Claro del bosque

Sonreí ampliamente de la felicidad que irradiaba.- Bueno, me alegro de que te gustara.- Le dije sentándome en una roca.

Me dijo que estaba cansado de estos días. Asentí.- Nos vemos entonces.- Me sorprendió cuando se me acercó y me dio un beso en la mejilla. Me ruboricé un poco y me despedí con la mano mientras veía como abandonaba el claro con su dragón.

Sacudí las alas una vez estuve sola y me estiré.- Ahh estos niños...- Murmuré sonriente. Di una vuelta por el claro hasta que encontré un árbol grande y fuerte en el que me recosté. Cerré los ojos y sentí el viento en mi cara. Miré mi arco, lo cogí con la mano derecha y me di el lujo de relajarme un rato.

Después de unos minutos de relax decidí levantarme e ir a explorar el castillo.

*Se va*

Después de estar vagando por un montón de sitios sin ganas, decidí ir al claro del bosque.

Me acerqué a mi amigo árbol y le acaricié la corteza.

"Ojalá todo el mundo fuese tan bueno como tú...", le dije en voz baja.

Me senté al lado suya, saqué mi ocarina y empecé a tocar una melodía algo triste y melancólica, ya que así me sentía en aquellos momentos..


*se queda*

Llegue al claro por dar un paseo, y allí esta hewina... tocando una cosa muy triste... pobre chica...
Iba a darle un sustito para animarla...
me acerqué por de tras del arbol en el que estaba apoyada.
-BUH!- grité- y le tapé los ojos...
-jajajajaaj que asustadiza eres...

Estaba tocando cuando de repente Silvanus me dió un susto tapándome los ojos.

"Mira quien fue a hablar...", le dije con una media sonrisa un poco forzada que enseguida se desvaneció.

Guardé la ocarina en mi bolsa y apoyé mi espalda y mi cabeza en el árbol.

-Bah, bah. bah... dije quitándole importancia... aunque en el fondo tenía razon... yo era muy asustadizo...

Entonces ví como se recostaba contra el arbol...
-¿te pasa algo? ¿estas bien?- me tumbé a su lado, apoyando mi rubia cocorota en sus piernas.- anda cuenta... no creo que estés tan depre por solo porque Aren te apretó un poco el cuello... acierto?

Estaba claro que él no veía a Aren de la misma forma que yo... y estaba segura de que no me creería si le contase que el admirado líder de Cáligo es en realidad alguien... realmente temible.

Además, el no sabe sobre mi... mi don, como lo había llamado Heylel.

"No... no te preocupes, estoy bien. ¿Qué tal te ha ido el día?", le dije intentando cambiar de tema mientras le acariciaba la cabeza.

-Pues para acabar de levantarme, ha sido bastante agetreado, no te vallas a pensar... subí al observatorio y había una señora mayor... Adela, se llama, que anda con un rodillo golpeando cabezas y con bocadillos de chorizo y queso para meterselos a presion por la boca a toda persona viva... es muy extraña... y aún por encima me izo comer 2 bocadillos de chorizo con queso.. CHORIZO! te lo puedes creer? Tia! que soy vegetariano! como me da chorizo? los habría rechazado, pero es que esa mujer actúa muy rápido, sin dejarte casi tiempo para responder...

-¿Que tal has pasado la noche?, ¿te duele aún el cuello?- entonces me acordé de la conversación que dejamos a medias ayer por la noche- ¿quieres que te cuente como conocí a Aren y como me hizo todas estas cicatrices?

"Oh... vaya, te entiendo... yo también soy vegetariana.", le dije.

Después me preguntó que tal había pasado la noche, y si me dolía aun el cuello.

"Bueno... me... me duele un poco todavía... pero la crema que me echaste hizo bastante efecto", le dije, intentando mantener la calma.

Después me dijo si quería que me contase como conoció a Aren Darvenwish, y como le hizo las cicatrices que me enseñó.

"Vale... cuéntame", musité.

