Jardines (1) [completo]

Observé de reojo el bastón que el líder llevaba recogido bajo el brazo izquierdo. El líder Darvenwishs me preguntó si venía de Caligo, tras repetir mi nombre. Volví a baja la vista y asentí varias veces, con rapidez. Ahora que estaba ante él tenía que controlar mi actitud corporal y calcular las palabras que usaba para dirigirme a él. Un mal gesto o una mala palabra y ya podría comenzar a rezar las mejores oraciones que supiese.

— Sí, señor, vengo de Caligo.

No alcé la vista al responder.

El jede de Caligo asintió con complacencia ante la respuesta de la caeruleus y continuó.

- Tienes un pelo hermoso. ¿Tienes parientes flamma? -Preguntó manteniendo el tono monocorde, pero siempre sin perder la sonrisa.

El líder me preguntó si tenía parientes flamma. Asentí.

— Sí, señor. Mi padre es flamma. De ahí viene el color de mi cabello, señor.

Decidí no añadir ningún tipo de información adicional. Por tanto, ni mencioné que mi madre era caeruleus ni que mi hermano mayor era un flamma con algunos rasgos básicos de nuestra raza. En caso de que me preguntara, respondería, pero esperaba que no lo hiciese.

Nuevamente tuvo una respuesta satisfactoria y no tardó en formular la siguiente pregunta.

-¿A qué se dedican tus padres en Caligo? -Preguntó nuevamente. La conversación era continuada y sin rodeos. Preguntas concisas, respuestas concisas y, sobre todo, formalidad.

Tras la pregunta sobre mis familiares, su siguiente pregunta se centró en la profesión de mis padres. Tomé aire y, segundos después, contesté.

— Son herreros, señor. Tenemos una pequeña herrería en la zona oeste de Caligo, pues vivimos allí, señor.

Esperé su siguiente pregunta.

Los padres de la chica resultaron ser herreros y el líder dejó de preguntar para comentar.

-Unos tiempos difíciles para ellos. Si piensas escribirles puedes informar de buenas noticias. He enviado un comunicado para próximas bajadas en el carbón que llega a Caligo -. Aquello formaba parte de los boletines económicos que había establecido hacía poco, pero no estaba de más dar una pequeña satisfacción a una caeruleus con buen comportamiento.
tras esa conversación, la chiqulla se había ganado cierto respeto oficial.

-Me enorgullece y alegra ver aquí a un guerrero de Caligo. Espero que deje el pabellón de su raza al nivel esperado por parte de sus cualidades -. Junto los pies e hizo un pequeño saludo con la cabeza. Luego, ladeando un poco la sonrisa, decidió pincelar el comportamiento de la joven.

-Le permitiría descanso, pero creo que ya se lo ha tomado por su cuenta. Buenas noches -. Indicó con cierto reproche y afán de corregido el líder antes de emprender la marcha hacia dentro del palacio de nuevo.

*se va*

Asentí al escuchar las palabras del líder de Caligo. Al parecer había decidido bajar el precio del carbón que llegaba a Caligo. Eso era bueno.

— Gracias, señor...

Agradecí su medida, aunque no sabía muy bien si debía hacerlo o no. Probablemente le diese igual lo que agradeciese o dejase de agradecer, pero, en aquel momento, me pareció oportuno mostrarme agradecida. Luego, tras escuchar su siguiente comentario, asentí enérgicamente varias veces.

— Señor, haré todo lo que pueda para demostrar un buen nivel, señor.

Y después de ese comentario, el líder dejó caer un reproche relacionado con mi actitud corporal. Estaba sentada, y, en teoría, tendría que haberme levantado al verle llegar. Pero si no me había puesto en pie, no había sido por el desconocimiento de esa norma, sino por el temor a un castigo por parte del líder. Él no me había dado permiso para moverme y, por tanto, yo había interpretado que debía de permanecer en aquella posición sumisa. Pensé en explicarle mi razonamiento al jefe caeruleus, pero en su lugar me quedé callada. No había hecho ninguna pregunta y, por tanto, no debía hablar.

El jefe Darvenwishs no tardó en abandonar los jardines. Tras asegurarme de que se había ido, flexioné las rodillas y apoyé la frente en ellas. Luego suspiré.

- ¿Puedo sentarme?

Había llegado al jardín ausente, no por algo era el lugar que más me gustaba, y había dado allí con Inger, por lo que me había tomado la libertad de acercarme con un par de manzanas en la mano y un bollo en la otra.

