga, dale. - digo haciéndole una señal al reptil para que escupa su fuego azul y naranja y que arda la madera.

Las llamas rápidamente cogen fuerza y realmente son bonitas. El azul y naranja... fuego de dragón. Es precioso. Le hecho un poco más de madera y las llamas aumentan a altos niveles.

Me quedo unos segundos hipnotizado viéndolas como bailan en la noche pero rápidamente me pongo con los preparativos.

Al final, he traído unas tortillas de maíz y bocadillos de queso, además he recogido unas cuantas manzanas y ahora las clavo en palos para asarlas en el fuego y comerlas.

Todo está listo.

Me enciendo un cigarro y me quedo esperando a que lleguen... espero que aparezcan... volví a ver los regalos con ansia... quería abrirlos.

Lyam y yo llegamos corriendo al sitio donde se supone que habíamos quedado con Silvanus. Me resultó algo extraño que solo fuésemos él y yo, pero si así lo quería...

Cuando alcanzo a verle, acomodado en una manta o mantel con cosas alrededor, le saludo con la mano y apuro el paso.

-¡Felicidades, pequeñajo! -Le grito cuando estoy a apenas un par de metros. Espero a que se levante y lo abrazo con fuerza hasta levantarlo un poco mientras muevo las alas con cierta rapidez.

-Perdona, me dormí. Soy un ser horrible. Pero bueno, mejor tarde que nunca. Y esta vez estás despierto -Comento, contento. Miro lo que ha traído con entusiasmo. -Aah, cuantas cosas. Que maravilla. Esto va a ser genial - Digo con una amplia sonrisa. -¡Ah, cierto! ¿Has cojido tu regalo? Espero que sí fueras tú porque lo dejé sobre tu cama -

Estoy sentado mirando al fuego, con la cabeza apoyada en mis puños, por lo que las mejillas se me deforman un poco hacia arriba. Suspiro. Esta vez tampoco van a venir... seguro. Doy un respingo.

Al cabo de unos minutos, oigo pasos a mis espaldas y me doy la vuelta. Son ellos.
Una sonrisa brota de mis labios y me levanto para saludarlos.

-¡Hola chicos!
Heylel me da un achuchón enorme y me levanta del suelo- ¡jaja que contento te veo, pollo!

-No, traquilo, no pasa nada. Casi no he esperado nada-miento para no darle mas importancia al asunto.-si, lo cogí yo... espero que no te importe... pero lo vi encima de mi cama y no me pude resistir... pero que sepas que no lo he abierto. - digo un poco sonrojado.- había un segundo paquete... lo tengo ahí... no sé de quien es, pero ponía que era para mí... me da un poco de reparo abrirlo porque no se a quien debo agradecérselo.

Vamos, chicos, sentáos-digo ofreciéndoles dos palos con manzanas clavadas tanto a Lyam como a Heylel.

Tristán se hecha a la las alas de Heyl para ponerse a jugar con sus plumas como un diablillo.

Silvanus parece contento de que estemos allí. Normal, es su cumpleaños. Pero espero que no pensara que no íbamos a presentarnos allí.

-¿Cómo no voy a estar contento en este día, sardina? -Pregunto divertido, dándole un golpecito en el hombro. Cuando me dice que ha sido él quien ha cojido su regalo suspiro aliviado. -Ah, perfecto entonces pero ¡abrelo, anda! Espero que te guste. No es que sea gran cosa... -Ahora que lo pienso es muy cutre por mi parte. si hubiese tenido más tiempo habría comprado materiales... Jope.

Habla de otro regalo y me encojo de hombros -No lo sé, no vi a nadie por allí cuando dejé el mío -. comento con franqueza y algo de curiosidad. ¿De quién sería? Entonces Silvanus nos ofrece las manzanas y cojo la mía con entusiasmo para empezar a comérmela. Luego me siento al lado de donde él estaba. Noto como Tristán juguetea con mis plumas y le acaricio la cabeza.

-Cuidado, dragón, no me vayas a chamuscar -. Bromeo.