Estiré los brazos y bostecé:
-pues prepárate, porque esto va a ser largo... mira el fue a la primera persona que me encontré en Brontë, el me recibió, fue muy cariñoso conmigo, a pesar de haber quemado un alfombra... me acarició suavemente y me dijo que no me preocupase... ¿ves como es muy bueno? lo que pasa es que seguramente tu lo incordiaste... y por eso... al cabo de unos días me tropecé con el, y lo empujé sin querer, porque iba corriendo hacia la biblioteca... entonces se enfadó mucho, y me golpeó con su látigo, dejandome al borde de la muerte.. fue muy severo conmigo, ¿sabes?, pero me enseño a no volver a correr como un loco... y así lo hice... ahora estoy mucho mas centrado y sereno... mas tarde, el muy pillín se hizo pasar por mi amigo, diciendome que me esperaría para ir juntos al castillo, porque nos encontramos justo en este claro, y el muy listo, se desapareció en mis narices... dejandome solo... y bueno... luego me colé en la sala comun, zona prohibida, y me metí por debajo de una mesa, pero Aren me dió una patada sin querer y claro, me descubrio... y esa es mi historia...- por supuesto no iba a contarle que pasó mi cabeza por su entrepierna y que mas tarde me había sodomizado... eso quedaría entre Alehyss y yo... y bueno... supongo que Aren.

Escuché todo lo que me decía con cara de asombro.

"¿Bueno...?, ¿Pillín...? ... ... ... ¿como es posible...?" pensé horririzada. No lo podía entender... ¿Cómo podía hablar de él con tanto afecto a pesar de todo lo que le hizo? Estaba claro que ese tal Aren era un lobo disfrazado de cordero...

"Ah... entiendo...", le dije, mientras mi rostro se tornaba serio.


Quería contarle lo que yo sabía sobre Aren, pero tenía miedo de que no me creyese y se enfadase conmigo. O peor aun... que me acusase y se lo contase al mismísimo Aren Darvenwish... y él sí que no debía enterarse.

"No... Silvanus nunca me acusaría... pero... sí tan buena relación tiene con Aren Darvenwish, si que es posible que se lo mencione a él..."

Entonces recordé... recordé el momento en el que vi a Silvanus desplomado en la escalera de caracol.

"¿Habría estado... con Aren... en la escalera de caracol?", pensé mientras miraba hacia la nada.


"Parece que le tienes cariño a Aren...", le dije sin saber que cara poner.

Cuando terminé de hablar, Hewina se quedó pensativa... y se puso seria...
entonces me dijo que parecía que le tenia cariño a Aren.

Ahora soy yo quien me quedo pensando...
-Bueno... cariño... lo que se dice cariño... es que es algo dificil de explicar... simplemente me siento atraido por el... nose.. tiene algo que hace que mmm... como explicarlo... siento que es bueno, o algo asi... y que... bueno... he de admitir que llegó a gustarme un poco... bastante...- dije con una sonrisa- por eso lo perseguía por todo Brontë... rogandole un "te quiero" o algo asi... pero ya se me ha pasado la tonteria... estuvimos hablando y dejamos nuestros puntos de vista bien claros...- mentí... no le iba a contar "eso" que había hecho con el... - ahora simplemente lo trataré como un buen amigo, o algo asi...

Hice una pausa.

Me ruboricé...
-¿Puedes tocar algo bonito?... me gusta oir como tocas canciones alegres... no me gusta que andes tocando cosas tristes... te oscurece la cara- dije pasandole un mano por la mejilla- y me gusta que tu cara brille con tu alegria...

"Maldición...", pensé mientras Silvanus me contaba lo que sentía por Aren.

"Definitivamente... no debo contarle nada... pero... ¿a quién sino...? ¿a Heylel? ... no... no tengo tanta confianza con él. Se que es buena persona, y tiene los pies en la tierra a pesar de que posee unas magníficas alas con las que podría evadirse de todo... pero... ¿como reaccionaría?", pensé.

Entonces Silvanus interrumpió mis pensamientos al pedirme que le tocase algo bonito.

Suspiré y le dije con una media sonrisa: "Claro...". Saqué mi ocarina y empecé a tocar una canción popular de Lumen que se tocaba y cantaba en eventos y festejos. Me traía muchos recuerdos... y ya empezaba a añorar Lumen y a mis seres queridos.