Me dolía el corte del brazo, ya vendado, apenas notaba el de la cara, en el que había puesto una tirita para sabe Mithos qué, me dolía la nariz, que estaba perfectamente, debido al pisotón, pero lo que más me dolía era el ego.

Quería suspirar, pero no era valiente.

Salí a los jardines con aires renovados:
Mi pelo olía genial y mi piel morena brillaba mucho... los jardines estaban espléndidos...
-Por Mithos! que bien huele todo!!!!!
Entonces la ví: Doña candados, la tía más estrecha que había conocido... Inger... me acerqué para decirle hola, aunque fuera... ¿que? estaba Sir Lagartija con ella? pues entonces iba a aprovecharlo...
Me acerqué acechando entre las flores y entonces me agazapé de forma que no se me pudiera ver. entonces susurré:
-Acuaerum. Acuerum
Dos bolas de agua brotaron de mis dos manos y cada una impactó en la cabeza de los dos pelirrojos.
-Jajajaja - esto es divertidísimo, dije por lo bajo...

Una voz hizo que abriese los ojos. Giré la cabeza hacia el lugar del que venía la voz y me encontré con unas piernas. Alcé la vista, para descubrir quién había hablado, a pesar de que sospechaba quién podía ser. Esbocé una pequeña sonrisa. Ahí de pie estaba Rick, como ya había supuesto. Encontrarme con él era mucho más agradable que encontrarme con Aren, por lo despegué la frente de mis rodillas.

— Hola, Rick —. Ensanché la sonrisa —. Claro que puedes sentarte.

El flamma se sentó, y yo le observé. Tenía un par de manzanas en una mano, y un bollo en la otra. Pero lo que más me llamó la atención no fue eso, sino la venda que tenía en el brazo izquierdo y, en menor medida, la tirita que tenía en la cara. Ladeé la cabeza hacia la derecha, con preocupación. Me pregunté qué le habría pasado. Tal vez se hubiese peleado.

Iba a preguntárselo cuando, de pronto y sin venir a cuento, algo me golpeó en la cabeza. Ese algo me mojó el pelo, por lo que supuse que debía de ser agua. Fruncí el ceño.

— ¿Qué demonios...?

Miré de reojo a Rick, al que también habían mojado. Y luego me puse en pie y escruté los jardines, buscando al culpable.

— ¡¿Quién demonios ha hecho esto...?!

Nada más sentarme, un algo de agua se estrelló contra mí, empapándome el cabello, entre otros, y haciéndolo caer sobre mi frente.

Tensé los músculos del brazo y una de las manzanas cayó al suelo. La otra simplemente quedó destrozada, hecha papilla, y siguió a su compañera en forma de puré.

Me puse en pie sin mediar palabra, con el rostro sombrío.

- ¿Quién ha sido? -inquirí calmo.

Todavía estaba cabreado por lo de ayer. Lester seguía campando a sus anchas, y eso me ponía de MUY mal humor.

Muy mal humor.

Me deslizo entre las sombras (siempre me ha gustado la noche por esto) y quedo a unos cinco metros de las dos sombras, parapetándome tras un árbol. Espero no ser vista, más que nada porque no me apetece otro combate nocturno (especialmente si al final aparece el jefe Darvenwish...)

Pero escuchar... Escuchar es otra cosa. Y si me pillan... ¿No puede una tener curiosidad?

Aunque pronto me percato de que no están hablando con tranquilidad. Algo ha sucedido.

Y entonces todo se vuelve mucho más interesante.

Hacía lo imposile para aguanter la risa... Oh! esto era lo que necesitaba... un poco de diversión. Sin duda estaba siendo un momento glorioso para mi ego: Había matado dos pájaros de un tiro...
Me fuí arrastrando por entre las flores hasta colocarme en una nueva posición. Los muy panocos no saben por donde les van a venir los siguientes Acuaerum
-Acuaerum. Acuaerum- susurré.
una de las bolas se estrelló en la espalda de inger, haciéndola tampalear y la otra le dió de lleno en la nuca de Rick... era sin duda lo mejor que había hecho en mi vida...


FDR: ESTO SE VA A COMVERTIR EN UN COMBATE 2 CONTRA 2 JAJAAJAJAJAJ

Recibí un nuevo impacto en la espalda. El nuevo golpe hizo que me tambalease ligeramente, pero pude mantener el equilibrio. Escruté los jardines. Quién estaba lanzando esas cosas no podía ser caeruleus. Nuestro hechizo no mojaba. Tampoco podía ser un flamma, pues sus conjuros estaban relacionado con el fuego. No sabía que hacía la magia del resto de las razas, pero, teniendo en cuenta que los flamma tenían hechizos relacionados con el fuego, y los caeruleus teníamos hechizos relacionados con la oscuridad, podía deducir que los hechizos de agua tenían que estar relacionados con alguien que estuviese vinculado con el agua, o algo así. Y la raza que estaba más en contacto con dicho elemento era un piscis. Por lo tanto, quien nos estaba atacando tenía que ser alguien perteneciente a esa raza.