Saludó al piscis con un gesto de la cabeza y observó en silencio cómo el aether y Kettleburn se saludaban. Ambos parecían estar en un estado de júbilo por la celebración. Mientras ellos hablaban, el chrysos se dedicó a observar lo que el piscis había llevado. Un mantel, botellas (se preguntó si sería alcohol u otra cosa), comida y dos paquetes. Por lo que decían sus acompañantes, debían ser regalos. Uno de ellos, de Heylel; el otro, de alguien anónimo. Se preguntó, al igual que ellos, quién le habría dejado algo a Kettleburn y observó su el paquete que él llevaba en las manos. Se acercó al mantel y lo depositó cerca de la comida que el piscis había llevado. Luego se volvió hacia el piscis y cogió la manzana que le tendía. Se sentó cerca del aether y observó los movimientos de Tristán, el dragón de Kettleburn.

—Yo, por si alguien se lo pregunta, tampoco vi a nadie... — miró al piscis y esbozó una sonrisa torpe —. No sé, será de alguien que te tendrá aprecio. ¡Ah! Y lo que acabo de dejar ahí — señaló su paquete — no lo muevas demasiado, que se... ¿Rompe? ¿Cae? — Frunció ligeramente el ceño — Algo así.

Achucho aún mas a Heylel ante sus palabras.

Escucho a Lyam y me sonrojo. - no hacía falta que trajeras nada... pero muchas gracias- digo echando la lengua y rascándome la nuca.

Una vez que nos hemos sentado los tres en el mantel, comienzo a abrir regalos. Vamos, vamos- digo abriendo y cerrando mucho las manos para atacar al primer regalo, que es de Heylel, por supuesto.

-¡¡¡¡ALAAAAAA que chulo!!!!!!- digo alzándolo del paquete para verlo mejor. - Heyl es precioso - digo con los ojos brillosos de alegría emoción y felicidad- gracias- digo saltando encima de el y abrazándole.

Despues de recuperar la compostura, me lo pongo- ¿me queda bien?- pregunto un poco sonrojado.

Abro entonces el paquete misterioso del cual no conozco a su dueño. Me encojo de hombros y comienzo a abrirlo.

Una flauta.

La cojo y la inspecciono. Veo a mis amigos y me encojo de hombros mientras pegunto- ¿Aren? - inquiero con cara de confusión. - no, ¿verdad? - digo riendo al final.

-Lyam, ahora le toca al tuyo digo cogiéndolo y abriéndolo con cuidado.

-OOoooogghmmmm...afdfdfsafds- digo viendo el pastel que me ha preparado- Lyam gracias- digo levantándome para darle un abrazo.

-¡Mira, heyl es de nata! ¡QUE RICO! lo pondré en una esquina para el postre, ¿vale? ¡Ahora cenemos! digo cogiendo una tortilla de maíz y dándole un mordisco.

silvanus se pone algo nervioso antes de abrir sus regalos. La verdad es que yo también estoy ansioso porque los abra. Cuando abre el mío parece gustarle así que sonrío con satisfacción.

-Bien, me alegro mucho de que te guste. Mira, te queda perfecto -. Le digo agarrando un momento el collar al tiempo que Trsitán vuela hacia él para inspeccionarlo también. Me río al ver la convinación -Te hace juego con él -.Bromeo cambiando de mano mi manzana para darle otro mordisco.

Voy comiendo mientras Silvanus continúa abriendo el otro regalo y miro con curiosidad de qué se trata.

-Es un instrumento bonito. ¿Sabes tocarlo? Aunque creo que no es muy complicado -. Comento observando su forma y motivos. Silvanus nos mira preguntando si habría sido a Aren y yo miro a Lyam con incredulidad. -Lo dudo mucho -. Comento con una sonrisa. El líder caeruleus no brillaba por sus detalles con la gente de a pie.

En cuanto abre el de Lyam veo encantado que se trata de una tarta y le doy un toque en el hombro al chysos.

-Todop un cocinillas -.Bromeo. -Espero que no muramos en el intento de prueba -.Comento, riéndome y viendo con algo de gula la buena pinta del pastel. -Pues nada, a comer que hay que celebrar -.Digo echando mano de una torta de maíz. Me gustan bastante.