La canción de Hewina fué realmente bonita.
Entonces levanté mi cabeza de sus piernas y me senté a su lado.
-Hewina... yo... bueno... como decirlo...-me puse la mano en la nuca- ultimamente... hemos estado mucho tiempo juntos... nos hemos reido... y hemos hablado mucho y yo... solo quería decirte que...- estaba rojo como un tomate- que " te quiero" pensaba una y otra vez, venga tremento melón... díselo... no es tan dificil "te quiero" te quiero" " te quiero" venga tonto... ¿eres capaz de hacer el amor con Aren Darvenwish y no eres capaz de decirle a una chica que la quieres?- ... que eres una buena amiga.- suspiré. No pude hacerlo...

"Tú también eres un buen amigo, Sil.", le dije sonriente. Lo cierto es que significaba mucho para mi, y me había apoyado mucho en estos días tan impactantes.

"Bueno, me voy, ya nos veremos luego", le dije. Me levanté, guardé mi ocarina y me fui.


*se va*

Me había pasado todo el día de ayer entrenando con mi báculo, y ya hacia tiempo que no venía al claro del bosque a ver al árbol, así que decidí ir. Nada más llegar me acerqué a él, y vi que ya tenía mucha resina, y que sus heridas ya se estaban curando.

"Así me gusta", le dije acariciando su corteza.

Quería seguir entrenando, así que dejé mi bolsa al lado del árbol y empecé a practicar movimientos de evasión y ataque con mi báculo, intentando usar la máxima fuerza posible.


*se queda*

Me parecía que el castillo era un poco cerrado. Yo estaba acostumbrada a vivir en el exterior. Levantarme por la mañana y sentir el gélido viento de las alturas en mi cara. Sonreí cuando recordé la sensación y sin dudarlo me dirigí al claro del bosque.

Ahí estaba yo.- Ah... esto está mejor...- Murmuré cerrando los ojos y notando el viento en mi cara, la sensación de que las hebras de cabello se movían lentamente. Sonreí inconscientemente, echaba de menos las islas voladoras, y eso que solo llevaba fuera de casa 2 semanas.

De repente oí un "así me gusta" proveniente de mi derecha, aunque aquella voz femenina, de eso estaba segura, se oía cómo distorsionada, cómo lejana. Toqué mi arco con la mano derecha y me moví varios metros a la derecha hasta que empecé a escuchar el zumbido del aire. Saqué a Arpa de mi hombro y cogí una flecha del carcaj, puse la flecha en la cuerda y me acerqué sigilosamente. Parecía que el causante del sonido era la chica que estaba ayer en los balcones. La miré fijamente, no parecía muy peligrosa, pero su báculo daba la sensación de ser poderoso. Me pregunté unos instantes en sí decir algo, y en caso afirmativo qué decir.- Qué haces?- Pregunté finalmente, igual simplemente estaba entrenando. Bajé un poco mi arco, pero sólo un poco, una no se podía fiar de nadie, por muy poco fiero que pareciera.

Estaba tan concentrada en mi entrenamiento que no me había percatado de la presencia de otra persona allí. Al oirla me asusté, y al girarme hacia ella el báculo se me escurrió, y salió disparado hacia ella.

Entonces pude ver que se trataba de una chica aether que no había visto antes por aquí. Por suerte el báculo no había llegado a darle, pero de todos modos le dije alterada: "¡Oh, lo siento mucho!"

Me sorprendí cuando su báculo se acercó a mi, me aparté dando un paso hacia atrás, aunque no me habría dado de todas formas. Miré a la chica que se estaba disculpando.- Primero me tira su arma y luego se disculpa?- Me pregunté con el ceño fruncido. Miré su cara, parecía que realmente lo sentía. Relajé mi ceño, no parecía ser una persona que me fuera a atacar, además no tenía su arma con ella.