Miré de reojo a Rick. Tenía el pelo caído, y una de esas cosas le había dado en la nuca. Fruncí el ceño. Aquel indeseable tenía que estar detrás nuestra, por lo que me giré. Escruté esa zona de los jardines. Flores, flores y más flores, pero ni rastro de nuestro "atacante". Arrugué aún más el entrecejo. No había traído mi espada, por lo que estaba desarmada.

Miré a Rick.

— ¿Tú trajiste tu arma... o algo así? — susurré —. Lo digo porque no soy muy buena en magia, por lo que... Dudo que pueda hacerle algo... ... Pero, bueno, al menos puedo ver mejor que él... Porque... Bueno, yo creo que es un piscis... ...

Ni me molesté en volverme cuando fui golpeado en la nuca. Tenía la cabeza gacha y el rostro serio.

- ¿Mi arma? No he traído a Várdjas, pero... -. Esbocé una sonrisa-. Yo me basto como arma.

Entonces sí me volví, lentamente, y alcé la mano derecha.

- Flagrare.

Todo se iluminó un poco más y miré a la chica.

Muy mal humor.

EL que ataca, sin duda, un piscis. Yo no puedo ver en la oscuridad, pero no me es difícil imaginar qué piscis. En cuanto a la chica, si puede ver es caeruleus; fin del asunto.

Pronto una llama se enciende y me oculto por completo tras el tronco. No es momento de dejarse ver. Lo mejor será que primero me entere de cómo va el tema. Parece que hay poca gente armada por aquí, pero...

Dehnel tiene razón en algo. Es un arma humana.

Fuerza: ** Fuerza: **** Fuerza: ** Fuerza: **
Resistencia: *** Resistencia: *** Resistencia: ** Resistencia: **
Velocidad: *** Velocidad: ** Velocidad: *** Velocidad: ****
Agilidad: *** Agilidad: *** Agilidad: **** Agilidad: ****

Inteligencia: **** Inteligencia: * Inteligencia: ** Inteligencia: **
Técnica: ** Técnica: **** Técnica: **** Técnica: ***
Puntería: *** Puntería: *** Puntería: ***Puntería: ***

Silvanus había comenzado una rellerta en el jardín aatacando con Aquaerun a Rick e Inger. Ambos chicos se habían puesto en guardia tras recibir el segundo ataque del piscis y ahora se preparaban a unos cinco metros del escondite de Silvanus.

Rick invocó un Flagrare para tener una mejor visión del lugar, pero esto también indicaba a sus observadores el lugar del flamma y la caeruleus.

Alehyss se mantenía oculta, al acecho del combate.

Dios... que bien me vendría Tristán ahora... porque los distraería y yo los seguiría atacando...
Pero bueno... creo que me basto para vencerles... me arrastro hasta un arbol y me subo a él supersilenciosamente... los tengo bastante cerca... la vedad es que ahora están muy atentos...
Logro encaramarme y me escondo entre las ramas... vuelvo a repetir la misma acción de antes:
-Acuaerum.Acuaerum- susurro.
Pero esta vez las bolas de agua van rápidas las dos hacia la cara de Doña Candados. Quiero eliminar a la más debil primero...

Gracias a mi hechizo, la visibilidad que tenía era mayor que cero. De hecho, entre eso y algún crujir de ramas podía hacerme a la idea de la localización aproximada del enemigo, aunque muy por encima. Sabía, al menos, que ahora no se encontraba a nuestras espaldas, y eso bastaba para saber hacia qué punto cardinal no había que mirar por el momento.

Una vez averiguado esto, procedí a lanzar mi flagrare hacia delante con intención de iluminar algo de los alrededores. Si yo no veía en la oscuridad, el que se enfrentaba a nosotros tampoco debía de hacerlo muy bien, por lo que tener una llama en la mano no parecía lo más apropiado.

- Localízalo -siseé a mi compañera.

Muy furioso. ... Mucho.