- No pasa nada...- Bajé el arco del todo y me agaché para recoger su báculo. Lo tuve en la mano un momento y luego pensé en lo que me había dicho la única persona que conocía allí.- Es cierto, tengo que dejar de estar tan alerta...- Me acerqué a la chica y le tendí su báculo.- En cierto modo la culpa es mía por sorprenderte así, pero escuché una voz y no pude evitar acercarme a mirar...- intenté sonreír un poco.- Que hacías?- Le pregunté curiosa, no estaba segura de si me estaba tomando demasiadas confianzas, pero sólo por si acaso, hasta cerciorarme de que la chica era inofensiva, no iba a guardar la flecha en mi carcaj.

"Gracias...", le dije con una sonrisa mientras cogía mi báculo de sus manos.

Entonces ella me preguntó de nuevo qué hacía, pero esta vez le respondí: "Ah, nada... estaba entrenando un poco con mi báculo"

Asentí cuando me respondió.

Nos quedamos unos segundos en silencio, en el que sólo se oía el soplar del viento. -Vale, esto esta siendo muy estúpido...- Pensé mirando un árbol cómo si fuera la cosa más interesante del mundo.- Qué se supone que tiene que decir una en una situación así!?- Me pregunté frustrada, lo que provocó que pusiera una mueca en mi hermosa cara (?) inconscientemente.

Finalmente decidí que la chica no me iba a atacar, ya que lo podría haber hecho hasta ahora y no parecía tener malas intenciones, así que separé la flecha de la cuerda de arpa y la metí en mi carcaj; luego volví a colgarme el arco y cuando ya no tuve nada que hacer la miré, su piel parecía ligeramente más oscura que la mía.- Eres una claritas?- Le pregunté, inclinando levemente la cabeza a la derecha, después de lo que parecían minutos de silencio incómodo, que realmente habrían sido unos pocos segundos.

La chica asintió con mi respuesta, y nos quedamos calladas durante un rato. No sabía muy bien que decir, así que desvié la mirada hacia el cielo mientras me rascaba la cabeza y pensaba: "Vaya... no me dice nada más... ... ... ... ¿que debería decirle? parece una chica bastante reservada..."

...

Entonces cuando estaba a punto de preguntarle por su nombre, ella me preguntó si era una claritas.

"Sí, aunque soy mestiza", le comenté con una sonrisa mientras apoyaba mi báculo en el suelo.

Me respondió que era mestiza, le iba a preguntar con qué raza estaba mestizada pero como no lo había dicho ella supuse que no querría decirlo. Me senté en la hierba, estiré los brazos (estaban agarrotados por el permanente estado de alerta) y crucé las piernas delante mía.

Miré a la chica.- Me llamo Thamerlein.- Le dije intentando ser amistosa.- Thamerlein Naëgling.- Moví mis alas un poquito.- supongo que ya te habrás dado cuenta de que soy una Aether...- Sonreí un poco y señalé mis alas con el pulgar derecho.

observé a la chica que tenía delante mía de arriba a abajo, aunque fuera mestiza, nunca había conocido a ningún claritas. Me fijé en sus orejas puntiagudas, eran geniales. De pequeña siempre había sonado con tener las orejas como un claritas o un Caeruleus, sonreí ampliamente y sin darme cuenta murmuré.- Esas orejas son geniales...- Cuando me percaté de que lo había dicho en voz alta me sonrojé levemente e intenté cambiar de tema.- C-Cómo te llamas?- le pregunté.- Si puede saberse claro...- Me apresuré a decir, muchas personas no querían descubrir su identidad.

La chica aether me dijo su nombre, y dijo que mis orejas eran geniales.

"Ah... gracias...", dije tocándome una oreja mientras me ruborizaba.

"A mi me parecen geniales tus alas", le dije sonriente. Y no lo decía por modestia. Siempre había admirado a los aether, y me fascinaban sus alas... aunque las que más bonitas me parecían eran las de mi madre.

Sonreí.- Tampoco son gran cosa...- Murmuré mirando mis alas de reojo.- aunque una vez que las tienes supongo que es tan cotidiano que no te sorprende... no sé si me entiendes.- Dije con una pequeña sonrisa.

Miré a la chica esperando a que me dijera su nombre o simplemente no dijera nada.

Asentí con una sonrisa.

Entonces me percaté de que yo no me había presentado todavía.

"¡Ah!, yo soy Hewina. Hewina Astaldë.", le dije.