Qué divertido panorama, y eso que apenas logro ver sombras ondulándose, especialmente tras el "adiós luces" de Dehnel. Me asomo de nuevo (estoy a la espalda de ambos, a unos cuatro metros) y estrecho los ojos para ver mejor, pero... ¿Qué espero? Es noche cerrada...

Si no fuera porque me haría visible... Sin duda encendería mis ojos para poder ver qué pasa.

¿Dónde andará escondido el piscis ese?

Rick había conjurado un flagare para, intuí, poder ver. Fruncí ligeramente el ceño. El piscis que nos atacaba no nos podía ver, por lo que sólo podría vernos si llamábamos la atención. Y aquel hechizo llamaba la atención.

Pero no dije nada. En su lugar, observé la zona. El atacante tendría que estar escondido detrás de algunas flores, o algunos matorrales. Fruncí ligeramente el ceño. Si se movía de su escondite, lo encontraría. Seguro. Pero no sería tan estúpido como para moverse...

O al menos eso pensaba hasta que escuché el crujir de unas ramas. Me giré en dirección al sonido, y escruté la zona. Árbol, árbol, árbol... Y algo en un árbol. Fruncí el ceño. Detrás de unas ramas había algo escondido. Supuse que sería el atacante, y esbocé un pequeña sonrisa.

Rick me ordenó que lo localizase, y después lanzó su flagare hacia adelante, iluminando los alrededores y dejándonos a oscuras.

— Está ahí — susurré y, con un gesto de la cabeza, le indiqué a Rick la posición de nuestro adversario —. O eso creo... Hay algo detrás de las ramas... Y, sinceramente, dudo que alguien esté jugando al escondite.

Miré de reojo a Rick. Evidentemente si no veía nada, tendría que guiarle hasta el árbol.

Desde su posición, Silvanus envió otros dos Acuaerum hacia sus dos enemigos. A pesar de su mala visibilidad, la luz provocada por el conjuro del flamma le permitió atinar al lugar donde deberían estar los chicos.

Rick, segundos después de deshacerse del flagrare, atisbó unas sombras que se dirigían a su posición sin llegar a reconocer del todo su naturaleza. Por su parte, Inger, pudo ver como los Acuaerum se aproximaban a toda velocidad hacia su posición. Uno tenía a Rick justo en su trayectoria mientras que el otro se dirigía un poco más hacia la derecha del chico. Debía actuar con rapidez para indicar a su compañero la situación del enamigo y evitar que su ataque les diese de lleno.

Alehyss se mantenía en silencio, tratando de discernir las sombras que se movían frente a ella. En cuanto el flagrare se fue perdiendo por el jardín, notó un movimiento rápido en uno de los árboles más alejados.

... Debía cambiar rápido mi posición... aquello ya pasaba de castaño oscuro... y ellos eran dos...
Buah! no se veía nada de nada... ya no se donde ai rama y donde no...
PLAF!
-AAAAA! grité mientras caía
Me caí del arbol... menos mal que el suelo estaba mullido...pero me había torcido un tobillo... me dolía mucho...
Por lo que decidí escabullirme de allí lo más rápido posible... pero mi pie no me dejada casi avanzar... Mierda: me iban a pillar...

Dos esferas se aproximaban hacia nosotros. Retrocedí un par de pasos y, desde esa posición, le grité a Rick.

— ¡Rápido, retrocede y...! ¡Agáchate, o tírate hacia la izquierda...! ¡O algo así! Pero no vayas hacia la derecha... ... ¡Argh!

Fruncí el ceño. No me salían las palabras a pesar de que le atacasen. ¿Qué clase de ser era?

Tras darle esa "orden" a Rick, miré hacia el lugar del que venían las esferas. Tal y como había imaginado, el atacante estaba en ese árbol. Ahora mismo parecía que quería bajar del árbol. Pensé en lanzarle un Âchnam, pero, antes de poder conjurarlo, el piscis se cayó. Fruncí el ceño y escruté el suelo, esperando a que se moviese.

Y entonces lo hizo. Ahora ya no se molestaba en ocultarse. Apunté hacia él.

— Âchnam — susurré, y esperé a ver si el hechizo le alcanzaba o no.

Esperaba poder huir a tiempo, por lo bajé mi guardia durante unos instantes, entonces, sentí un golpe seco en la nuca: me habían dado.
Mis ojos Se pusieron blancos y caí con un golpe sordo al suelo.

Era una visión horrible.
Lo último que recuerdo fue sentir la tierra en mi cara y que pensé en que Aren estaría respondiendo a mi carta en estos momentos... Luego perdí el conocimiento.

*me desmayo*

FDR: lo siento chicos pero me voy cagando leches.